49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA) |
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Quito Ecuador7-11 julio 1997 |
Rodolfo A. Richard Jorba y Beatriz Bragoni
EMPRESARIOS POLITICOS Y EL CONTROL DEL ESTADO. DE LA PRODUCCION MERCANTIL A LA PRODUCCION CAPITALISTA. MENDOZA, ARGENTINA. 1850-1890
Rodolfo A. Richard Jorba
(Univ. Nacional de Cuyo y CONICET-Argentina)
Beatriz Bragoni
(Universidad Nacional de Cuyo y CONICET-Argentina).
RESUMEN
Se estudia la constitución de un grupo empresarial, de origen esencialmente mercantil, que accede al poder político conformando una oligarquía. Es un sector modernizante dentro del grupo dominante local que, frente a coyunturas nacionales e internacionales que desfavorecen la producción mercantil, diseña y ejecuta un modelo de desarrollo capitalista basado en la implantación de un sistema agroindustrial.
Texto
El papel de las burguesías regionales latinoamericanas en el proceso de modernización ha sido revitalizado por la literatura histórica en años recientes(1). Entre los diversos factores que convergen sobre ese proceso, la relación entre los empresarios regionales y el poder político ocupa un lugar relevante, tanto en lo referente a los límites y proyecciones de las élites empresariales como al crecimiento económico.
La transformación hacia una economía agroindustrial vitivinícola en Mendoza(2) a fines del siglo XIX representó por varias décadas un buen ejemplo de la reestructuración de las regiones argentinas, al constituir uno de los núcleos de desarrollo del interior del territorio nacional(3). Ese era el resultado más relevante del juego entre factores externos al ámbito regional, de las respuestas de la élite económica y del papel desempeñado por el estado provincial y nacional(4).
Como lo hemos señalado en otros estudios(5), el proceso de estructuración espacial de la vitivinicultura dependió de la activa participación de los empresarios regionales en el nuevo modelo productivo, cuyo comportamiento parece revelar la existencia de una lógica empresarial relativamente permeable a innovaciones de diferente tipo. Si ese rasgo se hace visible en las modificaciones verificadas en las técnicas de producción agrícolas e industriales, la racionalidad empresaria de estos agentes no dejó de vincularse e incluso confundirse con el poder político provincial, desde el cual cumplieron un rol destacado en la promoción de la economía regional.
El interrogante que organiza esta indagación busca establecer el modo en que los empresarios locales contribuyeron a la dinamización de las relaciones comerciales y al financiamiento de actividades productivas que determinaron la expansión del espacio agrícola antes de la transformación vitivinícola. Tanto las prácticas mercantilganaderas como la capitalización en la propiedad fundiaria y la incorporación a la producción agropecuaria e incluso vitivinícola, representarían los antecedentes de la empresa agrícola moderna que hegemoniza el universo económico provincial desde los '90.
La ponencia está organizada en tres apartados. El primero intenta reconocer la formación de los grupos empresarios regionales y su capitalización durante el siglo XIX. En particular interesa analizar las prácticas económicas y las redes de negocios operadas en Mendoza durante el período, que muestran un comportamiento empresario ligado a la preeminencia social y política. El segundo apartado describe la conformación de un grupo oligárquico y, el tercero, presenta el comportamiento empresarial vinculado con la modernización del estado provincial.
1. Prácticas económicas y redes de negocios, 18301890.
1.1 - La formación de los grupos empresarios locales.
En el marco de la recuperación de la economía regional después de las guerras de independencia y de la reiniciación del comercio con Chile desde los años 30, los grupos propietarios locales combinaron prácticas comerciales con procesos productivos agrícolas, básicamente cereales y forrajes. Esta última actividad tenía como objeto proveer de pastos para engorde del ganado adquirido en el Litoral o Córdoba antes de su exportación al mercado chileno. Esas relaciones económicas activaban no sólo el circuito comercial del ganado, sino también la circulación de todo tipo de bienes, porque Mendoza explotaba su posición geográfica articulando el este del país con el Pacífico. La economía dependía entonces, en gran parte, de los comerciantes, agentes que, en interacción con los mercados, indujeron los cambios productivos en función de las dificultades u oportunidades que percibieron, a fin de mantener sus ganancias en las actividades que desarrollaban y originaron de tal modo un significativo proceso de acumulación regional(6).
Sin embargo resulta difícil establecer la lógica empresarial de estos agentes a partir de su identificación socioprofesional. En este sentido, si los grupos propietarios en 1830 eran reconocidos por el poder político como comerciantes o hacendados(7), la observación de las prácticas económicas no parece revelar una división tajante entre ambos agrupamientos. En efecto, las estrechas relaciones sociales o parentales entre los individuos que se nucleaban en ambos grupos restringen la incidencia de los desequilibrios generados por la conflictividad política, porque los vínculos personales activaban un amplio espacio para las transacciones económicas(8).
Se formaron así importantes clanes comerciales organizados en torno de patriarcas experimentados en el universo de negocios. Alianzas matrimoniales más o menos estratégicas y una prole numerosa aseguraban desde el núcleo de la parentela la acumulación de riqueza y la no dispersión del patrimonio familiar. De esta manera, importantes clanes familiares lograron retener cuotas de capital originario que les posibilitaron simultánea o posteriormente derivar recursos a la producción rural complemento natural de sus actividades comerciales(9). El flujo mercantil interregional parece haber sido un elemento indispensable para derivar recursos a otros sectores.
Esas inversiones contaron con cierto apoyo estatal para asegurar el circuito del ganado. Desde los años 30 las administraciones provinciales consideraron importante favorecer y controlar la creciente actividad ganadera que proveía al mercado chileno. Junto a obras públicas diversas, el control de la campaña(10) y de la frontera con el indígena, después de 1850 los gobiernos locales dispusieron la extensión del regadío en el este provincial, en zonas ubicadas sobre el camino que vinculaba Mendoza con el Litoral, la antigua ruta colonial. Esa ampliación de tierras irrigadas implicó para los hacendados y comerciantes mendocinos la posibilidad de diversificar sus inversiones y dispersar territorialmente sus haciendas y estancias. Los clanes mercantiles podían entonces complementar sus actividades con producción agrícola y ganadera que, en algunos casos, incluía "poblar estancia" en el sur cordobés o al norte de Buenos Aires. El primer ejemplo puede representarse en el caso de los González: cinco hermanos con inversiones rurales diseminadas en los oasis norte y sur mendocino y con inversiones en el sur cordobés(11). El segundo, lo representa el viejo patriarca Domingo Bombal con inversiones en la actual Pergamino (Buenos Aires).
La vinculación con el Litoral no agotó las relaciones comerciales de los empresarios mendocinos. La influencia de la permanencia en Chile y las relaciones personales construidas por algunos exiliados durante la etapa rosista, sugieren que la expansión económica mendocina registrada en la década de 1850, tiene que ver, y no poco, con la dinamización de los negocios en la neurálgica Valparaíso. El tráfico mercantil y el flujo de información y de personas entre el vecino país y la cercana Mendoza revelan interrelaciones que incluyeron desde inversiones diversas hasta asociaciones comerciales y financieras que dieron origen al primer experimento bancario en Mendoza en 1866.
La utilización de un tradicional circuito de intercambio no impidió por cierto que un nuevo tipo de vinculaciones económicas transitara esos mismos recorridos. Por consiguiente, interesa mostrar en qué medida la preeminencia empresaria (y por ende la capitalización de estos núcleos de empresarios) dependía de la posibilidad de establecer nuevos negocios a partir de esos bienes relacionales. Así como la experiencia crediticia y bancaria de la red empresaria de los González ha sido abordada en trabajos previos(12), es pertinente señalar otras situaciones.
