49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

Dorighel O, Bellot Gurlet L.y Poupeau G.

49 Congresso Internacional de Americanistas

Sesssion ARQ : 14

SIMPOSIO ARQUEOMETRIA, LA TRANSFORMACION DEL DATO ARQUEOLOGICO EN EVIDENCIA DE FORMACIONES SOCIALES EN LA ARQUEOLOGIA

Simposio en memoria de Josè Luis Lorenzo

Organisadores : Jorge G. Marcos, Aurelio Alvarez.

CARACTERIZACION DE ARTEFACTOS EN OBSIDIANA MEDIANTE PIXE Y TRAZAS DE FISION. UN ENFOQUE SOBRE LAS FUENTES DE MATERIA PRIMA UTILIZADAS

EN ECUADOR Y COLOMBIA ENTRE 9000 AC Y 1500 AD.

Dorighel O., (1,2); Bellot-Gurlet L. (1,3); Poupeau G. (1,3)

(1) Groupe de Géophysique Nucléaire, Institut Dolomieu, Université Joseph Fourier, 15 rue Maurice Gignoux, 38031 Grenoble cedex, France.

(2) Université de Paris-I, Sorbonne, Paris, France.

(3) UPRES-A n° 5025 du CNRS; E-mail : poupeau@ujf-grenoble.fr

INTRODUCCION

En el Área septentrional Andina (ASA, Lumbreras 1981), son numerosos los sitios arqueológicos en donde se han encontrado y se encuentran aun piezas en obsidiana. Según las implantaciones y los periodos crono-culturales, la proporción de obsidianas en la industria lítica puede variar de una sola pieza, (sitio la Cocotera, Colombia, Patiño 1988) al 90 % del material (sitio Oyambaro, Ecuador, Portnoy, 1992). Normalmente de poco interés para muchos investigadores antiguos, los cuales preferían interesarse por otros materiales o piezas más espectaculares, la obsidiana se impone progresivamente como un marcador de intercambio caracterizable por diferentes métodos, y es objeto hoy día de un interés creciente por parte de los arqueólogos. Los trabajos de Ernesto Salazar en Ecuador (Salazar, 1980) y de Cristóbal Gnecco en Colombia, (Gnecco, 1993) han resaltado el carácter fundamental del estudio de las fuentes geológicas de obsidiana para la comprensión de los fenómenos de difusión de este material. El estudio y la reconstitución de mecanismos y esquemas de circulación de esta materia prima, se convierte en un herramienta básica que contribuirá con certeza al avance de los conocimientos arqueológicos, particularmente en el campo de los contactos y las relaciones culturales entre las poblaciones prehispánicas. El presente artículo tiene por objetivo mostrar el estado del conocimiento sobre las fuentes identificadas a la fecha en Colombia y Ecuador, lo mismo que sobre los grupos de obsidiana identificados en estas regiones por medio de la combinación de análisis de datación por trazas de fisión del uranio (TF) y la caracterización geoquímica por PIXE (Particle Induced X-Ray Emission). Serán igualmente abordados los métodos empleados y sus principios.

CONTEXTO

La zona geográfica que concierne a este trabajo cubre las dos terceras partes del Area Septentrional Andina, ya que se limita a el Ecuador y a el sur de Colombia. Los sitios arqueológicos que serán discutidos pertenecen a dos dominios geográficos diferentes: el litoral Pacífico y el interior (más específicamente La Sierra). Se dividen en diecinueve implantaciones costeras y veintitres sitios en la Sierra. Al interior de la última, podemos destacar dos grupos principales: Uno en ecuador, con diez sitios en la zona intracordillerana entre Quito y la frontera colombiana, y el segundo al sur de Colombia, con once sitios en el alto del valle del Río Cauca (figura 1). Para la costa Pacífica las dos zonas mejor representadas en términos de densidad de implantaciones son la de Esmeraldas en Ecuador y la región de Tumaco en Colombia.

