II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación" |
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Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)Noviembre 1997 |
Ponencias publicadas por el Equipo NAyA https://www.equiponaya.com.ar/ info@equiponaya.com.ar |
Entre tizas, exámenes y subsidios: encuentre al docente universitario 1.
AUTORAS: Augovtovski, Ianina- Finkelberg, Laura- Poliak, Nadina.
TITULO PROFESIONAL: estudiantes de la carrera de Ciencias de la Educación.
INSTITUCION: Universidad de Buenos Aires.
FAX-TEL-E-MAIL:371-7220, 371-3885(TEL-FAX).
AREA TEMATICA: Universidad y mercado de trabajo.
Introducción.
Desde cierto nivel de la realidad podemos definir a la universidad como una institución que tiene como funciones básicas transmitir y producir conocimientos2, se propone enseñar e investigar. Estas dos funciones deberían definir en cierta forma el trabajo de las personas que se encargan de llevar adelante estas tareas.
Es a partir de un muestreo de casos en las facultades de Filosofía y Letras y Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, que trataremos de indagar las características de la tarea de transmisión de conocimientos y su vinculación con las actividades de investigación y publicación , tomando como ejes temáticos para el análisis la valoración asociada a cada una de éstas, su forma de evaluación, su tiempo de dedicación y sus características generales.
La muestra consta de un total de 17 entrevistas semiestructuradas a docentes (profesores y auxiliares) de las facultades mencionadas, con diferentes categorías , dedicaciones, sexo y antigüedad.
Hoy la relación entre dos actividades (transmisión - producción) que delimitan y caracterizan la función docente, a nuestro entender se hallan en conflicto, debido por un lado a condiciones materiales que las determinan y por otro, por las valoraciones disímiles, tanto evaluativas como cognitivas que a cada una se le otorga. Lo que se encuentra en conflicto es la idea de unidad de la función docente.
Llegado este punto es importante aclarar que tomaremos para el análisis de esta conflictiva las percepciones de los docentes sobre sus propias prácticas, aunque no dejamos de reconocer que el factor "contextualización" resulta fundamental en esta actividad, ya que el desarrollo de la misma siempre tiene lugar con personas en un contexto social e histórico determinado que influye en su naturaleza.
Hoy la actividad docente se encuentra escindida, cada actor establece sus conceptos y denominaciones de la misma, y aunque hay matices en sus orientaciones, de una forma u otra, se van generando regularidades acerca de las valoraciones de esta función, ya sea a nivel individual o en el interior de las instituciones. En relación a esto último el escenario académico, sumamente complejo, es fundamental, ya que las distintas situaciones problemáticas obligan a los docentes a reelaborar y reconstruir el sentido y valor de cada una de las actividades.
Boveris3 señala que en el sistema científico tecnológico pueden reconocerse tres fases: la investigación básica, la investigación aplicada, la transmisión de conocimientos.
Explica que la fase de investigación básica o conocimiento puro se desarrolla como un anhelo profesional de búsqueda de conocimiento de la realidad y se complementa con la enseñanza superior. Más aún, la enseñanza y la investigación se fecundan y potencian en el ámbito universitario. Pero esto se contrapone a lo que encontramos en los discursos de los docentes entrevistados. Las relaciones dificultosas entre ambas tareas se expresan en distintas dimensiones que iremos desagregando a lo largo del análisis. Las mismas determinan que los docentes representen hoy su actividad como deteriorada y conflictiva; a pesar de ello existen espacios que les permiten sostener procesos alternativos.
En la práctica actual, y aún ante la presencia de este conflicto la docencia universitaria sigue siendo una fuente de gratificación cultural y simbólica que reviste su imagen.
¿La función docente implica necesariamente ser productor de conocimientos? Esta pregunta, motivadora de la ponencia, conduce a replantearnos si existen límites entre estas dos tareas y en el caso de que existieran qué características tienen.
El análisis intentará mostrar que las actividades de enseñanza e investigación compiten entre sí, no coexisten pacíficamente porque en general el docente universitario realiza estas dos tareas en forma no complementaria, no tienen el mismo interés por las dos, no tienen el mismo tiempo y espacio para desarrollar cada una de ellas, no siempre es posible traducir los trabajos de investigación en mejoras en la formación de los estudiantes y los ingresos dependen en modos diversos de una y otra actividad.