El modo por el cual los intereses pecuarios de estos individuos se integraron con los servicios de transporte puede revelar este asunto(13). Los empresarios regionales conseguían surtirse de recursos económicos no sólo por los servicios de transporte sino también por el hecho de suministrar pasturas para el consumo del ganado de otros transportistas. En este sentido, el progresivo avance del FFCC no sólo implicaría la pérdida de un activo importante en el patrón de inversiones de los empresarios locales, sino que incluiría un universo más amplio de agentes económicos diseminados en el territorio interregional y que estructuraría una nueva geografía(14). Ese desequilibrio también se haría sentir al otro lado de la cordillera. "Adelantamos en frontera, pero nos viene la ruina a las Provincias del Interior con el FFCC, que se viene metiendo, y quitándonos el transporte de nuestros productos, en nuestros propios elementos de carros y mulas, que daban vida a las provincias, dando ocupación a mucha gente. Esa es la causa porque está pobre Chile, desde que le metieron el FFCC, dándole a los ingleses, lo que ganaban los criollos, es un progreso muy mal entendido" (15). Esta situación revela en qué medida estos comerciantes y transportistas locales controlaban el tráfico mercantil (importación y exportación de diversos productos) desde Rosario hasta la plaza de Mendoza. Por lo tanto, los tradicionales beneficios económicos que producía este virtual "comercio de tránsito" se veían amenazados por los ferrocarriles, los cuales tendían a eliminar una red de intermediación comercial y de servicios importante, a la vez que redefinirían los circuitos y la vigencia o no de los centros comerciales(16).
1.2 - Crédito, inversiones productivas y relaciones políticas
Esta lógica de negocios interregionales sirvió efectivamente tanto a la vigencia de circuitos comerciales muy antiguos como también para estructurar nuevas vinculaciones con otros espacios dentro del sostenido proceso de acumulación primaria en el ámbito regional. En este sentido las prácticas económicas registradas en los protocolos notariales entre 1850 y 1890 configuran un amplio abanico de operaciones y sugieren, por lo tanto, que los fondos acumulados por la práctica mercantil daban cabida a diferentes y nuevos negocios. Esas redes de relaciones empresariales incluían al estado, porque movilizaban importantes recursos en el marco de cambios institucionales y fiscales.
1.2.1 - El crédito.
En franca analogía con otros casos hispanoamericanos, la disponibilidad de activos financieros hasta mediados de siglo estaba en poder de instituciones eclesiásticas y, en menor medida, de las clases propietarias mendocinas. Sin embargo, después de 1850, se difunde el crédito laico administrado por particulares o por empresarios. En el marco del negocio ganadero, "Mendoza como las restantes provincias del oeste vinculadas comercialmente a Chile carecían de control de la oferta monetaria y sólo obtenían metálico de sus excedentes con el país trasandino, que fluctuaban según las variaciones del comercio. De modo entonces que, tanto la Iglesia en su momento, como los empresarios y propietarios que la fueron sustituyendo, cumplieron una importante función económica al hacer circular una reducida masa de metálico en una economía necesitada del crédito para la formación de capital y la expansión de los negocios. Con el control de las finanzas, los grupos empresariales se diversifican hasta alcanzar el dominio sobre la economía provincial" (17).
Las prácticas crediticias revelan una amplia variedad de operaciones. Los créditos podían servir para renta del propietario o para la reproducción del capital (esto es, capitales financieros ociosos, que se reproducían a la espera de oportunidades de inversión o de su empleo como capitales de giro); también están representados los créditos con usufructo de propiedades del deudor (un propietario entregaba sus bienes inmuebles para uso irrestricto del acreedor lo que culminaba reiteradamente en la apropiación del bien usufructuado por parte del otorgante); la combinación del crédito eclesiástico y laico también sirvió para la capitalización empresarial(18).
Se destacaron, además, los créditos y habilitaciones para la producción y el comercio, otorgados siempre por comerciantes, los cuales generaban condiciones de subordinación del productor al capital mercantil sin perjuicio de que éste objetivamente estuviera promoviendo la producción(19). Las operaciones crediticias incluyeron asimismo a empresarios chilenos y mendocinos. La magnitud de algunos préstamos entre 1856 y 1863 indicaría una importante asimetría de la relación, con cierta subordinación de los mendocinos frente al prestamista chileno(20).
La administración de fondos de terceros era otro tipo de servicios financieron prestados por empresarios mendocinos, y tenía la particularidad de trascender el medio local y extenderse hacia un ámbito regional amplio. La representación de inversores de las provincias de San Juan y San Luis para la administración de excedentes financieros muestra la lenta configuración de un mercado de capitales en la región cuyana, que opera desde la ciudad que ofrecía mejores condiciones para su reproducción, pero además confirma que el desarrollo del crédito como actividad burguesa, formaba parte de un proceso que se generalizaba en diversas regiones de América Latina(21).
Finalmente, los préstamos de particulares al estado provincial satisfacían parte de las necesidades de financiamiento del fisco en operaciones pactadas al más alto interés (3% mensual). Una modalidad de estos préstamos tenía como contrapartida el usufructo y la posibilidad de apropiación de tierras fiscales por parte del prestamista(22). En sus efectos económicos y espaciales, estas operaciones generaban también una concentración de la tierra. Enormes extensiones de campos fiscales aptos para la cría de ganado, cercanos a la frontera con Chile, incrementaban el control de los empresarios sobre los espacios de vinculación con el mercado trasandino.
1.2.2 - Las inversiones productivas
En la segunda mitad del siglo XIX el empresariado regional conoció importantes renovaciones, vinculadas a nuevas situaciones políticas y al afianzamiento del estado provincial. En efecto, al núcleo dinamizador de la burguesía mendocina debe sumarse la activa participación en el universo de negocios locales de individuos de reciente arribo. Europeos, chilenos, provincianos (rosarinos, sanjuaninos, puntanos y porteños), junto con antiguos exiliados o emigrados mendocinos, impulsaron cambios sustanciales en el empresariado de Mendoza.
Si el origen de los capitales es centralmente mercantil, las novedades operadas en el campo de las sociedades contractuales constituyen un signo de modernización que se acentuaría en la segunda mitad del siglo(23). Mayores capitales, emprendimientos más ambiciosos y ciertas limitaciones a la responsabilidad patrimonial individual fueron construyendo la transición hacia el capitalismo agroindustrial finisecular; aunque en no pocos casos, se aprecia una intención de trabar la libre concurrencia, estructurándose negocios que, de hecho, buscaban mercados verdaderamente "cautivos".
1.2 3 - Negocios y estado
En cuanto a negocios con el estado, los empresarios locales no constituyeron una excepción a lo que era un comportamiento habitual durante el período estudiado. La preeminencia económica corría paralela con la ocupacióna de cargos públicos relevantes, ejecutivos, legislativos y judiciales; aunque también los liderazgos empresariales influían en el poder político por otras vías.
Las prácticas de contratar con el estado, como proveedores de diferentes servicios o como constructores de obras públicas, eran tramitadas por agentes que reunían la doble condición de empresario y funcionario estatal. Esos mediadores podían aceitar la obtención de beneficios económicos para su propio provecho, para sus parientes, amigos o socios. Son numerosos los ejemplos que se verifican en este sentido en los protocolos notariales a partir de 1862, cuando la conducción política provincial establece lazos importantes con los gobiernos nacionales que culminaron en la "interiorización" de Mendoza y en el liderazgo sobre las otras provincias de Cuyo(24).
Estas vinculaciones remiten de algún modo a una práctica de negocios que incluía al estado nacional(25). Como es bien sabido la llamada "Campaña del Desierto" implicó una movilización de recursos económicos importantes por parte del Estado nacional(26). El hecho de abastecer a la tropa con víveres y ganado motivó a los empresarios mendocinos para competir con otros proveedores del estado. En este contexto, una serie de episodios banales en torno a la obtención de una licitación pública, que se resolvería en Buenos Aires, ilustran hasta qué punto los negocios con el estado formaban parte de las estrategias de los empresarios regionales. La línea de frontera sudoeste (comandada por el coronel R. Ortega, gobernador 1884-87) fue abastecida por la proveeduría de Daniel González y Francisco Schaeffer(27). Estos socios habían presentado ante el gobierno nacional una oferta (licitación pública mediante) por carne, galletas, azúcar y tabaco. Para ello se habían asociado con un mendocino residente en Buenos Aires, Agenor Chenaut (quien también colocaba letras y giros del Banco González en bancos porteños y londinenses), concuñado de Lucas González quien conducía en ese año el ministerio de Relaciones Exteriores de Avellaneda.
