V Congreso de Antropologia Social |
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La Plata - ArgentinaJulio-Agosto 1997 |
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La Plata, Argentina, 29 de julio al 1 de 1997.
Comisión de Trabajo: ANTROPOLOGIA, GENERO Y EDAD
Comunicación:
LA PARTICIPACION DE LA MUJER Y LA CONFORMACION DE GRUPOS DE TRABAJO FEMENINOS EN PROGRAMAS SOCIALES OLAVARRIENSES.
Autoras:Marina Estayno
Patricia Sánchez
Alumnas de la Carrera de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales (UNCPBA) San Martín 3060. Tel. Fax 0284-29648. C.P. 7400. Olavarría.
ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO Y AVANCE DE LA INVESTIGACIÓN :
Nuestro interés al abordar esta temática surgió en el marco de nuestra colaboración en el trabajo en equipo que vienen realizando el Lic. Horacio Sabarots, el Lic. Marcelo Sarlingo y la becaria Gabriela Brook, quienes investigan los movimientos sociales formados a partir de los nuevos modos de organización emergentes en el contexto político-económico actual en Olavarría.
Teniendo en cuenta que este tipo de análisis puede orientarnos a una mayor comprensión del proceso de autoconstrucción en la ciudad de Olavarría y aportar, al estudio de esas transformaciones a través de la detección de estrategias colectivas de supervivencia, su manera de organizarse, de negociar e interaccionar con las instituciones municipales y provinciales, y la influencia de las mismas en las alianzas perfiladas dentro de este contexto.
Estas nuevas formas de acción y de legitimación política y cultural, se generaron y concretaron desde los barrios populares, específicamente desde una organización intermedia ( Sociedad de Fomento Hipólito Irigoyen ) a partir de la búsqueda de soluciones para suplir las necesidades "básicas", todas aquellas cosas indispensables para la reproducción de los individuos, incluída la vivienda como " espacio resguardado donde transcurre la vida doméstica, constituye una construcción simbólica que se moldea cultural e históricamente ... es la localización de lo cotidiano, donde el individuo se encuentra con sus afectos primarios, donde se descansa de ese 'afuera' que representa una sociedad competitiva y despersonalizada en la que los actores sociales 'salen a trabajar' al espacio público..." (Sabarots, H., Sarlingo, M., Broock, G., 1995:8) y hacer frente a las situaciones críticas, que de algún modo actúan como condicionantes y atentan contra su supervivencia. Las mismas están intimamente relacionadas con las políticas públicas locales.
Consideramos que el tema de las necesidades " ...funciona como un medio para formular y debatir los reclamos políticos: es un estilo...en el que el conflicto es actuado y a través del cual las desigualdades se elaboran y cuestionan simbólicamente..." (Fraser, N., 1991: 3) luego, entran en juego algunos interrogantes que definen la política que se va a llevar adelante, por ejemplo ¿Qué tipo de vivienda permanente necesitan las personas sin casa?, ¿Qué se necesita, como parte de una política habitacional, para poder garantizar la oferta adecuada de viviendas ? Depende de la manera en que se van respondiendo estas preguntas las medidas que se toman para dar solución a este tipo de problemas.
Con respecto a la primera pregunta podemos decir que desde la política local se decidió, como una de las estrategias, la construcción de viviendas para una cantidad limitada de personas, a partir de la conformación de grupos de trabajo y se pensó en la modalidad de la autoconstrucción asistida, donde el Instituto Municipal de la Vivienda actúa como un enlace tendido desde el Municipio a las empresas constructoras, organizaciones intermedias y beneficiarios directos.
Básicamente se intentó, desde el equipo de investigación, hacer un seguimiento de las políticas urbanas en relación a estas experiencias de autoconstrucción. Y nosotras, trataremos en una etapa posterior de trabajo, de delimitar las necesidades que se perfilan, en relación a esta política habitacional, para garantizar la continuidad de este tipo de asistencia. Con lo que se trata de responder al segundo interrogante planteado anteriormente.
Existen distintas políticas de accion para organizarse y hacerle frente a las nesecidades, por lo que queremos hacer una distinción entre autogestión "pura" donde pueden estar implicados grupos familiares a nivel barrial que no reciben asistencia externa, de aquellos grupos de autoconstrucción, que analizamos en nuestro trabajo, que reciben la asistencia local y están articulados a los poderes políticos municipales y provinciales.
