ARQUEOLOGÍA Y BIOANTROPOLOGÍA: DIETA Y DIFERENCIACIÓN SOCIAL
ASTRID LORENA PERAFÁN LEDEZMA٭
RESUMEN
En este trabajo, se abordó la dieta con el fin de evidenciar si esta al igual que la cultura material puede ser un marcador de diferenciación social, para lo cual se trabajó con una muestra ósea encontrada en un cementerio prehispánico ubicado al Norte del Valle del Cauca (Colombia) con una cronología del 780+/-110 al 1.220+/-70 d.C, sitio determinado por Rodríguez (1996) como perteneciente a la cultura Quimbaya Tardío. Para esta población se reconstruyó aspectos demográficos, patológicos, dietarios y arqueológicos que dieran cuenta si la dieta podía ser o no un marcador de diferenciación social. Los datos obtenidos a partir de los restos biológicos, permitieron determinar un número minino de 103 individuos, de los cuales 51 presentaron hipoplasia del esmalte en los dientes, la cual se presentó entre los 3-5 años de edad, debido posiblemente a deficiencias nutricionales determinadas por un acceso diferencial de recursos alimenticios por grupos de edad, situación que se superó con el tiempo, lo cual se ve reflejado en la estatura alcanzada por los individuos en la edad adulta. Estos datos obtenidos se relacionaron con los restos materiales y las formas de las tumbas encontradas en el cementerio prehispánico de Obando (Cultura Quimbaya Tardío) con el objeto de asociar los datos materiales con los biológicos.
INTRODUCCIÓN
La perspectiva tradicional en arqueología
ha asumido las "ceremonias de la muerte como reflejo del status social
(Binford,1971:226) y ha hecho descansar en los llamados bienes de elite (Uribe,1994
y Gnecco,1996)el peso de la identificación de las diferencias sociales. los
bienes de élite, cuentas, objetos de orfebrería, textiles (Uribe,1994) están
relacionados con la posición jerárquica de los individuos y son símbolos de
alianzas y de diferenciación social. Sin embargo, es claro que el establecimiento
de las diferencias sociales se ha hecho casi que exclusivamente en Colombia
a partir de variables materiales, desconociendo hasta cierto punto la importancia
de los datos biológicos que pueden informar sobre procesos de salud-enfermedad,
morbilidad, dieta y nutrición, entre otros aspectos bioculturales inherentes
a los grupos humanos, los cuales a su vez se ven influenciados por las prácticas
sociales, comportamentales, rituales etc.
Teniendo en cuenta esto y la necesidad de incorporar datos que complementen
las investigaciones, se abordó la dieta con el fin de evidenciar si esta al
igual que la cultura material puede ser un marcador de diferenciación social,
para lo cual se trabajó con una muestra ósea prehispánica encontrada en el cementerio
prehispánico de Obando con el fin de reconstruir sus aspectos demográficos,
patológicos, dietarios y arqueológicos que dieran cuenta si la dieta podía ser
o no un marcador de diferenciación social. El análisis se orientó hacia los
datos biológicos, los cuales proporcionaron información referente a aspectos
demográficos, patológicos, dietarios y culturales que proporcionaron información
referente a diferencias sociales, los cuales se abordaran de forma separada
y al final se relacionaran con el fin de evidenciar si la diete puede ser o
no un marcador de diferenciación social
MATERIALES
La muestra trabajada corresponde a restos óseos humanos encontrados en cinco tumbas del cementerio prehispánico de Obando (Cultura Quimbaya Tardío), comprendido entre 780+/-50 y 1.220+/-70 d.C (Tabla 1), sitio ubicado en el Valle geográfico del río Cauca. El cementerio se encontró en el sitio Arqueológico Dardanelos en la hacienda Homónima, en el PK 187+ 400 de la Troncal del Gasoducto de Occidente corregimiento de Cruces, municipio de Obando, Departamento del Valle del Cauca. Cementerio encontrado durante las labores de monitoreo arqueológico en el Gasoducto, rescate implementado por la Empresa Colombiana de Petróleos ECOPETROL (Rodríguez,1996).
