V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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"PODER PÚBLICO Y PREJUICIO ANTICHILENO EN EL TERRITORIO DEL NEUQUÉN, 1884 - 1930" *

Por Ángel Cerutti **
Cecilia Pita ***

Introducción

Imposibilitados de acceder a la tierra, sometidos a diversas formas de explotación, e incapaces de articular respuestas políticas a su situación, los campesinos chilenos encontrarán en la emigración una forma de solución a su problemática.

El Territorio del Neuquén, cercano a su lugar de origen y de relativamente fácil comunicación con aquél, provisto de tierras fiscales en abundancia y con una débil implantación del aparato estatal, fue visto como un lugar atractivo para recrear la vida rural, y miles de campesinos chilenos se instalarían allí.

Esta región se verá "chilenizada" desde el punto de vista de la producción y circulación material y simbólica. Esta situación provocará el surgimiento de una serie de prejuicios, generados por quienes de alguna manera veían afectados sus intereses o los de "la patria" por la presencia chilena.

En este contexto, se pretende describir y analizar el discurso antichileno elaborado por funcionarios del poder público para quienes el responsable del atraso, la marginación, el vicio y el cuatrerismo no es otro que el "chilote".

El "peligro chileno" en la opinión de los funcionarios territoriales

El poder público del Territorio en el período considerado estará constituido por funcionarios que en cierta forma utilizarán el "peligro chileno" para llamar la atención del Estado Nacional, de quien dependen fuertemente y a quien esta región no interesa. Los Territorios Nacionales, y entre ellos el Territorio del Neuquén "...organizados administrativamente por la ley 1532 del 16 de octubre de 1884 aparecen así como simples divisiones administrativas carentes de autonomía, con una legislación unificada para todos ellos con total desconocimiento de sus singularidades específicas y con una vigencia de setenta años que afirma la dependencia del poder central.

El Poder Ejecutivo Nacional designaba a los funcionarios -aún el más pequeño de los cargos administrativos-, recaudaba las rentas y fijaba los impuestos. Desde el manejo de la tierra pública hasta las licitaciones para el Servicio de Correos se hacían en la Capital Federal. Los gobernadores eran simples delegados del poder central, con autoridad muy limitada y exiguo presupuesto para hacer frente a los gastos administrativos. La falta de representatividad en el Congreso Nacional y la perdurabilidad de la ley 1532, hicieron de estos territorios entidades marginales totalmente híbridas. Ello se agravó con el incumplimiento de las propias disposiciones de la ley en lo referente a la conformación de la legislaturas y a la provincialización de los Territorios cuando superasen determinado número de habitantes. La negación de los derechos políticos a sus habitantes -en tanto las únicas elecciones populares previstas eran las de jueces de paz y consejos municipales- era una muestra más del fuerte control ejercido por el Estado Nacional" (1) Frente a la precaria situación de un territorio casi sin subsidios federales, aparece en boca de los burócratas un discurso prejuicioso, nacionalista a su vez, en donde se apela a la debilidad del Estado para controlar a los "intrusos", cobrar impuestos y detener el "avance" chileno. Es notoria la insistencia de los gobernadores del Territorio en sus peticiones al Gobierno Nacional, a fin de que éste "...adoptara medidas concretas al respecto, en tanto dicha población conservaba hábitos y costumbres de su país y un acendrado patriotismo contrario al sentir nacional que deseaba imponerse en los noveles territorios" (2). Las sugerencias iban desde el pedido de rechazo del establecimiento de un consulado chileno en el Territorio -finalmente no otorgado- hasta el de concesión de la tierra, en calidad de propietarios, a dicha población.

El atentado a la argentinidad no era el único argumento esgrimido a la hora de esbozar estas estrategias; el prejuicio adquiría también entre los funcionarios un cariz económico, afirmando, por ejemplo que los "intrusos (...) traen sus haciendas del exterior, y que, por lo mismo que usufructúan la tierra, sin derecho, carecen de estabilidad y ninguna compensación dejan en cambio del beneficio que reciben" (3).

