Viviendas tradicionales en la provincia de La Pampa
por M. Inés Poduje, antropóloga,
Departamento de Investigaciones Culturales Subsecretaría de Cultura de Provincia de La Pampa, Santa Rosa.
por M. Inés Poduje, antropóloga,
Departamento de Investigaciones Culturales Subsecretaría de Cultura de Provincia de La Pampa, Santa Rosa.
Es la vivienda una de las manifestaciones físicas de una determinada forma de vida y, principalmente, es el lugar donde se desarrolla la vida cotidiana familiar, las reuniones sociales, las labores domésticas, etc. Por ello, para describirla, resulta significativo tener en cuenta las pautas tradicionales que llevaron a la elaboración de las distintas casas que se dieron, o que aún se dan, en la provincia de La Pampa. Ellas dan cuenta de la historia política y cultural de la comunidad portadora, de los recursos naturales que son factibles de aplicar en la construcción, de cómo es la situación socioeconómica de sus moradores, de su economía familiar, las migraciones, el trabajo, el uso de la vivienda y del espacio peridoméstico , la herencia, la ubicación, las condiciones climáticas, entre otros.
No son especiales por el material que en ellas se emplea sino porque el hombre con ellas intenta satisfacer necesidades de su vida cotidiana, de los usos y costumbres de su comunidad, de su trabajo siguiendo el legado ancestral.
En este trabajo se presentan algunas de las viviendas, que existieron o existen en la provincia, respondiendo a una definición de vivienda tradicional como manifestación de una determinada cultura. Ellas son: el toldo -vivienda indígena -, el toldo del hachero , el puesto y el real o rial .
De algunas se hizo un abordaje descriptivo, etnográfico. Es el caso de las viviendas que usaron en el pasado las comunidades indígenas. Para el tratamiento de éstas se ha utilizado como técnica de investigación la recopilación documental. Se destacan las fotografías por su importancia en cuanto a la información que de ellas se puede extraer.
Se establecieron diferencias entre el mundo rural y el urbano, no porque ambos estén separados sino porque de esta manera resultó más fácil el análisis y la posterior presentación con sus características diferenciales. De igual manera se han considerado dos zonas: el este y el oeste de la provincia de La Pampa, con marcadas diferencias en cuanto al suelo, el clima, la flora, la fauna, etc., pero principalmente por sus modos de vida.
Por otro lado, se han efectuado cortes en el tiempo, y para ello se tuvieron en cuenta los momentos históricos que resultaron más significativos para el poblamient o pampeano: se comenzó en el período previo a la conquista del desierto para finalizar en los años '30. Se consideraron las distintas oleadas migratorias que llegaron a poblar el área que hoy ocupa La Pampa. Estas etnías lejos de diluirse se hacen presente, algunas con mayor intensidad que otras, en la identidad que hoy sustentamos como pampeanos .
No fue intención de este trabajo el establecer una tipificación de la vivienda tradicional de La Pampa pues específicamente lo que interesa, en esta oportunidad, es el contexto del que forma parte y en el que está inmersa y por ello se hizo énfasis en los procesos socioculturales de la que es parte y producto.
Desde 1982, en el Departamento de Investigaciones Culturales, se realizan estudios socioculturales en diferentes lugares de la provincia. En algunos de ellos se concretó el relevamiento antropológico de algunas de las viviendas, material que se aprovecha en este informe. De esta manera el análisis, por ejemplo, del toldo de los hacheros, llega hasta el presente.
Por último, para organizar el trabajo, se tuvieron en cuenta algunos ejes o temas que sirvieron de guía, modalidad que se sigue en esta presentación. Continuando ese hilo conductor, el abordaje de los diferentes tipos de vivienda se hace por separado. Así, en primera instancia se presentan los antecedentes que sobre la vivienda tratada se lograron reunir. Luego el marco sociocultural y económico o referencial del que formó o forma parte, su descripción, uso y función, para finalizar con las especificidades que hacen a la provincia de La Pampa, ya que es la tradición habitacional de los pampeanos lo que se rescata.
En mapuche la casa es la ruca . Encontraremos en la bibliografía la palabra ruca para designar la vivienda indígena, pero en general cuando a ella se refiere veremos que se la llama toldo y los toldos , en plural, para el espacio circundante mayor.