Hoy encontramos que casi todos los docentes universitarios entrevistados enseñan e investigan, sólo dos declaran no investigar, un ayudante con dedicación simple y un JTP con dedicación semi exclusiva, de la Facultad de Filosofía y Letras y Ciencias Exactas respectivamente. Trabajadores de las dos facultades perciben que existen docentes universitarios que no investigan y todos concuerdan en que la investigación es una actividad inherente a la docencia universitaria.
Docentes de las dos facultades, afirman que la UBA tolera
trabajadores que se dedican casi con exclusividad a una de
las dos áreas mencionadas (investigación o enseñanza). Así
lo expresa la siguiente cita:
"La UBA tolera la situación de individuos como yo, que se
dedican más a investigar que a dar clase.... y hay gente
que no investiga, que no escribe y que subsiste en la
facultad, cuando más te extendes en el ámbito de la
universidad más te enterás que hay gente que solo enseña."
Los docentes universitarios, en términos de sus intereses personales puede priorizar una tarea sobre otra o pueden tomarlas como actividades de igual importancia. Encontramos al respecto que la cantidad de docentes a los cuales les interesa más la investigación es la misma que los docentes que dan a las dos actividades el mismo valor, sosteniendo que éstas deben ser complementarias. Las cifras se distribuyen en forma homogénea en las dos facultades., sólo para dos de los entrevistados es más importante la docencia que la investigación.
Sin embargo, no podemos quedarnos en este nivel de lectura.
Si bien gran parte de los entrevistados sostienen que estas dos actividades deben ser complementarias, algunos en las mismas entrevistas nos cuentan que la docencia les saca tiempo a la investigación, perciben que la distribución del tiempo de dedicación a cada una de ellas no es equilibrada.
Es importante aquí cotejar las diferencias entre una y otra facultad: los docentes de la Facultad de Ciencias Exactas tienen todos dedicaciones exclusivas y semi exclusiva lo que les permite, salvo a un entrevistado, realizar un cuatrimestre tareas de investigación y el otro docencia; todos notan que las tareas de investigación no son suspendidas en ningún momento del año; dos docentes admiten dedicar tiempo a la preparación de algunas clases y a la búsqueda de material y uno de ellos prepara los trabajos prácticos una vez al año, luego no necesita hacer nada más.
En la facultad de Filosofía y Letras, donde hay muy pocas asignaciones exclusivas, ningún entrevistado mencionó que utilizara un cuatrimestre para dar clases y otro para investigar. El ritmo y dedicación a la investigación es poco regular y en algunos casos depende de los tiempos de entregas de informes estipulados por los organismos que los subsidian (UBA CyT y/o CONICET), como también de los tiempos disponibles que se generan entre las diversas tareas y actividades que deben mantener.
Los tiempos de las actividades de enseñanza están más pautados que los de investigación: hay fechas de entregas de notas, confección de parciales y realización de programas. Las horas cátedra frente a los alumnos están determinadas, por más que "se pueda faltar y nadie se entere" y son más variables los tiempos destinados a las reuniones de cátedra, tutorías, preparación de clases, etc.
En esta facultad la variable multiempleo toma comparativamente mayor importancia que en la otra unidad académica. Seis de los entrevistados tienen otros trabajos; a cuatro de ellos les es conflictivo manejar los tiempos de dedicación a cada una de las tareas docentes, algunos comentan que el tiempo que necesitan para la investigación se obtiene relegando necesidades personales y familiares, tiempo libre. Otros notan que la actividad de enseñanza se ve perjudicada por la demanda y presión del medio para que los docentes investiguen, publiquen y el tiempo necesario para esto se consigue en detrimento de la calidad y tiempo disponible para la preparación de clases, búsqueda de nuevos materiales, reuniones de cátedras, etc.
Encontramos que no siempre existen espacios reales para volcar la tarea de investigación a la docencia, no coinciden necesariamente los temas de investigación y los contenidos o áreas temáticas donde los docentes dan clases.
Así lo percibe uno de los docentes:
"En el área donde trabajo no se han volcado las tareas de
investigación en la docencia, entonces estamos trabajando a
contramano. Muchos podemos publicar en el exterior pero no
lo podemos volcar en la docencia. La instancia donde la
investigación puede volcarse son los seminarios que no
tienen valor curricular para los alumnos...".