En noviembre de 1878 Daniel se preparaba para entrar a competir con otros empresarios que pretendían ser los elegidos para surtir a las tropas que ampliarían la frontera: "Yo ya soy conocido en esa plaza y quiero alejar a todos los proveedores, y mi propuesta no puede hacerle tan baja, ninguna otra y te la acompaño, por separado" . La necesidad de ser reconocido en Buenos Aires, no implicaba por caso disputar posiciones con interesados porteños, porque en verdad los competidores más importantes eran los que podían proveer a las fuerzas militares en los límites geográficos más próximos a los territorios ocupados por los indígenas: "Aquí se dice que Francisco Civit y Joaquín Villanueva han contratado con el Gral Roca la compra de 1000 caballos y 1000 mulas... es probable que la Comisión sea buena "(28). Esta última suposición de Daniel nos ingresa al universo de la manipulación de recursos estatales y de las redes sociales que estructuraban grupos empresariales y poder político(29).
Pero la estrategia diseñada por Daniel González no apuntaba solamente a salvaguardar sus recursos por la vía informal de relaciones con el estado comprador de bienes y servicios, porque su pivote de abastecimiento estaba en posiciones inmejorables para surtir los requerimientos que requería el avance desde el sur de Mendoza hasta el Neuquén: "Sólo me intereso por esta frontera, porque tengo todos mis recursos, y busco consumir el ganado que engordo en mis pastos y la harina de mi molino. Cualquiera que saque esta proveeduría a menos precio que el mío, tiene que perder y tiene que buscarme a mí , para comprarme el ganado gordo y la harina y tal vez me da mejor resultado" (30).
Aunque su confianza, un tanto excesiva sobre el éxito de su estrategia, preveía los recursos materiales que Daniel retenía y sus vinculaciones con los administradores del estado nacional, su lógica incluía también la posibilidad de perder el negocio calculado: "El año pasado la volvió a obtener Tejerina y no puedo convencerme de que en la presentación de propuestas, deje de haber alguna informalidad, valiéndose esos señores prepotentes, de algún medio, para conocer todas las propuestas antes de abrirlas, y entonces fijar precio más bajo. Tú puedes calcular si es posible, ésto que te digo, y ver cómo evitarlo, llevando la propuesta en el momento de ser abiertas. Sin dar lugar a que esos empleados que intervienen, puedan abrirla tomando conocimiento de ella, y volver a cerrarla. Cuando se quiere preferir a un proveedor, creo que hay muchos medios para poder emplear que parezcan legales. El socio del Sr. Hardoy me propone arreglo... pero esto no pasa de conversación" (31).
El texto nos brinda una visión sin interferencias para observar la capacidad de los vínculos personales para incidir en las estructuras del estado nacional como asignador de recursos. Pero Daniel no sólo recurre a su hermano sino que su misma lógica preveía, por otros canales informales, que la oferta llegara a buen término. Esto es, que desde la ocupación de un cargo público podían derivarse recursos (en este caso información e influencias) al dominio de los negocios privados.
En un plano general, a las condiciones nacionales e internacionales que favorecieron el cambio hacia la especialización económica, se suma como factor tecnológico fundamental el ferrocarril. Desde el Estado provincial se fueron generando políticas de estímulo a la vitivinicultura que transformaron el oasis y refuncionalizaron el espacio. A partir de las administraciones de los empresarios-políticos Francisco Civit (1873-76), Elías Villanueva (1878-81) y la de Tiburcio Benegas (1887-89)... se dictaron normas de promoción fiscal, formación de recursos humanos, atracción de inmigrantes, expansión del crédito, obviamente aprovechadas por el grupo empresarial que dominaba el estado y la economía, para incorporarse de tal modo a la moderna agroindustria(32). Agregado a ello, el libre flujo de mano de obra, los altos salarios iniciales que abrieron posibilidades de ahorro y capitalización, la difusión del crédito institucional (Bancos de Mendoza, Nacional e Hipotecario), fueron factores concurrentes a la incorporación de un número creciente de pequeños propietarios a la producción del sector, a la vez que se producía una concentración de la propiedad vitícola en manos del grupo dominante y de nuevos empresarios capitalizados en la región aunque de origen inmigrante.
Los procesos de estructuración espacial de la vitivinicultura y la inserción de los empresarios en el nuevo modelo productivo, descriptos en otros estudios(33) respondieron a estrategias lógicamente concebidas: utilización del crédito e inversión en la etapa agrícola, distribuída en explotaciones de distinta localización, como modo de minimizar el riesgo de desastres naturales y mantener formas de control social. La viticultura moderna se justificaba ante las perspectivas de rápidas y grandes ganancias motivada por una demanda creciente, y aprovechando la exención de impuestos con que el estado provincial subsidiaba parte del desembolso inicial del nuevo cultivo promocionado. La inversión en la etapa industrial fue también otro objetivo cumplido por los empresarios, con un mayor riesgo para sus capitales. Pero también se mantuvieron las actividades tradicionales; y el poder político, hasta que la reestructuración social en este siglo, motivó una ruptura del hegemonismo.
Así como desde mediados del XIX se detectan relevos e integraciones en el interior del grupo dominante, en las últimas décadas se reitera el fenómeno, con la inserción de empresarios surgidos de la inmigración masiva, por vías asociativas o matrimoniales. Sus hijos formarán parte del poder político en el siglo XX(34). Con esta inmigración se inicia una actividad complementaria y a la vez superadora de la vitivinicultura: la industria de materiales y equipos para bodegas y la agroindustria en general, que nacerá cabalgando entre el XIX y el XX y alcanzará gran desarrollo después de 1950. Esta industria es la generadora del "consumo en profundidad", entre empresas, factor esencial para cualquier proceso de industrialización y desarrollo económico que pretenda alcanzar ciertos niveles de autonomía en un mundo interdependiente.
2 - El control del poder político
De acuerdo con Botana, Alberdi elaboró una fórmula prescriptiva de organización política que se efectiviza en la Constitución Nacional de 1853, fórmula mediante la cual se buscaba conciliar elementos del antiguo régimen con otros, imprescindibles para la construcción de una nación abierta al futuro, que incluían la inmigración, la colonización de tierras fiscales, los tendidos ferroviarios... "El medio seleccionado para alcanzar estas metas es el régimen político. ... /que/ otorga el ejercicio del gobierno a una minoría privilegiada; limita la participación política del resto de la población..." (35).
El proyecto alberdiano se orientaba hacia el modelado de una nación plenamente capitalista; al final del proceso, el resultado sería la conformación de una sociedad compleja. Una nueva economía y una nueva sociedad. Era necesario, además, otorgar las garantías para la actividad civil del resto de la población, con lo cual se buscaba impedir -dice Halperin-, que el régimen autoritario se convirtiera en arbitrario(36).
Pero la fórmula prescriptiva, un diseño formal, requería de otra que diera operatividad al régimen inaugurado en el 80 y que se traduce como " un sistema de hegemonía gubernamental que se mantiene gracias al control de la sucesión. Este control constituye el punto central del cual depende la persistencia de un sistema hegemónico"(37). Ambas fórmulas coincidían "tan sólo en su punto de partida: los únicos que podían participar en el gobierno eran aquellos habilitados por la riqueza, la educación y el prestigio."
"La observación es importante, pues a partir del 80 el extraordinario incremento de la riqueza consolidó el poder económico de un grupo social cuyos miembros fueron 'naturalmente' aptos para ser designados gobernantes. El poder económico se confundía con el poder político..." (38), coincidencia que lleva al uso del término oligarquía (39).
Mendoza formaliza su organización institucional en 1855, con la Constitución que rigió hasta 1895. La ley fundamental se ajustó a la nacional y combinó, obviamente, idénticas restricciones políticas con las garantías para las actividades civiles, particularmente las económicas; dio una estructura formal al estado y estableció normas para su funcionamiento, a las que deberían ajustarse los actores que lo controlaban, aunque no siempre se cumplían. Con posterioridad a Pavón(40) se hará más evidente una conformación oligárquica dentro del grupo dominante, familias de "notables" que establecerán una "relación simbiótica" entre lo público y lo privado, entre el poder económico y el político. La oposición -agentes de la misma élite- será excluída, aunque algunos de sus segmentos se dejarán seducir, incorporándose finalmente al grupo oligárquico.