Estas viviendas estaban ubicadas distantes entre sí, formando una toldería y de ella partían numerosas sendas que daban a las rastrilladas, caminos principales, a una vertiente, a un pastizal, al monte o a otras tolderías.
El toldo era una especie de carpa portátil. Se levantaba un armazón de horcones y varillas sobre los que se ponían pieles de caballo cosidas entre sí. Tenían grandes dimensiones pues en él vivían varias familias. Su interior estaba compartimentado. Eran las mujeres las que tenían la responsabilidad del armado y manutención del mismo.
El mobiliario de la vivienda del indígena estaba compuesto por asientos de cuero, ganchos de madera, pieles para dormir, sacos de cuero de potro, entre otras cosas. Los utensilios de uso cotidiano eran de madera, piedra, cuero, arcilla, plata, hueso, cuerno. Confeccionaron desde arados de caldén , armas, fuentes, platos, cucharas, bateas, morteros, cabalgaduras, hasta tejidos.
El toldo se complementa con el espacio circundante, de uso diario. Los lugares tenían relación con los trabajos agrícolas y para la provisión de agua: el corral de palo a pique para los caballos, de ramas para las ovejas, zanjas, pozos, jagüeles , potreros, solares, quintas, el lugar para pisar el trigo, el especial dedicado a la siembra de trigo, cebada, lino, sandía, melón, etc. A ellos se agrega el uso del espacio más abierto para la provisión de otros elementos: el monte para extraer la leña, diferentes lugares para la caza, pasturas silvestres, hierbas medicinales, plantas tintóreas, etc.
La conquista de los territorios, como en los otros aspectos de la cultura aborigen, también repercutió en la construcción del toldo que se hacía de cuero. Pronto disminuiría la materia prima necesaria al mermar la fauna silvestre, que debió competir por el espacio con las especies introducidas por el hombre blanco. La caza se intensificó y, principalmente, cambiaron de dueño los ganados. Los indígenas debieron buscar nuevas alternativas para su construcción, reemplazando el cuero por otro elemento natural y que estuviera a mano. Pero alrededor del año 1920 aún quedaban algunos toldos en el territorio pampeano, conservando sus características originales aunque ya en vías de desaparición.
Entre los años 1900 y 1915, aproximadamente, llegan a La Pampa personas de otras provincias, en respuesta a la necesidad de mano de obra que requería el campo. Estos criollos se ven representados por los trabajadores golondrina: braceros, hacheros, obreros encargados de extender las líneas de los nuevos ferrocarriles.
Los hacheros venían de San Luis, Santiago del Estero, Corrientes. Llegan solos o con sus familias no sólo respondiendo a esta demanda local sino también expulsados de sus lugares de origen por el empobrecimiento que en ellos se vivía. La hachada toma importancia en el territorio pampeano en 1914, se da el furor de 1918 y luego una paulatina declinación hasta llegar a 1930. Se van a reiniciar las tareas en 1940 y así seguirá con altibajos.
Llegaban con cierta desventaja a pesar de ser el punto inicial de la explotación forestal. Eran considerados trabajadores de segunda y como "estaban de paso", se quedaban mientras había qué desbastar, no se les brindaba comodidades, seguridad, condiciones mínimas de salubridad, ni al hachero ni a su familia. En general no sabían leer ni escribir y desconocían todo sobre leyes laborales que los pudieran proteger.
El tipo de explotación no programada a largo plazo impidió establecer continuidad entre la explotación forestal y el abastecimiento de la madera. Esto se tradujo en inestabilidad laboral y por ende social, llevando al desarraigo del hachero y su familia. En consecuencia migra cuando se reduce la corta y toma otras alternativas, trabajando como alambrador , pocero, etc.
Cuando la familia lo acompaña se establece una división del trabajo que permite obtener más rendimiento. Si la mujer se queda en la vivienda se encarga de su mantenimiento y de preparar los alimentos. En otros casos tanto la mujer como sus hijos participan en el desmonte hachando, descortezando, limpiando, apilando.