Para otros estas actividades son inescindibles, por más que no existan espacios reales para volcar los resultados o procedimientos de las investigaciones en la enseñanza, la habilidad, perfil, "actitud de pesquisado" se tiene y se transmite en las clases de alguna forma u otra.
El trabajador de la universidad cobra su sueldo, al cual se suma los incentivos a la investigación, conformando así el total de sus ingresos. Para muchos de los docentes los subsidios son un sobre sueldo encubierto. Los ingresos son magros y los subsidios se hacen necesarios. La mayoría de los docentes perciben que sus salarios mensuales son en concepto de las tareas de enseñanza y los subsidios de la investigación. Es en este plano donde encontramos, una vez más, las tareas de enseñanza e investigación escindidas.
¿Cuál son las valoraciones que el docente universitario
realiza de las tareas de transmisión y producción de
conocimientos?
Rastreando en las entrevistas la valoración que los
docentes realizan sobre su trabajo, así como la percepción
de la mismos acerca del interés o importancia que otros
actores otorgan a su tarea, expondremos brevemente los
resultados del análisis.
Tomando como uno de los actores relevantes a la universidad, en tanto institución, los sujetos entrevistados perciben en un alto porcentaje que esta valora más la labor de investigación y publicación que las tareas de enseñanza. Esto se evidencia con la misma intensidad en las facultades analizadas. En efecto, el 87% sostiene que la universidad otorga mayor reconocimiento a las tareas anteriormente señaladas por sobre la transmisión de conocimientos, tal como lo deja ver claramente este fragmento de entrevista: "Para la comunidad universitaria hay que publicar, esa es la idea, un docente que no publica es como si no existiera, aunque aulas adentro sea muy bueno aunque haga su trabajo con gran dedicación, aunque haga actividades de tutoría que llevan mucho tiempo, todo eso en general tiene menos brillo que las publicaciones,en particular para la universidad, en términos básicos de como nos evalúa"
Para los docentes la universidad valora más las tareas de investigación y publicación, mientras que los estudiantes otorgan un reconocimiento mayor a la tarea docente, el tiempo de dedicación, las formas de enseñanza y los recursos didácticos. Algunos docentes notan cierta falta de valoración por parte de los alumnos de sus tareas de investigación. En relación a esta temática algunos profesores destacan que los estudiantes priorizan la forma de transmisión del conocimiento por sobre el contenido.
"los alumnos lo que te conocen es la parte docente, más que lo que das es como lo das, que es también muy relativo. Vos podés no saber nada y podés ser un gran actor, digamos, vos podés ser un genio y dar clases malas... que se yo, si vos lo agarrabas a Leloir dando clase era un desastre...
Los principiantes te evalúan la actuación, el bombo... y después los de los últimos años se dan cuenta que en realidad no es así...".
Para los docentes los colegas valoran más su trabajo como productores de conocimientos (investigación y publicación) que como transmisores del mismo. Solo uno de los entrevistados afirma que sus compañeros de cátedra pueden apreciar todos los aspectos de su labor docente: investigación, dictado y preparación de clases, tutorías, búsqueda de material, uso de herramientas didácticas, etc.
De aquí se desprende que tanto la universidad como el resto de los docentes jerarquizan la investigación por sobre la enseñanza. En relación a esto los docentes concuerdan en que las publicaciones son un factor determinante y necesario para circular en el ámbito académico, relegando a un segundo plano la función de "dar clase".
¿Cómo se realiza la evaluación de las tareas de transmisión y producción de conocimiento en la universidad? La evaluación de las tareas de investigación y de enseñanza se plantea como un tema conflictivo a la hora de describir un cuadro de situación. La percepción de los docentes acerca de los distintos mecanismos existentes en la universidad para evaluarlos no es homogénea, pero pueden delinearse algunas tendencias claves.
En primer término, al preguntarles a los docentes entrevistados si ellos se sienten evaluados por la universidad, la respuesta general fue que no, reconociendo sin embargo las instancias formales de evaluación: concursos, presentismo, encuestas de los alumnos, informes para subsidios de investigación, etc. En relación a este último mecanismo, creemos que es un tema que requiere una investigación posterior.
