V Congreso de Antropologia Social |
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La Plata - ArgentinaJulio-Agosto 1997 |
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Comisión de Trabajo: Antropología Política y Jurídica.
"LUGARES DE LA MEMORIA. Cultos, monumentos y homenajes a los desaparecidos"
Ludmila da Silva Catela.
PPGS-IFCS-UFRJ.
Email: ludmila@ifcs.ufrj.br
Introducción.
Hacer monumentos, homenajes y actos a los muertos por la patria y en las fechas patrias es una de las formas que los individuos encuentran para construir su memoria-nacional colectiva. Generalmente nacidos a partir de la organizaciones oficiales, pasan a formar parte de los símbolos de la nación y su actualización constante constituye un ritual imprescindible para su constante consagración actualización y reproducción a lo largo del tiempo. Año a año se repiten, se imponen en las escuelas, plazas o lugares de culto como el cementerio y las iglesias. Al banalizar espacios estos lugares públicos, los monumentos y actos ponen en acto la estrategia de festejar en los lugares que son de todos, algo que quiere transmitir una identidad para todos.
La escuela primaria, institución privilegiada para la generación de adhesiones emocionales a la patria1 y primer escalón de entrada para la constitución de ciudadanos argentinos, pasa a conformar el espacio propicio para la expresión material de los actos por la patria. Todos los años cuando llegan las efemérides patrias se participa en actos y ceremonias cuyo principal objetivo es la enseñanza de un sistema de representaciones condensado en las fechas. Iniciantes en los rituales del ser nacional, se participa y se representa. Poco a poco se aprehenden los símbolos mínimos de la nacionalidad, "algo" que pasa así a naturalizarse como un universal inevitable. Canciones, himnos, bailes folklóricos, obras de teatro, juegos, todo ayuda a la hora de transmitir la invención de las tradiciones nacionales.
Fue a finales del siglo pasado que los agentes de las elite locales percibieron que ciertos hechos, ámbitos y tradiciones no tenidos hasta entonces como demasiados relevantes -fiestas patrias y espacios públicos, banderas y escudos, escuelas y enseñanza del pasado- tenían gran importancia y estaban "ocupados por colectividades extranjeras". Era necesario establecer parámetros y dominios delimitados sobre las expresiones culturales: "se erigieron estatuas y monumentos; se fundaron museos; se instauró una gran preocupación por el control de símbolos por las fiestas patrias" 2 .
La evocación de la nación, se reactualiza y se construye a partir de una serie de rituales oficiales que también son reapropiados, según la época y el momento histórico , por diversos grupos que utilizaran esas fechas para oponerse a la historia oficial, reivindicando luchas, denunciando los males de la nación.
Estos rituales y ceremonias son necesarios para marcar aquellos elementos que nos distinguen y para mostrar y remarcar en cada acto, en cada momento histórico, que somos una nación consolidada, que nos identificamos con una lengua en común, un territorio, que estamos marcados por proezas y héroes nacionales. Pero lo significativo no es solo aquello que se recuerda sino también aquello que se silencia, la eficacia de lo "no dicho". Todo no puede ser motivo de conmemoración, y son justamente estos silencios oficiales y no oficiales los que varían y definen qué es aquello que puede conmemorarse en nombre de la nación y que es aquello que no entra en su coraza de símbolos y ritos.
Cuando se construyen memorias nacionales o se las actualiza mediante diversos rituales, la referencia al pasado sirve para mantener la cohesión de los grupos y de las instituciones que componen la sociedad, para definir su lugar respectivo, su complementariedad, así como sus oposiciones irreductibles3 Es en el silencio, en el olvido estratégico de fechas y acontecimientos donde radica el problema. Quiénes definen esas fechas?, Qué intereses tienen para delimitar e inculcar? Cómo se eligen unas y no otras? Cuáles y cómo son definidos aquellos hechos y acontecimientos nacionales que pasan a ser legítimos y por lo tanto recordables, conmemorables?.
En la disputa por la definición del silencio de fechas, símbolos y ceremonias conmemorativas es donde comienza a dibujarse que la nación no es una y única, sino que es el derivado de muchos grupos que entran en pugna para definirla y construirla de acuerdo a las fechas y los símbolos que basando su particular identidad, buscan celebrar como inherentes a toda una "población". Por otro lado, los símbolos nacionales no se construyen solamente desde arriba hacia abajo, sino que también existe un gran trabajo de imposición y control de las manifestaciones culturales nacionales desde abajo hacia arriba. Puede decirse que estos símbolos no se imponen sin resistencia, pero son el producto de relaciones de dominación.
Hay elementos de las memorias nacionales y sociales que entran en conflicto cuando se nos revela que el individuo, no ya incluido dentro de sistemas holistas como en las sociedades tradicionales, tiende a controlar las heridas, tensiones y contradicciones entre la imagen oficial del pasado y sus recuerdos personales.
Como manifestación particular de este fenómeno histórico y social, las jornadas y homenajes llevados a cabo entre 1994 y 1996 en las facultades de la ciudad de La Plata, brindan una oportunidad singular para analizar como estos materiales de la memoria, emanados desde diversos grupos como principio fundamental de oposición al silencio del Estado argentino en relación a los muertos durante la última dictadura militar, conmemoran, glorifican, perpetúan y denuncian en un mismo acto. Tales formas de objetivación permiten pensar el contexto de su invención, los sentimientos, motivaciones y representaciones de los agentes que los imponen y de los públicos que se generan en las luchas e interdependencias decorrentes de procesos civilizadores.