Tabla 1 Descripción de las tumbas 1, 2, 3 , 4 y 5 de Obando.
TUM. |
Fecha |
Pozo |
Cámara |
||||||||||
Forma |
Orien. |
Largo |
Ancho |
Profund |
Forma |
Orientación |
Largo |
Ancho |
Altura |
Profund |
|||
1 |
1.080+/-60 d.C |
1 |
NW-SE |
210 |
115 |
237 |
C2 |
Rect |
NE-SW |
286 |
154 |
90 |
286 |
C1 |
NW-SE |
190 |
50 |
45 |
|||||||||
2 |
1.220 +/-70 d.C |
1 |
NW-SE |
400 |
320 |
642 |
Rect |
NW-SE |
800 |
360 |
335 |
720 |
|
3 |
980+/-110 d.C |
1 |
N-S |
250 |
105 |
254 |
C1 |
Rect. |
N-S |
205 |
45 |
40 |
55 |
C2 |
Rect. |
E-W |
300 |
165 |
130 |
264 |
|||||||
4 |
780+/- 50 D.C |
1 |
E-W |
253 |
140 |
506 |
C1 |
Elipt. |
E-W |
220 |
55 |
45 |
207 |
C2 |
Rect. |
N-S |
320 |
215 |
107 |
450 |
|||||||
N1 |
Elipt. |
W |
105 |
55 |
38 |
80-118 |
|||||||
N2 |
Med. |
W |
70 |
55 |
65 |
441-506 |
|||||||
5 |
1.070+/-60 d.C |
1 |
NW-SE |
235 |
150 |
490 |
C1 |
Elipt. |
NW-SE |
205 |
44 |
45 |
205 |
C2 |
Rect. |
N-S |
567 |
267 |
160 |
422 |
|||||||
N |
Rect. |
N-S |
115 |
35 |
38 |
462-500 |
TUM. Tumba. Rect. Rectangular; Elip, Elíptica; Med, Medialuna. C. Cámara. N. Nicho
Los análisis de los restos óseos de Obando los realizó la autora en el 2001 en la sede del grupo de investigaciones “Antropos” de la Universidad del Cauca, los cuales fueron facilitados por el director del rescate arqueológico; aclarando que esta investigación se realizó de manera independiente al trabajo desarrollo por Rodríguez; para el desarrollo de este trabajo se partió como base de los datos obtenidos por Rodríguez (1996) presentados en su informe final.
MÉTODOS
Para la reconstrucción paleodemográfica de la población de Obando (cultura Quimbaya Tardío), en primer lugar se individualizó la población a partir de las piezas dentales, lo que permitió determinar un número minino de individuos por tumbas, estimado su edad a partir de la abrasión presente en estas y de la erupción dental, (Ubelaker,1989; Bass,1996), además se observó la presencia de patologías en el esmalte de los dientes a partir del análisis morfológico. Posteriormente, se agrupo a los individuos de acuerdo a grupos de edad con rangos de cinco años, siendo períodos largos que contienen los errores probables al momento de su estimación (Ubelaker,1989:136), definiendo las siguientes cohortes: de 0-4 años infantes; 5-9 años segunda infancia; 10-14 años pubertad; 15-19 años adolescencia, 20-24 adultos jóvenes; 25-29 adultos; 30-34 adultos medios; 35-39 adultos maduros, 40-45 longevos.
