Primer Encuentro Nacional Sobre Calidad de Vida en la Tercera Edad |
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Universidad de Buenos Aires
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Ponencias publicadas por el Equipo NAyA https://www.equiponaya.com.ar/ info@equiponaya.com.ar |
El taller de reflexión para adultos mayores.
Un espacio grupal comunitario creativo AUTORAS: Lic. Marcela Katz . Coordinadora docente del Area de mediana Edad y Vejez.
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. Auxiliar en la Cátedra de Vejez. Universidad de Belgrano. Psicoterapeuta del equipo de Adultos Mayores del Centro de investigación y orientación comunitaria "Dr. A.
Rascovsky".
Lic Graciela Macotinsky. Coordinadora del equipo de Adultos Mayores del Centro de investigación y orientación comunitaria "Dr. A. Rascovsky". Coordinadora Científica Area de Mediana Edad y Vejez. Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. Psicoterapeuta de la Liga Israelita Argentina.
Docente en la Catedra de Tercera Edad y Vejez. Facultad de Psicología. UBA Dirección: Alejandro Magariños Cervantes 1592. 7°piso Dto. "C". C.P. 1416.
.Capital Federal- Tel. 4581-6260 .E-mail fridman@conicet.gov.ar
INSTITUCION: Centro de Investigación y Orientación Comunitaria "Dr. Arnaldo Rascovsky"- Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.
Dirección Julián Alvarez 1933 .Capital Federal. Tel. 4865-2050/8071.
E-mail aeapg@sicoar.com.ar
AREA TEMATICA: III Seguridad Social, Derechos Sociales y Derechos Humanos- Aislamiento social y sufrimiento emocional en la vejez
EL TALLER DE REFLEXION PARA ADULTOS MAYORES.
UN ESPACIO GRUPAL COMUNITARIO CREATIVO Nos aproximaremos al tema de los grupos de reflexión para adultos mayores desde el relato de una experiencia que desarrollamos en una institución de formación psicoanalítica, investigación y orientación comunitaria.
La presentación de un proyecto de estas características se generó a partir del entrecruzamiento de diferentes observables. Por una parte la demanda de nuevas propuestas que el equipo de Salida a la Comunidad del Centro de Investigación y Orientación Comunitaria "Dr. Arnaldo Rascovsky", de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados -AEAPG- solicitaba. La otra variable respondía a los diferentes temas teórico-clínicos que investigábamos en el Area de Mediana Edad y Vejez de la AEAPG. Y en la base de estas instancias las palabras que escuchamos, emitidas por los pacientes viejos en nuestros consultorios. La clínica nos ha llevado a reflexionar sobre el sufrimiento emocional que le trae el aislamiento, su imperiosa necesidad de respuesta afectiva, soporte y apuntalamiento social. Hemos comprendido como estos aspectos son esenciales para mantener la continuidad de la identidad a través de los años y en especial en ese momento de la vida. Así se iniciaron los lineamientos de nuestra tarea, tornándose la presencia del taller de reflexión para adultos mayores, en un hecho inédito para esta institución psicoanalítica.
Incluiremos el marco conceptual que desarrollan L. Edelman y D. Kordon, como eje teórico de los grupos de reflexión, para articularlo luego con el paso del tiempo y las expresiones creativas en la vejez.
En Los grupos de reflexión como espacios intermedios para la articulación psicosocial nos dicen: "La existencia creciente de este tipo de grupos forma parte de las búsquedas colectivas de mecanismos de apuntalamiento grupal, que restauren de alguna manera la pertenencia a un nosotros frente a la crisis social y a los interrogantes de nuestra época. Estas búsquedas requieren de espacios transicionales de discriminación y reflexión"
En el despliegue de este espacio consideramos la identidad personal, la función de apuntalamiento grupal del psiquismo, la alienación y la articulación de las fantasías con las representaciones sociales.
El concepto de fantasía merece una mención especial. Es un factor de relieve en la estructuración psíquica individual y en la organización grupal. Es "...una escenificación imaginaria, en la que se halla presente el sujeto y que representa en forma, mas o menos deformada por los procesos defensivos, la realización de un deseo, y en ultima instancia de un deseo inconciente."1 Las fantasías originarias pertenecen al campo transubjetivo, son universales, corresponden a la vida intrauterina, la escena primaria, la castración y la escena de seducción, esta fantasmática originaria no está definida por la historia individual.