En cuanto a la tarea de transmisión de conocimientos, la
evaluación se presenta como un punto esencialmente
conflictivo. El concurso es mencionado en forma unánime
como el único mecanismo de evaluación , no siendo
reconocida la experiencia docente en el mismo, y
otorgándose gran peso a las publicaciones. Perciben que no
existen instancias institucionales que evalúen en forma
constante el desempeño cotidiano. La siguiente afirmación
da cuenta de esto:
" ...no creo que se haya llevado adelante una política
correcta de evaluación del nivel docente, en cuanto a lo
pedagógico o didáctico"
"... en general se valora mucho más la actualización profesional que la actualización docente, se supone que si un profesional creció como tal, también lo hizo como docente, lo cual no es necesariamente cierto. Una persona puede llegar a ser profesor titular sin haber recibido ningún curso de didáctica..."
No es homogénea la percepción acerca de la claridad en los criterios de evaluación de los concursos, algunos afirman que estos son definibles, concretos y conocidos mientras que el mayor porcentaje sostiene lo contrario.
No obstante, para nuestro análisis lo que resulta
importante destacar es la poca relevancia que tiene como
antecedente el desempeño frente a los alumnos y las
actividades asociadas a las tareas de enseñanza. Esto se
observa en la siguiente afirmación:
"...vos podés ir a dar una conferencia con todo lo que
haces pero a la hora de ganar un concurso de darte un
subsidio o un becario se fijan en lo que está publicado, es
lo único que vale, vos podés estar diez años en la docencia
pero lo que está valorado son las publicaciones..."
Los docentes de la Facultad de Ciencias Exactas notan que la competencia por los puestos de trabajo se ha incrementado desde el momento en que el CONICET limitó sus becas para los investigadores de estas áreas. A la hora de concursar, los ex-investigadores del CONICET tienen un mayor número de publicaciones que los docentes de estas facultades. Esto último lo subrayamos porque, como expresamos anteriormente, en los concursos las publicaciones tienen mayor importancia que la antigüedad y experiencia en las actividades de enseñanza. Esto genera que los docentes pertenecientes a la institución se vean en desventaja frente a los nuevos candidatos, temen por sus puestos de trabajo, se ven obligados y presionados a dedicarle mayor tiempo a las publicaciones; y a nuestro entender descuidar la dedicación a las actividades de enseñanza.
Asimismo, existen algunas preocupaciones acerca de la
estabilidad en el cargo. La siguiente cita ejemplifica este
punto:
"El gran problema es que no existe un modo de resguardar la
carrera docente, es decir ¨què ocurre con un docente que de
muchos años de servicio que por alguna razón nunca pudo
acceder a un concurso o lo pierde?, ¨què tiene que hacer la
universidad con este docente?, ¨dejarlo de lado?,
¨desaprovechar su experiencia?..."
Algunos de los entrevistados hicieron referencia al presentismo como un mecanismo de evaluación o control de sus tareas, visto como forma más burocrática de acreditación. Este, sin embargo es sentido como un mecanismo bastante laxo en el ámbito de la U.B.A.; donde " uno firma y listo", o donde " se puede faltar y nadie se entera".
Podemos encontrar aquí una pauta que explique, en cierta medida, porque los docentes no se sienten evaluados en sus tareas. Esto no implica de ningún modo afirmar que se reclamen formas más rígidas de control de la asistencia en el lugar de trabajo específico (cada facultad), sino que podríamos interpretar una falta de valoración por parte de la universidad de todo el trabajo que los docentes realizan dentro y fuera del espacio físico de la misma (corrección de parciales, reuniones de cátedra, preparación de clases) y por lo tanto una necesidad de mayor reconocimiento de esas actividades.
Es interesante mencionar otro mecanismo de evaluación implementado en la Facultad de Ciencias Exactas desde hace algunos años, que consiste en encuestas a los alumnos de cada materia al fin de la cursada. Los estudiantes evalúan el desempeño docente por medio de distintos items. Los docentes reconocen la importancia de este método y sienten la evaluación de los alumnos, pero sostienen que: " no hay ninguna reglamentación que diga que esa información se pueda usar, incluso en los concursos no sirve como antecedente" .
Otro docente reafirma:
"se supone que el resultado tendría que llegar al jurado de
un concurso, pero no es así; de este modo si sería una
forma de evaluación."
Vemos que un mecanismo de evaluación que ya existe y mide el desempeño del docente en su clase, no es considerado por la facultad en el momento de concursar. Esto refuerza nuestro análisis en el sentido de que el trabajo cotidiano de preparar y dar clase no es reconocido por la universidad.
