1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina" |
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Universidad Nacional de Quilmes - ArgentinaNoviembre 1997 |
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PRELUDIO DE UN TRIUNFO ANUNCIADO. EL BUSSISMO EN EL TUCUMÁN DE PALITO
Alejandro Isla
"...el poder silencioso del signo, la innombrada autoridad de un hábito, pueden ser tan efectivas como la coerción más violenta en la formación, dirección e incluso dominación social sobre pensamiento y acción." J. y J. Comaroff
El triunfo electoral de 1995 del general Bussi, como gobernador en la provincia de Tucumán -inculpado de numerosos y graves delitos[1]- actualiza las dificultades de nuestras disciplinas sociales para explicar fenómenos como la violencia, y los efectos del terror en el conjunto de la sociedad; más específicamente aún, entender el papel de la violencia inscripta en los sectores populares; cómo entender las razones de los apoyos, consentimientos, complicidades que la sociedad, o sectores de ella, brindan a esos personajes. Una de las preguntas claves de nuestro enfoque podría formularse como 'qué elementos, constitutivos de la subjetividad, están jugando de manera no consciente o implícita en las decisiones de apoyar en períodos democráticos a representantes cuyo pasado los relaciona a sangrientas dictaduras, en las que tuvieron un rol protagónico'.
Existe una abundante bibliografía sobre el nazismo y sus causas; sobre las relaciones entre 'modernidad' y terror; pero recientemente un autor ha revuelto nuevamente las aguas de las raíces históricas y culturales del nazismo, así como del papel de las "responsabilidades" de los diversos grupos de la sociedad alemana. Me refiero a Goldhagen (1996) que utiliza explícitamente el modelo de la antropología interpretativa de Clifford Geertz (1983, 1990) para poner el acento de su enfoque (en su voluminosa obra) en la construcción histórica del "sentido común" alemán prenazi. Este enfoque para mí es productivo, pues no se basa solo en las condiciones "estructurales" -similares a las de otros países europeos- que provocaron el surgimiento y triunfo político del nazismo, sino en la cultura que compartían diferentes y a veces opuestos sectores sociales y políticos en aquella Alemania.
En mi caso hablaré específicamente de cultura política -más que de cultura en general- para referirme tanto al terreno de las prácticas y discursos verbales, campos de simbolización e identificación, relacionados a expresiones de poder (y por ende a formas de autoridad y jerarquía) conscientes y/o no conscientes en los actores, que se manifiestan en relaciones sociales en el espacio público, como privado. Esas expresiones[2] (conceptualizaciones) manifiestan las relaciones entre diferentes campos y contextos que efectúan los actores. Destacaré en este trabajo las relaciones que establecen los mismos, entre el campo político (Bourdieu, 1994) con contextos generales pero que influyen en la vida cotidiana.
En mis trabajos de campo los límites y cortes entre 'dictadura' y 'democracia' no parecen claros y evidentes para amplios sectores de la población. Producir esta separación significa un enorme esfuerzo argumentativo en el discurso político formal, que muchas veces, y en Tucumán de manera abundante, las prácticas en la democracia de sus epígonos y voceros, son fuertemente autoritarias y enganchadas con las etapas dictatoriales. Por lo tanto ese 'esfuerzo argumentativo', se convierte en retórica vacía. Las proclamas y actos de fe democráticos, son desmentidas por los hechos, producidos a menudo por los mismos que argumentan. En pocas palabras el "terrorismo de estado" tiene continuidades en el aparato del estado, y en los gobiernos democráticos posteriores, siendo materia diaria de numerosas investigaciones y denuncias periodísticas notables. Quiero partir, no de estas continuidades sistémicas, sino de aquellas inscriptas en la conformación de las subjetividades en el espacio privado de la familia. Importan para ello las relaciones discursivas que un conjunto de personas establece entre valores domésticos -expresados como sentimientos y reflexiones- y opiniones sobre la política/ los políticos, el voto y la democracia, la administración del Estado; la ponderación de la vida en democracia y dictadura[3], la valoración de los derechos humanos y civiles, como de las jerarquías sociales en espacios públicos y privados.
O, sea para el análisis de la vida cotidiana en diferentes períodos políticos, tomaré los vínculos discursivos hechos por los entrevistados entre la situación socioeconómica que viven, y aquellos planos simbólicos que nos remiten a aspectos de la cultura política local. Planteado de otra manera: cómo miembros de hogares[4], bajo el neoliberalismo, conceptualizan[5] su situación desde diferentes prácticas y posiciones en el espacio social. Postulo que estas opiniones y reflexiones valorativas sobre "economía", "política", "estado", etc. tienen una fuerte correspondencia con valores, inscriptos en forma de habitus, que han jugado en la producción de la subjetividad de los actores, constituyendo expresiones del 'sentido común' o de "lo natural" en la vida cotidiana.
Esos valores inscriptos en la subjetividad, y por lo tanto presentes en los discursos verbales y en las prácticas, son representados por símbolos o hábitos, con su "poder silencioso", "innombrado", como destacan los Comaroff (1991) en el epígrafe que seleccioné como introductorio. La idea expuesta allí es un tema clásico de la tradición antropológica que Lévi-Strauss sintetizaba con aquello de "la eficacia simbólica". Entiendo que aquellos autores reelaboran y ordenan desde la antropología y los "estudios culturales" algunos conceptos teóricos de la teoría gramsciana, proponiendo una visión de la "inscripción simbólica" que se aparta tanto de la teoría interpretativa de Geertz, como de la levistraussiana.
Efectivamente distinguirán contraponiendo aquellos procesos dentro de la cultura que son tomados como "naturales" por los sectores subalternos y aquellos otros donde se da una pugna "ideológica". A los primeros 'naturalizados' llamarán hegemónicos, pues están incorporados en la vida cotidiana, constituyendo los habitus, por lo que son poco cuestionados, poco contestados; a partir de esa hegemonía son considerados "verdad histórica" y se los considera "universales" (Gramsci, 1971a, 1973). En este sentido los Comaroff (1991: 21 y 22) distinguen estos procesos de aquellos que Gramsci llamaba de "dominación" al caracterizarse estos en el requerimiento del uso de la fuerza, y también de los "ideológicos" donde los sectores sociales dominantes proponen una nueva visión del mundo sistemática, y esta es disputada, contestada por las clases subalternas. Los valores como "orden" y "respeto" que analizaré como conceptos morales centrales en la cultura urbana actual de Tucumán y del NOA, pertenecen al campo de la hegemonía. Aquí me parece muy importante destacar brevemente la idea de "sentido común" que proponía Gramsci. Para él los sectores populares, "pensaban embrionariamente y caóticamente sobre el mundo", ya que estaban subordinados a las ideologías dominantes[6], pero también su 'pensamiento' era conformado desde diversas prácticas y usos religiosos, provenientes a su vez de diferentes horizontes históricos (1971a: 140).
El resultado es que la cultura popular entonces será concebida como un collage de fragmentos de diversa textura, significación, génesis[7]. Propondré que determinados valores inscriptos en discursos y prácticas, ordenan y producen significado, según el momento histórico. Esta inscripción que juega un importante papel en la conformación de subjetividades, se ha realizado con el uso reiterado de violencia física y simbólica por parte de los sectores dominantes en distintos momentos históricos; cuyos ecos directos y/o transfigurados están presentes en la cotidianeidad de los actores, en su cultura política.
Historias y hechos.
Dos hitos fundamentales son destacados en el discurso de los entrevistados[8]: el recuerdo y la amenaza de la hiperinflación y la profunda desocupación, que afectaba a la provincia y a su capital. A la carencia de empleos estables, se sumaba la 'falta de dinero'[9], o que los sueldos no alcanzaban. Los episodios de hiperinflación que asolaron al país durante el 89 y 90, dejaron huellas profundas en la memoria de la población; sin embargo no pueden ser entendidos sólo bajo la responsabilidad del gobierno de turno, sino como producto de la situación socioeconómica y política del país legada por la dictadura[10].
Falta de trabajo y temor a la "hiper", fueron situaciones reiteradamente destacadas por los entrevistados; lo que permitió establecer puentes entre sus necesidades y sentimientos domésticos, con el contexto macroeconómico nacional; como por ejemplo los efectos del derrumbe de 'las economías regionales'[11], la 'inflación crónica', que desembocará en los picos hiperinflacionarios del 89/90[12], el 'retiro del estado'[13]. En síntesis la aplicación de políticas neoliberales, que los entrevistados critican, discuten, apoyan.
Por otra parte, esos diferentes hechos dramáticos vividos por miembros de hogares, de diferente género, generación y posición social, requiere de una caracterización, aunque sea esquemática, de las condiciones históricas de la aplicación de las políticas neoliberales en Argentina. Esta aplicación no es inaugurada por el menemismo, sino que tiene como precursor al primer ministro de economía de la dictadura militar iniciada en 1976[14]. El presente 'neoliberalismo'[15] se logra imponer por los efectos desbastadores de su predecesor, que implicó un estado de terror generalizado, por medio de la represión masiva y delincuencial[16], la situación límite de guerra con Chile, y que produce la guerra de Malvinas con Gran Bretaña. O sea, un régimen de beligerancia permanente, cuyos múltiples efectos sobre la sociedad perduran hasta el presente.