Este tipo de homenajes provocan sentimientos ambivalentes, identidades singulares que perpasan no sólo a las organizaciones políticas y sociales, sino muchas veces a los individuos directamente involucrados, lo que lleva a indagar sobre las tensiones que suscita el hecho de realizar conmemoraciones o actos.
Los lugares de la memoria.
Los individuos construyen su memoria social, cultural, individual abriendo espacios, creando sitios, explorando estrategias y modos, no sólo para ponerla en escena, sino también para poder narrarla, traducirla desde los recuerdos interiorizados a los relatos volcados hacia el exterior que se estructuran a partir de lógicas propias, que cambian no solo en relación a qué se está diciendo y a quien lo está diciendo; sino también a donde se está diciendo y quien es el que solicita esa narración.
Podemos pensar a la memoria social con tiempos diversos y con modos singulares de expresarse, como una forma de reescritura de la historia.
En el caso de los desaparecidos hay todo un trabajo de imposición de una nueva lectura de este problema y sobre todo para construir una versión diferente de la que se llamó la teoría de los dos demonios que pretende explicar de la forma más directa y sintética posible, por qué individuos "iguales" de una nación se enfrentaron en actos violentos que generaron la muerte, desaparición y persecución de un sector de sus miembros.
En 1995 los impactantes, aunque ya sabidos por muchos, hechos relatados por el ex-capitán de corbeta Adolfo Scilingo, re-actualizó la cuestión de los desaparecidos en el espacio llamado opinión pública4 . Nuevos análisis y nuevas formas de expresión aparecieron. Por otro lado ya habían pasado más de 18 años y una nueva generación de individuos afectados por el problema de los desaparecidos aparecía en escena: HIJOS.
Esta combinación de factores, sumados a las constantes luchas y reivindicaciones de varios grupos que representan la memoria de los desaparecidos tradujo esta "nueva configuración" en la construcción5 progresiva de signos y símbolos para recordar a los desaparecidos que se sumaron a los ya existentes (pañuelos blancos, slogan, artes, etc).
A esto se le suma la "necesidad de hacer algo", sobre todo de amigos y compañeros de lucha, que comienzan a expresarse a 20 años del golpe militar. Así historias en común, ideologías compartidas y el sentimiento de pertenecer a la misma generación, se tornan excusas para comenzar a organizarse en torno de un proyecto en común: recordar, ahora de forma pública y material a los desaparecidos. Ponerles un nombre, una foto, una identidad. Los lugares de la memoria6 , formas características de las sociedades modernas7 , es la manera en que el recuerdo se expresa a través de lugares determinados que pasan a depender de agentes especialmente dedicados a su producción.
De esta forma cuando uno comienza a tejer hipótesis y preguntas sobre los actos y homenajes, es necesario preguntarse acerca de las razones políticas, pero también de las razones que involucran sentimientos, emociones y dolores compartidos generalmente en las fronteras familiares y de amistad. Para poder ver esto dentro de un proceso, es necesario mapear los tiempos de expresión y de silencio durante estos 20 años desde el inicio de la dictadura más cruel de la Argentina (1976-1983). Y esto es necesario si partimos de la base que cualquier trabajo individual de la memoria es indisociable de la organización social de la vida.
Para comprender la génesis del "problema de los desaparecidos", es preciso observar los movimientos de opinión, de memoria individual y colectiva en la construcción y reconstrucción de nuestra identidad en relación a los desaparecidos. Así como los estados de comunicación y silencio de este hecho en el debate público De esta forma el análisis gana una perspectiva comparativa a partir de la diferenciación de agentes, discursos, formas de comunicabilidad y jerarquía de las cuestiones "legitimas" en diferentes momentos en los que el problema se torna público.
Serán demarcados cuatro momentos que distinguen, no etapas históricas, sino espacios donde predominaron y/o tuvieron mayor visibilidad diversas situaciones y grupos: 1) Manifestaciones de familiares de desaparecidos durante la dictadura militar a partir de 1975. Constitución y actuación de organismos de derechos humanos. Algunos de estos organismos fueron organizados previamente a la dictadura, como la Liga Argentina por los Derechos Humanos, nacida en la década del 30, como un espacio de defensa a las persecuciones al Partido Comunista, La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), fundada en diciembre de 1975, cuando ya habían comenzado las desapariciones de personas, el Servicio de Paz y Justicia, fundado en 1974 por Pérez Esquivel, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), única organización formada por integrantes del campo religioso argentino8 . Ya en tiempos de dictadura, nuevas organizaciones mayoritariamente centrados en figuras que representan lazos primordiales comienzan a actuar: Madres de Plaza de Mayo (1977) , Comisión de Familiares de Desaparecidos y Presos por Razones Políticas (1977) , Abuelas de Plaza de Mayo (1977). En 1979, fue creado el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que actuó prioritariamente como nexo entre los diferentes grupos de Derechos Humanos.