Desde los años 60, algunos de los miembros de la élite irán integrándose en una alianza mayor, de alcances nacionales(41), acompañando el proceso de desarrollo del poder central que tendrá su manifestación culminante con la derrota del partido porteño y la federalización de la ciudad de Buenos Aires (1880), momento en que comenzaría a funcionar el estado-nación moderno con una verdadera dirigencia nacional, que si bien incluye a las élites provinciales, las subordina a un marco de referencia mayor: la nación.
De acuerdo con las normas constitucionales, sólo podían acceder a los cargos claves en el estado los miembros de las clases propietarias que dispusieran de una fortuna considerable(42), lo que era una primera restricción. Con ello, la legislación fundamental confirmaba una situación anterior de dominio del estado por la élite económica.
Después de Pavón, los miembros de la élite de tradición unitaria-liberal y algunos de origen federal, integran una oligarquía provincial y estructuran un sistema hegemónico en los términos señalados anteriormente por Botana; hegemonía que no sufrirá alteraciones sustanciales -salvo conflictos en el interior del grupo- y se prolongará hasta la segunda década del siglo XX cuando entra en crisis el régimen nacional al que estaba incorporado el subsistema político local.
Los hombres surgidos de la actividad mercantil gradualmente accedieron a posiciones de poder hasta liderar políticamente a la élite. No dudamos que este proceso coincidió con el surgimiento y difusión de una mentalidad burguesa, que priorizaba la valorización y reproducción del capital. Los comerciantes, a comienzos de los 40, se muestran como grupo de presión capaz de obtener del estado una verdadera "reserva de mercado", en tanto se grava a los no residentes extranjeros con cargas tales que elevarían sus costos y les impedirían competir, pero reduciéndolas a la mitad si se asociaban con el comercio local. Políticamente, el rosismo sugería la carta de ciudadanía para ejercer lícitamente el comercio, con menos impuestos y con buenas perspectivas económicas. Muchos debieron emigrar a Chile junto con unitarios declarados "locos" por decreto del gobernador Aldao, a quienes se prohibía contratar, testar, tener personería...(43). Son los que al regreso promoverán el libre comercio, las ideas liberales y acogerán la inmigración como sinónimo de ciencia, capital y trabajo(44).
Con posterioridad a la caída de Rosas (1852), el grupo de comerciantes se renueva e incrementa su participación política, pero en estrecha vinculación con los hacendados.
Eusebio Blanco, que se desempeñó como diputado en la convención constituyente de Mendoza en 1855, se integra al primer gobierno constitucional de Cornelio Moyano como Juez de Conciliación. Los inmigrantes tempranos comienzan a vincularse al poder ocupando los espacios que les permitía su condición de extranjeros, todo lo cual indica una apertura gradual hacia nuevas ideas(45). Francisco Civit, emigrado a Chile cuando su padre se exilió en los '30, regresó y emprendió la actividad comercial de sus mayores a comienzos de los '50, iniciando también su actuación publica en un cargo menor, como tercer suplente en el Juzgado de Comercio.
Después de Pavón, con Luis Molina impuesto como gobernador por el comisionado nacional Domingo F. Sarmiento, los agentes de tradición unitaria, de viejas familias como los Villanueva, junto con ex-federales cooptados y aquellos miembros pertenecientes a los núcleos surgidos de actividades mercantiles, muchos de los cuales -reiteramos- estuvieron exiliados, acceden al control efectivo del poder político y excluyen toda posible oposición(46). Ellos constituirán un grupo oligárquico que dirigirá al conjunto de la élite. Son los Arroyo, los Blanco, los Bombal, los Civit, los González, los Villanueva, los Zapata... Los líderes de este grupo fueron Francisco Civit y posteriormente su hijo, Emilio, hombre de reconocida calidad de estadista(47).
Un manifiesto de los seguidores de Arístides Villanueva que propiciaban su elección como gobernador de la provincia, resume la concepción política de la oligarquía local:
"Perteneciente el señor Villanueva a una de las familias de más lustre por su clase, todas sus relaciones se componen de gente de primera categoría. Entre ellas no figuran personas de baja ralea o de mediana esfera, sino individuos distinguidos por su cuna, su talento, su ilustración y su fortuna que forman la verdadera importancia de la Provincia" (48).
Con esta burguesía -devenida en grupo oligárquico-, más dinámica, receptiva a las innovaciones técnicas, seguidora del "progreso", comienzan a imponerse las fuerzas funcionales sobre las territoriales(49).
El desarrollo del poder central que culminará en la configuración definitiva del estado-nación sólo comenzará después de Pavón y será dirigido por Buenos Aires. Los grupos locales más dinámicos resignarán entonces la mayor parte de su autarquía ante el poder nacional que impondrá sus normas. Perderán movilidad política, aunque -alianzas mediante- incorporarán a sus miembros en los círculos de una dirigencia nacional en formación. En el plano económico se insertarán en un nuevo ordenamiento que les ofrecerá mercados unificados y en expansión, lo que aseguraría la colocación de toda la producción que pudiera llegar a ofertarse.
Con la producción cambiando de una posición subordinada al capital mercantil a una de preeminencia, se irán imponiendo las fuerzas funcionales, porque los lazos que éstas construyen tienen por base el mutuo interés. Para el capitalismo industrial ese interés radicaba en el desarrollo de mercados para sus manufacturas, servicios e inversiones en infraestructura; para el estado nacional significaba el ejercicio de la soberanía territorial, el monopolio de la fuerza y el desarrollo de una clase dirigente nacional dotada de un enorme poder económico, aunque asociado y subordinado al capital transnacional; para las provincias o regiones, en fin, el armado de una nueva relación política que si bien era dependiente del poder central, tenía como contrapartida la posibilidad de participar y decidir y, además, ofrecía la palpable ampliación sustancial de sus horizontes económicos.
La oligarquía provincial tratará de asegurar la formalidad institucional a medida que el poder nacional adquiera presencia territorial. Se afianzará como oligarquía construyendo una hegemonía sin alteraciones significativas -sin perjuicio de lo cual, hubo conflictos entre facciones en el interior del grupo- y operará para mantener el poder económico controlando buena parte de la producción, el comercio y los servicios, al menos hasta la primera década del siglo XX.
Sus hombres serán gobernantes progresistas en términos económicos, porque construirán desde el estado la Mendoza moderna, capitalista, agroindustrial. Extenderán la educación pública, ampliarán el espacio valorizado y consolidarán a la ciudad capital en su papel de metrópoli regional. Su hegemonía les aseguró durante décadas que los recambios se produjeran sin sobresaltos y que se conservara el control de la cosa pública confundida con la esfera privada.
3 - Políticos-empresarios y la modernización del estado: cambios y conflictos
Algunos aspectos de la modernización estatal realizada por el grupo oligárquico y las reacciones que provocaban los cambios en el interior del sector social dominante, confirman que una burguesía mercantil había tomado la conducción del proceso(50).
Una década antes de Pavón y de la conformación del grupo oligárquico, los gobiernos de Mendoza iniciaron el camino de la organización de un estado moderno, que se plasmaría con el ordenamiento constitucional. El gobernador Segura, luego de la caída de Rosas, prohibió levantar empréstitos o contribuciones forzosas a fin de otorgar seguridad jurídica a la propiedad(51). Segura propiciaba además, modificaciones al sistema rentístico provincial.
La gradual modificación de la estructura tributaria significó, por una parte, la eliminación de gabelas coloniales, como las alcábalas(52) y, por otra, la creación de gravámenes que afectarían a los propietarios de tierras, proceso que en cierto modo invertía el tradicional desbalance que existía en perjuicio del comercio en la primera mitad del siglo. El impuesto territorial, por caso, fue creado en 1855 y se constituyó en una fuente de recursos fiscales de primera magnitud, pasando del 12% de los ingresos provinciales en 1857 al 15% cuatro décadas más tarde. En el mismo período, las patentes comerciales (casas mercantiles y abastos de carne) pasaron del 34 al 13%(53).
La modernización del estado se produjo, además, en un marco de integración gradual y de subordinación al estado nacional en desarrollo. En tal sentido, diversas disposiciones legales del poder central comenzaron a tener aplicación real en todo el país y Mendoza no constituyó una excepción, salvo algún caso aislado(54). Se puso así en vigencia el Código de Comercio de la Nación mediante decreto provincial del 15-10-1862, uniformándose las relaciones comerciales, la organización empresaria y sus responsabilidades. En años posteriores, otros códigos, la legislación monetaria, el monopolio central de la fuerza militar, etc., afirmarían la primacía del poder nacional y la subordinación del estado provincial. Paralelamente, se irían consolidando las relaciones políticas entre el grupo oligárquico local y los agentes del poder central(55).
