V Congreso de Antropologia Social |
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La Plata - ArgentinaJulio-Agosto 1997 |
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LA GRACIA DE LOS DEBILES(1 )
Un análisis del poder sobrenatural del soldado Carrasco como una concepción nativa de la justicia.
Lic. Rolando Silla
El 6 de abril de 1994, en dependencias del Grupo de Artillería 161 de Zapala (en adelante GA161), provincia de Neuquén, fue hallado sin vida y fuertemente golpeado el cuerpo del soldado Omar Octavio Carrasco. Hacía ya un mes de la desaparición del conscripto, y en la guarnición lo declaraban desertor. Pero su cuerpo se hallaba oculto en el cuartel. Hasta que alguien, por alguna razón desconocida, decidió ubicarlo de manera tal que pudiera descubrirse fácilmente. Hijo de una familia de obreros de Cutral-Co, población situada a 110km. al oeste de la ciudad de Neuquén y a 80km. al este de Zapala, la noticia de su muerte inundó repentinamente los periódicos, la televisión y las radios, cobrando en poco tiempo, interés nacional.
Su asesinato causó gran alboroto en el Ejército, el Gobierno y la opinión pública, y un aluvión de denuncias sobre muertes, malos tratos y torturas a los conscriptos llegó a los medios de comunicación y a los organismos de Derechos Humanos. El Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio, un organismo que luchaba para que se exceptuara del Servicio Militar Obligatorio (en adelante SMO) a los objetores de conciencia (aquellos que tuvieran alguna incompatibilidad ética o religiosa con la guerra y uso de armas) había por ese entonces registrado cerca de 87 "muertes dudosas" dentro de los cuarteles durante los últimos 15 años. En los informes forenses realizados por médicos del Ejército, en general estas bajas aparecían como "suicidios" o "accidentes". Esta situación no era nueva y se repiten a lo largo de este siglo. En 1902, a sólo un año de sancionada la Ley de Servicio Militar 4031, el diputado nacional José Robert denunciaba en el Congreso los malos tratos aplicados a los conscriptos del Batallón 12 de Infantería donde en pocos meses habían muerto 26 soldados de una dotación de 300 (Rodríguez Molas,1983:18). Aunque falte una revisión mas sistemática sobre este tipo de muertes, se podría pensar que "morir cumpliendo el SMO", sin la correlativa investigación sobre lo sucedido, fue un hecho bastante habitual en la Argentina.
En los meses de abril y mayo de 1994 las ciudades de Zapala, Cutral-Co y Plaza Huincul, lindante a esta última, vivieron una gran turbulencia. Los principales medios periodísticos del país enviaban a sus corresponsales para cubrir hasta los mas ínfimos sucesos respecto a esta muerte. En las tres ciudades planeaban organizar marchas del silencio: movilizaciones a través de puntos cruciales de la ciudad sin que los manifestantes emitan ningún tipo de sonido. El crimen y su repercución generó cierto malestar en el gobierno nacional pues volvió a suscitar el debate sobre la conveniencia de mantener el SMO, discusión instaurada en las FFAA, organismos de Derechos Humanos y la opinión pública desde 1982, con la derrota Argentina en el conflicto armado con Gran Bretaña en el Atlántico Sur.
El 15 de abril, la tapa del diario Clarín anunciaba que el Presidente de la Nación deseaba que el SMO fuera optativo. En la misma edición se informó que el Gobernador del Neuquén pidió al presidente una licencia provisoria para los soldados compañeros de Omar. La publicidad de su muerte había oscurecido las repercusiones de los comicios de constituyentes realizados el domingo anterior. En esta provincia el Frente Grande, una alianza de centro-izquierda, llevaba como primer figura a Monseñor Jaime de Nevares, quien venció en las elecciones al tradicional Movimiento Popular Neuquino, partido provincial que desde que tomó el control, en 1961, debió abandonarlo sólo por intervenciones de facto. El 29 de abril se anunció que 52 soldados pertenecientes al GA161 habían presentado ante el juez un recurso de amparo y no volverían al cuartel. Finalmente, el 11 de julio del mismo año, el Presidente anunció el fin del SMO, y su reemplazo por una tropa paga y voluntaria..