En Tucumán es necesario aclarar que la represión de los contingentes "subversivos" tuvo la particularidad de contar con la participación directa del ejército como institución desde febrero de 1975. O sea poco más que un año antes del golpe del 24 de marzo de 1976 se lanza el "Operativo Independencia" en esa provincia, con la justificación de que existía una guerrilla rural "en expansión". Ese lanzamiento se hizo poniendo en juego todos los símbolos nacionales. El entonces general Vilas, acompañado de otros oficiales, suboficiales y soldados en ropas de combate, con la presidenta de la nación, la esposa de Perón, desfilaron con sus carriers y jeeps verde oliva, enarbolados con los símbolos patrios, por donde se desarrollaría la más cruenta represión. Previo y simultáneo a este operativo, arreciaron cientos de atentados dinamiteros, balaceras, asesinatos de dirigentes populares y sindicales, luego de ser brutalmente torturados. Estos atentados que nadie firmó fueron seguramente realizados por las "fuerzas conjuntas" para justificar la intervención directa del ejército. Los hechos represivos en el uso de la violencia física y simbólica legítima (para la población), desfiles, despliegue de tropas, racias barriales, cercos, allanamientos, realizados en uniforme de fajina y con todos los emblemas nacionales, produjeron en el conjunto de la sociedad tucumana la idea de que allí hubo una guerra (Isla, 1996) a diferencia del resto del país donde la represión en general fue asumida clandestinamente.
A los efectos desbastadores de la dictadura sobre el conjunto de la sociedad nacional, se debe agregar la particular implementación de la democracia en Tucumán. En el espacio provincial todos los entrevistados coincidieron en señalar la 'corrupción generalizada' con que se inaugura la democracia en el 83, como su extensión y profundidad en los dos primeros gobiernos provinciales. Esto tuvo efectos directos en el desmoronamiento de los fondos públicos; el pago de los salarios en bonos[17], la ampliación explosiva e irresponsable del empleo público. Hechos acompañados a su vez, por políticas clientelares, desorden gubernamental y civil; levantamientos policiales, que mostraron la existencia de mafias organizadas dentro del aparato del Estado.
Estas diferentes situaciones presentes y/o acechantes en las memorias (el terror implantado por la dictadura, los contextos socioeconómicos enunciados, así como una democracia devaluada que lograron los propios gobernantes elegidos para inaugurarla) coadyuvaron a la fragmentación de identidades políticas y sociales (Isla-Taylor, 1995) así como a la ruptura y/o debilitamiento de lazos sociales y políticos, como sindicatos, uniones vecinales, otrora fuertes y extendidos entre los sectores populares.
Vale decir que frente a las condiciones del mercado de trabajo caracterizado por la falta de empleo y los bajos salarios, o directamente el no pago de las remuneraciones pactadas, los hogares no construyeron sindicatos más fuertes, organizaciones políticas autónomas; o al menos 'redes de solidaridad', de autoayuda, de reciprocidad, como a veces se ha postulado en América Latina para los pobres (Lomnitz, 1991). En una amplia mayoría de los barrios de la capital se constató que no existían "juntas vecinales" o "juntas barriales", mostrando el grado de desmantelamiento existente en comparación con los 70. Los hogares que reconocieron 'ayuda' lo hicieron sólo a partir de familiares muy próximos (1a primer generación ascendente o descendente; raramente primeros colaterales consanguíneos). Registrando inclusive, varios casos que dijeron no tener a nadie "a quien acudir".
En febrero-marzo de 1993, el estado provincial estaba quebrado y la desocupación abierta tocaba el 18,5% de la PEA[18]. Pero en el 93 la desocupación entre los 15 y 21 años alcanzaba a más del 60% de ese grupo etario. La falta de ocupación estaba produciendo una rápida erosión del rol tradicional del 'hombre' en la casa. Las mujeres pugnaban por salir a trabajar como necesidad imperiosa y aveces se sometían a condiciones que los hombres no estaban dispuestos a tolerar. Las changas que se conseguían, solo eran esporádicas y servían únicamente para sobrevivir, "para ir tirando"[19]. "Palito" Ortega era gobernador y todavía en marzo del 93 convocaba a la "esperanza" ligada a su imagen de triunfador.
De todas formas, frente a la desarticulación de las viejas organizaciones sociales, o a su decidida pérdida de peso y representatividad, los diferentes sectores populares, apelaban como respuesta a la crisis, a valores fuertemente autoritarios. La crisis no pasaba solo por la atomización de las relaciones sociales, sino que era una crisis moral, como iremos demostrando. No es que "hubieran perdido las esperanzas", sino que frente al ostensible fracaso de propuestas irresponsables como "con la democracia se come"[20], y de todas las emanadas de los dos primeros gobiernos provinciales, los sectores populares, se retraían rearmando sus expectativas de mejora, desde sus valores-conceptos conservadores, enraizados en tradiciones y prácticas.
Valores, con las concepciones que los connotan, como 'orden' y 'respeto' - que ya trataremos- tendían a exacerbarse, contrariamente a lo que primero se podría postular. Uno estaría inclinado a pensar que los 'valores tradicionales' en un contexto agitado socialmente, tenderían a diluirse, a cuestionarse. Por el contrario, la gente al no ver salidas claras de la situación, frente a la defraudación de la política, y al terror propio que resurgieran situaciones del pasado, respondía aferrándose más a 'valores tradicionales'. De allí que se reclamara por mayor "orden", se denunciara la "falta de respeto" imperante, y al mismo tiempo se protestara frente a la fuerte 'desocupación' abierta.
El voto en Tucumán
Antes de tratar la cuestión de las narrativas y los valores, ilustraré brevemente la evolución de las principales tendencias políticas (frentes y partidos) en la provincia. Esto es importante de analizar ya que demuestra que el "bussismo" estaba instalado en la sociedad previamente al inicio de la democracia en 1983. Pero además las diferentes compulsas electorales desde 1983 a 1995, demuestran que en diferentes oportunidades, muchos radicales y peronistas, optaron por el partido de Bussi, Fuerza Republicana.
CUADRO 1. Evolución de las tendencias 1983-1995
PARTIDOS |
1983(1) |
% |
1985(2) |
% |
1987(3) |
% |
1989(4) |
% |
PJ y aliados |
254,554 |
52.11 |
225,250 |
44.04 |
131,185 |
24.28 |
199,781 |
37.1 |
UCR |
181,376 |
37.13 |
232,525 |
45.5 |
177,506 |
32.85 |
82,677 |
15.3 |
Acción Provinciana |
- |
- |
104,727 |
19.38 |
1,671 |
|||
Bandera |
415 |
- |
98,453 |
18.22 |
816 |
|||
Fuerza Republicana |
- |
- |
- |
190,034 |
35.29 |
|||
Demo |
28548 |
5.84 |
9563 |
1.87 |
4139 |
0.8 |
||
Unidad |
2606 |
|||||||
0TR0S |
35533 (5) |
6.6 |
||||||
TOTAL VOTOS |
488535 |
511461 |
540366 |
538493 |
PARTIDOS |
1991(6) |
% |
1993(7) |
% |
1994(8) |
% |
1995(9) |
% |
PJ y aliados |
284,479 |
49.47 |
223133 |
39.89 |
201691 |
37.4 |
165895 |
31.26 |
UCR |
23,424 |
4.1 |
114437 |
20.46 |
41553 |
7.7 |
101013 |
19.04 |
Acción Provinciana |
0 |
|||||||
Bandera |
325 |
|||||||
Fuerza Republicana |
247,802 |
43.09 |
184243 |
32.94 |
234405 |
43.48 |
243111 |
45.82 |
Demo |
||||||||
Unidad |
1295 |
|||||||
0TR0S |
||||||||
TOTAL VOTOS |
575054 |
559401 |
539112 |
530621 |
(1) 1983.-Elecciones generales. Unicamente consigno resultados para Ejecutivo prrovincial.
(2) 1985.-Elecciones para renovación de diputados.
(3) 1987.-Eleeciones para gobernadores.
(4) 1989.-Elecciones adelantadas para Ejecutivo Nacional y diputados.
(5) Fórmula presidencial Angeloz-Guzmán. Se deberian sumar al Radicalismo= 21.9%.
(6) 1991.-Elecciones para Gobernadores. Vence Palito Ortega. Era el Frente de la Esperanza, liderado por el PJ.
(7) 1993.-Elecciones para diputados nacionales y provinciales. De 2746 mesas (faltan solo 4). El Partido Radical subió mucho por Campero; y el PJ triunfante a nivel provincial llevó a la monja y a Vitar como primeros candidatos.
(8) 1994.-Elección de Constituyentes para la reforma de la Constitución Nacional. Primer triunfo de Bussi.
(9) 1995.-Elección de Gobernador. Triunfo de Bussi.
Sin detenerme en un análisis electoral, de por sí muy interesante, quiero destacar los préstamos electorales entre los partidos, argumento que va a coadyuvar con una tesis central de este trabajo referida a que los valores más fuertemente conservadores no son necesariamente patrimonio de un partido político.