Al interior de las cátedras existen mecanismos de evaluación más informales por parte de los titulares, pero son relativos a la forma de trabajo de cada una de las mismas.
En síntesis el status que tiene las publicaciones a la hora de establecer méritos, de algún modo, opaca la tarea de transmisión de conocimientos.
A modo de conclusión
Como intentamos demostrar a través de nuestro análisis, hoy la actividad docente (enseñanza e investigación), desde la óptica y percepciones de sus protagonistas , se encuentra escindida por diversos motivos. Entre los más relevantes cabe mencionar las condiciones materiales y simbólicas que no favorecen el desarrollo complementario ni la retroalimentación entre ambas . Así afirmado, resulta demasiado amplia la caracterización de las principales causas, por lo que intentaremos, a modo de conclusión, especificar los rasgos generales de dicha escisión, como también sus posibles consecuencias.En primer término, pudimos notar la sobrevaloración hacia la investigación. En el imaginario ésta aparece como un área de conocimiento más detallada y profunda que la enseñanza, ya que el trabajo de investigador se jerarquiza por medio de los concursos, subsidios y espacios de desarrollo dentro del ámbito académico institucional , siendo reforzada esta situación por un contexto donde ambas actividades no se constituyen como unidad. Basta indagar sobre la imagen del rol docente universitario que la mayoría de nosotros poseemos y la que los mismos docentes perciben en sus alumnos, para darnos cuenta que este no es visto como docente-investigador, salvo en los casos donde exista la posibilidad de socializar y volcar los resultados de investigaciones o publicaciones realizadas. En relación a este último punto, constatamos que esta probabilidad se ve limitada por dos motivos principales: por un lado la falta concreta de tiempo, determinada por el multiempleo y las pocas asignaciones exclusivas, y por otro los escasos recursos didácticos, bibliográficos y tecnológicos.
Llegado este punto, resulta necesario marcar una paradoja: como afirmamos anteriormente la transmisión se subordina a la producción , pero por otro lado la actividad docente es más importante en términos de ingresos en aquellos casos donde no existan dedicaciones exclusivas. Asimismo la docencia posee un valor afectivo muy grande que se deja entrever en la mayoría de los discursos. Esta singularidad es una de las mejores representaciones de la división- no deseada- que desde el docente universitario se percibe. La necesidad de avocarse a una u otra tarea en función de requisitos explícitos e implícitos , sin poder plasmar en una unidad la multiplicidad de exigencias que se le impone, determina el descontento y angustia de muchos de los entrevistados, siendo, suponemos, extendible a todo el ámbito universitario. Las exigencias de calidad y excelencia en las tareas se ve reducida por condiciones que muchas veces resultan de difícil modificación. De este modo se torna engorroso encontrar al docente entre tizas, exámenes y subsidios.
Producir conocimientos no es una tarea fácil, transmitirlos tampoco, pero estamos convencidos que existiendo condiciones que fomenten ambas actividades desde lo material y concreto hasta lo simbólico y cultural, se podrán construir espacios para complementarlas y de este modo elevar la calidad del trabajo docente y la formación de los futuros profesionales. Entonces ¨ser docente universitario implica necesariamente ser productor de conocimientos ?. Si las condiciones fueran óptimas, no haría falta plantearnos este interrogante, y la investigación recobraría su sentido al poder ser transmitida, socializada, abriendo fronteras.-
BIBLIOGRAFIA:
* Estatuto universitario. Universidad de Buenos Aires. Decreto Nú 154 del 13 de diciembre de 1983.* Evaluación de la Calidad en la Universidad. UBA- Ciencias Económicas, Secretaría Pedagógica, 7,8,9 de setiembre de 1994.
* Revista Encrucijadas.Universidad de Buenos Aires. Año 3, Número 5 . Marzo de 1997.
* Revista Meridianos. Publicación CBC. UBA Noviembre de 1995.
NOTAS
1 Este trabajo es un producto parcial de la investigación "La universidad como ámbito laboral en los 90", dirigida por la Lic.Silvia Llomovate, financiada por un subsidio de la secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires.2 Estatuto Universitario, 1966, UBA.
3 En revista Meridianos. Publicación CBC. UBA Noviembre de 1995.
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