En un sector limpio de monte, el hachero instala su vivienda: el toldo . Este se ubica en una zona de fácil acceso a un camino principal, a través de una huella y próximo a una fuente de agua.
El toldo es de planta circular o cuadrada, semisubterránea lo que hace que la temperatura en el interior se mantenga estable. Para su construcción se cava el pozo y se arma un esqueleto con dos o más horcones en el centro, según las dimensiones de la vivienda, y palos a pique al rededor del pozo, que se unen en la parte central sobre un tirante apoyado en los horcones, a una distancia de 60, 70 cm. En forma transversal a estos y por fuera, se colocan ramas cada 30, 40 cm formando una especie de enrejado. Sobre él se pone pasto puna; las matas abiertas por la mitad se van superponiendo, quedando las raíces cubiertas y formando una capa compacta y resistente a las lluvias y los vientos. Se arma así, sobre el pozo, una cubierta con forma de cúpula.
En general se levanta un ambiente que sirve como cocina, dormitorio, depósito de herramientas. En un rincón se ubica el fogón, con chimenea al exterior, que sirve tanto para cocinar los alimentos como para calefaccionar el ambiente los días fríos. En caso que la estadía se prolongue, y a medida que se van necesitando, se agregan "piezas" a esa primer habitación.
Se accede al interior bajando escalones por la única abertura que tiene y por la que se filtra la luz del día y entra el aire. Para impedir que penetre la lluvia se construye un alero sobre ella. Como puerta se coloca una lona o se arma una con ramas y pasto.
El espacio circundante está cercado con ramas espinosas que sirven de protección y para establecer límites. Delante del toldo se instala el fogón que se usa cuando el tiempo lo permite. Diseminados en el espacio peridoméstico algunos hacheros cuentan con el depósito para las herramientas, la fiambrera para colgar los alimentos -mantenerlos frescos y alejados de los animales-, bateas, bebederos, algún refugio para los perros, el pozo o el molino para extraer el agua, etc.
El equipamiento de la vivienda se reduce a bancos de madera de tres patas, camas, cajones a modo de repisa colgados en las paredes con utensilios de cocina: ollas, cucharones, espumaderas, tarros, recipientes con comida, ganchos con la ropa, etc. Para iluminar el interior se cuenta con candiles o lámparas a querosén.
El puesto es una construcción con características propias de la zona y cuyo antecedente inmediato es el rancho. Se usan en general con mayor frecuencia los términos las casas o el puesto , para designar a la vivienda. Es diferente el uso del término tanto en el este como en el oeste de la provincia.
En el este de La Pampa, zona de chacras y estancias, la palabra puesto tiene otra connotación. Aquí los puestos son las viviendas menores, dependientes de una central, que en las estancias -con más de 1.000 has.- se ubican en lugares estratégicos y son ocupadas por peones asalariados que tienen a su cargo el control de un sector de la misma. La construcción y su mantención corren por cuenta del dueño del campo, quien contrata a algún constructor para hacerlas.
Cuando se habla del oeste en la provincia de La Pampa se está haciendo mención a un área que comprende más del 50% de la provincia y que tiene características particulares. Ellas son: ambiente semiárido y árido, escasas precipitaciones, vegetación xerófila, con baja densidad de población, con economía pastoril de subsistencia. Una excepción la constituye el espacio dedicado a la agricultura bajo riego.
Los puestos se encuentran también muy de vez en cuando pero agrupados en determinados lugares y distantes entre sí de 1 a 3 km. Responde esta organización a distintos factores: lazos familiares, la tenencia de la tierra, el uso del campo, etc.
El puesto es una construcción que posee características propias en el oeste pampeano pero con diferencias entre el de la zona norte y el del sur de la provincia. Así, por ejemplo, en la Colonia Emilio Mitre, Departamento Chalileo , dada la ascendencia ranquelina de sus habitantes también tendrá sus peculiaridades. Al igual que en otros aspectos de su cultura se observa que en las viviendas sus moradores combinaron las tradiciones ancestrales con pautas y elementos nuevos, de origen urbano, industrial.