El gobernador Olmos, en una misiva al ministro del Interior, fechada en 1900, enfatizará también el cariz económico del "peligro chileno" que, en este caso, se relaciona con el "constante robo de ganado", imposible de evitar con un aparato policial sumamente deficiente. Especialmente en los meses de marzo y abril "...hordas de indios o bandoleros, en su mayor parte chilenos, que han sido antiguos ocupantes de este Territorio o hijos de aquellos dan su malón de veranada, cuya frase es de uso por estas regiones, dejando a su espalda las nieves que evitan la persecusión, entrando al territorio que ha servido de punto de partida para la incursión, con aire triunfal á vender en remate público de las poblaciones chilenas que se encuentran al pie de la cordillera en su parte occidental, las haciendas robadas al tranquilo morador de esta región y lo que es inaudito, hasta los caballos que llevan la marca del Ejército Nacional y de esta gobernación son vendidos sin reserva de ninguna clase" (4).

La tesis del gobernador Olmos es que solamente puede arraigarse a la mayoría de los trabajadores que son de origen chileno al país a través de la propiedad de la la tierra. Fundamentado en que "el chileno es americano, habla nuestro idioma, posee nuestra religión, nuestra tradiciones de independencia nos reúne, es sobrio, fuerte, paciente y humilde... (considera que(...es una arcilla dócil y cómoda para identificarla con nuestra costumbres, con nuestros sentimientos y hasta los de la patria..." (5). Critica la venta de grandes extensiones de tierra a unos pocos propietarios -absentistas, además- por parte del Estado, que no ha arrojado provecho para el país, mientras que "actualmente puede decirse que no hay más colonos que los chilenos, quienes vienen en época apropiada del año, para regresar apenas han satisfecho sus necesidades. Esta clase movible de población, favorece a los concesionarios para justificar los extremos de la ley y hacerse escriturar las tierras otorgadas" (6). La propuesta concreta de Olmos al Gobierno Nacional consiste en "...declarar caducas todas estas concesiones de tierra y hacer colonias agrícolas pastoriles que son las prácticas y cuya extensión no sea de más de 2 leguas debiendo reducirse á una legua y aún menos en los valles susceptibles de regarse con canales.

Así se podrá tener en cinco años, dos mil quinientas colonias, sea de donde sea el colonizador. Lo que importa es que el que la trabaja sea el dueño de la tierra. Con ello veremos que el mismo chileno hecho propietario será más argentino que chileno porque en su país no es más que un siervo sometido al rudo trabajo, por un salario nimio; mal alimentado y peor tratado, pues el cepo está al alcance del dueño o patrón y es el correctivo generalmente usado.

En la forma en que están las cosas, no se puede poblar; porque la tierra está detentada por personas extrañas a este Territorio y menos es posible gobernar con una población movible, inafectos al mismo, cuando no hostiles, lo que hace que en ciertas épocas del año, como pasa en el momento que escribo esta Memoria por ejemplo, haya una verdadera emigración para el otro lado de la cordillera" (7). A continuación ofrece al Gobierno Nacional un proyecto de ley de arrendamientos y posterior compra de la tierra arrendada.

Además de los "perjuicios económicos" que para el Territorio ocasionaban los pobladores chilenos "no arraigados" a la tierra en donde vivían, -mencionado reiteradas veces por los funcionarios como un grave problema que tocaba resolver al Estado Nacional en tanto se hallaba en juego la soberanía argentina en el Neuquén- ; asumían también un tono prejuicioso y discriminatorio los problemas sociales observados, tales como el contrabando de bebidas, el alcoholismo y la promiscuidad, que en opinión de los funcionarios constituían hábitos y costumbres traídos de Chile y conservados por la población. Frente a estos problemas se hacía necesaria una fuerte labor "cultural" y educativa puesto que "...si bien el chileno es tan americano como cualquiera de nosotros, se necesita identificarlo más con nuestras costumbres, sentimientos y con los de la Patria, ya que éste es uno de los puntos fundamentales sobre la suerte del Territorio" (8).