Debido al mal estado de conservación en el cual se encontraron los restos óseos humanos, no fue posible asociar las piezas dentales con otras partes del esqueleto, razón por la cual se debió estimar la estatura a partir de fragmentos de fémur sin poder determinar la edad aproximada de su fallecimiento. La estatura se reconstruyó a parir de fragmentos de fémur utilizando las formulas propuestas por Steele et al (1977) y Jacobs (1992) para reconstruir el largo del hueso y posteriormente se reconstruyó la estatura aplicando las formulas propuestas por Genovés (1967 en Rodríguez J,V. 1994). A continuación se exponen los resultados obtenidos
RESULTADOS
Análisis por tumbas
- Tumba 1
Cuenta con pocos fragmentos de huesos largos y cortos (esqueleto poscraneal y craneal), los cuales se encuentran en un pésimo estado de conservación, impidiendo realizar análisis morfológico y morfométrico. A partir del sistema dental, se determinó un número mínimo de 15 individuos (Fotografía 1), de los cuales fue posible obtener información referente a edad y a presencia de patologías como caries e hipoplasia en el esmalte. Los mayores índices de mortalidad se presentan entre los 20-24 años para un total de 8 individuos (53.34 %), siguiendo en porcentaje de muertes el grupo de los 15-19 años, para un total de cinco individuos; para el rango entre los 25-29 solo se identificaron 2 individuos (13.33% de la población) (Tabla 2). Para las primeras cohortes de edad no se registró individuo alguno, reflejándose en la esperanza de vida al nacer, la cual fue de 21 años, esperanza que disminuye para el siguiente rango (Tabla 2)
Fotografía 1. Dientes superiores e inferiores con un marcado desgaste dental,
pertenecientes a un individuo entre los 30-34 años de edad.
-Tumba 2
Se determinó un número mínimo de 36 individuos (Fotografía 2 y 3), El mayor número de individuos muere entre los 20-24 años, para un total de 12 individuos (34.3%), siguiendo la cohorte de los 15-19 años para un total de 9 individuos (25.7 %). En las primeras cohortes de edad se registró un total de 4 individuos entre los 0-4 y 5-9 años (Tabla 2).
Fotografías 2 y 3. Maxila (vista inferir) y mandíbula (vista frontal) con molares deciduos e incisivos en proceso de formación, pertenecientes a un infante entre los 3 años +/- 4 meses.
A pesar que el número mínimo de individuos determinados a partir de los dientes es grande, la representatividad de éstos para las primeras cohortes de edad es poca, alcanzando un porcentaje de 13.5% de la población total, lo que lleva a que la esperanza de vida para estas cohortes sea un poco elevada, siendo esta de 22.08 años (Tabla 3).
-Tumba 4
Se identificó un número mínimo de 21 individuos (fotografía 4), de los cuales la mayor parte murieron entre los 20-24 años de edad, para un total de once individuos (52.4%); siguiendo la cohorte con mayor mortalidad entre los 15-19 años, para un total de 4 individuos. Para las cohortes de los 0-4 y 5-9 años solo se identificó un individuo para cada uno de estos, siendo pocos en relación con la población total (Tabla 2).
Fotografía 4. Mandíbula, con molares y premolares inferiores con un marcado desgaste dental,
individuo masculino entre los 24-30 años de edad.
A pesar de la escasa presencia de infantes para los primeros grupos de edad, la esperanza de vida alcanzada por éstos al nacer es de 21.29 años, la cual no es muy elevada, decreciendo a medida que aumenta la edad. De los 25- 30 años la esperanza se incrementa en relación con el grupo anterior (rango que cuenta con el mayor número de individuos fallecidos), debido al escaso número de individuos registrados para esta cohorte de edad (ver Tabla 3).
- Tumba 5
Se identificó un número mínimo de 31 individuos entre infantes y adultos (fotografía 5). La mayor mortalidad se manifiesta en los primeros años de vida, entre los 0-4 y los 5-9 años correspondiendo al 45.16 % de la población; para esta última cohorte se identificaron un total de 9 individuos (29.03% de la población total), los demás están distribuidos en las otras cohortes de edad. A pesar del alto número de infantes, la mayor parte de la población fallecida corresponde a individuos adultos, principalmente entre las edades de los 15-19 y de los 20-24 años para un total de 6 individuos para cada una de estas cohortes (Tabla 2).
Fotografía 5. Dientes deciduos superiores de un infante, edad 2 +/- 8 meses
La reconstrucción de la tabla de vida a partir del sistema dental (Tabla 3), dio como resultado una esperanza de vida muy variada. La esperanza de vida al nacer es de 15.88 años, como consecuencia de la alta presencia de infantes en la cohorte de los 0-4 años, para la siguiente cohorte alcanza una esperanza de 13.46 años, incrementándose para la cohorte de los 10- 14 años, con una esperanza de 14.46 años, aumento debido a la ausencia de individuos para esta cohorte. Para los siguientes rangos la esperanza de vida disminuye.