2) Retorno al régimen democrático, derogación de la Ley de Auto - Amnistía sancionada por la dictadura, decreto que obliga al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a juzgar a sus cúpulas. Se crea una Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), admitiéndose oficialmente la categoría "desaparecido". Juicios a las cúpulas militares 1983 -1985. El papel de las víctimas fue el de declaración y denuncia. El rol jugado por los grupos de defensa de derechos humanos fue de fundamental importancia en esta etapa. Una característica central concentra los rasgos de este momento: el discurso militante como narrativa y retórica de alta eficacia.
3) Leyes de Obediencia Debida, Punto Final e Indulto, 1987-1988-1990 y revueltas militares. Los militares subalternos se rebelaban ante el posible juzgamiento de sus acciones, legitimadas como "cumplimiento de órdenes". Con estas leyes por lo menos 1500 militares de diferentes rangos fueron indultados. La oposición a estas leyes de "reconciliación" , por parte de los grupos de defensa de los derechos humanos fue marcante.
4) 1995. Confesiones de algunos militares implicados en la desaparición de personas. El papel de las víctimas fue el de espectadoras de un nuevo espectáculo: la confesión por parte de los victimarios de hechos que ellas, durante años, habían denunciado. En esta etapa el apelo a la emoción y la exteriorización de sentimientos constituye la marca de los "nuevos tiempos". La aparición de HIJOS impone nuevas narrativas e identidades para hablar de los desaparecidos. Nuevas metáforas son construidas.
En cada uno de estos momentos la dramatización del sufrimiento, el dolor y las formas de lidiar con la muerte configuran un cuadro singular.
Por otro lado cuando hablamos de memorias, tenemos que tener en cuenta que estas no reproducen una visión exacta y autónoma del pasado, sino que representan una recreación del pasado en el presente9 , en función de los valores del presente. Recordar no es solamente revivir, sino reconstruir, repensar con imágenes e ideas de hoy las experiencias del pasado. La memoria es trabajo. La memoria es una imagen construida por los materiales que hoy están a disposición, en este momento y circunstancia histórica.
Vamos a detener la mirada sobre el último momento y enfocando la atención en relación a actos, homenajes y conmemoraciones.
Homenajear, practicar la memoria.
Los modelos de homenajes.
Si los actos son una síntesis, son también expresión de jerarquías que se imponen cuando hablamos de memoria colectivas entre las partes que organizan los actos que traducen en símbolos la manifestación, el público y sus actitudes. Esta puesta en escena resume parte de una historia: la de los desaparecidos políticos en argentina y sus símbolos ya consagrados.
La política de la memoria, o mejor la política y la estrategia de las comisiones organizadoras de estos actos, va a ser la utilización y dramatización de símbolos que representan a los desaparecidos a lo largo de todos estos años. Por otro lado los actos ofrecen un momento único y concentrado de emoción y expresión de sentimientos contenidos durante mucho tiempo. Ellos colectivizan el dolor, lo hacen público y con esto en un mismo acto recuerdan y denuncian.
La publicidad del problema se logra no solo a través del acto, sino también de su difusión y los comentarios de los periodistas que renuevan sus noticias sobre los desaparecidos a partir de una temática diferente: los homenajes.
En el diario el Día de La Plata fechado 19 de noviembre de 1994 se inicio la construcción periodística de una nueva forma de plantear el problema de los desaparecidos: Tiraron el muro, expresó un titular.
Al final, tiraron el muro de Arquitectura. Después de un intento frustrado la semana pasada, y de que las autoridades terminaron avalando la decisión de un grupo de militantes estudiantiles, se concretó la idea de demoler la pared del frente a la facultad por considerarla un símbolo de la dictadura.
Los actos y homenajes buscan nuevas significaciones, un debut de los sentidos apoyado en referentes que un grupo de personas ya conoce y comparte, transforman viejos espacios en un medio de renovar el pasado.
Otros pasajes de diarios platenses nos invitan a penetrar, a través de sus palabras, en el significado de los actos. Los títulos hacen hincapié en la expresión de los sentimientos: Emotivo homenaje en Arquitectura a los estudiantes desaparecidos (Diario El Dia, 15 de Septiembre de 1995), Un día para recordar (Diario Hoy, 21 de abril de 1995).
El inicio de la nota sobre el homenaje en Humanidades es elocuente en este sentido, si en la década del 70 las palabras subversivo, extremista, elementos extremistas y delincuentes subversivos poblaban las páginas del diario El Dia, en los 90 los términos cambian y la relectura del pasado llega y se traduce en otros términos: Entre lágrimas de bronca, desconsuelo e impotencia unas 600 personas homenajearon ayer, desde el mediodía hasta la noche , a los alumnos, docentes y no docentes de la facultad de Humanidades desaparecidos durante la última dictadura militar y los años anteriores. (21 de abril de 1997).
Los actos y sus lugares.
El lugar del homenaje puede parecer a simple vista solo un elemento más en la construcción de la memoria colectiva. Pero el espacio, la elección del mismo por parte de comisiones o grupos, reenvía a otras prácticas de la memoria. El lugar pasa a ser un elemento central en la legitimación de los actos.