Las fuentes de materia prima, por su parte, están centradas en dos sectores. El primero en la sierra de Guamaní, (Ecuador) está localizado a unos treinta kilómetros al Sur-Este de Quito. En esta región, aproximadamente a 4000 metros de altura, se encuentran las diferentes fuentes de obsidiana descubiertas por Ernesto Salazar (Salazar 1980). De estos, el flujo de Mullumica, con sus seis kilómetros de largo es uno de los más importantes de América del Sur. El segundo sector esta situado en Colombia y su descubrimiento se debe a las prospecciones realizadas por Cristóbal Gnecco en los alrededores de la ciudad de Popayán. La principal fuente parece ser la del Río Hondo cuyo origen se debe localizarse sobre el volcán Puracé, ubicado aproximadamente a 25 km. al sur-este de Popayán.

Es interesante anotar que la localización de estas fuentes con respecto a los ejes de penetración no son al azar. Así, la sierra de Guamaní, constituye uno de los puntos de fácil penetración en la cadena andina, que permite la circulación entre el oeste ecuatoriano y los llanos orientales de la amazonia. Por su parte la región de Popayán, en razón a su proximidad con el Río Cauca, ofrece un buen acceso. Gracias al eje natural que constituye el río, la circulación norte/sur es relativamente fácil.

Contexto crono-cultural :

Los sitios arqueológicos de donde provienen las obsidianas analizadas, están comprendidos en un intervalo temporal bastante largo, que va desde el Periodo Pre-cerámico a el de la Integración, es decir un lapso cronológico comprendido entre 9000 BC y 1500 AD. Durante estos diez milenios, al parecer, se pueden distinguir cuatro fases en el empleo y la circulación de la obsidiana (Salazar, 1992): Primero, en el Pre-Cerámico, su utilización se limitaba a zonas próximas a los sitios de extracción. Durante el Formativo, la obsidiana comienza a circular de manera más importante y hace su aparición sobre la costa. El periodo de mayor uso y difusión pertenece a los Desarrollos Regionales, antes de declinar casi totalmente su utilización durante la época de la Integración. En nuestras muestras los sitios antiguos (Pre-Cerámico, Formativo) están poco representados, lo que corresponde también a una rareza relativa en el campo, mientras que el período mejor documentado es el de los Desarrollos Regionales y el de la Integración.

LOS METODOS :

Metodología experimental

Los estudios sobre las fuentes de las obsidianas se remontan a unos treinta años (Cann y Renfrew, 1964). Están basados sobre la idea generalmente admitida, de que cada obsidiana emitida por un volcán ( a fortiori de volcanes diferentes) poseen una composición química única. En principio, sería posible identificar el origen de todo artefacto constituido por esta materia prima, sea cual sea la distancia de los sitios arqueológicos donde se encuentren, con respecto a el conjunto de fuentes geológicas potenciales. Este sello geoquímico hace que la obsidiana sea considerada como el material lítico más fácilmente caracterizable y por consecuencia muy importante para el estudio de las fuentes (Kempe y Harvey, 1983).

Los primeros resultados para los sitios arqueológicos de América del Sur son los de Burger y Asaro (1979) y Asaro et al. (1981 a et b). Estos autores, empleando los análisis por fluorescencia-X (XRF) y activación neutrónica instrumental (INAA) mostraron que en Ecuador y en Perú las obsidianas se repartían en un número limitado de grupos composicionales discretos.

Otro método discriminante empleado para el estudio de la fuente de la obsidiana es la datación por TF que permite datar la edad de formación del vidrio volcánico. En 1981, Miller y Wagner aplicaron este método a algunos sitios andinos de Perú y Colombia, caracterizando algunas piezas arqueológicas de la costa Pacífica y de la Sierra. El estudio sistemático de las fuentes de materia prima por TF comenzará con el trabajo de Bigazzi et al. (1992) sobre la Sierra de Guamaní.

Son igualmente Bigazzi et al. (1992) quienes iniciaron una aproximación multidisciplinaria datación/geoquímica de obsidianas, empleando TF/INAA. Nuestra metodología analítica se sitúa en esta línea, con una doble caracterización de tipo TF/PIXE (Bellot-Gurlet et al., 1996, 1997; Dorighel et al., 1996, 1997a; Poupeau et al., 1996).