GRAFICO 1. EVOLUCIÓN DE LAS PRINCIPALES TENDENCIAS POLÍTICAS ,
Discursos y nociones.
La heterogeneidad de discursos, de voces, del ángulo de tratamiento de las temáticas, se relaciona con el género, la generación y la experiencia social (relacionada a la clase) de los entrevistados. Sin embargo me anticipo a enunciar que determinados valores, atraviesan estas diferencias; además que las representaciones simbólicas de los campos, son constituidas por múltiples relaciones entre los mismos; o sea, nunca aparecen separados por fronteras nítidas.
Analíticamente encontramos en las narrativas, dos grandes tendencias. Un pequeño grupo de entrevistados, relacionó hiperinflación con dictadura y corrupción, como períodos ominosos sobre la seguridad de bienes y personas; como etapas causantes de la decadencia moral del país y de la provincia. Otro grupo mayor, que dijo haber apoyado al "Proceso"[21] y de haberla "pasado bien con los militares", justifican hasta la actualidad aquel período, y relacionan desorden/ corrupción/ falta de trabajo, con hiperinflación y democracia. Sin embargo, la gran mayoría de los testimonios, expresaron relaciones no conscientes entre los dos procesos (dictadura e hiper) mediante puentes afectivo-valorativos como "temor", "ansiedad", "inseguridad", "terror". Especialmente presentizaban las situaciones que sirvieron de causa o escenario de aquellos procesos, vinculando experiencias pasadas con la percepción de caos y desorden en su presente. En este punto esas dos tendencias interpretativas se confundían.
Las opiniones fueron variadas, pero seleccioné partes de 8 de las 168 entrevistas efectivas, que considero representan esa variedad desde diferentes condiciones socioeconómicas, tipo de hogares, género y generación. En 7 de ellas hablan mujeres, de muy diversas edades, educación, ingresos y tipos de hogares. Dos de ellos son manejados por mujeres, en el resto su jefe es varón; hay familias extensas y nucleares entre las seleccionadas. Una pertenece al quintil más alto de ingresos hogareños[22] de la muestra; en ese hogar hubo opiniones y votos a candidatos diferentes. Otro hogar estuvo representado durante la entrevista por la jefa una mujer de 60 años y su nieta de 18, pertenecían al 4to quintil; ambas estaban de acuerdo con "los militares", o sea que habían votado por Bussi[23]. Pero manifestaron una posición ambigua acerca de los derechos del 'hombre de antes'. Tres entrevistas pertenecen a hogares del 3er quintil, o sea a sectores de una clase media-media a media baja; una de ellas es la esposa de un carnicero, que a la sazón atiende un kiosco. Votaron en el 92 por Bussi. En otra de este mismo quintil habla la hija de 23 años casada, de un hogar cuyo jefe tiene una larga tradición obrera y sindical de ferroviarios peronistas, antibussistas. Por último en este mismo quintil tenemos la entrevista a la esposa e hija de un empleado de una fábrica de madera. Ambas bussistas.
He escogido fragmentos de 3 entrevistas que pertenecen al quintil de menores ingresos. Una de ellas de una pensionada de ferroviario de 80 años, el hogar se inscribe en la tradición obrera de Tafí Viejo. Participa también la hija y son radicales antibussistas. En otra hablan dos mujeres; una es la esposa del jefe (empleado temporario de ferrocarriles); ellas tienen alrededor de los 25 años y votaron por Bussi, pues sabían por los padres que en aquel tiempo (cuando gobernó Bussi, con la dictadura) "había más trabajo". Por fin en la última, habla un ciruja, jefe de un hogar extenso; quien sostiene que en la época de "los militares" había más respeto en la calle, aunque él aprecia a Palito Ortega.
Como se ve, en este grupo de entrevistas hay más bussistas que de otras tendencias políticas; pero no hay que olvidar que Fuerza Republicana había ganado en la capital, donde estábamos trabajando; por otra parte no me interesa presentar una representación estadísticamente exacta de las tendencias políticas en los comicios de 1992, sino más bien mostrar fragmentos significativos que explican esa preferencia. En notas mecharé algunos párrafos de otras entrevistas
Casos y textos
Algunas partes de una entrevista a una mujer de aproximadamente 45 años, ilustran la heterogeneidad de visiones en un hogar perteneciente a una clase media alta de Tucumán[24]. Frente al posible triunfo de Bussi como gobernador, intentó persuadir a sus hijas, que sin embargo terminaron votando por aquel; mientras que el padre jugó una posición ambigua frente a ellas, a pesar de que votó por Ortega. Este era dueño de una empresa pequeña, de 4 obreros, que administraba y dirigía Las dos hijas mayores iban a la universidad; habían recién alcanzado la edad que les permitía votar; en contra de la opinión de la madre, lo hicieron por Bussi en 1991[25].
"...no se nota un movimiento en la economía; no, prácticamente nada. En relación a dos o tres años parece que se está moviendo con más libertad; yo creo que no es que se esté moviendo con más libertad las entradas de la casa; Sino que lo que entra lo podemos manejar más planificado, porque sabemos que hay estabilidad. Entonces uno puede hacer planes, comprar cosas, endeudarse, que es lo que no pasaba 4 años atrás..."; "...la familia se ha restringido totalmente. A mí me toca justamente toda esta restricción por los problemas económicos del país cuando mis hijas se están haciendo grandes..."; "...el redimensionamiento del Estado, el ajuste, creo que tiene que continuar, como para que se mantenga la estabilidad. Lo que pasa es que debería haber más honestidad; esto sería bueno; un achicamiento moral de la política; el achicamiento de todo esto; toda la crisis moral es lo que hace que uno esté más incrédula[26]. Porque de pronto uno ve el gran sacrificio de empleados públicos, del maestro, de los profesores universitarios; lo que ganan!, y de repente se ve que desaparecen millones de dólares, en coimas...-y entonces es como que nos desalienta, no?. La vez pasada leí en una revista que la provincia de Tucumán es el lugar del país, donde hay más ricos y más pobres; uno no puede creer que acá en Tucumán haya tantos ricos; bueno hay; ...mi marido por ejemplo no quiere meterse en un crédito para una empresa pequeña. No! claro que no; porque incluso con los créditos, hasta que nosotros no tengamos una estabilidad real...; porque esta estabilidad que tenemos no sabemos; existe la duda, yo no sé si ustedes la tienen, pero yo tengo la duda permanente de que si llega haber un vuelco, qué pasa?...y ni siquiera intentamos el crédito; no hay confianza; yo por lo menos no la tengo; me gustaría que haya; que esto se mantenga para poder organizarse; para obtener otras cosas; pero uno así siempre vive con el temor; siento ese temor de que un día me levante y vuelva a estar a los saltos..."; "...hemos padecido mucho; es como que quedamos todos muy impactados, no?; sobre todo con la hiperinflación, y con el tema de los derechos humanos. Esa ha sido una época terrible; el temor de salir a la calle; lo que pasa es que...como en esa época no tenía hijos en la universidad, iban a la secundaria nada más; eran chicos, mi marido en su trabajo; yo como docente, como que trabajábamos y volvíamos a la casa y no tuvimos oportunidad de vernos involucrados en ninguna situación ni siquiera sospechosa; ninguna acción sospechosa o sea que personalmente en mi casa no la he sentido, pero socialmente sí; por ejemplo el hecho de encender la luz del auto[27], cuando volvíamos del centro, cuando teníamos que pasar por la calle Italia; y todas esas cosas hacía que sintiéramos temor; y era como si nos estuviéramos acostumbrando a eso; bueno, por supuesto uno ha tenido gente conocida; no amigos, pero conocidos de uno, de amigos, de un hermano; y las desapariciones han sucedido, por supuesto".
En el habla ordinaria de la población estudiada se vinculan campos mediante concepciones y sentimientos básicos de incertidumbre, generados en la experiencia de vida bajo regímenes o situaciones de terror; como 'temor', 'desaliento', 'desconfianza', 'padecimiento', 'incredulidad', 'sospecha', 'época terrible', 'ser involucrado', 'temor de salir a la calle', 'duda permanente'.
Cuando se inquiría por 'las responsabilidades' o 'los responsables' de ese dramático diagnóstico, por sus 'causas' y el modo de responder, o de enfrentar la situación para su cambio, encontré un conjunto bastante compacto de respuestas construidas alrededor de conceptos como "respeto" y "orden" significativos para el sentido común tucumano. Son nociones que permiten establecer puentes cognitivos entre la descripción y la diagnosis de situaciones que incumben a los actores.
De un hogar cuya jefa es una mujer de 60 años, pensionada por ser viuda de un director de prisión, quien fuera baleado en una fuga de guerrilleros a principios de los 70. Vivía con una hija enfermera y una nieta de algo más de 20 años; quien trabajaba esporádicamente[28].
"-... el hombre es el que manda en la casa y la mujer la que obedece, cómo lo ven ustedes, es cierto? cómo es la mujer tucumana, lo para o lo deja mandar nomás? -Y...algunas, algunas no todas; algunas se dejan golpear mucho y están en una situación difícil en el matrimonio; no tiene autoridad la mujer a veces.