Aunque "aparentemente" la vivienda que construye hoy el ranquelino no difiere mayormente de la de cualquier otro "puestero del oeste", vemos que hay rasgos que las distinguen. Por ejemplo, la distribución de ellas dentro de la Colonia Emilio Mitre no es casual. Se las encuentra "dispersas" en las 80.000 has que la conforman pero "agrupadas" en pueblitos , unidos entre sí por huellas -caminos de tierra angostos-. Estos se organizaron teniendo en cuenta por ejemplo lazos parentales , la propiedad de la tierra, dónde se encuentra la provisión de agua. A los pueblitos se los denomina con el nombre de la familia que los conforman.
El puesto es el asentamiento del grupo familiar organizado en dos ámbitos diferenciados: la vivienda o las habitaciones que la componen y el espacio peridoméstico .
La primera, en general, consta de un grupo de habitaciones no siempre unidas entre sí por paredes comunes. Pueden dar a la enramada o galería que se construye sobre un armazón de cuatro horcones unidos por otros tantos travesaños sobre la que se hace un techo de ramas y puede o no tener paredes. Es en ella donde transcurre la vida diaria: se arma el telar, se invita a pasar a las visitas, está el fogón, la matera, etc.
Continuando con las otras partes de la vivienda, se observa que las piezas pueden ser de planta cuadrada o rectangular y por regla general son más bien bajas. El número de habitaciones dependerá de las necesidades familiares y se irán agregando con el tiempo.
La cocina suele estar separada de las habitaciones destinadas a dormitorio y muchas veces es apenas un abrigo de ramas con un pozo en el centro que contiene un fogón . En otros puestos la cocina es a leña "cocina económica" o a gas, según las condiciones socioeconómicas del puestero.
En general lo que se construye en el puesto se hace con los recursos que provee el medio circundante, es muy poco lo que se trae de otras zonas: chapas, vidrios, hierro o ladrillos.
Las paredes se construyen de adobe (masa de barro y algún elemento que sirva de liga, pasto o guano , que se usa en la construcción de paredes), quincha ( tejido de ramas sostenido con palos delgados horizontales y atados con alambre) o chorizo , materiales de fabricación local, y algunas con ladrillos, traídos de algún lugar. El piso es de tierra. En los techos se utiliza madera, cañas -en algunos casos para hacer el cielorraso-, pasto o chapas. Muchas viviendas tienen las chapas cubiertas con ramas, las que actúan como material aislante frente a las altas o bajas temperaturas. La pendiente del techo es suave y la caída a un agua. En pocas viviendas se observan canaletas para aprovechar el agua de lluvia, escasa en la zona. Las aberturas son pocas y de tablones de madera o chapa.
Un cerco protector separa la vivienda del campo. Se construye con palos a pique, ramas, cañas o enquinchado .
La disposición de las distintas partes de la vivienda tiene una adecuada adaptación a los frecuentes vientos, al sol y fundamentalmente para poder ejercer el control del espacio peridoméstico . En él se encuentran, organizados según las necesidades laborales y la comodidad de la familia: los corrales, el lugar de provisión de agua, la huerta, el gallinero, la playa, el galpón, la letrina, el horno.
Los corrales se hacen con palos a pique y ramas atadas, provenientes de la vegetación de la zona. Se levantan cerca de la casa y del suministro de agua . Se obtiene de un pozo, jagüel o molino. Algunos puesteros tienen horno de barro , galpones , huerta y gallineros .
La playa es un espacio mayor, limpio de malezas, próximo a la vivienda y donde se encuentra el palenque, por ejemplo. Era el lugar donde los "antiguos" se reunían al atardecer para hablar e ingerir algún alimento.
Por último, también se levantan "viviendas temporales" en La Pampa. Por ejemplo, al real o rial y se lo puede ver en distintos lugares y es utilizado sólo durante la época de caza invernal en la planicie oeste.
Tienen forma cupuliforme y están hechas con ramas de jarilla. Es un recinto -que hace las veces de dormitorio- y otro que cumple la función de despensa y para guardar las pieles obtenidas en la caza, protegidos por un cerco.
Todos los años se vuelve al mismo real y se lo acondiciona para usarlo nuevamente. El lugar elegido para el asentamiento es en "su área de caza", aunque no sea propietario de la tierra. Otro de los condicionantes para la elección es que se encuentre con facilidad agua, recurso indispensable.
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