Análisis por PIXE

PIXE es un método de análisis de elementos por rayos de iones. Se basa en la detección de los rayos X emitidos por una muestra en respuesta a una excitación por un rayo de partículas. El espectro de energía de los rayos es específica de cada elemento; por lo tanto la detección global de todos los rayos que salen de la muestra y su tratamiento permiten realizar un análisis químico. El dispositivo experimental con el que trabajamos es el acelerador de partículas «AGLAE» del Laboratoire de Recherche des Musées de France . AGLAE es un acelerador del tipo Tandem Van de Graaff de 2 MV (Amsel et al., 1990). Lo original de este dispositivo es el hecho de que permite trabajar con rayo extraído, es decir, fuera del vacío del acelerador, lo que ofrece una gran facilidad de manejo. El rayo de partículas, constituido por protones de 3 MeV, quita el vacío de la línea atravesando una ventana constituida por una hoja de kapton. Después de un corto trayecto en el aire alcanza la muestra. La penetración del rayo en la muestra es de sólo una decena de micrones (figure 2). Este bombardeamiento del rayo es no destructivo, y no genera ningún daño en la muestra. Dos detectores de Si(Li) son empleados para la detección simultánea de los rayos-X de alta y baja energía (Calligaro et al.,1996). La posición de estos detectores con respecto a la muestra esta indicada en la figura 2. Sobre cada obsidiana se realizan tres puntos de análisis, con el objetivo de tener en cuenta la presencia de eventuales inhomogeneidades en la muestra (el diámetro del rayo incidente es de aproximadamente 0,5 mm). Por rutina se analizan 15 elementos mayores y trazas: Na, Al, Si, Cl, K, Ca, Ti, Mn, Fe, Zn, Ga, Rb, Sr, Zr, Ba. Los espectros PIXE son tratados con ayuda del software GUPIX (Maxwell et al., 1989), para obtener un análisis cuantitativo.

Datación por trazas de fisión

La datación por TF se basa en la fisión espontánea de el Uranio 238. La gran energía liberada por cada fisión altera localmente la estructura de la obsidiana. Las cicatrices dejadas por la fisión se acumulan y constituyen una especie de memoria que es posible visualizar: atacando una superficie obtenida previamente por pulido, se pueden agrandar estas zonas dañadas hasta hacerla visibles al microscopio óptico, bajo la forma de trazas, figuras elípticas a circulares de un diámetro máximo de aproximadamente 20 micrones (figura 3). El número de trazas depende a la vez del tiempo transcurrido después de la formación de la obsidiana y su tenor en uranio. Este último parámetro se obtiene por la fisión inducida artificialmente en un reactor nuclear, de otro isótopo, el uranio 235 (0,7% de los átomos de uranio) cuyas trazas pueden ser reveladas como las precedentes. Si s y i son respectivamente las densidades (número/cm2) de trazas de fisión espontáneas e inducidas medidas en una obsidiana, se puede demostrar que para las obsidianas no desvitrificadas ( es decir de edad inferior a 108 años), la ecuación de la edad toma una forma de tipo lineal (Poupeau et Scorzelli, 1997; Poupeau et al., 1995, 1997) :

t = A (s/ i)F (1)

donde t es la edad (Ma) de la muestra, A es un termino que reagrupa diversas constantes y F la dosis de neutrones térmicos (neutrones/cm2) liberados en el reactor por la fisión del 235U.