De lo último expresado, resulta una relación de dependencia de estos grupos hacia esas entidades, en este caso el Instituto Municipal de la Vivienda, limitando la decisión y participación de los integrantes de los mismos en cuanto al diseño, materiales, ubicación de la vivienda y a la manera de agruparse para realizar el trabajo. A su vez podemos ver que es extremadamente difícil que estos grupos, insertos en el contexto económico, social y político presente, lleguen a concretar sus expectativas, en cuanto a la conclusión de un proyecto de edificación, sin la intervención de algún tipo de ayuda externa, ya sea estatal o privada.
El surgimiento de un grupo de autoconstrucción de mujeres solas "jefas de hogar", denominado "Las Horneritas", integrantes del Plan de Autoconstrucción "El Hornero", gestionado a partir del Instituto antes mensionado, se lanzaría a la sociedad como un plan distinto al vigente, fue lo que nos decidió a elegir esta problemática como una interesante punta para profundizar la investigación, enfocando el tema de la participación de la mujer y la conformación de grupos de trabajo femeninos en programas sociales de esta ciudad.
Asumimos una perspectiva de género, interrogándonos acerca de cómo se construyen las representaciones sociales a partir de esta nueva realidad y en qué medida pueden ser un indicador de cambio en las relaciones de poder con respecto a las prácticas de género.
"LAS HORNERITAS"
Comenzamos a estudiar este grupo de trabajo femenino de autoconstrucción al enterarnos que se lanzaria a la sociedad, como un grupo distinto a los que hasta ese momento estaban construyendo su vivienda, por el hecho de que todas eran mujeres solas al frente del hogar y con hijos a su cargo.
Cuando hicimos el trabajo de campo nos informamos que entre las personas que se habían presentado ante esta institución, demandando empleo y una vivienda, recurrieron individualmente mujeres con las características antes mensionadas, las cuales se enteraron de la existencia de esta posible ayuda por los medios de comunicación y por gente que ya estaba dentro del Plan de autoconstrucción. Ante esta nueva demanda de viviendas se decidió conformar un nuevo grupo, "Las Horneritas" integrado por seis familias cuyos grupos domésticos están constituídos por la madre, "jefa de hogar", y los hijos, todas tienen un trabajo que corresponde a la parte de servicios domésticos los cuales no tienen reconocimiento legal, y además no poseen vivienda propia. Hasta el momento las mujeres solas con hijos no habían tenido la posibilidad de incorporarse al plan vigente "El Hornero" de autoconstrucción, en el avance del mismo se tomó como ejemplo a una señora sola autoconstructora, incorporada excepcionalmente por ser viuda. A partir de ahí se pensó que todas las mujeres podían llegar a construirse su vivienda.
Nos planteamos como interrogante a investigar, el hecho que se hicieran excepciones al incorporarse mujeres solas a los otros grupos de autoconstrucción y que posteriormente se decidiera formar un grupo de trabajo femenino separado del resto.
Los requisitos para acceder al Plan, eran similares a las exigencias que se les hacían a los demás constructores: no poseer vivienda propia y tener un sueldo relativamente estable para poder pagar la cuota mensual, un requisito diferencial era el que tuvieran hijos y fueran ellas las encargadas de su manutención. Fue al único grupo que se le asignó la ayuda de albañiles sin que se encareciera la cuota.
Las exigencias luego de la adjudicación es la obligatoriedad de pagar la cuota, acudir a las reuniones semanales coordinadas por un empleado del Instituto, quien es el encargado de tomar los pedidos de materiales y atender a las consultas técnicas, brindándoles parte del asesoramiento para la construcción. También les reparte "órdenes"(boletas de compra) para el acceso a los materiales, que se les serán distribuídos, por vivienda en el domicilio que ellas acuerden.
El lugar designado para la construcción de estas viviendas se encuentra alejado del centro de la ciudad, lo rodean calles de tierra y los terrenos estan ubicados en dos medias manzanas enfrentadas, las otras medias manzanas estan ocupadas por otros barrios, tiene a pocas cuadras la escuela primaria, una sala de primeros auxilios, enfrente una iglesia, cuya orientación predicadora desconocemos, y el paso de líneas de colectivos, hay en la zona provisión de servicios de agua, luz y gas.
Nos resulta importante para nuestro análisis el hecho que se les asignara la ayuda de albañiles, porque vemos que se intenta asemejar este tipo familiar de mujeres solas "jefas de hogar" al modo de organización normativo que se toma como modelo en la actualidad.