Análisis Paleodemográfico
Para realizar el análisis paleodemográfico, se agrupo los datos obtenidos para cada una de las tumbas, obteniendo un número mínimo de 103 individuos. La mortalidad más alta se registró en el rango de los 20-24 años para todas las tumbas a excepción de la tumba 5, presentando una mayor mortalidad en la cohorte de los 5-9 años de edad (ver tabla 2). A pesar del incremento en el número mínimo de individuos (103 individuos), la mortalidad infantil fue baja, presentando un porcentaje bajo en relación con la población total.
Tabla 2. Número y porcentaje de individuos fallecidos. Tumbas 1, 2, 4, y 5 en Obando.
Grupo de Edad |
MORTALIDAD POR GRUPOS DE EDAD. ANÁLISIS DENTAL |
|||||||||
Sumatoria Tumbas 1, 2, 4 y 5 |
Tumba 1 1.080 +/- 60 D.C |
Tumba 2 1.220+/-70 D.C |
Tumba 4 780+/-110 D.C |
Tumba 5 1.070+-60 D.C |
||||||
No Ind. |
% |
No Ind. |
% |
No Ind. |
% |
No Ind. |
% |
No Ind. |
% |
|
0-4 |
8 |
7.7 |
0 |
0 |
2 |
5.6 |
1 |
4.8 |
5 |
16.13 |
5-9 |
13 |
12.6 |
0 |
0 |
3 |
8.3 |
1 |
4.8 |
9 |
29.032 |
10-14 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
15-19 |
23 |
22.3 |
5 |
33.33 |
8 |
22.2 |
4 |
19.0 |
6 |
19.355 |
20-24 |
38 |
37 |
8 |
53.34 |
13 |
36.1 |
11 |
52.4 |
6 |
19.355 |
25-29 |
11 |
10.6 |
2 |
13.33 |
5 |
13.9 |
2 |
9.5 |
2 |
6.451 |
30-34 |
2 |
2.00 |
0 |
0 |
0 |
0 |
2 |
9.5 |
0 |
0 |
35-39 |
5 |
4.8 |
0 |
0 |
3 |
8.3 |
0 |
0 |
2 |
6.451 |
40-44 |
3 |
3 |
0 |
0 |
2 |
5.6 |
0 |
0 |
1 |
3.226 |
Total |
103 |
100 |
15 |
100 |
36 |
100 |
21 |
100 |
31 |
100 |
Comparando la esperanza de vida al nacer para cada una de las tumbas, se observa un comportamiento muy similar entre ellas, esperanza que no supera los 22 años de edad, a diferencia de la tumba 5, en la cual no se superan los 16 años, como resultado de la alta mortalidad infantil registrada, siendo baja para las otras tumbas (ver tabla 3). La esperanza de vida promedio en las tumbas analizadas es de 20 años, comparable con la obtenida para otras poblaciones prehispánicas.
Tabla 3.Esperanzas de vida. Tumbas 1, 2, 3 y 5 en Obando.