Procedimiento

La figura 4 describe los procedimientos seguidos en rutina en el laboratorio de Grenoble para la obtención de una edad TF (Dorighel et al., 1994). Dos láminas de espesor milimétrico son cortadas con ayuda de una cuchilla diamantada sobre la obsidiana a datar, una destinada a medir las trazas de fisión espontanea, la otra para enviar al reactor nuclear. Después de la irradiación las dos láminas son incluidas en una pastilla de resina para pulirlas. Las trazas son posteriormente reveladas por un ataque en una solución al 20% de ácido fluorídrico a 40°C durante 60 à 200 segundos. Una edad aparente puede ser determinada en este momento, a la vez que se obtiene la distribución del tamaño de las trazas, caracterizadas por un diámetro máximo (figura 4). A menudo se constata que las trazas de fisión espontanea presentan, en promedio un tamaño inferior a las de las trazas inducidas en un reactor. Esta disminución del tamaño de las trazas es consecuencia de la reorganización parcial del daño inicial producido por la fisión espontánea en las condiciones térmicas a las que la obsidiana halla sido sometida después de su formación. De esto resulta una disminución de la densidad de trazas espontáneas revelables y por lo tanto la edad calculada por la ecuación (1) no constituye sino un límite inferior de la formación de una obsidiana. Por lo tanto se debe Corregir esta edad para que sea significativa.

El método de corrección actualmente más empleado es el las edades meseta, propuesto por Storzer y Poupeau (1973), en el cual, por una serie de tratamientos térmicos (figura 4), se conduce la distribución de los diámetros de las trazas espontáneas e inducidas a un mismo valor. En estas condiciones, la edad obtenida por la ecuación (1) es la de la formación de la obsidiana. O mas precisamente, su último enfriamiento por debajo de los 500°C aproximadamente. Es posible, cuando excepcional la edad por TF de una obsidiana es concordante con la de un sitio arqueológico, que esta edad sea la de un calentamiento de naturaleza antrópica en un fogón.

DESCRIPCION DE LAS FUENTES.

Las muestras geológicas analizadas en este trabajo, corresponden al conjunto de fuentes conocidas en la región Sur-Colombia/Ecuador (figura1).

En Colombia estas fuentes están todas en la región de Popayán Departamento del Cauca. La principal, Río Hondo, es una fuente secundaria en la cual el material proviene del Volcán Puracé, fuente compuesta de varios afloramientos en las quebradas localizadas al pie del volcán. Las obsidianas se encuentran en forma de nódulos diseminados en medio de un material detrítico. En la figura 5, se puede observar uno de estos depósitos, el de Río Negro. Tres otras fuentes están indicadas en la misma región (Gnecco et al., 1993): Cargachiquito, Azafatudo y Sotará. Estas fuentes no han sido objeto de análisis por la mala calidad de las obsidianas, la cual hace imposible su talla (Gnecco, com. pers.).

En Ecuador las fuentes reportadas están concentradas en una zona de aproximadamente 600 km2 en la Cordillera Oriental: la Sierra de Guamaní, provincia del Pichincha. Estás fuentes fueron descritas por Salazar (1980, 1985), Mayer-Oakes (1989), Bigazzi et al. (1992), Asaro et al. (1994), Burger et al. (1994). Se retoman algunos detalles de la descripción de terreno de estos afloramientos de Bigazzi et al. (1992). Seis fuentes potenciales de obsidiana han sido definidos: Callejones, El Tablon, Mullumica, Potrerillos, Quiscatola-Yanaurcu y Yurac Paccha. La fuente más importante en volumen (aproximadamente 2 km3,) es la de Mullumica, flujo de lava riolítica que tiene la particularidad de poseer una composición química heterogénea (Bigazzi et al., 1992; Asaro et al., 1994) resultado posible de una mezcla binaria. Esta particularidad que se observa en los análisis ha sido interpretado (Asaro et al., 1994) como el resultado de una mezcla incompleta de dos magmas de composición diferentes antes de la extrusión del flujo. A aproximadamente 2,5 km al este de Mullumica se encuentra una segunda colada, menos importante, la de Callejones, cerca a la cual, se encuentran un conjunto de bloques de obsidiana en el sitio de Yurac Paccha. La fuente de Quiscatola-Yanaurco al sur de Mullumica se compone de dos afloramientos vecinos: Loma Quiscatola y el Cerro Yanaurco y un depósito secundario asociado, el de Rodeo Corrales. Se trata en efecto de un antiguo complejo volcánico erodado. La obsidiana de esta fuente es de una calidad excepcional para la talla, y presenta en algunos lugares un aspecto ahumado mas o menos característico. La fuente de Potrerillos definida por Bigazzi et al. (1992), parece corresponder a la de Yuyos descrita por Burger et al., 1994. Se trata de un pequeño edificio volcánico al sur de Mullumica. Dado su carácter no apto para la talla, nuestros resultados de la obsidiana de Potrerillos no se presentan acá. Por último, la colada de El Tablon, al sur-oeste de Mullumica ha sufrido una fuerte erosión glaciar que en su mayor parte la ha destruido. Su obsidiana esta muy hidratada y las numerosas inclusiones de perlitas que contiene la hacen un material difícilmente explotable en términos de la obtención de herramientas.