Dentro de la tendencia hacia un mayor equilibrio en los gravámenes, entre fines de los años 60 y mediados de la década de 1880, los impuestos directos se combinan con una división del territorio provincial en categorías que tienen una clara finalidad de facilitar el poblamiento y el desarrollo de actividades económicas en las áreas alejadas de la ciudad de Mendoza. Sin duda esta era una política fiscal moderna.
En la década de 1870 se perfila nítidamente un conflicto en el interior de la élite, vinculado con la modernización del estado y la extensión de sus servicios(56), lo que implicaba el aumento del gasto público. El grupo oligárquico modernizante estaba integrado por políticos-empresarios con mentalidad definidamente burguesa. Los Civit, los Villanueva, los Benegas... tendrán la oposición de sectores más conservadores, que reaccionan frente a la integración funcional de Mendoza al país y al mundo propiciada por los primeros. En este conflicto, el peso de la parentela parece ceder frente a la percepción de los beneficios que podrían esperarse del "progreso"(57), que además de sus motivaciones ideológicas, se comenzaba a palpar en una materialidad traducida en telégrafos, ferrocarriles, desarrollo agrícola, etc.
A los aspectos progresistas que se van reflejando en la organización y funcionamiento del estado(58), se oponen otros, como la coacción sobre los trabajadores mediante la aplicación fáctica como ley provincial, de una ordenanza municipal sobre "servicio doméstico", que restableció desde 1874 el trabajo servil y la papeleta de conchabo y que tendrá vigencia hasta 1900(59).
Es con Francisco Civit con quien se consolida el poder del grupo oligárquico, "con la Cámara incondicional de amigos y familiares probados, con la policía y la milicia disciplinada, con los subdelegados (municipales-comisarios políticos) investidos de amplias facultades a fin de tener sometida a una sola voluntad toda la campaña"(60).
Se aplica, por primera vez en estos años, el poder del estado para promover la producción agrícola y, específicamente, se inicia una definida política tendiente a favorecer el desarrollo de la viticultura(61). Para ello, la ley impositiva de 1874 redujo a menos de la mitad las tasas que debían pagar los propietarios de terrenos cultivados con viña. El mensaje con el que Civit elevó el proyecto de ley pone de manifiesto la decisión de aplicar políticas activas para incrementar la actividad económica que conducirán, gradualmente primero y aceleradamente desde mediados de los 80, a una notable transformación del espacio productivo y del paisaje agrícola.
Otras cuestiones importantes tienen que ver con la elección de la viticultura como cultivo principal para una producción especializada, para lo cual el estado adopta políticas tendientes a su modernización y expansión y se promueve el desarrollo de factores concurrentes a ese objetivo. La creación en 1872 del Departamento de Agronomía como dependencia del Colegio Nacional -indicativa de la colaboración del estado nacional con la provincia-, sería la base para la formación técnica de recursos humanos capaces de mejorar la actividad agrícola en general y la viticultura en particular, hecho que también generó resistencias en los sectores conservadores(62). El avance de la educación técnica es un ejemplo de las posiciones modernizantes sostenidas por el grupo oligárquico y la clara conciencia que tenía sobre la necesidad de formar personal técnico como fundamento para el desarrollo de una producción agrícola e industrial eficiente(63).
La promoción de la inmigración es otra labor conjunta de los estados nacional y provincial en los años 70, tendiente a lograr la rápida formación de un mercado de trabajo con abundante oferta de mano de obra agrícola, lo que daría lugar a la rápida expansión de los cultivos y el posterior desarrollo de la industria(64).
Los años 70, en definitiva, constituyen una época de transición en la que se afirma en el poder un grupo modernizante, consustanciado con la idea de progreso infinito, muy relacionado con el poder nacional; mientras que el sector más conservador terminará plegándose al cambio que se gestaba, con el ferrocarril que unificaría el territorio y el mercado interno, la inmigración que poblaría campos y ciudades, la instrucción pública que cohesionaría la sociedad en torno a ideología y valores de los grupos dominantes, el pionero telégrafo cuya instalación había permitido palpar el acortamiento del tiempo y del espacio para la circulación de la información política y económica, y, en fin, la moderna legislación nacional y la construcción gradual del moderno estado-nación. Transición en la que interactuaron factores internos y externos sobre el espacio mendocino modificando sus estructuras productivas y refuncionalizándolo.
Las dos últimas décadas presenciaron una aceleración del proceso modernizador del estado, que se hacía más complejo, acorde con las transformaciones demográficas, económicas y espaciales. El Poder Ejecutivo procura extender y mejorar los servicios de administración de justicia, salud pública y educación común (gobierno de Elías Villanueva, 1879-1881). La moderna ley general de aguas, sancionada en 1884, consideró la irrigación como un sistema integrado a diferencia de la legislación anterior, de raíz indiana, elaborada de modo fragmentario y referida en particular a cada cauce, lo que originaba graves problemas en la distribución del recurso hídrico, siempre escaso. Las políticas de promoción fiscal de la viticultura conducen, junto con la habilitación del servicio ferroviario a mediados de los 80, a una rápida modificación del uso del suelo agrícola, transformando el tradicional paisaje de potreros y sementeras en cuadrículas de extensiones variables, cubiertas exclusivamente por viñedos. En esta línea, la ley de creación del Banco de la Provincia de Mendoza, como empresa mixta, otorga a la provincia una herramienta financiera para apoyar la producción vitícola(65).
En la década de 1890, el estado incrementa sus ingresos como consecuencia de los favorables resultados de sus políticas de promoción fiscal del viñedo y del impacto producido por el ferrocarril en la expansión del cultivo. El desarrollo de la bodega, su tecnificación y el consecuente y sustancial aumento de la producción de vinos, determinan la irreversibilidad de la implantación del nuevo modelo de desarrollo capitalista, el sistema agroindustrial vitivinícola. Esta actividad se convierte en la principal fuente de recursos fiscales, lo que muestra el altísimo grado de especialización económica hacia el que se avanzaba en la provincia. Indica, asimismo, que la vitivinicultura otorga al estado provincial una autonomía financiera considerable frente al poder central y, por consiguiente, el grupo oligárquico adquiere una mayor capacidad de negociación política dentro de la dirigencia nacional, a la vez que afirma su propio poder local al controlar un estado relativamente próspero(66).
Desde comienzos de esta década, el estado comienza a percibir impuestos de los viñedos promocionados que culminaban sus períodos de exención, lo que contribuye a incrementar notablemente el ingreso por impuesto territorial o contribución directa, como ya fuera mencionado. Las exenciones seguirán aplicándose por períodos de 5 años para los nuevos viñedos implantados, hasta 1902 inclusive, momento en que el desarrollo del modelo vitivinícola continúa por su propia dinámica económica y va cubriendo el espacio productivo.
También en aquellos años 90 comenzó a gravarse la producción industrial (vinos y alcoholes) y la uva francesa, cuyas cepas se convertían en el cultivo dominante. Estos impuestos, que se aplicaban a los genéricamente denominados "Frutos del país", se incrementaron siguiendo el ritmo de la creciente producción hasta significar más del 50% de la recaudación fiscal al promediar la primera década del siglo XX. En suma, el sector industrial se convirtió en el principal financiador del estado. Como contrapartida, el sector público generaba economías externas al sistema agroindustrial, con obras viales y de irrigación entre otras, y también asumiendo un papel activo en la defensa de la producción provincial y regional contra los frecuentes fraudes en la elaboración de vinos. En este aspecto, el estado destinó fondos de los impuestos a los vinos "para fomento, defensa y propaganda de la industria vitivinícola y para ayudar al sostén del Centro Vitivinícola que se establecerá en la Capital Federal..."(67).