-Y en su caso cómo ha sido? -Y bueno, en mi caso ha sido el de la gente de antes; que recibe órdenes; ella dice[29] que en su caso sería distinto; bueno, claro está, es otra época; generalmente la mujer de antes han sido tontas; reconozco que he sido una tonta; y bueno, como además yo le digo en ese tiempo, todas las mujeres eran gobernadas[30] por los tipos; no como que ahora, todo es distinto.
-Y a Ud. que le parece mejor ahora o antes? -Y para mi parecer, ahora; porque antes el marido le decía, me decía a mí por ejemplo "vos te vas ha quedar ahí sentada; ahí todo el día" y yo me tenía que quedar sentada todo el día, sin ninguna explicación de nada; eso era una esclavitud. -(la nieta agrega) claro, eso era una esclavitud.
-Y ahora las relaciones son mucho más parejas con tus amigos, con tu novio si ya lo tuviste, no? -(la nieta) bueno, yo ahora lo que le voy ha dar es una opinión muy personal, no; a mí me gusta por supuesto como mujer, cosa que si yo me llegara a casar, recibir órdenes; o sea cumplirlas hacia mi marido; pero él, esa misma orden que yo le respeto a él, él me respetaría a mí en mis decisiones.
-Tampoco te gusta que tu marido sea un gobernado? -(la nieta) No, claro, no; por eso le digo, yo cumpliría las ordenes, no?; pero haciéndole que él se tendría que adecuar a ciertas cosas que....como ser: la casa la maneja la mujer; como él tiene la obligación de trabajar, por ejemplo para mantener el hogar, yo tendría la obligación de atenderlo a él, ayudarle en el trabajo, qué se yo; a veces con la ropa lista, la comida que esté en el horario que él llegue...
-Y en su caso Ud. sufrió violencias con su marido o no? -(la abuela) Si...-La golpeaba? -Sí, era un militar; para mí era un tipo militar; él ordenaba y se le había que hacer las cosas, tanto a mí como a los hijos.
-Han sufrido mucho los hijos también, no? -(la abuela) los chicos, quizás no por él, sino por verme sufrir a mí, tengo siete mujeres y dos varones.
-...Dígame, si usted tuviera que hacer una comparación, vos sos muy chica, pero a usted abuela; en la época de los militares, en la época de Alfonsín o en la actual, en qué época piensan que estuvieron mejor? -(la abuela) Bueno lo mejor, pienso yo que cuando estuvieron los militares; que estando los militares, pienso yo que había mucho más respeto; en los chicos, en la gente que ahora; no había tantas cosas malas como ahora; a mí me parece que la democracia ha desordenado todo.
-Ud. ve mucho desorden, en qué se nota el desorden? -Y en que ahora que cualquiera va pasando y lo matan; y entran por una puerta y salen por la otra[31]. -(E) Sí, entran y salen...-(la abuela) si, entran y salen, entonces el individuo cree que tiene el derecho de matar porque enseguida va ha salir..."
Esta narrativa nos sitúa frente a un discurso contradictorio; por un lado, se denuncia la presencia del marido que imponía sus deseos, mediante el terror; "era militar" se concluye[32]. Pero frente a gobiernos, declara que 'los militares' fueron los mejores porque garantizaron 'el orden', y además agrega "la democracia desordena". Dramáticamente el texto nos pone de cara a la situación tucumana: con el 'orden' del terror de la dictadura, o sea con la dominación, se garantizaba la vida y la propiedad, con la democracia "se mata a cualquiera...entran por una puerta y salen por la otra".
A pesar de la opinión de la abuela maltratada por su marido, la nieta quiere ser gobernada si se casa. La reproducción del autoritarismo, como elemento central de este habitus, está garantizada en el espacio doméstico mediante la formulación de una división de tareas conservadora y rígida entre marido, esposa, hijos/ hijas. Protesta ante la existencia de "mujeres que se dejan golpear mucho". Dejarse pegar es "perder autoridad"[33]; las mujeres 'de antes' agrega, sólo recibían órdenes, 'eran gobernadas'; en el presente, valora positivamente, pueden reclamar. Pero en el presente, "desordenado", me pregunto, cuánto se debe reclamar, para no alterar los roles tradicionales; cuánto para no desbordar los límites morales tradicionales.
La nieta joven reproducirá el habitus doméstico autoritario; ella compartirá la opinión "que en la época de la abuela, se vivía como "esclava", distinguiendo entre este adjetivo y "cumplir órdenes". Lo peor para un hombre es ser "un gobernado"; la nieta agrega "yo cumpliría". Están calificando a relaciones matrimoniales con un lenguaje de autoridad, dominación, obediencia, respeto y de órdenes, que nos remite a un orden militar, más que a un ordenamiento social.
Otra entrevistada perteneciente a una prolongada tradición obrera, por el contrario, aseguró que ahora se le pega más a las mujeres, a causa de la falta de respeto[34]; pero agrega otra causa: "que el bolsillo anda mal" como explica otra viuda de Tafí Viejo[35] de casi 80 años[36]. Ellos eran alfonsinistas más que radicales, pues recordaban la intención de aquel presidente de reabrir los Talleres ferroviarios[37].
"...era más grande que yo (su marido), y aquí es al revés, mi hija es mayor que él; mi hija a cumplido 61, y él tiene 55 años; es muy bueno con ella.
P: Hay respeto entre los jóvenes? -R: Ahora, ya no se toleran, por una cosita ya se cruzan; eso no existía en aquellos años. -P: Hay más violencia familiar? los hombres les pegan a las mujeres? -R: Yo a eso lo veo muy mal, ahora se ve más; no ha existido tanto, como ahora. -Y a qué se debe? -No sé; debe ser porque el bolsillo anda mal, debe ser que hay menos respeto.
-Toman los jóvenes ahora? -Yo creo que sí. -Ud. ha visto patotas? -y sí, se notan, con tantas cosas que pasan; pero aquí en Tafí no tanto, no hay tanta maldad; se vienen de allá (de San Miguel); por ejemplo se chupan.-Y chiquitos que piden, linyeras, se ven más de esos? -Sí, sí, sí -Ha crecido la pobreza? -Sí hay mucha pobreza; con tantos hijos tienen que ir a pedir hija (a la entrevistadora), porque...no hay que comer..."
La esposa joven de un ferroviario de unos 27 años, perteneciente a un hogar de los estratos más pobres de la provincia, vuelve a destacar la necesidad de 'orden'[38], pero vinculándolo con la falta de trabajo.
"...no, no alcanza para comprar. -P: en qué época te parece que ha estado peor la situación? -R: para el tiempo de las clases[39]39. -P: pero en qué época comparando los gobiernos de Bussi, Domato, Palito? -R: y a mi se me hace cuando ha esta'o Bussi; claro, porque había mucho trabajo, dicen; bueno yo no sé, no me acuerdo, pero dice mi marido que había mucho trabajo, que no andaban gente en la calle haciendo cosas que no tiene que hacer, había más orden.
P: y ahora hay crisis? -R: bastante crisis hay ahora; mucha crisis. -P: y en qué se nota la crisis?. -R: y bueno, yo por lo menos en todo; porque uno carece de ropa, carece a veces de comida; a veces uno a los chicos no le puede dar una manzana, un poco de leche..."
Con relación a género y generación, los entrevistados relacionaron 'el uso de malas palabras' en la familia, y especialmente entre los jóvenes, a la pérdida de respeto; en el mismo sentido hablaron de la pérdida del uso del "usted" entre padres e hijos, y también entre esposos; el frecuente tratamiento de 'che'; "el contestar", cuando se le ordena algo a un hijo; el "tono subido de voz", como evidentes signos de pérdidas del respeto[40] y de la autoridad del jefe de familia.
Otras señales de desorden eran que 'los chicos salen y vuelven a la noche cuando quieren'; que 'beben cerveza en los bares y en la calle'; que dicen 'cosas atrevidas' a las mujeres mayores en la calle; y que todo ello no sucedía en la 'época de los militares'. O sea que el 'desenfreno' en el espacio privado hogareño era explicado, o al menos relacionado con el 'desquicio social', con el 'libertinaje' que está produciendo la democracia.
Algunos entrevistados señalaron taxativamente como sinónimo de caos, de desorden, de promiscuidad, la aparición de "homosexuales". Jóvenes de ambos sexos se escandalizaron por la aparición en la ciudad, o en la universidad, de "parejas de mujeres besándose", o de "varones de la mano"; el texto que sigue, de una mujer, señala enfáticamente que si estuviera Bussi "no habría degenerados"; y el sentido que se le está dando a "degenerados", incluye homosexuales, pero también a "discapacitados, vagabundos, linyeras".
De una familia nuclear de 4 personas, cuyo jefe de 48 años con primaria completa tiene una carnicería, la esposa -quien habla- atiende un kiosco y el hijo mayor trabaja en una chanchería, como vendedor. El hogar pertenece a una clase media baja[41].
" ...-Vos pensas que un hombre puede criar los hijos solos? -Tengo mi cuñado que quedó viudo y los crió a los hijos; chiquititos y se ha dado vuelta solo.