Las facultades, lugares privilegiados para los actos que se desarrollaron a partir de 1994, son el símbolo de la actualización de los lugares históricos caracterizados por los símbolos republicanos de debate, tolerancia, respeto, democracia, búsqueda de un justo "universal". Los actos ocuparon por un corto período de tiempo a la facultad como lugar de rito, de celebración a aquellos que en muchos casos comenzaron su carrera de militancia dentro de sus fronteras. Además sus compañeros, los que pensaron estos actos, necesitaban de un lugar de celebración que sobrepase las fronteras familiares pero que no pierda su carácter íntimo, de conjunto y de pertenencia.
A los que nos convocamos para la realización de esta jornada, nos urge por un lado la necesidad de no dejar que los familiares y los círculos más íntimos de estos compañeros sigan soportando en soledad o demasiado aislados la carga de sobrellevar el dolor y mantener viva la memoria. Nos urge la voluntad de rodearlos con el más amplio tejido humano posible de las instituciones en que estos compañeros participaron y de las que somos parte (en este caso la Facultad, el Centro de Estudiantes, los gremios docentes y no docente, las asociaciones de graduados).
La actualización o la creación de un lugar conjuga la movilización del pasado histórico, la referencia a un grupo de pertenecimiento y la invención10 de un nuevo ritual conmemorativo. El sitio pasa a ser, después de los actos, una "fuente" a partir del cual se retira significación. La localización del acto, del homenaje y del monumento o cualquier especie de recordatorio material nunca es neutro. Esto es notorio si comparamos los actos organizados en el seno de las facultades para los estudiantes que por allí pasaron y hoy están muertos, con el lugar elegido en Berisso para homenajear a los desaparecidos obreros. El lugar no fue la fábrica, lugar desde donde se luchaba y contra quien se luchaba, sino la plaza, un espacio público. La fabrica no era de ellos. Símbolo del capital, de lo privado, o de lo Estatal "perdido". Los directivos de fabrica denunciaban a sus obreros-militantes. Nunca sería el espacio para reivindicarlos y denunciar la desaparición de individuos-obreros. La fabrica no fue su lugar de contención sino su lugar de muerte, a diferencia de las facultades de la universidad pública, templos sin dueños posibles, máximo recurso para pensar la nación y otros universales. Así, la elección de los lugares no son azarosas, están construidas en base a experiencias y sentimientos que tienen una ligación con el pasado.
Una vez que la comisión organizadora inaugura al público su modelo de memoria objetivada, esta deja de ser "privada" para devenir pública y, como tal, consumible, traducible y reproducible libremente. En este sentido en el encuentro frente a un público la conmemoración cumple un rol que excede a la planificación racional del acto: pasa a ser pedagógica y a crear otros públicos potenciales.
A parte de la localización otros objetos y signos complementan la empresa de transmisión e imposición simbólica .
Las marcas perdurables de los homenajes: monumentos, placas.
No hay conmemoración sin marcas materiales que perduren en el tiempo. Estas marcas sirven de referencias a futuras generaciones y también a públicos no familiarizados con el tema. Son la evocación inmediata de que en algún momento se homenajeó a los allí nombrados, se pensó en ellos, se los recordó. Por otro lado será el lugar de potenciales repeticiones del rito de conmemoración, si es que este se instituye exitosamente.
En las facultades de La Plata hay una variedad de formas materiales de recuerdo que de forma casi simultánea hacen alusión a una serie de símbolos ya consagrados para hablar de los desaparecidos: nombres, fotos y frases.
Analicemos detenidamente las marcas que quedaron en las facultades de arquitectura, humanidades y ciencias naturales.
Arquitectura.
Producto de un concurso, el monumento de arquitectura sentó precedentes, inauguró una nueva era relativa a la recordación de los desaparecidos. Vimos anteriormente que primero se destruyó un muro, símbolo de la dictadura, para luego erigir un nuevo símbolo de los desaparecidos. Como monumento rompe con todos los parámetros de aquellos lugares que recuerdan a los muertos. No hay fotos, ni frases, pero hay nombres y una pequeña descripción que es anterior a la construcción que dice sobre una placa de mármol: En el 20 aniversario del asesinato de Carlos de La Riva "Fabiolo" nos comprometemos a levantar en este sitio, el proyecto seleccionado en el concurso ... Recuerdo, Memoria y Compromiso ... en homenaje a todos los compañeros asesinados por la Triple A , desaparecidos por la dictadura militar y fallecidos en el exilio. Red ex alumnos F.A.U. 3-11-1994.
El monumento forma un espiral que parte de los nombres de aquellos que fueron muertos por la triple A, característica diferenciada por ser los únicos nombres que tienen a su lado la fecha. Esto traza la línea entre aquellos que fueron muertos y aquellos que fueron desaparecidos, los cuales son evocados solamente por el nombre y apellido. En el centro del espiral hoy nace un árbol.
Esto representa la espiral del horror que nos inundó durante los años de represión, en tanto que el hueco en el medio simboliza el vacío que nos dejaron quienes ya no están. Pero la espiral termina en un árbol que representa la vida, un tilo por todo lo que representa para la ciudad.
Este monumento fue pensado como un espacio de socialización, para que los alumnos se sienten y conversen. Donde el pasado se encuentre con el futuro, la vida con la muerte, donde el silencio deba enfrentarse con la historia, con la memoria, de los que por ahí pasen y pregunten: Y esto qué es?.
