3ra Jornadas Internacionales
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Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)Octubre de 1998 |
Ponencias publicadas por el Equipo NAyA https://www.equiponaya.com.ar/ info@equiponaya.com.ar |
30 de septiembre, 1 y 2 de octubre de 1998 UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Comunicación:
Cambio Estructural, Distribución del Ingreso y Desigualdad Social Procesos Sociales en Auxilio de las Políticas Neoliberales.
Agustín Salvia1
a) Introducción:
En los últimos años la sociedad Argentina ha experimentado una profunda transformación económica y una redefinición fundamental del rol del Estado. Estos procesos resultaron en modificaciones sustantivas en el balance reproductivo de los hogares y en sus estrategias orientadas al mercado.
El conocimiento de la evolución de los ingresos de los hogares -en este contexto-, de los cambios que ha experimentado su distribución durante los años recientes (tanto en las fases de auge como de recesión de la política de reformas), así como de los esfuerzos económicos y laborales desplegados por los hogares para mantener una determinada posición social, y el nivel de éxito o fracaso alcanzado a través de tal iniciativa, constituyen temas de fundamental interés público y motivo de reflexión acerca del papel del mercado como asignatario de oportunidades de empleo y movilidad social.
Este trabajo se realizó en el marco de la investigación "Cambio Estructural y Desigualdad Social", el cual se desarrolla en el Instituto de Investigaciones "Gino Germani" de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
b) La Problemática
Durante los primeros años de la década del '90 y después de una década de virtual estancamiento atravesada por tres profundas crisis económicas (1982, 1985 y 1989), la economía argentina experimentó un renovado ciclo de crecimiento y expansión (1991-1994), el cual también resultó afectado por una nueva caída recesiva (1995- 1996). Estos ciclos tuvieron como escenario institucional la aplicación de una clara política neoliberal y un vertiginoso proceso de transformación estructural y de redefinición del papel económico y social del Estado -a favor del mercado- como asignador de recursos.
En este marco, tales acontecimientos han dejado modificaciones sustantivas en la organización y el funcionamiento de la economía, en la orientación de las políticas públicas y en los comportamientos de los hogares particulares y las personas.
Es un resultado conocido que como consecuencia de este proceso la economía argentina experimentó un crecimiento importante del producto y una mejora en la mayoría de las variables macroeconómicas, entre las que cabe destacar la sostenida estabilidad que han mantenido los precios internos. Son conocidas también las transformaciones ocurridas, en sentido inverso, sobre las relaciones laborales, las oportunidades de empleo y el funcionamiento general del mercado de trabajo2.
Al respecto, se destaca: el fuerte deterioro del trabajo asalariado, el incremento generalizado del desempleo y la desvalorización de las instituciones que tuvieron tradicionalmente a su cargo la defensa y regulación de los derechos sociales y laborales.
¿Cabe esperar una relación entre los cambios estructurales, el proceso económico expansivo y la evolución de la desigualdad social? Asimismo, ¿en qué medida el esfuerzo económico-laboral de los hogares particulares intervino sobre esta relación afectando en algún sentido el balance final? Nuestra hipótesis de trabajo apunta a mostrar cómo durante la etapa 1991-1997 los procesos de inclusión/exclusión y de movilidad social enfrentaron condiciones no igualitarias de desarrollo, particularmente en términos de oportunidades de empleo y de ingresos obtenidos por las personas y los hogares como resultado de su esfuerzo laboral. En este sentido, se explora esta particular evolución, dejado ver cómo el proceso de deterioro social se fue desarrollando en forma independiente de las fases de expansión y recesión que atravesó el ciclo económico.
En función de avanzar en el conocimiento de estos problemas, y retomando importantes estudios en esta materia3, el presente trabajo expone en forma sistemática la evolución seguida por los ingresos familiares, los cambios sucedidos en la estructura distributiva y las variaciones que experimentaron los esfuerzos económicos hechos por los hogares de distintos estratos sociales para mantener una determinada posición y/o lograr una movilidad social ascendente.
c) Aproximación y metodología
En este trabajo nos interesa mostrar evidencias del problema planteado a través del registro y análisis sistemático de los comportamientos laborales y balances de los hogares del Gran Buenos Aires entre 1991 y 1997.