Grupo de Edad |
eºx ESPERANZA DE VIDA AL NACER. ANÁLISIS DENTAL |
||||
Sumatoria Tumba 1, 2, 4 y 5. |
Tumba 1 1.080 +/- 60 D.C |
Tumba 2 1220+/-70 D.C |
Tumba 4 780+/-110 D.C |
Tumba 5 1.070+-60 D.C |
|
0-4 |
20.01 |
21.49 |
22.08 |
21.29 |
15.88 |
5-9 |
16.47 |
16.49 |
18.24 |
17.24 |
13.46 |
10-14 |
13.38 |
11.49 |
14.76 |
13.02 |
14.264 |
15-19 |
8.68 |
6.49 |
9.76 |
8.02 |
9.62 |
20-24 |
6.6 |
3.49 |
7.28 |
4.49 |
7.95 |
25-29 |
7.5 |
2.49 |
8.5 |
5 |
9.49 |
30-34 |
8.0 |
0 |
9.5 |
2.5 |
9.16 |
35-39 |
4.4 |
0 |
4.5 |
0 |
4.16 |
40-44 |
2.5 |
0 |
0 |
0 |
2.5 |
Hipoplasia del esmalte
Para la observación de la hipoplasia en el esmalte del diente se tuvo en cuenta las piezas dentales, principalmente los dientes anteriores, comprendidos por caninos e incisivos inferiores y superiores. Teniendo en cuenta la ubicación de la hipoplasia, el diente se dividió en tres secciones de forma horizontal, permitiendo inferir de manera aproximada el tiempo (edad), en el cual se pudo presentar el disturbio en la formación normal del esmalte del diente (ver Figura 1).
1. Tercio cervical o proximal de la corona. 2. Tercio medio proximal de la corona. 3. Tercio distal de la corona ( más cercano de la cúspide) |
Figura 1. Ubicación de la hipoplasia del esmalte de los dientes. Caninos e incisivos.
La presencia de hipoplasias en el esmalte para los individuos de las diferentes tumbas de Obando, se evidenció principalmente en los dientes anteriores, incisivos y caninos superiores e inferiores, presentándose en mayor proporción en los últimos, debido al considerable número de éstos en las diferentes tumbas y a la mínima presencia de caninos superiores en la muestra. En algunos casos se registró hipoplasia en los dientes posteriores (primeros y segundos premolares superiores y en el primer y tercer molar superior).
La tumba que cuenta con mayor número de individuos con hipoplasia en el esmalte corresponde a la más tardía (tumba 2, 1.220+/-70 d.C), para un total de 23 casos (63.88 % de la población total). La hipoplasia se presentó en los dientes anteriores (incisivos y caninos) y en la mayor parte de los casos en caninos inferiores, ubicada principalmente en el tercio proximal de la corona (parte cervical) para un total de 19 casos. (Fotografía 6, 7 y 8). En menor proporción se manifestó en el tercio medial proximal de la corona, para un total de 10 casos y para el tercio distal de la corona (cúspide) solo se registraron 3 casos. La hipoplasia se registró en varios dientes de un mismo sistema dental, lo que permite plantear que el evento que causó la alteración en la formación del esmalte de los dientes se presentó en un momento específico de la vida, como resultado de un posible estrés metabólico (Goodman y Rose,1991) .
La tumba 4 (780+-110 d.C) cuenta con un número mínimo de 21 individuos, de los cuales 12 presentan hipoplasia, siendo más frecuente en el tercio proximal de la corona (cervical), para un total de 8 casos; 4 para el tercio medio proximal y 3 para el tercio distal. En la tumba 1 (1.080+-60 d.C), de 15 individuos identificados 9 presentan hipoplasia presentes en el tercio proximal de la corona (cervical) y en el tercio distal de la corona (cúspide) solamente se registró en un individuo. La tumba 5, aunque cuenta con un número mínimo de 31 individuos, solo 7 de ellos registraron hipoplasia en el esmalte, 6 en el tercio proximal (cervical) y dos en el tercio medial (ver Tabla 4).
Fotografías 6 y 7. Premolar y canino inferior con hipoplasia en el tercio proximal de la corona. Infante 5+-3 meses pertenecientes a la tumba 5 en Obando.
Fotografía 8. Incisivo y canino inferior, presentan hipoplasia en el tercio proximal de la corona, individuo indeterminado, edad 18-22 años.
Tabla 4. Número y porcentaje de individuos con hipoplasia del esmalte
y ubicación de esta en el esmalte de los dientes para las tumbas 1, 2, 4 y 5.