En cuanto al proceso judicial referente al crimen de Carrasco, los acusados pertenecían al GA161, pero a través de los medios periodísticos se daba la sensación de que el caso no tendría resolución. Su desarrollo evidenciaba una gran cadena de encubrimientos por parte de las jerarquías militares que el juez a cargo no parecía dispuesto a dilucidar. Aun así, hasta febrero de 1995 habían pasado a disponibilidad cinco oficiales y tres suboficiales (Berri-Marín,1995:407). Esto significaba que los militares afectados no tenían, por el momento, un destino asignado. En total se desarrollaron tres procesos judiciales. Primero se llevó a cabo el proceso militar ante el Concejo de Guerra permanente por abuso de autoridad. Se resolvió en pocos meses, aunque fue anulado por la Cámara de Casación de Buenos Aires debido a errores formales. Por otro lado, se inició el juicio criminal ante el Juez Federal de Zapala, y en febrero de 1996 la justicia civil condenó por homicidio simple a un subteniente, dos soldados, y a un sargento por encubrimiento. La condena por homicidio se dio casi dos años después de ocurrido el crimen. Por último, y en tercer lugar, se abrió un proceso por encubrimiento que comenzó en Junio de 1996, y que al momento de escribir estas líneas todavía no ha finalizado.
En este trabajo analizo la perplejidad de los zapalinos sobre la resonancia que el hecho tuvo a nivel nacional, y que relación tienen las explicaciones nativas con el contexto político, económico y cultural en el cual se inserta la ciudad y la región. Las teorías nativas que esta pregunta fundamenta e intenta responder son el objetivo del trabajo. En ella convergen tres sentidos: que es en la Argentina ser joven, provinciano y humilde.
El trabajo de campo fue realizado entre febrero y marzo de 1994, a un año de ocurrido el crimen, cuando solo había culminado el Consejo de Guerra por malos tratos a los conscriptos. Por ello la perspectiva de los pobladores está tomada durante el arduo proceso judicial, cuando parecía que este crimen, como otros, también quedaría sin condena.
La forma de realización, tanto en el campo como en la redacción siguió las pautas del "método etnográfico": descripciones, tanto de notas de campo como de material periodístico, seleccionadas e interpretadas de acuerdo a mis intereses teóricos. Esta descripción expresa la construcción lograda entre las categorías abstractas, o teóricas propias del investigador, y las categorías nativas de la realidad local. Este proceso se realizó mediante la contextualización y especificación de las descripciones (Rockwell,1987:43). Mi descripción y ordenamiento de estas situaciones están relacionados con las explicaciones de los zapalinos, y por ello la explicación se encuentra incorporada a la relación descriptiva, y no independiente de ella. El método etnográfico me permitió vincular la observación empírica con los modelos teóricos, pues la descripción de una realidad social concreta nos obliga a reelaborar y ajustar las relaciones entre los conceptos generales y los fenómenos observados.
Al igual que Alfred Schutz (1974:41) defino a la cultura como el mundo de la vida cotidiana, un universo de significación, una textura de sentido que debemos interpretar para orientarnos y conducirnos en él. Por lo tanto, la cultura proporciona al sujeto el marco por medio del cual éste realiza determinada interpretación de los acontecimientos. Entendida en estos términos, la cultura es un proceso en continua formación que nosotros instauramos en la medida que comprendemos y participamos en el mundo social. Schutz además sostiene que toda cosa percibida es un objeto de pensamiento, y que nuestro conocimiento del mundo, tanto de sentido común como de tipo científico, supone construcciones: conjuntos de abstracciones, generalizaciones, formalizaciones e idealizaciones propias del nivel respectivo de organización del pensamiento. Esto implica que los hechos puros y simples no existen, sino que todo hecho está extraído de un contexto universal por la actividad de nuestra mente. Por lo tanto se trata siempre de hechos interpretados.
Como diferentes grupos sociales construyeron y significaron la muerte del soldado Carrasco, y cómo desde esta textura de sentidos que es la cultura, el grupo social construyó su realidad, es uno de los intereses del trabajo. Entonces lo global, generado por el Estado, el mercado o los medios masivos de comunicación, es interpretado por los pobladores dentro del marco de la cultura local. Así analizaré como estos sectores configuran el marco significativo de sus prácticas, evitando caer en posturas sociocéntricas.
En este sentido, la muerte de Carrasco hizo evidente un conflicto estructural entre civiles y militares, relativo a los privilegios que históricamente han tenido estos últimos con respecto a los primeros. La dilatación del proceso judicial creó la sensación en la población de que el crimen no tendría una resolución satisfactoria y que por lo tanto se vivía una situación de injusticia y de avasallamiento por parte de las instituciones de orden nacional. Por ello los zapalinos tuvieron que buscar la justicia en el plano de lo sagrado, la esfera de lo mental en donde lo extraordinario se opone a lo ordinario, y donde la lógica de la realidad cotidiana queda subsumida por los acontecimientos extraordinarios, caracterizados por desatender las leyes del accionar de los hombres en su cotidianeidad (Peristiany/Pitt-Rivers,1993:17). Es así que algunas percepciones sobre lo sobrenatural son en Zapala una forma nativa de concebir a la justicia(2 ). Por ello existe una lucha entre el "poder" de Carrasco, como portador de juventud y humildad, y el "poder" del Estado, como detentador de un poder omnívoro. Estas percepciones implican "cierta rebeldía" al orden establecido, ya que "en el mas allá" las relaciones de poder pueden ser inversas a las de la Tierra. Aún así, esta inversión de poderes también hace pensar que los poderosos en la Tierra no pueden ser vencidos por otros hombres si no interceden las fuerzas sobrenaturales. Esta explicación es coherente con la cultura y la historia de la ciudad y sus habitantes.