Con la intención de evaluar adecuadamente el peso de los factores asociados a los cambios en la evolución y distribución del ingreso, la metodología aplicada consideró las variaciones registradas en los niveles de precios, el número de hogares, el número de perceptores y las necesidades de consumo de los grupos (según tamaño y composición de los grupos domésticos). Cabe destacar que el estudio de estos temas se realizó a partir de quintiles de hogares como una forma de aproximación a las diferencias que presenta la estructura social.
Los datos utilizados corresponden a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC; los cuales fueron procesados siguiendo criterios metodológicos aplicados en los trabajos del CEPA y aportes propios. A los efectos de este estudio, la información generada por la EPH mostró ser útil y adecuada en función de dar respuesta sistemática al tipo de preguntas e hipótesis propuestas.
El manejo directo de los datos captados por dicha encuesta hizo factible la aplicación de un diseño sincrónico-comparativo en función de medir diferencias netas y relativas a lo largo del tiempo y correspondientes a diferentes estratos sociales.
d) Resultados del Análisis
La ponencia muestra la evolución seguida por los ingresos familiares y los ingresos por perceptor y consumidor y el esfuerzo laboral de los hogares en el área metropolitana del Gran Buenos Aires a lo largo de una etapa de importantes cambios estructurales y de expansión de la economía argentina (Ver Cuadros).
Su análisis nos permite hacer un seguimiento y poder evaluar el impacto diferencial del nuevo contexto económico e institucional de los noventa -con pleno predominio de las relaciones de mercado- sobre la capacidad de consumo, el esfuerzo económico y las oportunidades ocupacionales de diferentes estratos sociales.
1) La crisis de fines de la década del ochenta generó una marcada disminución del ingreso medio y de la capacidad de consumo de los hogares, especialmente entre los sectores medios y populares. Este hecho generó, a principios de los noventa, un incremento importante en la brecha de la desigualdad social. Los hogares de todos los estratos sociales se hicieron más pobres, pero mucho más los sectores más vulnerables de la estructura social.
2) A partir de 1991, se evidenció un aumento general de los ingresos medios familiares y de la capacidad de consumo como efecto directo de dos factores: a) una mejora en los ingresos por perceptor y b) un incremento del esfuerzo económico de los hogares (aumento del número de los ocupados). Sin embargo, es claro que esta mejora tuvo principalmente lugar sobre los ingresos de los hogares de sectores medios, lo cual posibilitó una recuperación de su participación en la distribución del ingreso. Al mismo tiempo, los hogares más ricos, si bien también mejoraron sus ingresos reales, presentaron una leve caída en su participación. En el mismo período, la escasa mejora que lograron los ingresos del 40% de los hogares más pobres no fue suficiente para evitar que este sector disminuyera una vez más su participación en la torta de ingreso.
3) Entre 1993-1994, bajo una economía en crecimiento y reestructuración (pero con alto desempleo y estancamiento de los salarios reales), los ingresos medios familiares y por consumidor tendieron a caer, principalmente como efecto de una disminución general del número de perceptores ocupados por hogar y de un estancamiento de los ingresos por perceptor. En el 20% de los hogares más pobres, esta caída tendió a ser menos pronunciada debido al mayor esfuerzo económico- ocupacional emprendido por este sector social. En cambio, entre los hogares de los sectores medios (en este caso, desde el segundo al cuarto quintil) se evidenció una situación más heterogénea. En cualquier caso, estos hogares experimentaron una caída de los ingresos familiares y un incremento del déficit laboral (por mayor oferta y menor ocupación). En sentido inverso, el 20% de los hogares más ricos, si bien también registraron una caída en el número de trabajadores ocupados, no se vieron afectados en sus ingresos por consumidor debido al aumento que evidenciaron los ingresos de sus perceptores.
4) En 1995, la crisis económica implicó una caída generalizada en el nivel de ingreso y en la capacidad de consumo de los hogares del primero al cuarto quintil.