La idea que nos guió para realizar este proyecto, fue la de no hacer un monumento para observar, sino un ámbito que se integre al patio de la facultad y pueda ser usado por las nuevas generaciones11 .
Los silencios de esta construcción también nos indican muchas cosas o por lo menos plantean preguntas que pueden ser cuestiones sobre el problema de los desaparecidos en general. Por qué muertos y desaparecidos , no están todos muertos?. Qué eficacia encierra esta categoría tan usada? Qué identidades construye?. Por qué sin fechas los nombres que identifican a los desaparecidos?.
Algunas de estas preguntas son respondidas desde dos discursos, dos personas relacionadas íntimamente con los desaparecidos. Hebe de Bonafini (Presidenta de Madres de Plaza de Mayo) y Juan Gelman (escritor, padre de desaparecido, abuelo que no conoce a su nieta) , en contextos diferentes (Hebe desde la entrevista en un libro, Gelman desde una contratapa de Pagina 12) dicen: No apruebo para nada esto de poner los nombres de los desaparecidos en las paredes (...) Después la gente pondrá flores y velas. Eso es la muerte. Lo que nosotras decimos es que no hay que reconocer la muerte (...) Otra que me pareció muy buena se hizo en Arquitectura de La Plata. Tiraron abajo un muro que se había construido para impedir a los pibes escapar. Se tiró el muro, se llamó a un concurso y lo ganó un proyecto para construir en medio del patio una suerte de centrífuga con un árbol en el medio. Los pibes podrán sentarse allí, a pensar, a soñar, a escribir. Habrá nombres, nombres dando vueltas en esa centrífuga. En un lugar de creación, no en un lugar estático o contra la pared. Si nuestros hijos murieron fue por no ser un nombre en una pared. Esto tiene que ver con la vida. Algo generador, la centrífuga, y un amparo, el árbol. Así podrá haber creatividad. Con este tipo de cosas estoy totalmente de acuerdo12 .
Es una gran espiral abierta al cielo. En el centro, un árbol de extendida copa dará sombra a las asambleas de estudiantes. Se inaugurará mañana, 14 de septiembre, en la Facultad de Arquitectura de La Plata y no es un monumento. Los monumentos tienen y dan frío. Esta espiral conocerá en sus gradas el calor humano de una juventud inconforme con el mundo que le supimos conseguir13 .
Un homenaje motiva muchas interpretaciones y opone símbolos y discusiones que conforman el problema de los desaparecidos. Como un ritual concentra y llena de significado cada palabra, cada acto, cada elemento.
El momento del acto en si y la concretitud de un monumento es la cristalización y la suma de otros elementos simbólicos que se agregan para llegar a ser lo que es. El concurso, por ejemplo, tuvo entre sus jurados a las Madres de Plaza de Mayo y si ellas son las representantes por excelencia de los desaparecidos, están legítimamente habilitadas para marcar los inicios y los finales de estos rituales. Ellas fueron también las que juntos a, los HIJOS, los nuevos representantes del problema, dos polos con significaciones análogas, los encargados de colocar la piedra fundamental de aquello que marca fronteras entre el pasado y el futuro, la vida y la muerte.
Como en los procesos de duelo y sepultamiento de los muertos, los familiares son siempre los principales ejecutores y centro de los rituales funerales. Y así madres e hijos son aquellos que deben ser los referentes esenciales de la puesta en escena de la memoria, memoria que ahora deja los canales privados para socializarse en torno de nombres y recuerdos, de encuentros y fragmentos que contribuyen a dibujar límites de identificación y pertenecimiento.
Ciencias Naturales.
Recorrer los trazos materiales elegidos para recordar a los desaparecidos de las carreras que se nuclean en ciencias naturales, es realizar un peregrinaje. Uno va enfrentándose a caras que desde cuadros colgados en las columnas del patio informan en un mismo acto: nombre, apellido, carrera a la que pertenecía , fecha de nacimiento y de desaparición.
Esta forma de monumento-documento14 , recupera fotos, elementos presente en todos los homenajes y uno de los símbolos predominantes en la lucha por los desaparecidos. Aquí se exponen de forma permanente otorgando identificación sobre la palabra desaparecido, categoría englobante. La fotos informan por medio del impacto y la obligatoriedad que provoca el hecho de que se encuentren en el lugar más público de la facultad: el patio.
El acento está colocado aquí en la individualidad concreta de cada homenajeado y recordado, atestado por sus nombres y reforzado de modo emotivo por una foto y en algunos casos por la enunciación de un embarazo, en el caso de las mujeres en el momento del secuestro.
Parte de las marcas que perduran en la facultad de Ciencias Naturales, quedan expresadas en lo que se llama: Anfiteatro de la Memoria, bautismo nuevo sobre un espacio ya construido donde, de forma similar al de arquitectura, se grabaron sobre mármol individual los nombres de los desaparecidos del "Museo" A diferencia del lugar de memoria construido en Arquitectura, el de esta facultad nos habla con una mayor intensidad sobre la necesidad de dejar objetos dispuestos de manera fija, consagrados, establecidos. En este sentido hay una necesidad de retener el pasaje del tiempo fijándolo en objetos evocativos: palabras, fotos, fragmentos de una vida que quedó trunca por la desaparición. Esta forma de fijar provoca emociones fuertes, más allá de proveer de información.