Incluso desde la propia perspectiva militar la solución al crimen de Carrasco se encuentra fuera de la esfera jurídica: cuando comenzó la investigación judicial, varios oficiales del GA161 recurrieron a una adivina que dentro del cuartel intentó descubrir como se habían sucedido los acontecimientos y quién, o quienes eran los culpables del crimen (Berri-Marín,1995:295). Desde la perspectiva civil lo sobrenatural se manifiesta en el soldado Carrasco bajo dos aspectos diferentes: la situación liminar de la joven víctima; y la gracia divina, condición que sólo obtienen los humildes.
Arnold Van Gennep (1986) analizó como los ritos de paso, aquellas secuencias ceremoniales que acompañan el cambio de una situación a otra, y de un mundo, sea cósmico o social, a otro, permiten a los individuos atravesar las situaciones trágicas de la vida a partir de una serie de acciones reglamentadas socialmente. Estos ritos presentan tres estadios que marcan el paso de los individuos de un status a otro: la "separación", en que el iniciado es extraído de su condición anterior y se lo prepara para otra nueva; el "margen", instancia del rito en que el iniciado se encuentra a mitad de camino entre ambos mundos; y la "agregación", cuando se recibe al iniciado en su nuevo estado.
El SMO en la Argentina fue, durante el siglo XX, un rito de paso. En un principio de nacionalidad; se buscaba que los descendientes de extranjeros se conviertan en argentinos a través de la lealtad a los símbolos nacionales transmitidos por una institución del Estado, como las FFAA o la escuela pública. Pero también se vio al SMO como algo que un adolescente de sexo masculino debía realizar para convertirse en adulto. Por ejemplo en un artículo de una revista política el SMO se refleja como un viaje: "La experiencia del servicio militar y su articulación en un relato, formaba parte mas o menos hasta hace quince años atrás, del sentido común de la cultura popular. La colimba constituía una suerte de iniciación, con los atributos y avatares de un viaje (además del aprendizaje de un oficio). Los muchachos del norte conocían el sur y viceversa. Era un rudo viaje, tan peligroso como todo viaje que se precie, como toda verdadera salida en que el viajero se ve arrancado del medio en donde nació y creció. No obstante, se trataba de un viaje con retorno" (Pesce,1987:114).
Es verdad que la vivencialidad de este rito varia de acuerdo a las diferentes situaciones históricas por las que atravesó el país, y las experiencias de los individuos de acuerdo a su clase social. Aun así tomaré la experiencia de conscriptos entrevistados en Zapala y regiones aledañas, considerando que el Ejército posee cierta homogeneidad, pues es una institución de carácter nacional y su personal jerárquico se intercambia circulando periódicamente por las diferentes guarniciones del territorio nacional.
Durante el cumplimiento del servicio el conscripto pasaba de ser denominado "soldado nuevo" a "soldado viejo". Esto ocurría cuando la clase siguiente de soldado ingresaba a la guarnición. El soldado nuevo, como era la situación de Carrasco, ya que hacía solo tres días que se encontraba incorporado, no conocía nada de la vida castrense. Por ello debía aprender los reglamentos y el propio vocabulario militar: un disciplinamiento que poco tiene que ver con su anterior vida civil.
El período llamado de instrucción, que duraba de 15 días a tres meses, era una ruptura con el mundo civil. El soldado reaprendía a realizar todas las actividades de la cotidianeidad: una nueva forma de doblar las sábanas de una cama, cual es el lugar correcto para dejar los borceguies mientras se duerme, un lugar y orden correcto para colocar sus pertenencias personales, un horario para realizar sus necesidades fisiológicas, pedir permiso a un superior para realizar cualquier acción que se encuentre fuera de lo establecido, cuando poder hablar por teléfono, etc. Un orden rutinario sobre las actividades cotidianas que se contrapone a un "desorden" en cuanto a los ritmos diarios. Acostarse, por orden de un superior, a las 22 hs, a las 3 hs. recibir la orden de levantarse y vestirse, realizar movimientos vivos y volverse a acostar a las 4hs, para finalmente levantarse a las 7 hs y comenzar la rutina diaria.