Observamos que ellas no asumen otro modelo de familia que el normativo, también que sus prácticas se corresponden con un patrón distinto de organización doméstica, asociado a un conjunto de normas y valores específicos e intimamente relacionado con un modelo diferente de composición familiar.
" FAMILIA NO HAY UNA SOLA"
Empíricamente reconocemos distintas prácticas privadas de filiación y parentesco. Ya que existen otras formas de familia, que no se corresponden con el modelo ideal normativo, las mismas convergen en el marco público de la sociedad, lo que genera contradicciones en los discursos y las acciones de los actores que integran ambas dimensiones.
"Familia no hay una sola", fue la conclusión sacada por Claudia Pasquini en su artículo "La Familia Plural" (Pasquini, C.,1993), a esta afirmación llegó luego de realizar un análisis exhaustivo de los distintos modelos de familia que fueron demarcando y condicionando las prácticas sociales de filiación y de control social a través de la historia, dentro de un contexto económico-sociocultural y político cambiante en la esfera mundial. Rescatamos de esta autora la observación que hace de le construcción histórica del modelo de familia.
Consideramos la existencia de uno de estos modelos que es normativo, el de familia nuclear, y que en ciertos ámbitos predomina y que en algunos discursos políticos o de los medios de comunicación se lo utiliza o muestra como el modelo más conveniente, nos referimos a esta conveniencia entendiéndola como un medio unificador y un instrumento que no permite vislumbrar las diferencias y desigualdades económicas y socioculturales reales que se dan en la sociedad actual.
Para definirlo tomamos la siguiente definicón: "la familia que corresponde a nuestro entorno de occidente es la de una pareja hombre, mujer y su prole...tiene como función primera la de procreación y reproducción".( Strauss, K.1993: 57 ).
A pesar de que este modelo se toma como normativo, en la vida cotidiana nos encontramos con otras formas de organización doméstica, donde los miembros orientan sus prácticas respondiendo a concepciones diferentes a las explicadas anteriormente.
Una modalidad de organización familiar, que tomamos como eje en el presente trabajo, es la compuesta por la madre y sus hijos, familias incompletas, que en algunos casos se llegó a esta situación luego de pasar por la forma normativa de familia y que muestran un patrón de matrifocalidad.
Aclararemos, siguiendo la distinción que hace Leopoldo Bartolomé en su trabajo (Bartolomé, L., 1982: 25), que cuando hablamos de familia incompleta nos referimos a aquellas " generadas por muerte o deserción del hombre y en las que la mujer asume el rol de jefe de hogar en forma relativamente permanente, y la presencia de un patrón de familia matrifocal", este patrón está favorecido por el desarrollo de las siguientes condiciones objetivas, tomando la conceptualización que hace Marvin Harris, citado por este mismo autor, de las mismas " (1) que tanto hombres como mujeres carezcan de recursos y propiedades significativas posibles de control monopólico; (2) que el trabajo asalariado constituya una alternativa abierta a ambos sexos; (3) que los salarios pagados a mujeres sean comparables a los pagados a los hombres; y que (4) los salarios masculinos resulten insuficientes para asegurar en forma continuada la subsistencia de una mujer y sus hijos.
Por lo antes expuesto nos pareció acorde con nuestro trabajo, tomar a las formas de organización que estamos estudiando, como familias incompletas caracterizadas por este patrón de matrifocalidad porque la mayoría de las integrantes del grupo han pasado ya por una modo normativo de composición familiar y luego por una separación o, por la muerte del marido se vieron forzadas a organizarse de otra manera y asumir el rol de jefas de hogar de una manera relativamente permanente. Además pudimos observar que entre las expectativas que ellas tienen de sí mismas con respecto a este tema era la de formar "nuevamente un hogar" haciendo referencia a la falencia que sienten por no estar los actuales "debidamente constituídos, con un padre para sus hijos, y con alguien que se ocupe de la manutención de los mismos".
La mayoría de las instituciones sociales que dependen del Estado aceptan preferentemente al modelo normativo de familia, podemos observar que "...las distintas entidades que constituyen el sistema de seguridad social pública proporcionan algo más que ayuda material. También le dan a los clientes, y al público en general, una tácita, pero poderosa, interpretación de los roles de género y de las necesidades genéricas normativas y diferentemente valoradas. En consecuencia, las diferentes ramas del estado social participan, también, en las políticas de la interpretación de las necesidades" (Frasser, N., 1991:19), adecuando las respuestas para mantener la legitimación política estatal y el modelo económico social hegemónico.