IMPRESIONES
Dos chicas están sentadas en el borde de la galería que contiene las fotos de los 60 desaparecidos de la Facultad de Ciencias Naturales. La facultad está ahora en un edificio nuevo, lleno de galerías y columnas, con un patio en el medio que tiene un pequeño anfiteatro. Cuando uno llega no puede dejar de impresionarse con las fotos que ocupan cada una de las columnas, son impactantes, están ahí mirándote. Recorrerlas es como peregrinar por un cementerio, cada foto informa el nombre, la fecha de desaparición y la carrera que cursaba en aquellos tiempos. Le pregunto a estas chicas que sienten al ver todos los días esas fotos en las galerías de su facultad: A mí no me gustan, y tampoco me gusta lo que hicieron en el anfiteatro que hay todas plaquitas, para mi quedaba mejor hacer una placa grande con todos los nombres o alguna frase. Pero esto no parece un cementerio. Es muy chocante, vos entras y vez todas las fotos ahí es feo. .
Al principio cuando no estaba ninguna veías normal una facultad, pero cuando las empezaron a poner es como que venias y ya te deprimía verlo, donde te sentabas veías un nombre de un desaparecido.
Además te pones a ver eran chicos re jóvenes, algunas chicas estaban embarazadas unas embarazadas, es feo.
Cementerio.
Viste que tenes los nichos con la fotito y los nombres, típica. Parece que cada columna fuera un nicho y más el anfiteatro, todas plaquitas así con los nombres, re-cementerio.
A mi me parece bien que les hagan un homenaje a los desaparecidos, pero me parece que lo tendrían que haber hecho en un aula tipo un museo que sea especial para eso y así el que quiere entrar que vaya. A mi me parece que era mejor hacer así, una reunión , poner una placa, inagurarla, decir unas palabras y fue.
Las fotos.
Ya cuando las pusieron a parte tan bien encuadradas y todo, yo sabia que eran para siempre. Pero no duró mucho tiempo, el papel ya se empezó a mufar. Va a quedar horrible.
Lo que pasa es que con esto solo se va a enterar la gente que viene a estudiar acá , porque la gente que asiste a la facultad no se va a enterar. Además que no en todas las facultades está esto, no se van a enterar .
En la única que se ve esto es acá. En las otras facultades como mucho una plaquita. Más que eso no hay. Además pienso que la gente no se va a olvidar, es parte de la historia. Además quedó sin cerrarse, jamás se hizo justicia, jamás se hizo nada. Entonces como que siempre alguien lo va a reclamar. Nunca te vas a olvidar. No es necesario poner las fotos.
No hace falta que te lo pongan para que te acuerdes. Las fotos?, no la verdad que a mi no me van ni me vienen, es chocante para la gente que no conoce la facultad, aparte que ya lo Tomás como parte del paisaje, no es... la primera vez si te impacta, la segunda pero ya después la tercera ya es normal.
Humanidades.
Entre infinitos carteles y alumnos que vienen y van , aparece en una pared de la facultad una gran placa de mármol dividida en cuatro bloques, donde aparecen grabados los nombres de 141 muertos y desaparecidos por la dictadura.
Esta forma de homenaje de recordación es diferentes de las dos anteriores, no hay fotos como en la de ciencias naturales, no hay espiral ni arboles como en la de arquitectura. A diferencia de las otras dos está en un lugar menos "visible". Para verlo hay que buscarlo. La placa de mármol tiene un espacio en blanco, guardado para colocar los posibles nombres que faltan y a los cuales la comisión organizadora no llegó a encontrar. Ese espacio es reservado a ellos, y cuando aparezcan la placa será sacada para poder escribirlos.
Es de los tres lugares de la memoria analizados el que más se asemeja a una placa funeral y esto se refuerza por una característica no vista en los otros, muchas veces aparecen flores a los pies de esta placa15 .
Este lugar de la memoria comparte un rasgo particular con el de Ciencias Naturales y es el hecho, que a diferencia de arquitectura, donde se destruyo un símbolo para construir otro, ambas facultades no fueron los lugares originales por donde pasaron los desaparecidos homenajeados. Los edificios de las facultades son nuevos, sin embargo se ha elegido este nuevo espacio para cultuar la vida y las experiencias construidas en otros espacios. Este es el nuevo espacio por donde pasa la vida, los estudiantes, donde debe renovarse la memoria.
Uno de los oradores convocados, para la evocación, David Viñas, legitimado no sólo desde su trayectoria intelectual, sino también por ser padre de desaparecidos, expresó: Quizás, tendría que empezar contraponiendo lo que estoy viendo en este lugar: por un lado, listas de exámenes, donde los alumnos se anotan para dar exámenes, y por otro lado, listas de alumnos, de gente de esta facultad que ya dieron examen. En ese vaivén, lo que se va a hacer, lo que se hizo, presentarse a opinar lo que aquí se difunde y se pone en circulación, y los que éstos ya lo hicieron de manera fundamental, trágica, el límite, es decir quienes dieron examen con su cuerpo, entendiendo cuerpo como el lugar donde se materializan todos los aprendizajes, todas las ideologías, pero rescatando en este vaivén, quienes dieron examen ante la muerte, quienes dan o van a dar examen ante la vida16 .