TUMBA |
Hipoplasia |
UBICACIÓN DE LA HIPOPLASIA |
|||
Num. Individuos |
% Población total |
1 |
2 |
3 |
|
TUMBA 4 780+/-110 d.C |
12 |
57.14 |
8 |
4 |
3 |
TUMBA 5 1.070+/-60 d.C |
7 |
22.58 |
6 |
2 |
0 |
TUMBA 1 1.080+/-60 d.C |
9 |
60.00 |
9 |
0 |
1 |
TUMBA 2 1.220+/-70 d.C |
23 |
63.88 |
19 |
10 |
3 |
TOTAL |
51 |
49.51 |
La mayor parte de la hipoplasia (tabla 4), se registra en el tercio proximal de la corona (parte cervical), presentándose en menor proporción en el tercio distal (cúspide), debido a la temprana formación de la cúspide –canino- (Clarke,1980:81) durante los primeros meses de vida, época en la cual los infantes y sus dientes -en formación- son más resistentes a los cambios metabólicos en comparación con la formación más tardía del esmalte del diente (parte cervical), presentándose a una edad más tardía, época en que el individuo es más susceptible a los cambios metabólicos o estrés, al no contar con los beneficios de la leche materna (época posdestete).
La presencia de hipoplasia y su ubicación en el diente, se relacionan directamente con la formación y erupción dental, porque la formación de la parte cuspidal de los dientes anteriores (superiores e inferiores) se da en los dos primeros años de vida, en la cual la dieta de los neonatos es a base de leche materna y debido a sus componentes, esta evita el desarrollo de enfermedades infecciosas y deficiencias nutricionales. La alta presencia de hipoplasia en el tercio próximal de la corona (parte cervical), se relaciona con el destete, época en la cual se puede presentar un alto estrés nutricional debido a la carencia de nutrientes producidos por la leche materna (Gyorgy,1971 y Jelliffe,1971 en Clarke,1980:83), esenciales para la vida; elementos no proporcionados de igual forma por otros alimentos. La presencia de hipoplasia se puede relacionar con una alimentación inadecuada debido al temprano desarrollo del tracto digestivo, evitando que los nutrientes aportados por los alimentos no puedan ser asimilados; siendo la hipoplasia un indicador de cambio en la alimentación en relación con la cantidad de alimento ingerido, mientras la caries se relaciona con la calidad de éste. En el período posterior al destete, los individuos (infantes) son extremadamente susceptibles al estrés, a las enfermedades infecciosas y diarreicas, incrementándose por lo tanto la tasa de mortalidad en los primeros años de vida (Clarke,1977).
Como punto importante, cabe resaltar la considerable cantidad de hipoplasia presente en la muestra, patología que se ve incrementada con el tiempo (tumba más tardía), aspecto que podría relacionarse con el aumento de la población, disminución en el acceso a los recursos, desmejoramiento en las condiciones de vida y saneamiento, entre otros factores que permiten adquirir enfermedades infecciosas, o se presenten deficiencias nutricionales; afectando a la población más vulnerable –neonatos-, especialmente en la época posterior al destete, los cuales se están adaptando a una nueva dieta, haciéndolos más susceptibles a enfermarse y presentar deficiencias nutricionales manifestadas en la alteración del desarrollo normal de los dientes; situación generalizada que llevó a presentar una alta incidencia de esta patología.
Teniendo en cuenta lo anterior y si se tratara de un problema patológico o infeccioso, la hipoplasia del esmalte se hubiera marcado en diferentes partes del diente de acuerdo con la edad de los individuos y no en un sitio específico en la corona de éste, presentándose en uno o varios de ellos (Goodman y Rose,1991), siendo algo improbable aunque no se descarta dicha situación, ya que al parecer la deficiencia nutricional y/o problema patológico se presentó durante un periodo de tiempo corto, permitiendo que la hipoplasia se marcara en los dientes, evento traumático por lo marcado de la hipoplasia, además se marcó en la mayor parte de los casos en el tercio proximal de la corona (parte cervical), lo que indica que el disturbio se presentó en un momento específico de la vida del individuo -época posterior al destete-, la cual fue independiente para cada individuo pero generalizado para la población; evento que puede estar relacionado posiblemente con un acceso diferencial en la dieta de acuerdo a grupos de edad, siendo la edad entre los 3 y 5 años el período en que se pudo restringir el acceso a ciertos recursos alimenticios, presentándose una diferenciación social por grupos de edad (diferenciación horizontal).