Si profundizamos en las interacciones entre los ámbitos principales del proceso de reproducción social, la familia y el estado, y tenemos en cuenta las representaciones que nuestra sociedad se hace con respecto a ambas instituciones, designándoles a cada una de ellas un espacio de dominio, donde se le asigna al ámbito familiar lo que alude a lo "cuasi-natural, primario" y al ámbito estatal-público lo que acontece en la sociedad, este proceso nos ayuda a comprender las distintas instancias de responsabilidad que negocian, disputan y comparten en la reproducción de la sociedad. (Grassi, E., 1990: 87-88 ).
De esta manera se logra un cierto concenso de aceptación de un modelo universal de familia, de la cual depende la reproducción de los hombres históricos necesarios para la reproducción social, y como la única vía posible y existente para que dicho proceso sea eficaz.
Como una clara consecuencia, de este proceso de interpretaciones y representaciones, es la elaboración de los objetivos y procedimientos que debe llevar adelante un grupo en un momento determinado, es donde se definen, de última, las prácticas sociales de los actores.
Consideramos a una representación social como "... una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana, una forma de conocimiento social. Y correlativamente, la actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y comunicaciones que les conciernen...se trata de un conocimiento práctico..." (Jodelet, D., Mimeo: 473).
Retomando lo anteriormente expuesto podemos ver que las instituciones estatales privilegian a las personas que conforman un grupo doméstico siguiendo el modelo normativo de familia y que hasta el momento se ha asistido a aquellas madres con hijos cuando han recurrido a este medio institucional para pedir ayuda de tipo social y económica. Como es la ayuda por medio de programas de atención que cubren sus períodos de pre-parto y de post-parto. Por lo tanto, la conformación de este nuevo grupo nos llamó la atención porque pensamos que podría implicar un principio de reconocimiento, es decir una respuesta estatal distinta a este tipo de pedidos.
Nuestro supuesto cambió cuando fuimos al campo, porque nos enteramos que desde un primer momento se les asignaron un grupo de albañiles para que las ayudaran en los trabajos que supuestamente los tiene que realizar una persona del sexo masculino. Entónces nos internaríamos en los procesos de significación, que simbolizarían las funciones de los sexos, el género.
Nuestra interpretación, de los objetivos del Plan propuesto por vivienda y la gestión del funcionamiento del mismo, se corresponde con el análisis que hace Bourdieu con respecto a la lógica del género inmersa en el orden social y que poseemos nosotras como investigadoras, ya que se trata de: "Una institución que ha estado inscrita por milenios en la objetividad de las estructuras mentales, por lo que el analista tiene toda la posibilidad de usar como instrumento categorías de la persepción y del pensamiento que debería tratar como objetos del conocimiento".( Bourdieu y Wacquant, 1992: 171. Citado por Arango, G., León, M. y Viveros, M. Mimeo).
El proyecto tiene como objeto la equidad de los sexos en cuanto al objetivo final que es la obtención de la vivienda, atender a las necesidades básicas, en este proceso empiezan a jugar representaciones aceptados socialmente. En la formación del grupo de mujeres y la asignación de los albañiles, pone en claro que el accionar social es objetivo porque está en la mente de cada individuo social, y puesta en práctica por los mismos. Pero cuando observamos el trabajo real que cada una de ellas tiene que hacer para levantar su casa, nos encontramos que manipulan esta situación negándose a ejecutar los trabajos que supuestamente a su rol no le corresponde. Los hombres "jefes de hogar" son los que reemplazan a los albañiles, por lo tanto doblemente jefes, mientras que en el grupo de mujeres no son "las jefas de hogar" las que cumplen las tareas de la construcción, sino los albañiles. En este contexto entran en juego representaciones estigmatizadas y prejucios, que en este caso reafirman el papel jerarquico del sexo masculino, y no existe la intención por parte de las actoras de revertir estas relaciones de poder .
Entonces, vemos que no existe tal reconocimiento de una modalidad distinta de familia porque se reemplazó a la pareja, que en los otros grupos domésticos cumple el rol de "marido" por un albañil, para que se encargue de las tareas asignadas a los varones.
Tampoco el estado, por medio de este Instituto Municipal, garantizó la permanencia de esta ayuda, ya que pasados los tres meses de haber comenzado los trabajos en la obra, a los albañiles se les venció el convenio establecido. Quedando paralizadas las mismas por un año, ya que se acaba de designarles un nuevo grupo de albañiles que trabajan los fines de semana.