Durante este período existe un disciplinamiento en donde se manifiesta el poder sobre el cuerpo. Limitadas sus relaciones a un espacio, el cuartel, y a un tiempo, el del servicio, el poder reproduce en el Ejército una condensación de todas sus formas de dominación sobre el cuerpo: lo exhibe y lo oculta, lo premia y lo castiga, lo desarrolla y lo anula. Crea lo débil y lo pacífico para destacar lo fuerte y lo belicista como paradigma de lo masculino. Este discurso de lo masculino es lo que permite voluntariamente ser sometido como algo natural a un proceso iniciático para devenir en hombres (Hernando,1994:34). El conscripto deberá mostrar su resistencia ante todo tipo de sacrificio físico que sus superiores les impongan: largas marchas, soportar el frío o el calor. Este padecimiento y su superación es lo que hace de un joven un soldado, y por ende transforma al joven en adulto.
Una vez terminado el período de instrucción, los soldados son destinados a realizar distintas actividades en la guarnición, como puestos en la cocina, en el taller mecánico, conduciendo un vehículo, etc. Ahora el rigor disciplinario se ha atenuado. En este margen se demuestra como se ha incorporado la disciplina impartida, y la resistencia es contra el tiempo que hay que cumplir para lograr la baja. Por ello constantemente los superiores amenazan que los "mejores" soldados, los que mejor hayan incorporado las reglas de la vida militar, serán los primeros en volver a sus hogares.
En la etapa final, cuando llega la nueva camada, el soldado se convierte en "viejo". Solo le queda esperar la instrucción de los "nuevos" para volver a reintegrarse en la vida civil. Durante este período existe una propia jerarquía al interior del mismo cuerpo de soldados, y los "nuevos" quedan subordinados a los "viejos". La diferencia entre unos y otros radica en que el soldado viejo además de conocer las normas y el vocabulario militar (como reconocer las jerarquías y como dirigirse ante ellos, como mantener en orden las pertenencias que el Ejército le ha prestado al soldado, como ropa, utensillos, etc.) conoce las reglas sociales que rigen en la unidad militar y ha realizado, a lo largo de un año de servicio, una serie de lealtades hacia sus superiores. Baste señalar como ejemplo a los tres militares que la Justicia declaró culpables de la muerte de Carrasco: un oficial de semana y dos soldados viejos leales a este.
Siguiendo a Van Gennep y Turner, el estadio de margen esta caracterizado por la incertidumbre. En ciertas ceremonias el sujeto debe ser transportado, y durante un tiempo mas o menos largo no debe tocar la tierra. Este individuo no pertenece ni al mundo profano ni al mundo sagrado, o si pertenece a alguno de estos no se quiere que se reagregue inoportunamente al otro, por lo tanto se le mantiene en una posición intermedia, sosteniéndolo entre el cielo y la tierra (Van Gennep,1909:197). También puede ocurrir que el individuo por diversas razones, quede anclado en este margen. En consecuencia no pertenecerá ni a un estado ni al otro.
Carrasco quedó en una situación liminar por varias razones. Por un lado quedó a medio camino del cumplimiento del SMO, ya que fue muerto en su transcurso; su imagen se situó en alguna parte entre la adolescencia y la adultez. Por otro lado, durante el primer mes de muerto su cuerpo estuvo oculto en el cuartel, pero el Ejército lo declaró desertor. Como los familiares no tenían noticias del joven Carrasco adquirió el status, aunque temporario, de "desaparecido". Durante este período no pertenecía ni al mundo de los muertos ni al mundo de los vivos; nadie conocía su paradero ni podía saber si estaba vivo o muerto.
Esta liminaridad se refleja en las interpretaciones sobrenaturales que hacen los zapalinos. Los civiles decían que los que habitan "el barrio militar tienen miedo". Esto tenía dos causas: implicaba el temor de los militares a ser procesados por la justicia o expulsados de la fuerza; pero también se refería a que en la vivienda de un oficial que se encontraba dentro de la guarnición se escuchaba el golpe de un fusil contra el suelo, el taconear del soldado, y se abrían las ventanas sin que hubiera motivo aparente.
Esta condición fantasmal de Carrasco, liminar por excelencia, puede tener dos motivos. Por un lado, su cuerpo permaneció un mes escondido sin haber recibido una adecuada atención espiritual ni sepultura. Por el otro, la imagen de Carrasco es la de un joven que murió violenta e injustamente, sin una adecuada restitución en la tierra. Ambas situaciones hacen que su alma, al no poder descansar en paz, quede vagando en el cuartel. Llamativamente, el miedo al fantasma del soldado muestra una inversión del poder, ya que el "soldado nuevo", el peldaño más bajo de toda jerarquía militar y por lo tanto del cual todos se abusaron, ahora, y en esta nueva condición, puede acosar y atemorizar a los militares, incluso a los de mayor jerarquía que residen en el barrio de oficiales (de los cuales ninguno es originario de Zapala), mucho más oculto de la población civil y vigilado que el barrio de suboficiales, donde sí habitan zapalinos. En esta situación, el "poder militar", del Estado, queda subordinado, siquiera fugazmente, al "poder sobrenatural".