-Vos notás que han cambiado las relaciones entre el hombre y la mujer con respecto a las tareas del hogar y la ayuda ? -Yo lo que veo ahora es de que el varón está mas en la casa y la mujer mas se la pasa en la calle.
-O sea que están cambiando los papeles? -Sí; por el momento en mi casa Dios quiera que no sea así; pero si tengo que trabajar por 'h' o por 'b', lo atendería al negocio yo.
-Vos crees que lo que el hombre está mas en la casa y la mujer en la calle es poque los hombres están mas manejados por las mujeres? -Pienso que un hombre que se deja manejar por una mujer no es hombre, es un "manequín".
-Cómo le llamarías a un hombre manejado? -Y es un gobernado; un hombre manejado por una mujer es un maniquí; y la mujer llega un momento en que la mujer se cansa de tener un muñeco; tiene que ser el varón, que tenga que andar diciendo 'tenés que andar haciendo esto o aquello'; y tenis que andar con un muñeco, que le diga tenés que hacer esto o aquello; que sea él.
-El que tenga los pantalones? -Sí, de sentirme protegida; y no yo, que se tenga que proteger por mí; no tendría sentido para mí; todo tiene un límite, la mujer se cansa; llega el tiempo que la mujer se encuentra otra persona que se siente protegida y ahí viene el defundaje.
-Y qué dice tu marido de la mujer que trabaja? -No, no él, no dice nada; no por que se está viendo la situación que la mujer tiene que trabajar; él comparte todo eso; pero para él no...
-Vos pensás que tu hijo va a tener la misma relación con su futura esposa como la que vos tenés con tu marido o que va a ser distinta? -Yo quisiera como toda madre quiere lo mejor para su hijo; pero no sabría decirte, no quisiera que mi hijo sea gobernado y de que mi hijo esté lavando los platos; ahora en un caso de que la mujer esté enferma, sí comparto de que el marido debe de ayudarla a la mujer y de que él es el que tiene que tratar de mantener su hogar.
-Vos ves que en las parejas jóvenes el hombre está mas manejado? -Si están mucho más manejados.
-Cuál es la razón más frecuente por la que vos discutís con tu marido? No, nosotros no discutimos.
-Bueno pero de vez en cuando? -Yo me enojo, pero yo me la mastico, y después cuando pasa el enojo, trato de que hablemos.
-No tratás de discutir en caliente? -Cuando se enfrían las cosas y cuando están mal las cosas, o él está mal entonces lo dejo pasar y después lo hablamos .
-Y qué pensás de los hombres que son violentos con la familia con los hijos las mujeres, conoces muchos casos de hombres violentos golpeadores? -Mirá yo tengo el caso de mi hermana, el marido le vivía pegando a través de los años, ahora es al revés ella le pega a él.
-Porqué le pegaba, porqué tomaba, qué hacía él? -Sí él es guitarrero; toma, le gusta la farra y ella era muy celosa.
-En general vos notás que la gente que recurre a la violencia física son los hombres que toman? -Sí, mi marido toma también.
-Y porqué toma? -Porque le gusta dice.
-Pero vos porqué pensas? -Yo he notado en él, que cuando tiene una preocupación toma; como yo le digo vos tomás para olvidar y el se queda callado; es porque me da la razón.
-Alguna vez te quiso pegar? -No; me ha pegado una vez y nunca más porque si yo le hubiese seguido dando lugar; he parado la mano ahí, y nunca más.
-O sea que se maneja de pronto eso también desde la mujer? -Sí, claro es la habilidad que debe de tener la mujer, pienso yo.
...-pensas que ha cambiado el respeto que se tenía antes de padre a hijos?
-Sí yo creo que sí; yo lo estoy viviendo, que yo con la mirada lo domino a mi hijo; hasta que el día que sea grande y cumpla la mayoría de edad; y el día que mi hijo me falte el respeto yo le corto las manos; mi hijo me va a respetar siempre; hay momento que él se hace el pícaro conmigo y por eso siempre cobra; hay hijos que le gritonían a los padres; él a mi no.
-O sea que sí, se ha perdido el respeto? -Sí; no sé qué pasará, con las generaciones futuras.
-Hay falta de diálogo? -Yo con mi hijo dialogo.
Porqué pensas entonces eso de que se les falte el respeto a los padres? -Mirá eso no; yo quiero ser amigo con ellos; madre; pero que él no me falte el respeto; no es culpa del hijo sino de los padres, porque yo quiera ser amiga de él y después me salga con una de las de él y le digo no te quiero pegar yo te hablo; hay chicos que veo que la insultan a la madre y los llevan al psicólogo porque le rompen las cosas de la casa; y a mí me da tanta rabia eso: yo le daría una paliza. ...
-...Saliendo de este tema, últimamente, los tiempos han sido peores para el país, o mejores; teniendo en cuenta los últimos gobiernos, cómo han sido? -Yo pienso que cada vez estamos peores; que se está viniendo abajo todo o sea que no hay autoridad; que los mafiosos tienen más poder que los mismos gobernadores; hasta la policía está metida con la mafia; con lo que ha salido en lo diarios de los Ale[42], uno ve y saca sus propias conclusiones.
-Y porque pensás que pasa eso...? -Pienso que tendría que venir una mano fuerte.
-Sirve la democracia? -No sé si sirve o no, desde que está la democracia está peor todo.
-En qué sentido? -Falta de respeto; ahora hasta esta todo degenerado; antes los afeminados no salían, no se dejaban ver; tanto tenían un poco más de respeto con la gente.
- La justicia esta actuando bien? -No hay justicia con tantas muertes que hay y quedan impunes.
-La justicia es distinta para los ricos que para los pobres? -Sí tenés plata, salís rápido; sino te la masticás[43].
-Quién pensás que ha sufrido más la crisis ? -Y todos; te digo que hay gente que dice que no hay trabajo; pero sí hay trabajo, no quieren trabajar, si hay problemas..."
En este texto se reitera la relación que establecen los actores entre "democracia", "desorden", 'ausencia de respeto y autoridad', 'impunidad', 'falta de justicia' ("Si tenés plata, salís rápido; sino te la masticás"), "libertinaje"; la mujer enfatiza que "degeneramiento" y "desbande" se vincula con la presencia de 'afeminados'. Lo 'homosexual' lo asocian en varias entrevistas a 'degeneramiento', extremo y público desorden. Los militares reprimían, impidiendo el espectáculo público de la 'degeneración'. De allí que el remedio propuesto para esta escandalosa situación es "tendría que venir una mano fuerte". Muchas personas, frente a la confusión, provocada por la democracia, de géneros, categorías u órdenes, concebidos como naturales, requerían una presencia masculina fuerte, y con mucha autoridad. "Solo un toro, arregla esto", dijo una mujer.
Otras voces marcaban matices diferentes, denunciando 'lo autoritario'. De una entrevista a una hija de un jefe de hogar ferroviario de 49 años. Ella, casada tenía unos 20 años, vive con su esposo que es changarín[44]. Indicará procedimientos represivos que se usaron en la época de la dictadura; los cuales fueron denunciados frente a tribunales ordinarios.
"...-la casa es linda, grande, cuánto pagan de alquiler[45]? -No, no sé, porque le descuentan del sueldo, la luz y el alquiler, por eso es que cobra así.
-El hombre tiene el derecho de ser el que manda? -En algunos casos, sí, pero no siempre; para mi no es que tenga que dar ordenes sino que yo tengo que ver las cosas que tengo que hacer, no es necesario que me dé una orden, eso hay que hablarlo, no es para que me venga a dar una orden. Tiene que ser que los dos estén de acuerdo.
-Es cierto que hay un trabajo propio del hombre? ...-Sí, eso siempre discutimos, porque acá él no me quiere ayudar nada en la casa; y mi papá nos ayuda en todo, a limpiar, a lavar los platos; en todo, mi hermano que hace poco se ha ido, que ha ingresado en la Escuela Militar, está en Buenos Aires, el también nos ayudaba en todo; y él no, no quiere, dice que son cosas de mujeres y ahí siempre ...
(de la época de los militares)...pero yo así, nunca me he enterado de nada. -Y volvió su papá[46]? -Sí, pero mal; ahora está mal como loco de lo que le han hecho, y mi mamá me contaba de los viejitos que los llevaban y los dejaban en otro lado, y que a la gente enferma los tiraban, los llevaban en avión y los tiraban; ella me contaba, que los sacaban de Tucumán, que no querían que haya gente así. Los levantaban y los llevaban, no sé dónde, en Salta, por ahí los tiraban...con Bussi ...
-Y vos porqué crees que gano Palito? -Y a Palito, porque la gente lo quiere; y sabe lo que él ha pasado; lo que nosotros pasamos todos los días; y saben que ha sufrido; en cambio Bussi, no; y él es mas recto; Palito vive la situación de la gente para mí; por eso, porque ven que él siente, lo que la gente esta pasando.