El atravesamiento de estas fantasías universales, y su despliegue en el grupo de reflexión producen que la línea de borde entre lo individual y el conjunto se diluya. Al constituirse lazos entre sus miembros, garantizan la vivencia de pertenencia social, de cuerpo integrado, en garante de sostén emocional, aplacando la angustia de no asignación2 El contexto grupal será sentido también como sustituto de las imagos parentales protectoras o abandónicas. Estas mismas figuras significativas son las portadoras del discurso social, de los enunciados identificatorios.
Los enunciados identificatorios constituyen los juicios que a través de determinados códigos valorativos atribuyen identidad, indican quien es el sujeto y los valores socioculturales que éste debe asumir. A través de otro transmiten reglas y posibilitan que construya representaciones subjetivas de su yo, permitiendo que se inscriba como miembro en un determinado conjunto social.
En la vejez, así como en otras etapas vitales de cambio, el grupo de pertenencia funciona como un espacio narcisizado, si esta inclusión es discriminada permite el armado de nuevas identificaciones secundarias.
Todo grupo de reflexión, contextualizado desde el psicoanálisis realiza su tarea sobre lo transubjetivo, apuntalando en forma variada la identidad del sujeto, se deslinda la inclusión de la historia personal. El objetivo se va recreando a través del análisis de la experiencia de los integrantes. En lo transubjetivo "...las subjetividades (están) parcialmente abolidas por la ausencia de un espacio de (...)diferenciación. Lo que atraviesa a los sujetos es lo indiferenciado. Este atravesamiento supone el borramiento de los límites del self y la abolición del objeto. Este atravesamiento narcisista es necesario para fundar el sentimiento de pertenencia para los investimentos mas fusionales y más adhesivos a un conjunto que funciona como continente de contenidos indiferenciados ."3 El otro articulador conceptual considerado, la alienación es un concepto que tiene múltiples desarrollos. En el plano psicosocial, por las ideas que se imponen al individuo desde el exterior. La concepción marxista en la que define alienación por la enajenación del producto del trabajo y la transformación en mercancía del mismo trabajador.
La definición que considera a la alienación como inevitable porque las necesidades de pertenencia social del individuo lo obligan a hacer propios los ideales colectivos. El borramiento del límite adentro- afuera y la adscripción a los ideales en el grupo cuestionan el nivel de autonomía e implica un cierto grado de alienación.
Teniendo en cuenta los diferentes tipos de grupos de reflexión, nuestro taller para adultos mayores se incluiría entre aquellos cuyos miembros comparten una problemática determinada. Los otros que encontramos en la clasificación son: los grupos cuyos miembros comparten una tarea en un ámbito físico o institucional formalizado; grupos cuyos miembros comparten una problemática y abordan una tarea en común en función de ella, generalmente en situación de crisis; y el cuarto tipo son los que permiten el entrenamiento y la investigación de los procesos grupales en sí mismos, los de formación y training groups según los franceses e ingleses respectivamente4.
Retomemos el proyecto que presentamos para Salida a la Comunidad del Centro Dr.
A. Rascovsky.
En su introducción planteamos que ubicamos este ámbito grupal en generador de sentidos y en red de apuntalamiento intersubjetivo a partir de la resonancia identificatoria, afectiva e ideativa. Partimos de una conceptualización homogeneizante en tanto al conjunto de referencia, los adultos mayores y los temas enunciados. Sin embargo el trabajo consiste en rescatar las particularidades y diferencias de las situaciones expresadas, sin que la intervención sea interpretativa singular, el deslizamiento hacia la interpretación de las fantasías secundarias podría resultar confusional, persecutorio u obturador del proceso grupal. Sabemos que este dispositivo grupal no reemplaza ni equipara a las propuestas psicoterapéuticas individuales o grupales. El objetivo ha sido y es reconocer los potenciales creativos que el intercambio y confrontación de experiencias con pares conlleva.
Las problemáticas propuestas a reflexionar en un primer período se desplegaron en temas tales como. La soledad de unos y otros; los cambios físicos; el temor a perder la autonomía; las relaciones con las otras generaciones; las dificultades para decir no; la familia, los amigos, la jubilación; las pérdidas y las ganancias de los años; los sentimientos contradictorios en momentos difíciles; los miedos y el compartir la creatividad.