A la hora actual dada la falta de prospecciones sobre los edificios riolíticos susceptibles de contener las fuentes naturales, no existen otras fuentes reportadas en la región geográfica cubierta por este trabajo.

RESULTADOS

Nuestras actividades se han efectuado en dos etapas. En un primer tiempo analizamos obsidianas provenientes de las fuentes de la materia prima disponibles, con el objetivo de determinar los características composicionales de las fuentes naturales. El estudio de piezas arqueológicas se efectuó en segundo lugar con el objetivo de determinar en que medida era posible atribuir estas piezas a fuentes conocidas y bien localizadas.

La figura 6 presenta los resultados de los análisis PIXE para 22 muestras geológicas analizadas bajo la forma de diagramas binarios manganeso/estroncio, que permite visualizar cada uno de los grupos. Reportamos también la edad TF de estas fuentes. Estas medidas fueron efectuadas sea en nuestro laboratorio para Río Hondo (Dorighel et al., 1997b), Mullumica (Dorighel, no publicado), sea por el grupo de Pisa (Bigazzi et al., 1992) para todas las fuentes ecuatorianas. Una sola muestra del flujo de Mullumica, fue datado en ambos laboratorios con resultados concordantes: 0.17 ± 0.02 Ma (Grenoble) et 0.18 ± 0.02 Ma (Pisa).

Se observa que las seis fuentes representadas en este diagrama ocupan dominios composicionales discretos. Sola una, el flujo de Mullumica, presenta un dominio relativamente amplio: Se observa bien el fenómeno ya remarcado precedentemente por Bigazzi et al. (1992) y Asaro et al. (1994). Desde el punto de vista geocronológico, parece que estas obsidianas tienen edades comprendidas entre 0.17-0.18 Ma y 3.7 Ma. Son distinguibles las unas de las otras por la edad de formación (la precisión de las dataciones es del orden de ±3% a ±10% a ± 1 sigma) excepto la de Callejones y de Mullumica.

Sobre el diagrama binario de la figura 7, se superponen los resultados precedentes a los obtenidos sobre 130 artefactos estudiados a la fecha por PIXE (Dorighel et al., 1996 y datos no publicados). Igualmente se reportan las informaciones suministradas por las 27 dataciones TF que se disponen por el momento (Dorighel et al., 1994, 1997b y datos no publicados) para el conjunto de nuestra colección de piezas arqueológicas. Una comparación con la figura precedente muestra que la mayoría de los artefactos se encuentran composicionalmente cerca de ciertas fuentes. Solo tres, provienen de sitios de la región de Tumaco, caracterizados por un tenor muy bajo en manganeso y definen un grupo composicional muy alejado de los otros. Al tener en cuenta las dataciones TF de los artefactos, aparece claramente que ciertos conjuntos composicional (Callejones, Quiscatola-Yanaurcu) contienen artefactos con edades a veces diferentes de las fuentes a las cuales están asociados y por lo tanto deben provenir de otras fuentes. Por último, un grupo únicamente de artefactos comprendidos entre 0.25 y 0.30 Ma es composicionalmente secante con el grupo de Mullumica. El contorno de este último en la figura 7 queda ahora definido como la línea que une los puntos representativos de la composición del flujo y de los artefactos de igual edad y composición (0.17-0.18 Ma) que este.