Entre los sectores medios, esta caída fue abrupta y tuvo como causa tanto una merma en el número de trabajadores ocupados como una disminución de los ingresos por perceptor. En los hogares más pobres, la caída de los ingresos familiares logró ser en parte amortiguada por un aumento del esfuerzo laboral a través de empleos informales y más precarios. Sin embargo, este nuevo esfuerzo no detuvo la caída del ingresos ni la pérdida de participación de este sector. La única excepción la constituyó el 20% de los hogares ubicados en el estrato más rico.
Este sector logró -en plena crisis de 1995- una mejora real en los ingresos familiares y una mayor concentración distributiva a través de un nuevo aumento en los ingresos medios por perceptor, lo cual incluso le permitió diminuir el número de trabajadores ocupados sin afectar su balance económico.
5) Finalmente, en 1996-1997, iniciado un nuevo ciclo de reactivación económica - junto a una leve caída de la tasa general de desocupación- se registra una recuperación del ingreso medio familiar y el ingreso consumidor en todos los estrato, especialmente entre los sectores medios. En general, a través de un aumento en los ingresos por perceptor -con la sóla excepción de estrato más alto- y una mayor ocupación laboral, los diferentes estratos pudieron recuperar parte de porción de ingresos perdidos con la crisis del año anterior. Sin embargo, los sectores que constituyen el 40% de los hogares más pobres son los que registraron la menor recuperación tanto en los ingresos familiares y en la capacidad de consumo. Esto fue así incluso a pesar del mayor esfuerzo laboral que volvieron a desplegar estos hogares, el cual concretaron sólo en parte y a través de empleos en el sector informal y más precarios.
6) Por lo tanto, como resultado de la forma en que los cambios estructurales fueron procesando el ciclo económico, la desigualdad social -medida en términos de distribución del ingreso y de oportunidades laborales- es en 1997 mucho más regresiva que la evidenciada en 1980 o, incluso, que en 1991 (después de la crisis hiperinflacionaria de 1989-1990).
e) Inferencias del Estudio La eficacia social de un modelo de desarrollo puede apreciarse a través de las variaciones que registran el producto, las oportunidades de empleo y la distribución del ingreso. La inequidad en la estructura distributiva es un indicador de la desigualdad en el sistema de oportunidades sociales y de la forma poco equilibrada en que se recargan los costos de las crisis o se reparten los beneficios del progreso económico. Por el contrario, una distribución progresiva del ingreso contribuye a fortalecer los procesos de inclusión social que son una parte esencial de la modernización económica y de las legítimas aspiraciones de una sociedad.
Al respecto, las evidencias presentadas permiten verificar que las políticas de ajuste y cambio estructural desarrolladas en el marco del ciclo económico considerado, dejaron como saldo una mayor desigualdad social entre los hogares del Gran Buenos Aires. Los sectores más pobres no sólo experimentaron una nueva caída neta de ingresos, sino que, además, a pesar de haber aumentado su esfuerzo económico laboral, empeoraron su participación en la distribución, y esto fue así tanto en la fase de expansión como de crisis del ciclo económico 1991-1997.
En este sentido, el estudio realizado confirma que el proceso de transformación estructural que viene atravesando la economía argentina, dejando a las relaciones de mercado como principal protagonista de la asignación de recursos, ha tenido efectos heterogéneos y no equitativos sobre las condiciones de vida y los balances de las familias, los consumidores, los perceptores y los trabajadores, dependiendo de su posición en la estructura social.
De esta manera, se observa que el desarrollar un mayor esfuerzo laboral fue para la mayoría de los hogares del Gran Buenos Aires una estrategia casi obligada en función de poder recuperar la caída que experimentaron los ingresos y el consumo en diferentes momentos del ciclo económico. En particular, esto fue así en el 60% de los hogares de ingresos bajos y medios. Sin embargo, este mayor esfuerzo general no fue igualmente exitoso, ni los resultados generados por contar con un mayor promedio de perceptores ocupados fueron igualmente satisfactorios.
Al respecto, es evidente que las políticas de reestructuración implementadas y la evolución del ciclo económico agravaron también las condiciones de desigualdad social en el campo de las oportunidades de empleo e ingresos laborales. Esto se hizo particularmente evidente, entre 1991 y 1997, a través de un mayor y a la vez infructuoso esfuerzo laboral que realizaron los hogares de bajos y medios ingresos.
f) Referencias bibliográficas
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Beccaria, L. y A Orsatti (1989): Precarización laboral y estructura productiva en la Argentina 1974-1988. En "La precarización del empleo en la Argentina", P. Galín y M. Novick (comps.), CEAL/CLAT-CLACSO, Buenos Aires.