Otro aspecto sobrenatural de la muerte no ajusticiada del soldado es que posee la gracia divina, producto de su padecimiento. Victor Turner(1974:26) utiliza el concepto de "metáfora fundacional" (root metaphor) para señalar ciertos repertorios de ideas y significados en los cuales se enmarcan nuestros pensamientos. Las metáforas fundacionales no son guías estereotipadas para la acción ni sistemas coherentes y unívocos, ya que siempre están siendo resignificadas y discutidas; sin embargo perduran en una cultura y permiten a los actores sociales interpretar el mundo social de una manera determinada y no de otra.
Una de las metáforas fundacionales de la cultura cristiana de occidente es el vía crucis de Jesucristo, expresión latina que significa el camino de la cruz, y que en la iglesia Católica consta de un camino señalado con diversas estaciones de cruces, altares, o cuadros que representan los pasos hacia el Calvario, el sitio en donde Cristo murió crucificado. El vía crucis es condición de los mártires, y pasar por el es indispensable para lograr la gracia y la santificación. El protagonista fundacional de esta metáfora es presentado por un diccionario de consulta masiva como:
"concebido por obra del Espíritu Santo, nació Jesús en Belén, de la Virgen María, esposa de José, en el reinado de Augusto en Roma y Herodes el Grande en Palestina. Anunciado su nacimiento por ángeles y profetas, fueron a adorarle reyes y pastores. Para librarle de las persecuciones de Herodes lleváronle sus padres a Egipto, donde le tuvieron hasta la muerte del rey, después de la cual regresó a Galilea la Sagrada Familia, estableciéndose en Nazaret. A los doce años fue Jesús a Jerusalén en compañía de sus padres, estuvo tres días alejados de ellos, y al volver a Nazaret se puso a trabajar de carpintero con San José. A los treinta años hízose bautizar en el Jordán por San Juan Bautista, y eligiendo 12 apóstoles comenzó a predicar sus divinas doctrinas, a la vez que realizaba numerosos milagros. Acusado ante Poncio Pilato, gobernador romano de Judea, de atentar contra la forma de gobierno establecida, fue condenado a muerte, azotado, coronado de espinas y crucificado en el monte Calvario, entre dos ladrones, a los treinta y tres años de edad. A los tres días resucitó y mostrose a sus discípulos, y, por último, elevose al Cielo. Desde el principio al fin de su vida pública, Jesús se procalmó enviado o legado de Dios, ese enviado que los judíos esperaban y a quien desiganron con el nombre de Mesías" (Espasa Calpe,1957).
En esta interpretación, Cristo es un perseguido por el poder político desde el mismo día de su nacimiento; su vida culmina con una muerte violenta y llena de padeciminentos, que soporta pasivamente. En la interpretación católica su poder milagroso, su resurrección, y hasta su resignación en la cruz, no se sustenta en la Tierra sino en un plano celestial, donde se encuentra junto a su padre, Dios creador y todopoderoso.
Esta inversión, en donde el que carece de poder en la tierra lo gana en el cielo, pero con el plus de poder interferir en la tierra debido a su situación liminal, se refleja en algunas sociedades que presentan una fuerte influencia del cristianismo a través de las culturas del Mediterráneo europeo, donde se mantienen dos actitudes opuestas pero complementarias para lograr prestigio social: la primera está asociada a la masculinidad y se sustenta en la competición, el triunfo, la posesión de bienes materiales, y el mundo profano; la segunda se relaciona con la paz, la pureza, la renuncia, la gracia y lo sagrado. Aquella se logra a partir de el éxito en las relaciones cotidianas y mundanas: buenos negocios, ser un buen soldado y continuar la carrera militar son algunos ejemplos. La otra es misteriosa e impredecible, pues en ella interviene la "gracia divina", y se asocia a un tipo de mérito que es de orden espiritual.
Julian Pitt-Rivers(1993:33) rastrea el uso del término "gracia" desde la antropología. La gracia siempre es algo especial, por encima de lo obligatorio y previsible; pertenece al registro de lo extraordinario; de allí su asociación con lo sagrado. Su punto de partida es el don puro y gratuito de Dios. Por lo tanto la gracia no permite ninguna retribución, ni explicación, ni siquiera requiere una justificación. Es impredecible, y los que son excluidos de la lucha por el éxito en las relaciones cotidianas, pueden llegar a ella. En Zapala también se puede apreciar este tipo de razonamiento.