El examen detallado de la figura 7, resalta diez grupo edad-composición de obsidianas: tres de estos grupos están actualmente conformados únicamente por muestras geológicas: El Tablon, Yurac Pacha y Callejones. Otros tres grupos encierran a la vez los artefactos y las fuentes: Por lo tanto se puede suponer que los artefactos de cada uno de estos grupos provienen de las fuentes con las que están asociados (tabla 1). Las tres fuentes en las cuales se encuentra obsidianas en los sitios arqueológicos son las de Río Hondo en Colombia, Quiscatola-Yanaurco y Mullumica en Ecuador. Los cuatro últimos grupos edad-composición están exclusivamente compuestos de piezas arqueológicas y no corresponde a ninguna fuente geológica conocida. Por lo anterior, postulamos la existencia de otras fuentes de obsidianas conocidas y explotadas por las poblaciones prehispánicas, algunas de las cuales fueron muy utilizadas, si tenemos en cuenta el gran número de sitios arqueológicos donde estas se han encontrado (Poupeau et al., 1996; Bellot-Gurlet et al., 1997; Dorighel et al., 1997b).

Las obsidianas que provienen de fuentes desconocidas se encuentran en diez de los sitios arqueológicos que se muestrearon: Una fuente de aproximadamente 0,32 Ma se encuentra solamente en la región de Tumaco (Colombia), en los sitios costeros de La Miranda, La Esperanza y la Remigia. Una segunda, de composición PIXE semejante a la fuente de Callejones (0,17-0,18 Ma) pero con edad más antigua, cerca de 0,42 Ma, solo aparece en un artefacto del sitio Ecuatoriano de La Tolita. Igualmente dos artefactos del sitio costero colombiano Inguapi, con una composición cercana a la de la fuente de 1,4-1,7 Ma de Quiscatola-Yanaurco, tienen una edad notablemente más alta de 2,6 Ma.

La fuente desconocida más frecuentemente encontrada en los artefactos de los sitios estudiados es la que caracterizamos por una edad comprendida entre 0,25 y 0,3 Ma y una composición química PIXE cercana a la de la fuente más reciente de Mullumica (figura 7). En efecto, esta obsidiana se encuentra en nueve implantaciones arqueológicas costeras y dos sitios de la Sierra (tabla 1 y figura 8). La zona costera en la que se encuentran estos artefactos, en el estado actual del conocimiento, parece coincidir bastante bien con la zona de influencia reconocida generalmente para los grupos de la cultura La Tolita-Tumaco. Por lo tanto parece que estamos en presencia de una zona de difusión de materia prima hasta el momento bien delimitada en el tiempo (principalmente Desarrollos Regionales) y en el espacio.

Bien que el número de artefactos bi-caracterizado por TF/PIXE sea todavía relativamente limitado, algunos puntos merecen ser resaltados. En primer lugar, la existencia de una fuente de edad TF 0,25- 0,3 Ma ampliamente utilizada en las culturas costera, sobre todo en el periodo de los Desarrollos Regionales, desde la provincia de Esmeraldas en Ecuador, hasta la Cocotera en Colombia. La zona de difusión de esta fuente, todavía está en estudio, y se extiende el muestreo hacía el sur y el sur-este de la Provincia de Esmeraldas, así como en la Sierra norte ecuatoriana. En segundo lugar, los resultados actuales establecen la existencia de intercambios de obsidiana entre la costa y la Sierra. Por una parte, tres artefactos de sitios costeros provendrian posiblemente de la Sierra de Guamaní (tabla 1, figura 8) y por otra parte, dos artefactos que pertenecen a un grupo edad composición de 0,25-0,3 ampliamente encontrada en la costa están presentes en los sitios del interior de Tababuela y María Olivia.

Además, podemos constatar la homogeneidad geoquímica de los 27 artefactos recolectados en los 12 sitios arqueológicos del Valle del Cauca. Esta homogeneidad podria associarse a una sola fuente. Las cuatro muestras del valle del Cauca ya datadas de los sitios de La Elvira, San Isidro, El Pital, tienen edades TF compatibles con las de Rio Hondo. Los otras muestras estan en proceso de analisis.