-Porqué ganó Bussi en la capital[47]? -No sé, mis compañeros[48] eran todos de Bussi; dicen que les gusta el orden; que así ya no va ha haber homosexuales; todas esas cosas; para mí, es por eso; para que él ponga orden; acá hay un amigo de nosotras que es homosexual, es un enfermo, para mí es una enfermedad, él ha nacido así; y hay otro hombre viejo, que ha sido profesor de danzas española y clásica y es así, y todo el mundo los quiere acá; pero es la gente así, los de la alta sociedad son los que los rechazan, parece que como si fuesen que tienen miedo; nunca los hablan, cuando uno los trata, se da cuenta de lo que son.
-Y a que colegio asistías? -Yo iba al Instituto Cervantes, privado[49]; estaba..."
Preocuparse por los débiles, discapacitados o pobres, es percibido como "zurdo"; y esta categoría, estalla en la memoria con el tratamiento que se aplicaba a quienes quedaban comprendidos en ella en los 70: la tortura y la muerte. "Zurdo"[50] es también -en el discurso bussista- asociado con los "sucios mechudos" y "vagos". Por lo que para la mayoría de los entrevistados, incluso jóvenes de 20 años 'usar el pelo largo', como aros por los varones, orillaba lo femenino, y por lo tanto cognitivamente eran claros íconos de homosexualidad y desorden.
Se puede establecer así una oposición binaria entre por un lado "orden", posibilidad de autoridad, de respeto, de sociedad, de jerarquías, de entendimiento, heterosexualidad, hombría de bien; y por otro "desorden" como caos, desintegración, corrupción, degeneramiento, libertinaje, desbande, confusión, homosexualidad.
En el medio de esta fuerte oposición encontramos matices; por ejemplo, los juicios de desaprobación de situaciones o personas que generan ambigüedad; como la "falta de respeto" atribuida a muchachos por usar el "pelo largo" o el "arito"[51], que al "parecer mujeres" producen confusión y temor.
De una familia nuclear cuyo jefe es empleado temporario de una maderera, subocupado de 30 años. Hablan su mujer y una de las 3 hijas[52].
"...P: Con respeto a la relación hombre mujer. Con respecto a la violencia, violencia doméstica? -R: No, acá no...
-P: Qué concepto, qué idea tenés, qué opinión respecto a la cuestión del achicamiento, del ajuste del Estado; todas estas políticas que se están haciendo ahora? -R: Sinceramente? -P: Sí. -R: No le entiendo mucho . Mi marido es el que lee más; pero yo así, muy metida en la política o en esos tipos de cosas acá no. Sinceramente.
P: Vos ves por ejemplo que en el Estado en el gobierno actualmente, no? En el gobierno de la provincia hay muchos empleados, hay pocos empleados? ... es mejor así para el trabajo, que opina él? -R: Este...no sé en la época de Bussi estábamos bien; yo para mí; yo sinceramente la he pasado bien; con mis pocos años que tenía, muchos menos años que ahora por supuesto. Pero estaba, estábamos bien, nosotros acá en la provincia; estábamos bien; no sé si sacarían de un lado[53], no sé, eso ya es cosa de ellos, pero estábamos bien.
-P: Pero bien, en qué sentido, había más trabajo, había más orden? -R: Había más trabajo; había más orden; no había desbande, nadie hacía lo que se le daba la gana como ahora; porque la democracia es libertad; pero bien, bien aplicada, no?; no libertinaje como dicen que hay ahora.
-P: Vos ves libertinaje ahora? -R: Sí!; -P: Si?; y en qué cosas por ejemplo?
-R: En todo, en los chicos; en la calle, nadie tiene respeto por nadie; a nadie le importa si uno busca un policía; dice, bueno sí, que haga lo que se le da la gana; nadie, o sea que no hay un control; acá es, cada cual hace lo que se le da la gana, nadie dice nada.
-P: La justicia te parece que no funciona?. -R: Y, la justicia en parte funciona en parte no; en lo que quiere funciona, en lo que quiere no funciona. Si de pronto a mi me roban hoy, bueno yo me tengo [que aguantar]...O sea, no me considero una millonaria, tengo un autito destartalado; que lo tengo, chatarra como dice mi hijo; y después hay para los sectores altos por supuesto.
-P: Vos dudaste cuando dijiste de la clase media por qué? -R: Porque muchos han pasado de la media a la baja. Dudo que hayan habido de la clase media, que hayan pasado para arriba; no creo, bueno eso sería, no sé; pero más abajo sí, hay más pobres que se han bajado de la clase media.
-P: Estamos en crisis? -R: Sí, desde los jubilados hasta el empleado común. Porque el sueldo del empleado común es de 300 pesos y no creo que pueda hacer mucho con 300 pesos. O sea que sí estamos en crisis. La farmacia ni hablemos; no hemos tocado el tema de la farmacia. Porque nadie se enferma; mejor morirse. Porque sino, no sé qué sucede. Eso es tremendo, yo no sé, esta casa si alguien se llega ha enfermar, por empezar yo siempre he ido al hospital, toda mi vida, porque no tenía para la orden; o para el plus; o tenía para plus y no para el remedio; o sea que siempre tenía que ir al hospital para tener para los remedios. O sea que eso es crisis. No poder una clase media ir al médico, que toda la vida fue porque no le alcanza; después para el remedio porque eso sí es crisis. Antes yo tenía mi médico, los chicos tenían su médico. Salía del médico, me iba a la farmacia, ahora ya no.
-P: Y antes, cuando? -R: Han pasado tantas cosas. Y en la época de los militares..." "(con la hija) R: La casa donde vivimos es nuestra. Gracias a mi suegra, porque si tuviéramos que vivir como matrimonios jóvenes, recién casados, estaríamos alquilando o no sé si estaríamos en las villas miserias, como le estoy comentando que los de la clase media, muchos han pasado a la baja."
El último caso que he seleccionado de la fracción de menores ingresos, es el de un ciruja, un viejo changarín de 68 años, jardinero; que comienza narrando cómo vivió las crisis provinciales y el desemboque en la hiperinflación. Ocupa un terreno fiscal[54].
"...trabajaba, salía a hacerme mi sangre en el jardín, y me decían, don Gutiérrez, no hay plata, el gobierno no manda plata; el gobierno no manda plata, no he cobrado, tome 1kg de yerba, tome 1 kilo de azúcar, hasta que cobre; la plata no se conocía, bueno, pero para comer algo había, que para la carne, eso sí, difícil que había, ahora si hay.
-Y en la época de los militares? -No, yo estaba bien; para que le voy a mentir Sra., principalmente que a mi nadie me ha molestado; ni en mi hogar, ni en la calle, porque a mí, gente que me conoce que yo trabajo, yo no ando mal con nadie; yo lo respeto al grande, y al chico; porque hay momentos que no se respeta a nadie; ahora, en la actualidad, como uno está viviendo, Ud. no puede respetar a nadie; al último, esta muy furiosa la vida; por ahí se le ponen a la par, o llegan ahí a la casa; no sabe a qué llegan, pidiendo un cigarrillo, o dame un austral o dos, y tiene que darle; sino..., va por la vereda, se le ponen a la par y dame un cigarrillo...yo no soy del vicio, tiene que darle; porque de no, ya sabe lo que le pasa; manda ese chico a la calle, la criatura no tiene la inteligencia de nosotros; lo pillan de la mano, traé esa plata que te han dado que compres, le dan un golpe y le quitan sus únicas zapatillas que le ha dado; quién sabe con qué sacrificio; y se lo llevan; Sra. se lo llevan; a razón de esa razón, estamos muy mal y, no hay respeto, de eso estamos mal, porque no hay respeto en la calle.
-Y eso que son, las patotas? -Esas son las patotas Sr., en las villas de emergencia, no hacen más que los sábado, ya pasado mañana es sábado, no hace más que la gente; bueno, en esas villas, porque aquí no, el vecino es unido, si sienten algo conmigo ya está, ya aparecen con el revólver, porque, para desgracia, yo ni revólver tengo..."
Las valores culturales de 'respeto', 'orden', 'autoridad' son reiterados o aludidos a lo largo de los discursos de la mayoría de los entrevistados. Constituyen nociones claves en la cultura política local, pues relacionan y valoran situaciones, épocas, relaciones sociales. No necesariamente deben aparecer juntas o concatenadas de forma ordenada; a veces aislados, o dichos al pasar en el discurso del entrevistado, exigen que uno se interrogue sobre qué tipo de 'orden', 'respeto' y 'autoridad' requieren vastos sectores de tucumanos.
A modo de conclusión.
Como conceptos centrales de la cultura política y de las relaciones sociales que analizo, 'orden', 'respeto' y 'autoridad' constituyen nudos de relaciones significativas, que permiten ligar contextos económicos, con contextos políticos, juicios morales con conductas electorales, comparar el pasado del hogar, con el presente y con las expectativas de futuro de sus miembros. Pero además, todas esas asociaciones significativas con las nociones, permiten interpretar su significado mismo, pues ellas son usadas en diferentes discursos y situaciones, pero con un similar significado. Vale decir que el significante 'orden' no nos está remitiendo a un equilibrio u ordenamiento social, que cualquier sociedad, por definición requiere; sino que su uso en diferentes textos, nos está remitiendo a un 'orden cerrado', a un 'orden militar'.