En esta ciudad, y en toda la región, existe adhesión y culto a dos mártires masculinos, además de Jesucristo: San Sebastián y Ceferino Namuncurá. Al serles concedida la gracia divina ambos poseen la facultad de interceder ante Dios y realizar milagrosamente los pedidos del devoto. Si el milagro se cumple es común que se erijan ermitas de tamaños variable que pueden rondar entre los 60 centímetros y dos metros de altura. En su interior se colocaran imágenes del santo, se le prenderán velas y se ofrendarán diversos objetos relacionados al milagro. La vida de estos dos santos acreditan que se les haya otorgado la gracia divina, y por ello realizar acciones extraordinarias.
A San Sebastián le rinden culto principalmente los inmigrantes chilenos. Su fecha es el 20 de enero, cuando en los hogares las familias devotas rezan el rosario durante toda la noche, acompañados por visitantes, también devotos, que aportan con comidas y velas. Según versa una estampa vendida por la iglesia Católica de la zona, la virtud de este santo se encuentra en su opción de desprecio a las cosas que esta desición lo condujo: "San Sebastián es uno de los gloriosos mártires de las persecuciones romanas.
Llegó a ser capitán de la Guardia Pretoriana.
Obligado a elegir entre ser militar o ser cristiano, no dudó en publicar su fe.
Atado a un árbol, fue asaeteado hasta que murió." Fue un mártir cristiano nacido en Narbona, Galia meridional. Soldado del Ejército romano, el emperador Dioclesiano le confió el mando de la primera corte de sus guardias. Denunciado como cristiano, el emperador lo condenó a morir asaeteado. Gregorio Alvarez(1968:82) explica que la representación de San Sebastián lo muestra "amarrado a un tronco con el cuerpo desnudo, atravesado por cuatro saetas. A sus pies se encuentra un casco romano, cuya cimera de aspecto abullonado, tiene la apariencia de un cordero echado", razón por la cual se lo considera un santo campesino. En la Patagonia, el santo tenía su sede en Yumbel (Chile), y los pedidos que se le formulaban debían pagarse formalmente allí. Pero a partir de 1960 se trasladó su sede a la localidad de Las Ovejas, al norte de la provincia del Neuquen.
Ceferino Namuncura todavía no fue canonizado por la iglesia Católica, sin embargo sus imágenes son vendidas en las santerias de este culto, demostrando el propio poder de la gente para canonizar. Tanto en Zapala como en otras partes de la Argentina es un santo de una devoción multitudinaria. Cuando se relata la vida de Ceferino se la refleja como un vía crucis, tal como aparece en una revista dedicada a la historia: "En lo popular argentino, en densas corrientes de opinión y de sentimiento, su figura desleída en el tiempo parece una rara simbiosis de talla indígena y de imagen monástica. Nacido en una toldería Patagónica, hijo de un cacique derrotado, a los once años ingresa, totalmente analfabeto, a un instituto salesiano de la Capital Federal. En seis años de sacrificados estudios, no sólo se alfabetizó, sino que su alma experimentó una transformación profunda. Perdió su salud y dulcificó su personalidad, desprendida ya totalmente del tosco "hábitat" nativo. A los 17 años viaja a Roma, llevado por el cardenal Juan Cagliero, y se presenta al Papa. Reanuda sus estudios, pero el seminario destruye las últimas energías de su físico castigado. En la madrugada del 11 de mayo de 1905 expira en la cama de un hospital, en la isla de San Bartolomé" (Oreja,1969:9).
Ceferino Namuncurá proviene de una dinastía de guerreros, ya que es nieto de Calfucurá, uno de los máximos jefes políticos y militares de los Mapuches durante el siglo XIX. Su padre, una vez que ofreció la rendición al gobierno argentino, solicitó en 1897 la educación de Ceferino a los padres Salesianos, por ese entonces encargados de evangelizar la Patagonia, recientemente conquistada por el Ejército Argentino. Es un santo civilizador, "ejemplo" para los pueblos autóctonos de la Patagonia.Según el autor, Ceferino lucha contra su "naturaleza aborigen", y el milagro reside en su transformación "misteriosa de lo aborigen", una forma de vida considerada carente de religión, instintiva y violenta, a la piedad cristiana, sinónimo de educación y civilidad. Pero en esta concepción Ceferino muere de tuberculosis debido a un abuso institucional, ya "que el seminario destruye las últimas energías de su cuerpo castigado".