Becaria, L. y A. Minujín, (1991): "Sobre la medición de la pobreza: enseñanzas a partir de la experiencia argentina", UNICEF, Argentina.
Beccaria, L. y N. López (1994): Reconversión productiva y empleo en la Argentina, en Estudios de Trabajo, ASET, N+ 7, enero-julio, Buenos Aires.
Boltvinik, J. (1992): El método de medición integrada de la pobreza. Una propuesta para su desarrollo, en "Revista Comercio Exterior", Vol. 42, N| 4, México.
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CEPAL, (1991): "Magnitud de la pobreza en la América Latina en los as ochenta", Estudios e informes de la CEPAL, Naciones Unidas, Santiago de Chile.
Germani, G. (1963): "Política y sociedad en una época de transición", Ed. Paidós, Buenos Aires.
INDEC, (1989): "La pobreza en el conurbano bonaerense". Estudios 13, Buenos Aires.
INDEC, (1992): "Estimación de los niveles de pobreza", memorando, 8 de octubre de 1992, Buenos Aires.
Marshall, A. (1994): "Participación en la fuerza de trabajo. Notas técnicas", en Revista Estudios de Trabajo, ASET, N+ 7, Buenos Aires.
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Monza, A (1995): Situación actual y perspectivas del mercado de trabajo en la Argentina, en "Libro blanco sobre el empleo en la Argentina", Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Buenos Aires.
MTySS (1995): "Libro blanco sobre el empleo en la Argentina", Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Buenos Aires.
Palomino y Schvarzer (1996): "Del pleno empleo al colapso. El mercado de trabajo en la Argentina", En Encrucijadas UBA, Año 2 N| 4, mayo de 1996, Buenos Aires.
Torrado, S. (1992): Estructura social de la Argentina: 1945-1983. Ediciones de la Flor, Buenos Aires.
Cuadros Estadísticos
NOTAS
1 Sociólogo. Master en Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Candidato a Doctor en Ciencias Sociales (El Colegio de México). INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GINO GERMANI-FCS-UBA / PIETTE-CONICET. Uriburu 950 - 6| piso - Capital Federal / Tel. 961-9905 - Fax: 962-9942- Tel. Of. 310-5575 / E-mail: agsalvia@mail.retina.ar.
2 En este sentido, son diversos los estudios que dan cuenta de las consecuencias regresivas que ha tenido el cambio estructural sobre el nivel de empleo y la situación ocupacional en todos los mercados urbanos de Argentina (Monza, 1993, 1995; Beccaria y López, 1994; Canitrot, 1995). La reducción de puestos de trabajo en el sector formal, por una parte, y la mayor oferta laboral, por otra, habrían tenido un papel importante en el incremento del sector informal y del empleo precario (Bour, 1995). Asimismo, se reconoce el efecto negativo de la política oficial orientada a establecer un marco legal más flexible sobre las condiciones de trabajo y el salario (Marshall, 1994); con el especial interés de lograr una reducción del costo laboral (Bour, 1995).
3 El estudio de esta temática presenta antecedentes en Argentina. Entre los estudios que abordan el fenómeno de la distribución del ingreso cabe mencionar, si bien escasos, los que refieren a la estructura social y al mercado de trabajo.
Estos trabajos aportan, desde diferentes perspectivas, conceptos relevantes para el estudio de la desigualdad social (Germani, 1963; Torrado, 1992; INDEC (1992); Beccaria, 1991, 1993). Asimismo, los estudios iniciales del INDEC (1984), el proyecto Investigación de la Pobreza en Argentina (1988), los trabajos del CEPA (1993a, 1993b) y de CEPAL (1991), brindan un amplio campo teórico, metodológico y empírico a partir del cual apoyarse y continuar el estudio de la temática de la pobreza, la distribución del ingreso y la desigualdad. Sin embargo, no escapa al analista especializado la falta de continuidad que han tenido estos programas de investigación (Beccaria y Minujín, 1991; Boltvinick, 1991; INDEC, 1995).
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