El concepto de 'autoridad' remite a lo masculino, al macho que impone y dispone de mucho poder, tanto en el espacio privado, familiar, como en el público, en la arena de la política. En el familiar es el padre, jefe de hogar, que exige el 'respeto', que es interpretado como obediencia. En el campo político es el líder que ordena, que emite órdenes para cuadrar a la tropa. Esto tiene relación directa con prácticas relacionadas a la construcción de los cuerpos, de los géneros. Esas nociones sirven para modelar 'un verdadero hombre', 'un verdadero niño'. Implican elementos aptos para la construcción de género, de jerarquías sociales, pues son asumidos como parte de la naturaleza de las cosas. Por lo que tienen un papel importante en la construcción de subjetividades.
La cruda aplicación del 'neoliberalismo' en la provincia ha logrado poner en crisis la concepción y las prácticas de la división del trabajo hogareña tradicional: el marido 'afuera' trabaja y trae la plata, la mujer 'adentro' cocina y educa. La extensa desocupación afecta los valores del hogar mismo, la concepción tradicional de familia, al erosionar el rol del hombre. Casi la mitad de la población tienden a explicar esto como culpa de la 'democracia'; asociando "democracia" con "caos social"; para concluir que con los militares se vivía mejor, porque entre otras cosas había "familia".
Las significaciones de "orden", "respeto" y "autoridad" son compartidas por diferentes clases y sectores sociales; compartidas a su vez, por la mayoría de los entrevistados de diferentes géneros y generaciones. No están circunscriptos solo a una cultura o ideología de partido político, como ser la de Fuerza Republicana; sino que con matices son valores y percepciones, contaminantes de diversas posiciones políticas e ideológicas.
De allí que sea útil el concepto teórico de hegemonía, reinstalado en la teoría antropológica por los Comaroff. Esas nociones inscriptas conforman hegemonía pues están incorporadas en el sentido común y además están fuera de discusión. No son fundamentadas por una teoría o una ideología, al no constituir un articulado de significaciones, valores y creencias[55]; sino que navegan en discursos y prácticas, pero con significados bastante fijos en la cultura política del presente tucumano.
También aquellos esparcidos conceptos culturales, permiten inteligir el por qué del voto mayoritario por el general Bussi, al analizar la eficacia de determinados símbolos-emblemas que usó en sus campañas, como la escoba de barrer.
Nunca la hegemonía es total, o todo es reproducción, en las relaciones sociales y en la cultura, como han insistido Williams (1980) y luego Bourdieu entre otros; pero la aplicación del terror en Tucumán ha logrado desarticular y atomizar la protesta y la contestación.
Si amplios sectores de la sociedad sospechan o presienten que el orden civil que supone la democracia, es débil y por tanto la causa del desorden, la corrupción, la subversión, el crimen, el despojo, se está frente a un problema crucial. La sociedad entonces es imaginada y deseada como únicamente funcionando bajo un régimen de 'mano dura', bajo terror (Isla, 1996). Varios entrevistados radicalmente expresaron que no hay consenso posible sin terror, y que además es la única posibilidad de garantizar la vida. De esta forma un tipo de "estado hobbesiano", es requerido desde la cultura política de amplios sectores de la sociedad.
Termino con una reflexión sobre el epígrafe que encabeza esta ponencia. Los casos conocidos de "signos con gran poder de coerción" han sido precedidos -y por lo tanto impuestos-- a través de masacres y procesos de dominación con gran violencia física; han sido inscriptos en la reproducción de las subjetividades en la familia, la escuela, el estado. No pienso en el caso tucumano exclusivamente durante la última dictadura, sino en todo el terror acumulado en el proceso de conformación como región noroeste, relacionada a la plantación de caña de azúcar.
Bibliografía
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NOTAS
[1]Secuestro de personas, torturas, saqueos a la propiedad, etc. Violaciones a los derechos humanos y a la vida de personas durante su actuación como primer gobernador militar de la dictadura que se inició en 1976, y como responsable de los organismos militares y de seguridad en la provincia durante todo aquel ominoso período: de 1976 a 1983. Como tantos otros miembros de las fuerzas armadas y de seguridad se benefició de la interrupción de procesos y juicios por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que se promulgaron durante el primer gobierno democrático del Dr. Alfonsín; de fines de 1983 a 1989.
[2]Las considero 'políticas' y no simplemente 'simbolizaciones', porque esas valoraciones cotidianas se producen en el marco de relaciones sociales que implican jerarquías, con sus sistemas de clasificación, prácticas de poder al interior de la familia, del barrio, que iluminan prácticas explícitamente políticas como la elección de representantes por medio del voto.
[3]Representados por períodos históricos y figuras en la experiencia concreta de la población,
[4]De San Miguel de Tucumán, capital de la provincia homónima.
[5] Por 'reflexiones' o 'conceptualizaciones' estoy entendiendo no la elaboración de teorías sistemáticas sobre prácticas y representaciones, sino explicaciones fragmentarias o valoraciones conscientes o inconscientes, que las personas utilizan en su lenguaje corriente para referirse a situaciones que les toca vivir.
[6]Los sistemas de la filosofía tradicional, y del alto clero y de las concepciones del mundo de los intelectuales, 1971: 139.
[7]Véase también Gramsci 1971b : 268.
[8]La muestra fue de 200 entrevistas, repartidas en el "Gran Tucumán" (San Miguel, Tafí Viejo, Yerba Buena y Cruz Alta); resultando 168 efectivas. Las entrevistas fueron realizadas en San Miguel de Tucumán en 1993 a miembros de hogares que pertenecían a diferentes barrios de la ciudad, clases sociales, con organizaciones familiares muy diversas e inserciones laborales disímiles que iré especificando a medida que presento las narrativas. El trabajo de campo fue parte de una investigación dirigida por Henry Selby, con mi codirección y financiada por el NSF, CONICET y la University of Texas at Austin.
[9]Procesos sociales centrales como el de 'explotación social'; estaban diferidos completamente en las narrativas, frente a la "desocupación". Que el "dinero no alcanza" se refería al reclamo por "salarios bajos", a la directa falta de pagos, al diferimento de pagos al que acudía el estado provincial, o al pago con bonos, que una vez cobrados, tenía un valor menor en el mercado. Durante los 70 "la explotación del trabajo por el capital" era una consigna popular, estaba en los reclamos, constituyendo un eje central de las relaciones políticas entre clases y facciones (Murmis, 1969; Sigal, 1970).
[10]La concentración económica, el fuerte incremento de la deuda externa, la desindustrialización, el desequilibrio fiscal, como la inflación endémica de aquella época (que alcanza a los tres dígitos a mediados de 1975), el marcado déficit fiscal, constituyen pautas económicas que la democracia del 83 heredará entre otros elementos.
[11]En particular para el NOA la crisis de la industria azucarera (Isla, 1992).
[12]Con el saqueo de almacenes y supermercados, realizados por pobladores de barrios populares, que coadyuvaron a la sensación de caos, que se vivió en varios conglomerados urbanos en el 89.
[13]La política de privatizaciones y en especial de algunos servicios públicos, que como el del ferrocarril, afectó a gruesos sectores poblacionales en el Gran Tucumán.
[14]El ministro fue Martínez de Hoz, y este antecedente es reconocido por las actuales autoridades con beneplácito.
[15]Llamado popularmente como "menemismo".
[16]"La guerra sucia".
[17]En las 6 provincias del NOA se impuso un sistema de "bonos" como una verdadera moneda, que remplazaba a las monedas nacionales. Esto permitía tener propios criterios de acuñación, como de emisión. Por lo que el déficit público provincial se incrementó mucho más que el nacional.
[18] Llegó hasta el límite del 25% durante el año 1995.
[19]Miembros de hogares de los estratos más bajos de los sectores populares, por ejemplo los cirujas, se quejaban que ya ni el cartón tiraban en los supermercados, porque los empleados se lo llevan para venderlo ellos mismos. Las botellas eran vendidas por la misma gente; y el tradicional "botellero" deambulaba con su carro, caballo y megáfono solicitando desperdicios, pero también ofreciendo limones, naranjas, papas, que había obtenido en las zonas suburbanas que rodean la capital.
[20] Esta frase fue pronunciada por el presidente Alfonsín frente a reclamos de empleo y mejora salariales que le plantearon las organizaciones obreras y populares durante su mandato. Con esa consigna Alfonsín pretendía que se pospusieran las necesidades elementales, frente al logro de haber obtenido "la democracia".
[21]La dictadura.
[22]La distribución de los ingresos fue muy achatada en la muestra seleccionada. Los cortes de los quintiles para ingresos hogareños, fue de: 1)menos de 300$; 2)entre 301$ y 490$;
3)entre 491$ y 644$; 4)entre 645$ y 1200$; 5)más de 1201$. Indica que algo más del 70% de los hogares están por debajo de una canasta familiar de 1112$ (calculada para la época por la oficialista Fundación Mediterránea).
[23] Desde el 46 hasta 1995, siempre que hubo democracia, venció el 'Partido Justicialista'; por primera vez la ciudadanía de Tucumán en 1995 elige mediante su voto otro partido, Fuerza Republicana., para gobernar la provincia. Pero habían existido señales anticipatorias; en 1992 por ejemplo Fuerza Republicana, el partido de Bussi, gana en la capital de la provincia San Miguel de Tucumán, de 500000 habitantes.