Reconstrucción de la estatura
Las medidas fueron tomadas a fémures completos y fragmentados que no presentaron signos de inmadurez corporal (individuos mayores de 20 años), reconstruyendo su largo a partir de fórmulas de regresión propuestas por Steele y McKern (1977) y Jacobs (1992); una vez obtenido el largo del fémur se procedió a aplicar la formula de regresión propuesta por Genovés (1967 en Rodríguez,1994) para reconstruir la estatura total alcanzada por los individuos. Las medidas obtenidas diferenciaron a los individuos masculinos de los femeninos por presentar mayor talla (Bass, 1994; Krogman e Iscan,1986 en Rodríguez,1994:179; Ubelaker,1989; Reverte,1991).
Para la tumba 4, se reconstruyó la estatura a nueve individuos, de los cuales cinco son masculinos y cuatro femeninos, obteniendo estaturas similares entre los individuos del mismo sexo. La máxima estatura alcanzada fue de 169.18+/-5.9 cm y la mínima de 164.64+/-5.7 cm; para femeninos la máxima corresponde a 156.29+/-5.6 cm y la mínima 150.75+/-5.7 cm, estaturas que no difieren considerablemente unas de otras (ver tabla 5, fotografías 9).
Fotografía 9. Individuo adulto femenino, perteneciente a la tumba 5
Tabla 5 Reconstrucción de la estatura desde fragmentos de fémur de la Tumba 4 en Obando.
NUM. |
COD. |
HUESO |
MEDIDA DEL FÉMUR en mm |
Reconstrucción de la estatura en cm (Genovés, 1967) |
|
F |
M |
||||
69 |
402 |
Fem L |
428.80+/-16.4 |
163.10+/-5.0 |
|
70 |
417 |
Fem R |
434.81+/-17.46 |
164.64+/-5.1 |
|
78 |
148 |
Fem R |
441.55 +/-16.93 |
166.15+/-5.0 |
|
104 |
694 |
Fem L |
454.9 +/-25.1 |
169.18+/-5.9 |
|
79 |
638 |
Fem R |
405.97+/-20.3 |
154.86+/-5.8 |
|
123 |
679 |
Fem R |
404.02+/-19.9 |
154.37+/-5.7 |
|
126 |
--- |
Fem R |
450.24+/-25.1 |
168.68+/-5.9 |
|
130 |
--- |
Fem R |
389.16+/-19.9 |
150.5+/-5.7 |
|
443 |
71 |
Fem R |
397.1+/-10 |
152.58+/-4.8 |
Num. Número inventario; Cod. Código de la muestra. Fem. Fémur; R, Derecho; L, izquierdo. F, Femenino; M, masculino.
Se reconstruyó la estatura a doce individuos en la tumba 5: cuatro masculinos y ocho femeninos, siendo 170.34 +/-4.4 cm y 166.88 +/- 5.8 cm la máxima y mínima para masculinos; 156.29 +/- 5.6 cm y 148.40 +/- 5.7 cm la máxima y la mínima para femeninos (Ver tabla 6).