Con el transcurrir de los meses surgieron, entre otros: el miedo al ridículo, las diferencias de género, la transmisión entre generaciones, la memoria, el amor, la pareja, la solidaridad, las diferencias subjetivas frente a la soledad, la religión, la capacidad de jugar, ellos como abuelos y sus propios abuelos, las asignaturas pendientes.
La metodología que implementamos es el relatar un chiste, proyectar partes de una película, leer una noticia periodística, un cuento, etc, como disparadores del discurso grupal. La reunión se mantiene durante una hora y media en el auditorio de la institución. Los primeros 9 meses trabajamos con una frecuencia atípica para un conjunto de estas características: un encuentro mensual. Luego, a pedido de sus participantes continuamos trabajando quincenalmente. Actualmente concurre un promedio de 20 personas por reunión, cuyas edades oscilan desde los 60 años en adelante, llegando en una oportunidad a los 88 años. La proposición de incrementar la frecuencia nos dio la pauta de un deseo que circulaba en este grupo, cada vez mas los impulsaba a cuestionar y cuestionarse posicionamientos fijos que congelaban su posibilidad de conocer y encontrar una acción más autónoma y creativa.
Al iniciar nuestro escrito hemos manifestado que ésta era una experiencia inédita en una institución psicoanalítica con estas características. Las instituciones responden a las necesidades que el medio demanda, y están así mismo insertas y atravesadas por el contexto histórico-social en el que se ubica.
Consideremos que en las últimas décadas diferentes movimientos de la cultura han ubicado al adulto mayor en lugares que abren el camino para pensar la vejez no sólo asociada al paso del tiempo, a los cambios corporales o el abandono de roles sociales, sino a un momento de reflexión y posterior recuperación de proyectos posibles, pendientes o nuevos. Han comenzado a perfilarse otras instancias para estos momentos de la vida: los centros culturales comunitarios, de colectividades, instituciones educativas, centros de orientación, grupos de reflexión, han logrado generar un espacio propicio para el despliegue e intercambio de intereses y problemáticas subjetivas. Abordar estos temas nos lleva a innumerables desafíos, entre ellos concientizar perimidos estigmas que anulan la posibilidad de pensar en los cambios que el adulto mayor puede realizar o consideran que en una larga vida falta permeabilidad hacia lo nuevo por la acumulación de experiencias previas.
Pensemos ahora como se desarrolla esta posibilidad de cambio psíquico y creatividad en la vejez.
Intentaremos aquí esbozar algunos niveles de expresión de la creatividad y su vinculación con el devenir temporal. De esta manera nos aproximaremos a sus manifestaciones desde los inicios de la vida hasta su expresión durante la vejez.
Las capacidades creativas, plantea Grimberg se expresan en dos categorías: La común o propia del desarrollo y maduración intelectual que constituye un patrimonio de la condición humana. La otra, es la excepcional que caracteriza a ciertos individuos con capacidad fuera de lo común para la concepción de ideas originales.
Siguiendo el lineamiento de la primera, todos poseemos "potencialidades creativas". El destino ulterior de las mismas y la posibilidad de que evolucionen en su crecimiento hasta lograr una personalidad creativa o genial dependerán de ciertas capacidades específicas del yo y de la calidad de los vínculos objetales.
El germen de la creatividad se modelaría desde el nacimiento del ser humano y aún antes de su concepción, en las vivencias, historias, imagos, y fantasias de sus padres. La primera actividad de representación se asienta sobre las matrices dadas por las funciones familiares de contención, ligazón, transmisión y transformación. Son los ordenadores que hacen barrera de contención a las angustias del niño, para que no se desborde ante la espera por la necesidad de satisfacción inmediata.
Los contenidos transmitidos se configurarán según las modificaciones que acompañan a las distintas épocas socioculturales y con el transcurso de la vida el sujeto tamizará los intercambios con los otros, también asimilará los estímulos y acontecimientos ocurridos según la elaboración de sus complejos psíquicos más profundos. Esta construcción dada sobre la trama de relaciones intersubjetivas obtiene sus materiales del narcisismo, el Edipo y la castración simbólica.
Sabemos que el trabajo de duelo consiste en una lenta y dolorosa separación de la libido otrora depositada sobre el objeto perdido, para ser sustituida a nuevos objetos.
Al configurarse como tiempo de cambio, el proceso creativo implicará inevitablemente una reacción de duelo por la pérdida de las viejas estructuras y de los aspectos del self y de los objetos que son reemplazados por sistemas representacionales y vínculos nuevos contenidos en el acto creador. El grupo de pares en la vejez es una vía privilegiada en su función de apuntalamiento para momentos peculiares como este. El logro en el acto creativo implica un grado de diferenciación entre las fronteras propias y las ajenas, la resignación de las fantasías narcisistas omnipotentes y el acceso a la castración simbólica.