[24]Era profesora del nivel secundario, perteneciendo a un hogar nuclear de 7 miembros, del sector de mayores ingresos de la muestra Entre ambos sacaban unos 2600 $ al mes.
[25]En la elección que ganó Ortega "... por ejemplo en casa, votaron mis dos hijas mayores y yo; y hubo total disparidad, pero nos respetamos todos; salimos a votar las tres mujeres juntas. Mis hijas me dijeron: "mamá, vos seguís pensando igual?". Sí, sigo pensando igual; "-pero papá ha dicho que él no ha vivido [tan mal] la época del Proceso"; -entonces, como que ellos [los jóvenes] quieren el orden y creían que por ahí venía la cosa".
[26]Se refiere a que se reduzca la "inmoralidad" en la función pública; la corrupción
[27]Se refiere a la luz interior de los vehículos cuando pasaban delante de organismos de seguridad durante los años de dictadura. La sensación de estar permanentemente vigilados, controlados, de poder caer en el manto de sospecha dejó huellas indelebles en el conjunto de la población.
[28]Por la pensión saca $ 400, que sumado a lo que integra la hija da $720. El hogar pertenece al quintil 4 de la escala de ingresos.
[29]Refiriéndose a la nieta.
[30]Esta expresión es fuertemente peyorativa, denota sumisión, subordinación; y es usada frecuentemente por mujeres en Tucumán para hablar de hombres que "se dejan mandar por mujeres".
[31] Se refiere a "los delincuentes"; esta expresión, extendida en diferentes sectores sociales de la provincia (incluyendo especialmente a los populares) sirvió de apoyó al encubrimiento y al sostén del Malevo Ferreyra, que como Comisario de la Policía de la Provincia hacía justicia por su cuenta.
[32]Después de morir su esposo, con quien tuvo nueve hijos (prácticamente recordaba, siempre "la tuvo" embarazada, la mujer no quiso ninguna otra relación de pareja con hombres; "no los quiero ni pintados", dijo cuando se le preguntó porque no había conformado otra pareja; cuando enviudó no llegaba a los 40 años.
[33] El problema no es la desigualdad entre géneros; de abusos o desequilibrio; sino el ser golpeada, de pérdida de 'autoridad' en el espacio familiar.
[34]El 90% de los entrevistados, de todas las edades, coincidió en la pérdida del respeto por los mayores, que se experimenta en la actualidad.
[35] Ciudad aledaña a la capital, que se construyó históricamente alrededor de los Talleres Ferroviarios de Tafí; en su época de esplendor alcanzaron a tener 7000 obreros; pertenecían a la línea del General Belgrano, y estaban sindicalizados en la Unión Ferroviaria; otrora (entre el 55 y el 73) pilar de los gremios combativos.
[36]Vive con una hija; no asistió a la escuela. Pertenecen al estrato de hogares de ingresos más bajos: sacan 250$ mensuales como pensionada de un ferroviario).
[37] Alfonsín los reabrió en 1985 y se incorporaron solo 500 trabajadores; en el presente están completamente abandonados.
[38]El jefe del hogar de 30 años, realiza tareas de limpieza y mantenimiento en el ferrocarril; completó la primaria; tienen un hijo menor de 14 años. Cenan esporádicamente; el total de ingresos monetarios es de 200$ la mujer haciendo changuitas en el barrio completa los 170$ que saca el marido. Vivían bajo el fantasma de la desocupación por la privatización del ferrocarril.
[39] Cuando comienza el colegio anualmente, por los gastos que implica.
[40]De una mujer con su hijo "P: cree que hay más respeto hoy de los hijos hacia los padres? -R: no, nada, nada que ver; nada, nada que ver; no tienen, cómo le voy a decir, soy... ahora son más audaces; le contestan al padre o a la madre como si fueran de la misma edad, por ejemplo "no seas tonta mamá"; eso a míí, me cae como si me dieran una trompada; porque nosotros a mi madre jamás nunca le hemos dicho eso; por ejemplo ahora, "che, pelotudo al padre"; le íbamos a decir eso a mi papa, nos desparramaba los dientes, sí o no Martín (el hijo)?, decí vos, sos jovencito, ahora Uds. no es cierto que Uds. le dicen a la mamá, "che mama qué es lo que estás haciendo, para qué, haces esto, para qué haces esto otro, no es cierto? -Martin: claro cambian los tiempos. -(madre): cambian los tiempos, ve?, él dice que cambian los tiempos; claro han cambiado los tiempos, antes se sentía más respeto a los padres. -P.: antes se trataba de usted a los padres?. R: de Ud. claro, (...) y hasta ahora en lo relativo al alma de mi madre, "Ud. mamá le digo". Ahora no, "che", si a mí me dicen "che", lo único que me dicen es "che", che mamá qué has hecho, che mamá porqué has hecho aquello; y yo lo saco matando, porque tengo un carácter de bruja, yo soy terriblemente jodida, terriblemente jodida..."
[41]3er quintil (trabajando los 3 logran sacar 500 $). El menor de los hijos tiene 14 años.
[42]Una de las 'bandas' de la policía tucumana, desmantelada en la época de Palito. La democracia trae la 'impunidad', los asesinos andan libres; las bandas de la policía, como los ALE, que fueron desarticuladas por el Ministro de Gobierno Falú (quizá la acción más encomiable de todo ese período desde el 83, encarcelando también al "Malevo" Ferreyra) son percibidas como producto de la democracia, y no como resultado de la dictadura. En este sentido el Terrorismo de Estado ha dejado una huella imborrable en la gente, aprovechando miedos y valores atávicos de las diferentes tradiciones culturales del NOA.
[43]"Salís" de la comisaría o la cárcel; que remite a corrupción. "...te la masticás", quiere decir te la aguantás; también se usa "...te la comés"
[44]Entre este y el suegro sacan 550 $ perteneciendo al 3er. quintil. Es un hogar extenso de 6 personas.
[45]Son casas del ferrocarril, construidas a principio de siglo; entregadas en alquiler a sus empleados de jerarquía.
[46]De un vecino.
[47]En 1991 Ortega gana la gobernación y Fuerza Republicana triunfa en San Miguel donde está la mayor concentración poblacional de la provincia.
[48]Compañeros de la Secundaria del último año que son electores por haber alcanzado los 18 años.
[49]Muchos jóvenes de tradición obrera o más ampliamente de sectores populares, van a colegios privados en S. Miguel.
[50]"Zurdo" es sinónimo de izquierdista en argentina, pero con un contenido fuertemente peyorativo. De una entrevista donde hablan el hijo (estudiante de abogacía y está en un profesorado de Inglés) y su madre: "...Pero el gobierno está creando fuentes de trabajo? (hijo)- Mirá yo prefiero no opinar porque por ahí, es preferible callarse la boca, porque sino después...; yo mirá me he enterado de amigos míos, que han hablado que han dicho de esto, y después los han tildado de esto (zurdos) y yo de esos no soy; yo zurdo no soy; porque zurdo, yo no tengo ninguna ideología política.
-Pero entonces no estamos en democracia? - (hijo) Estamos en democracia pero si uno opina le excrachan la etiqueta a uno; (la madre) -pero pienso que no estamos en democracia; porque le molestan a una persona como todos; se ven en los noticieros de Buenos Aires, que fulano de tal le sacan los periodistas, que es esto y que es lo otro, y ese fulano se va en contra del que le ha dicho, de que es tal cosa; entonces quiere decir que no estamos en democracia; o sino agarra con su guardaespalda le hacen que le peguen, que le quiten esto, que le quiten esto otro, no hay respeto por la opinión pública. -Uds. creen que los Argentinos estamos maduros para vivir en democracia? - (el hijo) todavía nos falta, yo creo que nos falta mucho porque si no sabemos respetar la opinión del otro yo creo que no estamos en democracia; porque si yo pienso diferente a vos, yo no te voy a poner la pistola en la sien y voy a decir pensá como yo o yo te reviento; no ahora no, ahora se insultan, vos ves incluso..."
(El jefe de familia, esposo de la mujer, tiene 53 años con estudios técnicos completos. Trabaja en una fábrica metalúrgica como capataz supervisor; pertenecen al 3er. quintil).
[51]Dicho entre otros, por una joven de 21 años en la Argentina de los 90 suena sorprendente.
[52] Sacan 500 $ al mes; 3er quintil. Son claramente partidarios de Bussi.
[53]En el contexto, quiere decir 'si los funcionarios en la época de Bussi, robaban'; a ella no le consta
[54]A veces alcanza un ingreso de 180$ mensual; a veces en las changas no le pagan o le pagan con ropa usada y mercadería; además manda unos nietos de crianza, menores de 14 años a pedir por la calle.
[55] "... que explícitamente se conforma en una identidad que da cuerpo a un grupo o una comunidad". Los Comaroff concluyen: "la hegemonía homogeneiza; la ideología articula" (ib.24) en la medida que esta última permite situar grupos enfrente, legitimar una lucha, negociar, etc. Lo más exitoso de una ideología dominante es desaparecer de la vista, del debate, de la contestación, sumergiéndose en hegemonía.