Por otro lado Reina Diez, también legitimada por su doble pertenecimiento como ex- decana de esta facultad y madre de una hija desaparecida, aseguró que: Sabíamos que ellos no iban a volver nunca más, pero también podíamos pensar que ellos no se habían ido nunca si nosotros hacíamos actos como estos o sacábamos a la luz los retratos y versos que ellos habían hecho17 Recordar en un lugar preciso, construir un espacio para la memoria es llenar esos espacios de sus hechos, sus alegrías, sus amores, sus aptitudes, sus obras inacabadas, en fin, poder conectar su pasaje por esos lugares, sus hechos de la vida con estos tiempos, con esta gente, con este público.
Los tiempos de los homenajes.
Los recuerdos individuales varían, y los homenajes fueron un espacio privilegiado para reactualizar esos recuerdos, ponerlos en escena, socializarlos. Recordar a los desaparecidos fue en esas instancias, construir sus identidades, hablar sobre ellos con nombre y apellido, contar anécdotas, reencontrarse con sus amores y odios, sus frustraciones.
Pero si bien esta escenación permitió el encuentro de muchos recuerdos individuales, también impuso una memoria colectiva que los unificó, que dio una tonalidad a partir de los elementos que la comisión organizadora puso en evidencias.
Esta tonalidad está construida en base a las elecciones de quién son los oradores privilegiados, qué representan hoy y qué representaron en el pasado que se está recordando, David Viñas, Reina Diez, Las Madres poniendo la piedra fundamental en Arquitectura y Hebe de Bonafini y Osvaldo Bayer hablando en el acto, el ex-decano de Ciencias Naturales. Oficiantes con valores simbólicos análogos a lo que se está conmemorando homenajeado. Son los encargados de releer la memoria actual sobre un hecho del pasado, la memoria imaginada y motivada a partir de la teatralización presente, en fin la memoria de los desaparecidos como un proyecto colectivo que debe extenderse, en la palabras actuales en el COMPROMISO DE NO OLVIDAR.
Por otro lado la música también aportó una tonalidad en cada acto: León Gieco, Victor Heredia, citas de Viglieti, personajes comprometidos y solidarios con la lucha por los derechos humanos, las minorías, los débiles.
Cada uno con diversas tonalidades y contenidos políticos y afectivos interpretaron y orientaron, con sus discursos, la emoción colectiva, sugirieron una interpretación del presente y del pasado.
Se puede decir que los homenajes pusieron es escena lo que es común , lo que es compartible, donde también hay olvidos, luchas y discusiones que en la puesta de escena no son evocadas.
Entre la emoción y el compromiso. Conmemorar, homenajear, denunciar.
Se mostró en este trabajo una serie de marcas, monumentos que ocupan diversos lugares en las facultades de la ciudad de La Plata. Los monumentos a los muertos en guerras o a figuras nacionales marcan un rasgo casi universal en la necesidad de los grupos de expresar sus sentimientos e intensiones en relación a aquellos que son considerados mártires, sacrificados, a aquellos que dieron su vida en pos de una causa, un mundo mejor.
Así los monumentos a los muertos de forma genérica proclaman la legitimidad del sacrificio de un grupo de hombres y mujeres en favor de toda la patria. El patriotismo pasa a ser así, como la religión, una escuela de abnegación y sacrificio por la cual el hombre se realiza y se salva18 . El monumento debe expresar de alguna manera el dolor de los sobrevivientes que ahí recuerdan y sostienen su memoria. En el caso de los desaparecidos muchos de estos símbolos se repiten: casi no se habla de muertos, ya que la categoría desaparecido concentra una fuerza que moviliza los sentimientos y permite recordar y denunciar en el mismo acto, donde se muestra el dolor y se llora a los muertos-desaparecidos.
Por un lado esta forma de monumentos revela como las memorias colectivas pueden organizarse o excluirse a partir de los hechos que se registran y de las emociones colectivas que se expresan. Las conmemoraciones en la ciudad de La Plata marcaron atenciones, deseos y voluntades de familiares, amigos, compañeros, profesores en relación a la delimitación de un nuevo período sobre la memoria de los desaparecidos . Por otro lado las marcas que dejan los monumentos, placas y anfiteatros de la memoria constituyen imágenes-símbolos permanentes que podrán ser resignificados por nuevas generaciones.
La "visita" a los desaparecidos tiene ahora lugares marcados, lugares donde reivindicarlos, recordarlos y evocarlos, lugares públicos así como nuevos lugares de ritual.
Esta clase de homenajes y su resultado material, condensa elementos centrales de un tipo de fenómeno social general: el culto y conmemoraciones a los muertos, pese a que es esta propia categoría uno de los ejes de disputas entre los diferentes agentes delimitadores del problema de los desaparecidos. Aunque aparezca como negación, la muerte está presente en los rituales y es la categoría es cuestión. El tipo de actos y sentimientos movilizadores al problema de los desaparecidos remiten a los ritos funerarios de otras sociedades Detrás de las relaciones tejidas, la cuestión mayor de individuos particulares reunidos en grupos de conmemoración, es conjugar sus esfuerzos en la tarea de proponer un nuevo universal, con nuevos elementos de interpretación de un pasado que "deba" formar parte, hacia el futuro, de todos los ciudadanos. La materialización, como novedad de este nuevo tiempo, impuso una fuerza simbólica única en el proceso de generalizar el problema como una cuestión de todos. Un paso más para asumir que es una parte esencial de la historia para poder entender a la nación. Una nueva fabricación cuyo mayor ápice sería la transmisión a partir de lo escolar.