En Carrasco también los zapalinos vieron a un mártir, y posteriormente comprobaron que los humildes que sufren el abuso de los poderosos en la Tierra logran, después de la muerte, un poder que no poseían, y que incide sobre los mortales. El periodismo también construyó la imagen del soldado como mártir o como gratificado por el misterio divino. Así lo retratan dos periodistas que se han ocupado del tema: "La historia de Omar es la de los perdedores natos, solo que a él, además, le tocó perder la vida a los diecinueve años. Era un tímido adolescente neuquino de familia humilde, evangelista, morocho y de ojos soñadores que prácticamente no salió de su Cutral-Co natal. Acompañaba a sus padres a todas partes y (un detalle clave) no podía evitar la risa cuando se ponía nervioso. Sus escasos tres días y medio de cuartel fueron un descenso al Infierno no solo por culpa de los superiores: algunos compañeros se ensañaron con él. Su calvario terminó la tarde del domingo 6 de marzo de 1994 con una lluvia de patadas y golpes que le hundió el ojo izquierdo y el pecho. Vestía uniforme de combate pero no murió durante un combate, una práctica o un accidente. Omar murió sin saber por qué lo mataban"(Berri/ Marín, 1995:13).
En este párrafo se encuentran todas la características de un mártir: su sacrificio está en "el calvario" de tres días y medio que lo condujo a la muerte; y es "un perdedor nato": joven, del interior del país y de familia humilde. Esta construcción de Carrasco como un joven inocente, pues era "tímido", "de ojos soñadores" que "no podía evitar la risa", también se encuentra en el discurso de algunos zapalinos, quienes le agregan haber sido profundamente creyente.
Una de mis informantes decía que dentro del cuartel Carrasco "se lo pasaba leyendo la Biblia pobrecito, y por eso le tenían rabia". Esta actividad pasiva, "leer la Biblia" aparece como opuesta a la actividad militar, "por eso le tenían rabia"; pues la rutina castrense está siempre preocupada por la ostentación de la fuerza física y por la exaltación de la actividad corporal. Por el contrario, la esencia de los misterios de la gracia es que esta no respeta el orden de los hombres, el orden social (Peristiany/Pitt-Rivers,1993:25). Tal es la razón de que la gracia esté más cerca de Dios que el deseo de tener éxito en la vida terrenal. Por eso la pobreza es considerada como el mejor camino para llegar a Dios. Esta misma mujer decía que "ese chico debió tener algún poder; si no, ¿cómo puede ser que a un chico tan pobre se le diera tanta importancia cuando con estos granaderos no pasó nada?" Ella contrastaba a Carrasco con dos conscriptos encontrados muertos el 6 de enero de 1995 en la piscina del casino de oficiales del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, en la Capital Federal. La noticia apareció en los medios periodísticos de Buenos Aires y en los periódicos de la Patagonia, pero el caso no tuvo tanta resonancia. Tampoco se logró comprobar que fuera un crimen, por lo que el juez federal a cargo archivó la causa (Clarín,14/10/95).
El relato anterior reafirma la gracia de Carrasco: siendo un "chico pobre" y del interior, sin ningún poder en la tierra, logró cobrar importancia mientras que jóvenes de Buenos Aires, que se suponen con "mayor poder terrenal", no lograron que su causa fuera atendida ni por los medios periodísticos ni por la Justicia. Este tipo de razonamiento hace manifiesto lo centralizado y omnívoro que es el poder en la Tierra, (concretamente en Zapala y en la Argentina) pues es notable que en todos estos casos no se atribuya a los padres, a los familares o alguna institución del Estado o civil, la capacidad de hacer lograr justicia. Esta solo depende que las víctimas desarrollen una esfera autónoma de acción, particularmente después de muertos, y cuando han sido sustraídos del seno familiar para restituirse a Dios Padre. Carrasco simboliza lo débil, lo pasivo y lo pacífico, cualidades incompatibles con las del soldado. Murió pasivamente, ya que según el relato periodístico ni siquiera se defendió de sus agresores. Padeció su calvario en silencio. Pero a su imagen le quedaba otra salida. San Sebastián y Ceferino recibieron la gracia divina y tienen varios puntos en común con el soldado. En los tres casos existe un vía crucis: una muerte trágica precedida de un sufrimiento físico. Ceferino agoniza a causa de su enfermedad; San Sebastian es asaeteado; Carrasco muere por las patadas de sus compañeros bajo la complicidad e instigación de un militar profesional. Los tres sufren el abuso del poder institucional del Estado o incluso de la propia Iglesia, como es en el caso de Ceferino. En todos la gracia se vincula con lo militar: San Sebastián era un militar que fue destituido y condenado a muerte por ser cristiano; Ceferino fue heredero de una dinastía de guerreros Mapuches que fue derrotada por el Ejército argentino. Por último, los tres son o terminan sus días en la pobreza: San Sebastián es destituido; Ceferino no llega a conocer el esplendor de su dinastía y vive en la pobreza monacal; Carrasco pertenecía a una familia cuyo padre es un obrero de la construcción.