Con las observaciones en el campo que tenemos hasta el momento, podemos decir que la falta de estos albañiles afecta directamente sólo a este grupo de autoconstrucción, ya que las tareas que ellos realizaban por ser del sexo masculino, estas mujeres no quieren realizar, justamente por ser mujeres y porque consideran que por las prácticas asignadas socialmente a su sexo no le corresponden.
A partir de aquí nos planteamos nuevos interrogantes, que dado el poco tiempo de trabajo de campo que disponemos no podemos responder en esta comunicación sino en una etapa posterior de investigación. Con respecto a la designación de albañiles ¿fue pensada como una necesidad en la planificación de este grupo, por parte de los dirigentes del Instituto de Vivienda?¿O ellas pidieron su ayuda una vez incorporadas al Plan?. ¿se pensó en la necesidad de los mismos porque las mujeres no podían realizar la obra o porque el tiempo disponible de éstas autoconstructoras estaba restringido por la carga horaria que deben cumplir para su supervivencia, ya sea en trabajo remunerado, en trabajo del hogar y además el de la construcción? ¿por qué se decide la conformación de un grupo de mujeres en un proyecto de "autoconstrucción", cuando estas no están dispuestas a trabajar como constructoras?.
A MODO DE CONCLUSION
Creemos, que la respuesta estatal es la de seguir deslindando responsabilidades al ámbito privado de reproducción social, aquellos compromisos que antes él con una política de "estado de bienestar" asumía brindándoles alternativas y colaboración a los ciudadanos, ahora los delega individualmente a cada grupo familiar. Dentro de los nuevos planes de ajuste estructural, racionalización estatal y nuevas modalidades distributivas, las medidas de intervención se redujeron, dejando en manos de los trabajadores su propia subsistencia.
La asistencia se reduce a una mediación entre los sectores privados, las empresas, y los sectores populares. De esta manera el estado se apropia de prácticas de los sectores populares y las incorpora como prácticas suyas ( lazos de reciprocidad, nuevas formas de organización y de ayuda mutua, etc.) y las utiliza para su legitimación y reafirmación de políticas asistenciales, que en realidad es una manera de "encubrir" ese desligarse de sus responsabilidades de "estado benefactor", posibilitador de los medios para la subsistencia y reproducción de estos grupos. Al actuar como articulador de estos dos sectores logra una efectiva apariencia de que cumple con las responsabilidades de este tipo de estado, y como bien lo dice Michel Foucault " la necesidad es un instrumento político, meticulosamente preparado, calculado y usado.", donde los representantes estatales utilizan la solución propuesta por estos grupos a esta problemática, como uno de los puntos principales de propagada electoral y política social, " donde el discurso de las necesidades se ha institucionalizado como un tema central del discurso político..."( Fraser, N., 1991, Pág. 4).
BIBLIOGRAFIA:
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EVERS, T., MULLER-PLANTENBERG, C. y SPESSART, S. "Movimientos barriales y estado.Luchas en la esfera de la reproducción en América latina". En: Revista Mexicana de Sociología, 2, Mexico. Pág. 703.
FRASER, Nancy. " La lucha por las necesidades: Esboso de una teoría crítica socialista-feminista de la cultura política del capitalismo tardío". En: debate feminista, Editorial María Zambrano, Salvador Mendiola, Marzo 1991, desde Pág. 2.
GRASSI, Estela. " Nuevo discurso familiarista y viejas prácticas de discriminación en la redefinición de los contenidos de la legitimidad del orden social". En:TARDUCCI, Mónica (comp). La producción oculta. Mujer y Antropología. III Congreso Argentino de Antropoloía Social. Ed. Contrapunto. 1990, Pág.87.
JELIN, Elizabeth. "Los movimientos sociales en la argentina contemporánea: una introducción a su estudio". En: Los nuevos movimientos sociales. Centro Editor de América Latina. Bs. As. Argentina. 1989. Pág. 13.
JODELET, Denise. La representación social: fenómenos, concepto y teoría. Mimeo.
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SABAROTS, H., SARLINGO, M. Y BROOK, G. Políticas urbanas y experiencias de autoconstrucción en barrios olavarrienses. Olavarría, Ponencia al segundo Congreso Nacional de Ciencia Política, 1995. Mimeo.
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