Las dos últimas décadas del siglo muestran los resultados de la modernización diseñada y dirigida por el grupo oligárquico: viñedos implantados con nuevas tecnologías (3.000/4.000 plantas por ha, conducción en espaldera, podas, etc.) y ocupación de 17.830 ha en explotaciones especializadas, con el beneficio de la exención de impuestos. De 420 bodegas en 1887, casi todas de tecnología colonial, se llegó a 1.084 en 1899 con numerosos establecimientos grandes y tecnificados. La elaboración de vinos creció de 58.900 Hl en 1888 a 855.000 en 1899. La élite económica terminó plegándose al nuevo modelo productivo y 30 grupos familiares controlaban en 1900 más de un tercio de los viñedos(68). En la primera década del XX, Mendoza producía el 80% del vino argentino y en 1913, el Censo Industrial ubicaba a la uva, por su valor, en el quinto lugar entre la producción agrícola argentina.
A modo de síntesis
En la formación de los grupos empresariales locales tuvieron notoria incidencia los vínculos personales, que activaban el intercambio mercantil de Mendoza con otras regiones. Las redes constituyeron entonces un activo más, aunque esencial, en su patrón de negocios. El Estado estaba mixturado con estas redes y era utilizado para nuevos negocios y como generador de economías externas para el sector privado. Desde las actividades mercantil-ganaderas y de intercambio de bienes y servicios hasta el control del crédito y las finanzas, los empresarios acumularon capitales localmente, proceso que fue básico para las transformaciones productivas que conformarían, junto con la provincia de San Juan, una de las economías regionales del país.
El cambio en las condiciones políticas nacionales, con la caída del rosismo y sobre todo después de Pavón, allanó el camino para que antiguos emigrados, empresarios del comercio, crecieran políticamente hasta controlar el poder y constituir un grupo oligárquico que devino en hegemónico, aunque aliado del poder central que avanzaba hacia la definitiva organización del estado-nación moderno. Este grupo oligárquico diseñó y ejecutó la modernización en Mendoza, implantando una economía agroindustrial especializada en vitivinicultura, complementaria de las otras regiones, con cuya producción conquistó el mercado unificado ofrecido por un estado nacional integrado y una infraestructura de transportes rápidos que unía los principales centros urbanos y sus hinterlands.
Notas y bibliografía
1 - Entre una variada producción, puede consultarse por ejemplo, a Mario Cerutti, "Comerciantes y generalización del crédito laico en México (18601910)" en AnuarioIHES , VII, 1992, pp.211238 y "El gran norte oriental y la formación del mercado nacional en México a finales del siglo XIX" en Siglo XIX, Revista de Historia Nº 4, 1987.
2 - La provincia de Mendoza, situada en el árido centro-oeste argentino, se desarrolla en dos grandes oasis irrigados, que suman alrededor de 450.000 ha, con un 96% de la población asentada en ellos. En la segunda mitad del siglo XIX el espacio agrícola creció gradualmente hasta superar levemente las 100.000 ha.
3 - Lucio Geller, "El crecimiento industrial argentino hasta 1914 y la teoría del bien primario exportable" en Marcos Giménez Zapiola (comp.), El régimen oligárquico. Materiales para el estudio de la realidad argentina (hasta 1930) , Buenos Aires, Amorrortu, 1975. Alejandro Rofman y Luis A. Romero, Sistema socioeconómico y estructura regional en Argentina , Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
4 - Sobre la estructuración del espacio regional y la articulación del mercado interno puede verse Jorge Balán, "Una cuestión regional en la Argentina: burguesías provinciales y el mercado nacional en el desarrollo agroexportador", Desarrollo Económico Nº 69, 1978; y Urbanización regional y producción agraria en Argentina: un análisis comparativo , Estudios CEDES, Volumen 2, Nº 2, 1979, pp.1126. También puede verse William Fleming, Regional Develomennt and transportation in Argentina: Mendoza and the Gran Oeste Argentino Railroad, 18851914 , Indiana University, PhD., 1976.
5 - Richard J., Rodolfo, Modelo vitivinícola en Mendoza. Las acciones de la élite y los cambios espaciales resultantes, 1875-1895, Boletín de Estudios Geográficos Nº 89, Mendoza, UNCuyo, 1994, pp. 227-265; Conformación espacial de la viticultura en la provincia de Mendoza y estructura de las explotaciones, 1881-1900, Revista de Estudios Regionales Nº 10, Mendoza, CEIDER, 1992, pp. 131-172; Evolución económica y transformación espacial en Mendoza. 1850-1900 , (tesis doctoral), Mendoza, Univ. Nac. de Cuyo, 1997.
6 - La estrategia de acumulación respondía a una clara realidad. Con una población de alrededor de 47.000 personas en 1857 y poco más de 65.000 en 1869, se estaba en presencia de un mercado muy reducido. Un 41% de la población activa (11-60 años) en 1869 desarrollaba trabajos no agrícolas (comercio, artesanías, servicios, militares, transportes).
7 - Archivo Histórico de Mendoza (en adelante AHM)Carpeta 372Empréstitos de guerra, 18391869, Doc. 15 .
8 - Beatriz Bragoni, Estrategias familiares y redes de relaciones sociales en Mendoza durante el siglo XIX: el caso de los González , Tesis doctoral, Universidad de Buenos Aires, 1997.
9 - Beatriz Bragoni, "Parentela y negocios en Mendoza, el caso de los González (18001930)" en Cuadernos de Historia Regional , UNLu, Nº 16, 1992.
10 - Código de Ahumada. Reglamentos de Estancias de 1834 y 1845.
11 - Complementariamente las propiedades de los González articulaban los mecanismos de intercambio agropecuario: el ganado que proveía la región pampeana que ahora incorporaba el sur cordobés (al convertirse Benito González Marcó en productor de ganado) seguía siendo posible con el envío de trigo y harinas a través de sus propios medios de transporte. Las estancias del Carrizal (Dpto. de Luján) y de La Dormida (Santa Rosa), la haciendas de Panquegua (Las Heras) y de Cruz de Piedra (Maipú), la chacra del Algarrobal (Las Heras), la estancia de San Rafael unidas a las invernadas de Uspallata y Manantiales ponen de relieve la interconexión empresaria de los miembros de la red familiar .
12 - Beatriz Bragoni y Rodolfo Richard J. Acerca de la formación de una economía regional: comercio, crédito y producción vitivinícola, 18301890 , Ponencia presentada en las XIV Jornadas de Historia Económica, Córdoba, 1994.
13 - La vinculación de hacendados y comerciantes mendocinos con el sistema de transporte ha sido mencionada por autores diversos. Puede verse, Abraham Lemos, Memoria descriptiva de la Provincia ,Mendoza,1888.W.J.Fleming, Regional development and... cit., especialmente Capítulo II; Enrique Díaz Araujo, The Great Western Argentine Railway frente a Mendoza en 1890 , Mendoza, Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales, 1967; Rodolfo Richard J. y Eduardo Pérez R, La década de 1870 en Mendoza: etapa de reorientación de la economía y el espacio hacia el dominio vitivinícola, Boletín de Estudios Geográficos Nº 88, Mendoza, UNCuyo, 1992, y El proceso de modernización de la bodega mendocina, 1860-1915, Ciclos Nº 7, Buenos Aires, IIHES, 1994.
14 - La repercusión de los ferrocarriles en el desarrollo económico es un tema vigente en la historiografía. La importancia de las compañías ferroviarias en su contribución a la expansión de la producción y de los mercados internos debe también ser analizada en función de los efectos diferenciadores de tipo regional y subregional. Puede verse Carlos Marichal (coord.), Las inversiones extranjeras en América Latina, 18501930. Nuevos debates y problemas en historia económica comparada , FCE, 1995, ("Introducción"). Andrés Regalsky, "Las compañías francesas de ferrocarriles y su repercusión en el desarrollo regional de Santa Fe y Buenos Aires, 18801930" en Carlos Marichal (coord.), cit.
15 - Archivo Familiar Panquehua (en adelante A.F.P.), Copiador de Daniel González , 1879.
16 - Una situación similar pareció experimentar el comercio de tránsito en el Uruguay cuando la incorporación de la navegación a vapor comenzó a desplazar al velero y las innovaciones en el puerto de Buenos Aires y el tendido de líneas férreas desde ese centro y desde Rosario hacia el interior fueron restando importancia a Montevideo. Puede verse, Oscar Mourat, La crisis comercial en la Cuenca del Plata (18801920) , Montevideo, pp. 1848.
17 - Rodolfo Richard J., Evolución económica y transformación... cit., Cap.IV.