La teorización de Heinz Kohut nos brinda otro modelo para pensar este proceso.
Señala que "...una serie de logros complejos y autónomos de la personalidad madura derivan de transformaciones del narcisismo, es decir, de la capacidad del yo para dominar las cargas narcisistas y utilizarlas al servicio de sus metas mas altas". Como nos dice este autor, abarcan el sentido del humor, la creatividad, la empatía y la sabiduría. Algunas de ellas exigen el transcurrir de los años, la experiencia vivida, el reconocimiento de los logros, la aceptación de las propias limitaciones y de la finitud.
El espacio grupal llega a ser testigo de cambios, movimientos que modifican aspectos notables de la vida mental, incluye la capacidad de ligar opuesta al circuito de la repetición; el conocimiento y la incertidumbre a diferencia de la certeza; la preservación del espacio de juego e ilusión versus la desesperación de sentir la existencia toda como un drama; el desarrollo de ideas y la generatividad de significados nuevos contra la opacidad del estancamiento.
La cultura es proveedora de nuevos objetos y vínculos que harán de sostén en los momentos vitales de mayor inestabilidad hasta la conformación de otras identificaciones y del acto creativo mismo.
Sin embargo contiene en su seno la contraparte: una visión escéptica, prejuiciosa acerca de las posibilidades creativas durante la vejez. En este sentido hemos observado que las intervenciones de los otros integrantes del grupo cuando alguien manifiesta su identificación con este imaginario por estar inmerso en su corte de frustraciones, pueden acercarle el acceso a la libertad para arribar a diferentes construcciones mentales, realizar el duelo por las ilusiones perdidas y confrontarlo con otras posibles verdades y configuraciones nuevas.
BiBLIOGRAFÍA Bernard, M. La organización del grupo. Cap. X en Desarrollos sobre grupalidad.
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Edelman, L.; Kordon, D. Los grupos de reflexión como espacios intermediarios para la articulación psicosocial. El analista en el campo vincular. Revista de la AAPPG N°1. 1996 Grinberg, L.................................................Revista de Psicoanálisis N° Haissiner, J. Comunicación personal.
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RESUMEN Nos aproximamos al tema de los grupos de reflexión para adultos mayores desde la experiencia que desarrollamos en una institución de formación psicoanalítica, investigación y orientación comunitaria. Incluiremos el marco conceptual que desarrollan L. Edelman y D. Kordon, como eje teórico de los grupos de reflexión, para articularlo luego con el paso del tiempo y las expresiones creativas en la vejez.
La existencia de estos grupos forma parte de "las búsquedas colectivas de mecanismos de apuntalamiento grupal, que restauren de alguna manera la pertenencia a un nosotros frente a la crisis social y a los interrogantes de nuestra época". La cultura es proveedora de nuevos objetos y vínculos que harán de sostén en los momentos vitales de mayor inestabilidad hasta la conformación de otras identificaciones y del acto creativo mismo.
Sin embargo contiene en su seno la contraparte: una visión escéptica, prejuiciosa acerca de las posibilidades creativas durante la vejez. En este sentido hemos observado que las intervenciones de los otros integrantes del grupo cuando alguien manifiesta su identificación con este imaginario pueden acercarle el acceso a la libertad para arribar a diferentes construcciones mentales. El germen de la creatividad se modela desde los inicios del ser humano y sus contenidos, transmitidos por las figuras significativas, se configurarán según las modificaciones que acompañan a las distintas épocas socioculturales.
El grupo de reflexión comunitario será sostén privilegiado dado que el proceso creativo implicará inevitablemente una reacción de duelo por la pérdida de las viejas estructuras y de los objetos que son reemplazados por sistemas representacionales y vínculos nuevos contenidos en el acto creador.
1 Laplanche y Pontalis.Cita en Los grupos de reflexión como espacios intermedios para la articulación psicosocial.
2 Acuñado por R.Kaes en 1976, Angustia de no asignación se manifiesta como un sentimiento de no pertenencia, pérdida de referentes, irrupción de sentimientos de indefensión y agresión.
3 Bernard-Kaes. Citado por Edelman y Kordon 4 Clasificación de Edelman y Kordon
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