El desarrollo de las instituciones en el Territorio del Neuquén seguirá siendo muy leve durante las décadas siguientes, a tal punto que en 1909 los funcionarios encuentran serias dificultades para la contratación de gendarmes, y envían notas al Ministro del Interior "para que los autorice a reclutar personal en la Capital Federal o en otras provincias" (9). Como correlato, el "peligro chileno" continúa vigente en el discurso prejuicioso de funcionarios como el Inspector de Tierras Ramón Castro, para quien constituyen un problema geopolítico las características que presenta esta zona de Neuquén "... chilena por su población, por los capitales, por la actividad y el sentir de esos pobladores, por las criaturas que nacen allí y son inscriptas en la vecina República, por la moneda que circula, sobre todo en la parte Norte del Territorio, donde constituye un hecho anormal y muy raro ver moneda argentina (...). Allí (...) se realiza silenciosa y tranquilamente el raro caso de que dentro de una nación existe prácticamente otra con todos los perjuicios y peligros que esto encierra.."(10) La construcción del prejuicio antiextranjero y del discurso de la argentinización es palpable aquí en el caso de un grupo migrante que constituye la amplia mayoría de la población del territorio durante el período que se analiza. Presencia numérica y cultural del campesinado de origen chileno que va a ser atacada con más o menos virulencia a través de los enunciados de los funcionarios del Estado Nacional en el Neuquén.

La débil presencia del Estado, materializada en la ausencia de instituciones y recursos, será cuestionada por estos burócratas que utilizan como argumento el peligro chileno en un Territorio de soberanía argentina según las determinaciones limítrofes, pero a cuyos habitantes el Estado argentino jamás les ha garantizado nada: ni la tenencia definitiva de la tierra en que trabajan; ni los servicios mínimos e indispensables de salud, educación y justicia; ni un mercado para vender sus productos y abastecerse a su vez de otros. De este modo, el migrante chileno es el depositario de todos los males según la opinión de funcionarios que no toman en cuenta la persistencia de rasgos culturales -materiales y simbólicos del mundo rural-popular chileno.

BIBLIOGRAFÍA

(1) Bandieri, Susana : "Condicionantes Históricos del Asentamiento Humano después de la ocupación militar del espacio", en: Bandieri; S.,Favaro, O.;Morinelli, M. (de.) : Historia de Neuquén , Bs. As., Plus Ultra, 1993, p. 128.

(2) Texto de Rawson, citado en : Bandieri, S. ; Agudo, E. y Favaro, O. : " Síntesis del proceso político, económico, social del Territorio del Neuquén" , en : Neuquén, un siglo de historia , CALF-UNC, 1980, p. 54.

(3) Memoria del Departamento del Interior correspondiente al año 1899, Bs. As., Taller Tipográfico de la Penitenciaría Nacional, 1900, p. 95.

(4) Memoria del Departamento del Interior correspondiente al año 1899, op. cit., Tomo II, pp. 232-233.

(5) Memoria del Departamento del Interior correspondiente al año 1899, op. cit, Tomo II, p. 234.

(6) Memoria del Departamento del Interior correspondiente al año 1899, op. cit, Tomo II, p. 235 (7) Memoria del Departamento del Interior correspondiente al año 1899, op. cit, Tomo II, pp. 236-237.

(8) Texto del Gobernador Olmos, citado en : Bandieri, Agudo y Favaro: "Síntesis..." op. cit., p. 51.

(9) Nota de Elordi al Ministro del Interior, Neuquén, Archivo Histórico Provincial, Libro Copiador 57, 1909, pp. 137-138.

(10) Informe del Capitán de Fragata Ramón Castro al Director General de Tierras, Neuquén, Dirección de Tierras y Colonización de Neuquén, Expediente 1737-T, 1920, p. 89.

NOTAS

* Ponencia presentada al V Congreso Argentino de Antropología Social, Universidad de La Plata, Argentina, 29/07 al 01/08 de 1997.

** Docente Investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue. Director del Proyecto de Investigación "Las usinas del Prejuicio antichileno en el Territorio del Neuquén en el período comprendido entre 1895 y 1930." Codirector del Proyecto de Investigación "Cuando los santos cruzan la Cordillera. Migración y experiencia religiosa de los campesinos chilenos en el Territorio del Neuquén, 1884-1930".

** Docente Becaria de Investigación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Secretaría de Investigación de la Universidad Nacional del Comahue asignada a los dos proyectos antes mencionados.

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