18 - Recordemos que el crédito eclesiástico tenía dos ventajas importantes: era de largo plazo y prorrogable en tanto se cubriera el pago de intereses. Estos créditos parecen haber apoyado una significativa concentración de predios urbanos, explotaciones rurales y campos fuera del oasis por parte de destacados clanes familiares.
19 - Vale destacar la vigencia de esta práctica hasta fines del siglo XIX.
20 - Las operaciones registradas revelan que los préstamos eran en plata u oro sellado. Los intereses rondaban entre 1,5% y 2% mensual, contra hipoteca.
21 - Mario Cerutti, "Comerciantes y generalización ..." cit.
22 - Dos figuras diferentes pero que convergen en el mismo resultado (la apropiación de tierras) están representadas en el caso mendocino. En 1859 el Estado recibe de prestamistas pesos plata contra hipoteca de tierras denunciadas (AHM, Libro Protocolos 287, folio 25). En 1882, el Gobierno reconoce una deuda de $106.422,70 m/n con el Banco de Mendoza de Benegas y Cía., garantida con tierras fiscales (Lucio Funes, Gobernadores de Mendoza , Mendoza, 1942, p.310).
23 - Asociaciones diversas se observan en el negocio ganadero, cerealero, de préstamos a interés, para fabricar cristales, explotar minas, entre otras actividades. Debe destacarse la integración de inmigrantes tempranos en la dinámica comercial, productiva y de servicios en la provincia. La descripción de las mismas pueden verse en Rodolfo Richard J., Evolución económica y transformación..., cit.
24 - Ibídem.
25 - El conjunto de tesis e hipótesis diseñadas por Jorge Sábato reconocieron al estado como uno de los espacios de diversificación económica de la grupos dominantes argentinos, en La clase dominante argentina. Formación y
y características, 1880-1914 , Buenos Aires, CISEA/GEL, 1988.
26 - Roberto Cortés Conde, Dinero, deuda y crisis. Evolución fiscal y monetaria en la Argentina , Buenos Aires, Sudamericana, 1989, p.146147.
27 - Daniel era propietario de una hacienda en el oasis norte desde 1866 de la cual se desprendió en 1872 porque era más rentable entrar en el negocio de la proveeduría. Desde 1870 datan los intereses de Daniel en la frontera sur de la provincia. En ese año Lisandro de la Torre, desde la ciudad de Rosario, le solicitaba recibir y depositar "toda la carga que va a su consignación" por encargo del señor J. Malbrán proveedor de esa frontera. De la Torre invocaba en esa oportunidad a los comerciantes J. Llavallol (de Buenos Aires) y al mendocino José M. Bombal residente en Buenos Aires. (A.F.P., Correspondencia de Lisandro de la Torre , Rosario 19 de mayo de 1870).
28 - Ambas citas pertenecen a Daniel González en correspondencia con su hermano Lucas, (A.F.P., Copiador de Daniel González , noviembre de 1878, resaltado de González). F. Civit, era ex-gobernador y se desempañaba como senador nacional, mientras que J. Villanueva ocupaba en ese momento el cargo de gobernador provincial
29 - Daniel le escribía a Napoleón Uriburu en marzo de 1879 desde Mendoza: "... haberle manifestado los encargos de mi hermano Lucas, para ofrecerle mi amistad y la de toda mi familia. También me recomendó el General Roca, que como proveedor le atendiera del mejor modo posible guarnición... para su gran empresa. Mi socio, D. Francisco Schaeffer, hará mis veces mientras pueda desocuparme aquí" ( A.F.P ., Copiador de Daniel González ).
30 - (A.F.P., doc. cit., resaltado nuestro).
31 - (A.F.P., correspondencia de Daniel a Lucas, Copiador de Daniel González , 1878). Tejerina era uno de los proveedores del Estado, de origen porteño, que arribó a Mendoza recomendado también por el Gral. Roca. Esta situación muestra que la posición dominante de Lucas no derivó en beneficio de su hermano. Pero es importante mencionar la incidencia de la recomendación de Roca en las estrategias de los dos proveedores.
32 - La ley de 1881 que exime de impuestos por 10 años a los viñedos que se implanten comienza a tener vigencia real desde 1884, con las primeras solicitudes elevadas por los productores. Entre los beneficiarios iniciales, se cuentan familias de la élite, los Civit, Molina, Guiñazú, Godoy, de Rosas, Puebla, Villanueva, Benegas, Galigniana, Moyano, Bombal, Lemos, Blanco, González...e inmigrantes tempranos, como el francés Sarramea. Se agregan también extranjeros de la etapa masiva, como el ruso Pavlovsky o el español Díaz Valentín (AHM-Registro Oficial de Mendoza, decretos y resoluciones del ministerio de Hacienda, años 1884 a 1902 inclusive).
33 - Richard J., Rodolfo, Modelo vitivinícola en Mendoza. Las acciones de la élite y los cambios espaciales resultantes, 1875-1895, Boletín de Estudios Geográficos Nº 89, Mendoza, UNCuyo, 1994, pp. 227-265; Conformación espacial de la viticultura en la provincia de Mendoza y estructura de las explotaciones, 1881-1900, Revista de Estudios Regionales Nº 10, Mendoza, CEIDER, 1992, pp. 131-172.
34 - Richard J., Rodolfo, Estado y empresarios regionales en los cambios económicos y espaciales. La modernización de Mendoza (1870-1910), Siglo XIX-Cuadernos de Historia Nº 10, Monterrey, UANL, 1994, pp.69-99.
35 - Botana, N., El orden conservador , Buenos Aires, Sudamericana, 1994, p. 46 (resaltado del autor).
36 - Ibídem, p. 31; y Halperin Donghi, Tulio, Proyecto y construcción de una nación (1846-1880) , Buenos Aires, Ariel, 1995.
37 -Botana, N., El orden... cit., p. 70 (cursiva del autor).
38 - Ibídem, p. 71.
39 - Siguiendo el pensamiento de Botana, hay oligarquía cuando se dan dos condiciones, a saber, que un grupo social reducido controle los resortes claves del poder y, además, que esté situado en la cima de la pirámide social. No obstante, este autor sostiene que esos supuestos son insuficientes para explicar del todo la dimensión del fenómeno oligárquico, para lo cual se requiere agregarles que el grupo hace caso omiso de las reglas que rigen la sucesión y garantizan a los opositores (en caso de que existieran) acceder al poder y "en su reemplazo se instaura la supremacía del grupo gobernante sobre la oposición", es decir, un sistema de hegemonía (Botana, N., El orden... cit. pp. 74-75).
40 - La batalla de Pavón (14-9-1861) dio el triunfo a las armas de Buenos Aires sobre el ejército confederal. El general Bartolomé Mitre, convertido en gobernante de facto, fue electo Presidente de la Nación y asumió el 12-10-1862.
41 - Lucas González, ministro de Mitre y de Avellaneda; Isaac Chavarría, ministro de Roca, etc.
42 - Para ser Gobernador o Consejero de Gobierno, se requería propiedades raíces de por lo menos $ 10.000 o renta equivalente a tal capital; los ministros, $ 6.000 y los diputados, $ 4.000.
43 - Zinny, Antonio, Historia de los gobernadores de las provincias argentinas , Tomo III, Parte II, Buenos Aires, 1987.
44 - "Con cuánto gusto no vemos activarse la industria, multiplicarse los talleres, y aumentarse de día en día la población con variedad de extranjeros que vienen a enriquecer nuestro suelo con su laboriosidad" (El Constitucional de los Andes Nº 209, 18-1-1853). Esta es una muestra de los innumerables artículos y editoriales de la prensa local con encomio para la inmigración en las décadas siguientes.
45 - Moyano había emigrado a Chile en el período rosista. Nombró a los franceses Michel Pouget, agrónomo, para dirigir la Quinta Normal (1856), creada por Pedro P. Segura, que años más tarde sería la base para la la Escuela Nacional de Agricultura; y al comerciante Alfonso Bernal , como director del Colegio de la Santísima Trinidad (1857).