Bibliografía.
Abreu, R. " Entre a Nação e a Alma, quando os mortos são comemorados" in Estudos Historicos, 14, Julho- Dezembro. Editora Fundação Getulio Vargas. Rio de Janeiro.
Bertoni, L. (1993) "La elite del 80 y la construcción de la nacionalidad" in Ciencia Hoy. Vol. 4 n22. Buenos Aires.
Contamine, P. (1986) "Mourir pour la Patrie. X-XX siècle" . in La Nation III. Ëditions Gallimard. Paris.
Namer, G. (1987) "La mémoire collective et la politique. La commémoration", in Memoire et Societe. Meridiens Klincksieck. Paris.
Nora, P. (1986) "Les lieux de mémoire" in La Nation I. Ëditions Gallimard. Paris.
Pollak, M. (1989) "Memória, esquecimento e silencio". in Estudos Históricos, 3, pp.3-16. Fundação Getulio Vargas. Rio de Janeiro.
-------------- (1990) "Expèrience, commémoration, politique d' identité" in L'Expèrience concentrationnaire. Métailié. Paris.
Prost, A. (1986) "Les monuments aux morts. Culte républicain?, Culte civique ?, Culte patriotique?. in La Nation II. Ëditions Gallimard. Paris.
Sorá, C. (1994) "Las fiestas del centenario: dimensión histórica, entre lo cívico y lo nacional". Mimeo. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. UNLP. }
NOTAS
1 Cf. Bertoni, L, 1993: 47.
2 Cf. Bertoni, L. 1993:45.
3 Cf. Pollak, 1989:9.
4 La problematización del concepto de opinión pública como hecho social, se entiende siguiendo a Habermas como "las discusiones públicas, después que el publico, por formación o información, se torna apto a formular una opinión fundamentada. La opinión pública se forma en la lucha de argumentos en torno de algo, no sin critica, en la aprobación o rechazo, sea ella ingenua o plesbicitariamente manipulada, en relación a personas, a través del common sense".(1984:85) y a Bourdieu, cuando considera que las "opiniones son fuerza y las relaciones entre opiniones son conflictos de fuerza entre los grupos(...) Por un lado opiniones constituidas, movilizadas , grupos de presión movilizados en torno de un sistema de intereses explícitamente formulados, y por otro disposiciones que, por definición, no constituyen opinión, si por esta palabra comprendemos alguna cosa que puede ser formulada en un discurso con cierta pretensión de coherencia"(1983,182).
5 Es necesario notar que no siempre que se construye una memoria, que identifica y solidariza el resultado sea la traducción en una producción de algo. Muchas veces se produce el acto contrario o sea la destrucción de símbolos ya consagrados, como fue por ejemplo la destrucción de símbolos que recordaban a Stalin en la antigua Unión Soviética.
6 Para una problematización y análisis detallado de este concepto consultar, Nora P. (1987) 7 En el mundo moderno la memoria no estaría ya incorporada a la vida cotidiana de la tradición y la costumbre , estos espacios estarían substituidos por "los lugares de la memoria" Abreu, 1994, 206.
8 Esta organización se originó con representantes de: Iglesia Católica (Quilmes), Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Iglesia Reformada Argentina, Iglesia Evangélica del Río de la Plata, La Iglesia Evangélica Discípulos de Cristo, la Iglesia de Dios, y la Iglesia Evangélica Luterana Unida 9 Cf. Halbwachs, 1986.
10 La invención de tradiciones, categoría analizada extensamente en el trabajo de Hobsbawm y Ranger, hace referencia a la intención de grupos, agentes o del Estado de expresar identidades, cohesión y estabilidad social en medio de situaciones de transformación histórica. Esto se expresa a partir de ceremonias y símbolos que evocan un pasado a partir de la relectura del presente.
11 Palabras de uno de los autores del proyecto reproducidas en el texto de Gelman: ARBOLES. Página 12, miércoles 13 de septiembre de 1995. Pag.32.
12 Cf. Parte del testimonio de Hebe de Bonafini del libro: Ni el Flaco Perdón de Dios. HIJOS de desaparecidos. Juan Gelman y Mara La Madrid. Editorial Planeta. 1997.
13 Cf. ARBOLES. Página 12, miércoles 13 de septiembre de 1995. Pag.32.
14 Cf. Le Goff, 1989.
15 Otro lugar de la memoria, análogo en cuanto a su forma, es el de ingeniería, colocado en un lugar casi público y donde también muchas veces hay flores colocadas.
16 Parte de las palabras de Viñas en las Jornadas sobre Memoria y Reconocimiento de los alumnos, docentes y no-docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. 20-04-95.
17 Parte de las palabras de Reina Diez en las Jornadas sobre Memoria y Reconocimiento de los alumnos, docentes y no-docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. 20-04-95.
18 Cf. Prost, 1989.
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