Como dije anteriormente la propiedad principal que tienen estos santos es la de realizar milagros, condición que hasta el momento no parece tener el soldado, si bien en una visita que hice en noviembre de 1996 a su tumba en el cementerio de Cutral-Co, uno de los encargados me dijo que es un sepulcro muy visitado, la gente le lleva flores e incluso una curandera originaria de la ciudad de Chos Malal, ubicada al norte de la provincia, cuando visita la tumba acostumbra prenderle velas(3 ). La condición de la gracia de Carrasco reside en que siendo humilde logró interferir en el poder omnívoro del Ejército. Pero no es posible asegurar que, en un futuro, los pobladores de Zapala, Cutral-Co y Plaza Huincul le rendirán culto al soldado. Ello dependerá de múltiples factores. Por un lado el caso fue resuelto por la Justicia Federal un año después de que yo realizara mi trabajo de campo, recibiendo condena cuatro de los acusados, aunque quedaron en suspenso los juicios por encubrimientos. Aunque habría que tomar en cuenta como los pobladores interpretaron estas resoluciones judiciales.
Por otro lado, el culto evangélico, la iglesia a la que pertenecía Carrasco, intenta borrar esta imagen de santidad en el soldado, ya que es una religión que no valida esta creencia en la gracia. Aún así, un pastor avaló por la negativa la posibilidad de que Carrasco se convirtiera en santo. Cuando le referí los comentarios de la gente acerca de su poder me aseguró que jamás iba a ser canonizado por la sencilla razón de que era evangélico; pero no le cabía la menor duda que si hubiera pertenecido a la iglesia Católica "ya le estarían erigiendo una capilla". Con esta respuesta el pastor confirmaba que el soldado tenía todas las virtudes de un santo; sin embargo su iglesia no los reconocía oficialmente.
En cambio sí podemos afirmar que existe en el grupo social estudiado un marco cultural que apela a lo sobrenatural para compensar y comprender las injusticias en el mundo terrenal; y que al poder del Estado le opone el poder celestial representado en la tierra por los humildes y desprotejidos. Pero este poder corresponde a otro nivel del sistema social. Por ello esta visión de la justicia aparece cuando emergen factores tales como una carga de poder desmesurada y asimétrica sobre los humildes especialmente jóvenes, víctimas por exelencia e inocentes para el cristianismo. Es en este sentido que Carrasco corre con la misma suerte que San Sebastián y Ceferino. El resto queda en la misteriosa, y nunca predecible, gracia divina, otorgada o negada por la mano de Dios; y cuya confirmación en la Tierra es disputada entre la población y las instituciones de la Iglesia Católica.
BIBLIOGRAFIA
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NOTAS
1 1_Este trabajo es parte de una tesis de licenciatura dirigida por la MA Rosana Guber sobre las interpretaciones nativas de las relaciones entre civiles y militares en la ciudad de Zapala.
2 2_Situaciones similares encontramos con los los Tzeltales en Pinola, un pueblo del Estado de Chiapas, México (Hermitte,1970). Allí los ladinos, portadores de la cultura nacional mexicana, ocupan los cargos municipales y judiciales. Por eso los Tzeltales generan un sistema político y moral alternativo, pero en el orden de lo sobrenatural, donde la sanción se ejerce a través de la enfermedad. Otro caso es el de los Azande (Evans-Pritchard,1976:410). Una vez instaurado el poder colonial británico, los reyes nativos contaban con poco margen de acción y la eficacia de sus dictados era casi nula. Como los Azande desconfiaban de la ley británica muchas sanciones legales y morales se sustituyeron por sanciones mágicas, pues muchos individuos que hubieran tenido derecho a recurrir al príncipe ante un pleito, por diferentes razones no podían hacer lo mismo ante los tribunales británicos. Esto hacía que abandonaran toda esperanza de restitución o que confiaran en la magia para conseguirla. Aunque existen profundas diferencias entre los tres casos, la similitud con Zapala reside en el proceso de trasladar a lo sobrenatural lo que por determinadas razones,en general asociadas a algún tipo de opresión, no pueden ser canalizadas por vías políticas o jurídicas.
3 3_Valga recordar que un caso reciente y similar es el de María Soledad, en la provincia de Catamarca. La joven fue violada y asesinada el 7 de septiembre de 1990 y todavía no existe una resolución jurídica satisfactoria. Se presume de que en el crimen estarian involucrados familiares de políticos pertenecientes al Movimiento Justicialista de esa provincia y de allí el retraso judicial. Pero a ella sí se la considera milagrosa. El altar que se le construyó en donde apareció su cuerpo está repleto de flores frescas y artificiales, placas con agradecimientos, y objetos que la gente deja a cambio de los milagros recibidos (Clarín,18/3/96). María Soledad y Carrasco, son jóvenes, humildes, inocentes y muertos por el abuso de poder; y sobre ambos se realizan interpretaciones similares, desde la percepción local, sobre sus poderes sobrenaturales. Un análisis de la relación entre muerte violenta y santificación en la Argentina tambien se puede encontrar en Chertudi y Newbery (1978).
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