CONCLUSION

La combinación datación/geoquímica según su declinación TF/PIXE para la caracterización de artefactos de obsidiana permite obtener una discrimación más fina en las fuentes potenciales en las investigaciones de proveniencia de esta materia prima de la industria lítica. Establecer unos mapas mostrando la distribución geográfica de los artefactos de una misma fuente, constituirá una etapa importante para toda tentativa de reconstitución de las rutas de obsidiana y los sistemas de intercambio de este material. Este trabajo tendrá que ser llevado a cabo en paralelo con prospecciones de campo para un mejor conocimiento de las fuente potenciales de obsidiana.

AGRADECIEMIENTOS

La totalidad de las piezas arqueológicas este trabajo, fueron analizadas con el permiso de las autoridades arqueológicas competentes de cada país, sea el Instituto Colombiano de Antropología para Colombia, y el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural en Ecuador. Nosotros agradecemos a los organismos responsables ya que sin ellos este trabajo no hubiera sido posible. Igualmente expresamos nuestra gratitud a nuestros colegas arqueólogos e investigadores que han contribuido a la buena realización de este trabajo.Monica Bolaños, Instituto del Patrimonio Cultural, Quito, Ecuador; Jean-François Bouchard UPR 312 del CNRS, París, Francia; José Echeverría, Pontifical Universidad Católica del Ecuador, Ibarra, Ecuador; Nicolas Guillaume Gentil, Séminaire de Préhistoire, Université de Neuchatel, Suisa; Mercedes Guinea, Universidad Complutense, Madrid, Espana; Cristobal Gnecco, Universidad del Cauca, Popayan, Colombie; Martha Lahitte y Miguel Mendez, Popayan, Colombia; Diogenes Patiño, Temple University, Philadelphia, Estados-Unidos; Hector Salgado, INCIVA, Museo Arqueologico CALIMA, Darien Colombia; Karen Stothert, Yale University, Estados-Unidos; Marcello Villalba y Alexandra Yepez, Museo del Banco Central, Quito, Ecuador.

Nuestros más sinceros agradecimientos a nuestro colega Giulio Bigazzi de el Instituo de Geocronología de Pisa, Italia; a el equipo AGLAEdel Laboratoire de Recherche des Musées de France, Paris, J-C. Dran, T. Calligro y J. Salomon; a el Instituto Frances de Estudios Andinos y particularmente a su Director Georges Pratlong; a Victor Latorre y MULTICIENCIAS, Lima, Perú.

Una parte de los análisis presentados en este trabajo fueron realizados gracias al financiamiento del GDR 1033 del CNRS "Métodos nucleares en arqueología".

RESUMEN : Hemos caracterizado por PIXE y Trazas de Fisión del Uranio, 152 obsidianas que provienen de 7 fuentes naturales y 44 sitios arqueológicos de Colombia y Ecuador, con edades comprendidas entre 9000 AC y 1500 AD. Las muestras pertenecen a varios grupos edad/composición química. Demostramos que ciertas fuentes fueron explotadas preferentemente, algunas de las cuales permanecen aún por localizar.

Palabras-clavas : PIXE, Trazas de Fisión, Obsidiana, caracterización, Colombia, Ecuador.

ABSTRACT : We analysed by PIXE and Fission Track Dating, 152 obsidians coming from 7 natural sources and 44 arqueological sites from Colombia and Ecuador with ages ranging between 9000 BC and 1500 AD. The samples pertains to differents composition/age groups. We show that certain sources were preferentilally used, certains remaining to be located.

Key-words : PIXE, Fission Track Dating, Obsidian, caracterisation, Colombia, Ecuador.

RESUME : Nous avons analysé par PIXE et Traces de Fissions de l'Uranium, 152 obsidiennes provenant de 7 sources naturelles et 44 sites arquéologiques d'âges compris entre 9000 AvJC et 1500 AD. Les échantillons se répartissent en différents groupes âges/composition. Nous démontrons que certaines sources ont été préférentiellement utilisées, dont certaines restent encore à localiser.

Mots-clés : PIXE, Traces de Fission de l'Uranium, Obsidienne, caractérisation, Colombie, Equateur.

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