46 - En carta al Ministro del Interior G. Rawson, Luis Molina le informa que de acuerdo con las indicaciones recibidas "no me he separado un ápice de las prescripciones de la civilización, que se representa en los hombres que han sido colocados en la dirección de los destinos públicos después del triunfo de Pavón... Establecido el orden constitucional... no sólo tuve en vista para la elección de mis empleados la honradez personal, sino también la paridad de opiniones o modo de pensar, cualidad esta última esencialísima...", Mendoza, 27-6-1863 ( Revista de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza , segunda época, Nº 7, Tomo II, Mendoza, 1972, p. 785 y sgtes.). Exclusión política que tendría gran impacto en los cambios económicos.
47 - Díaz Araujo, Enrique, La explotación del petróleo en Mendoza en el siglo XIX, Contribuciones para la Historia de Mendoza , Mendoza, UNCuyo, 1969, pp. 301-332; Pérez Guilhou, D., Emilio Civit, en Ferrari, Gustavo y Gallo, Ezequiel, La Argentina del ochenta al centenario , Buenos Aires, Sudamericana, 1980.
48 - Ibídem, pp. 345-46 (Pérez Guilhou transcribe más extensamente este manifiesto. Como en el caso de Molina, está presente la exclusión de cualquier atisbo de oposición, aunque se hable sólo de los federales).
49 - Friedmann, John, y Weaver, Clyde, Territorio y Función , Madrid, 1981.
50 - Richard J., R., Evolución económica y transformación... cit.
51 - Decreto del 6-4-1852 (Mendoza-Registro Oficial, Vol. III, 1835 y 1852-1858).
52 - Ley del 18-10-1864. Suprime las alcábalas y crea el impuesto del 10% a las herencias transversales (Mendoza-Registro Oficial, 1860-1864), que tuvo una duración efímera.
53 - Cuadro de ingresos y egresos del fisco provincial para los años 1857, 1867, 1877, 1887, 1897 y 1907, Censo General de la Provincia de Mendoza-1909, Mendoza, 1910, p. LXXXIX. El impuesto territorial fue transformado en 1866 en "contribución directa" e incluía la tierra, los edificios y el ganado. Es importante porque marca una tendencia socialmente más progresista que los tradicionales y generalizados impuestos al consumo.
54 - Una nota de Mitre y J.M. Gutiérrez al gobernador de Mendoza (17-3-1862) transcribía el decreto nacional disponiendo que todas las compras del sector público se efectuaran en papel moneda (de Buenos Aires) a fin de mantener el crédito de dicho papel moneda y que se realizara la contabilidad de las cuentas públicas con el mismo instrumento. Esta disposición, aunque publicada en el Registro Oficial (Mendoza, Registro Oficial, 1860-64, pp. 227-228) no tuvo aplicación y siguió dominando localmente, como en todo el oeste, la moneda extranjera, particularmente la boliviana, hasta fines de los 70.
55 - Mitre crea por decreto del 19-12-1864 el Colegio Nacional de Mendoza y designa comisionado organizador a Francisco Civit. Lucas González, recordemos, se incorporó como Ministro de Hacienda al gabinete de Mitre.
56 - En 1860 existían en Mendoza 11 escuelas primarias entre fiscales y privadas . En 1865, gobernando Carlos González, habían 35 escuelas fiscales, que cubrían toda la provincia y 6 privadas. Desde 1867, el gobernador Nicolás Villanueva dispuso la gratuidad de la enseñanza (Masini Calderón, Mendoza hace... cit.). En 1883, los establecimientos fiscales eran 71 y al finalizar el siglo, 127 (Bustos Dávila, Nicolás, La escuela primaria mendocina, Contribuciones para la Historia de Mendoza , Mendoza, UNCuyo, 1969, pp. 29-79). La extensión del servicio educativo, aunque contaba con apoyo nacional, requería importantes recursos presupuestarios.
57 - Un caso paradigmático lo constituyen probablemente los González. Hemos visto que Daniel integra una comisión para promover la suscripción de acciones del ferrocarril que se proyectaba entre Rosario y Mendoza (1864), pero en 1879 se opone al avance del "tropero grande" como llama al moderno medio de transporte. Salvador llegó a tener el monopolio de cargas para el ferrocarril entre San Juan-Mendoza y Villa Mercedes (San Luis), cuando este último punto era terminal de rieles. Lucas, integrado tempranamente a la dirigencia nacional tenía una visión superadora del ámbito regional; en 1868 defendía el avance ferroviario hacia el oeste y lo consideraba factor esencial para el desarrollo de Mendoza. Su condición de suscriptor de acciones de la empresa ferroviaria, además de su discurso, denotaban una determinación en promover la modernización del transporte en el país, aun cuando ciertos intereses familiares resultaran afectados. Un artículo que publicó, "Los ferro-carriles en la República Argentina" son una clara toma de posición a favor del "progreso" ( Revista Argentina , Tomo Primero, Buenos Aires, 1868, pp. 375-389).
58 - Algunos de los proyectos presentados por Francisco Civit ante la Legislatura y sancionados: de Educación Común; de Avalúos de propiedades raíces (progresivo); Reglamento de Policía, creando el Departamento General de Policía con jurisdicción en toda la provincia; Impuesto a las herencias; de Municipalidades, que centraliza férreamente el poder provincial sobre la campaña. Se consolidó la deuda pública, reconociendo acreedores desde la década de 1810. Se iniciaron, además, estudios técnicos para la modernización del regadío y se sancionó la primera ley de promoción de la agricultura...
59 - Un clásico trabajo sobre este tema pertenece a Arturo Roig, El concepto de trabajo en Mendoza durante la segunda mitad del siglo XIX. La polémica de 1873, Contribuciones para la Historia de Mendoza , Mendoza, UNCuyo, 1969, pp.331-362. En la misma publicación se refiere también a esta ordenanza, Marta Páramo de Isleño, La situación política durante la gobernación de Francisco Civit, pp.257-278.
60 - Páramo de Isleño, M., La situación política... cit., p. 276.
61 - Ley de impuestos a bienes raíces, 16-10-1875 (Mendoza.Registro Oficial 1875-1878, pp.238-239). Fijó en 1,5 por mil la tasa impositiva para viñedos; reducida al 1 por mil en la ley de 1877. A comienzos de los 80 aparecerá la figura de la exención de impuestos por períodos de 10 y 5 años, mediante diversas leyes, hasta 1902 inclusive.
62 - La evolución fue muy lenta e irregular. En 1881, sobre esta base previa, se creó la Escuela Nacional de Agricultura, que formaba capataces y peritos agrícolas; en 1887 pasó a jurisdicción provincial y en 1896 volvió a la Nación, que la transformó en Escuela Nacional de Vivivinicultura (actual Liceo Agrícola y Enológico, de la Universidad de Cuyo). Acerca de los conflictos y oposiciones a esta escuela, puede consultarse un trabajo de Esteban Fontana, La educación medio-superior mendocina en el período de la organización nacional (1863-1900), Contribuciones para la Historia de Mendoza , Mendoza, UNCuyo, 1969, pp. 81-97.
63 - Para Civit, la formación de agricultores era imprescindible para el progreso económico (Mensaje del Gobernador ante la Cámara Legislativa, 3-2-1876). En este Mensaje Civit propuso crear 13 becas a cargo de la provincia para adicionar a las 25 que sostenía la Nación, finalmente reducidas a 4 por quienes se oponían al aumento del gasto público.
64 - Acerca de estas políticas públicas y sus resultados puede consultarse: Richard Jorba, R., y Pérez Romagnoli, E., La década de 1870 en Mendoza... cit.; Richard Jorba, R., Modelo vitivinícola en Mendoza. Las acciones de la élite... cit., y Conformación espacial de la viticultura... cit.
65 - Ley del 9-6-1888. Su artículo 10º establece: "El Banco podrá hacer préstamos sobre hipoteca al solo objeto de fomentar la plantación de la vid". Puede consultarse el trabajo de Ana María Mateu, Bancos, créditos y desarrollo vitivinícola, Cuadernos de Historia Regional Nros. 17-18, Luján, UNLuján, 1995.
66 - Richard J., R., Evolución económica y transformación... cit.
67 - Ley del 3-8-1894 (Mendoza. Registro Oficial, Hacienda, p. 285).
68 - Richard J., Rodolfo, Inserción de la élite en el modelo socioeconómico vitivinícola, 1881-1900, Revista de Estudios Regionales Nº 12, Mendoza, CEIDER, 1994, pp. 161-185.
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