Tabla 6. Reconstrucción de la estatura desde fragmentos de fémur de la Tumba 5 en Obando
NUM. |
COD. |
HUESO |
MEDIDA DEL FÉMUR en mm |
Reconstrucción de la estatura en cm. (Genovés, 1967) |
|
F |
M |
||||
153 |
913 |
R |
390+/-19.9 |
-- |
150.75+/-5.7 |
184 |
617 |
R |
390.4+-10 |
-- |
151.78+/-4.8 |
187 |
1370 |
L |
-- |
434.51+/-16.4 |
164.57+/-5.0 |
177 |
-- |
460+/-10 |
170.34+/-4.4 |
||
188 |
1371 |
R |
393+/-10 |
-- |
151.52+/-4.8 |
195 |
1394 |
L |
-- |
444.74+/-24.3 |
166.88+/-5.8 |
196 |
1382 |
L |
-- |
436.34+/-16.4 |
164.98+/-5.0 |
201 |
1491 |
L |
401.41+/-18.63 |
-- |
156.29+/-5.6 |
202 |
1492 |
L |
380.94+/-18.9 |
-- |
148.40+/-5.7 |
204 |
1497 |
R y L |
407 404+/-18.9 |
-- |
155.15+/-5.7 |
221 |
R |
390+/-19.9 |
-- |
150.75+/-5.8 |
|
225 |
L |
402+/-19.9 |
-- |
153.85+/-5.8 |
Es mínima la diferencia entre la estatura obtenida para los individuos del mismo sexo, evidenciando un dimorfismo sexual marcado entre los individuos masculinos y los femeninos. Al promediar las estaturas obtenidas para masculinos y femeninos de las dos tumbas se observó que para los individuos de la tumba 4 se obtuvo una estatura promedio de 153 +/- 5.7 cm para femeninos y 166.35 +/-5.3 cm para masculinos. Para la tumba 5 se obtuvieron resultados similares a los obtenidos en la 4, siendo el promedio 151.87+/- 5.2 cm para femenino y 166.69 +/-5.0 cm para masculino.
Con el fin de obtener una estatura general para la población de Obando, se promediaron los resultados de las dos tumbas, las cuales alcanzaron promedios de 152.43 +/-5.4 cm para femeninos y 166.52+/ 5.1 cm para masculinos. (Tabla 7).
Tabla 7. Estatura promedio por sexos Tumba 4 y 5 en Obando.
TUMBA |
Estatura a partir del FÉMUR en cM |
|
F |
M |
|
4 780+/-110 d.C |
153.00+-5.7 |
166.35+-5.3 |
5 1.070+/-60 d.C |
151.87+-5.2 |
166.69+-5.0 |
Estatura Promedio tumba 4 y 5 |
152.43+-5.4 |
166.52+-5.1 |
Al comparar la estatura promedio obtenida para la población de Obando (Cultura Quimbaya Tardío) con las de otras poblaciones prehispánicas como la de Coronado en Palmira (Medina y Romero,1999); Guacandá (Perafán et al,2000) y los nativos americanos prehistóricos de Ohio (Scuilli y Giesen,1993), poblaciones indígenas contemporáneos como los Chachi ecuatorianos (Stinson,1989), Páez de Jambaló (Tabares,2001), Kuna, Mayas de Yalcoba (México), Emberas de Dabeiba y Murindó (Duque et al,1997), no se observaron diferencias significativas en la estatura obtenida para los individuos masculinos y femeninos de estas poblaciones, pero si entre los dos sexos, manifestándose un dimorfismo sexual marcado, siendo un comportamiento similar para todas las poblaciones (ver Tabla 8).
Tabla 8. Comparación de la estatura de Obando con otras poblaciones
prehispánicas e indígenas contemporáneos
POBLACIÓN |
Estatura CM |
||
F |
M |
PROMEDIO |
|
Obando (750-1.220 d.C) |
152.43 +/-5.3 |
166.52 +/-5.6 |
159.47+/-5.4 |
Coronado(Valle del Cauca) |
147.20+/-3.82 |
158.96+/-3.42 |
153.08+/-3.62 |
Guacanda (Valle del Cauca) |
154+/-5.95 |
______ |
154+/-5.95 |
Nativos amerindios arcaicos de Ohio (1200 a.C.) |
146.5 |
158.3 |
152.4 |
Nativos amerindios prehistóricos de Ohio (ca 1.150-1.650 d.C) |
145.1 |
154.1 |
151.9 |
Chachi Ecuatorianos (Contemporáneos) |
146.4 |
155.1 |
150.75 |
Páez de Jambalo (Contemporáneos) |
148.82 |
158.96 |
1537.41 |
Embera de Chajeradó (Colombia) |
147.8+/-7 |
159+/- 7 |
______ |
Kuna (Colombia, 1995) |
145.2 |
______ |
145.2 |
Mayas de Yalcoba (México, 1992) |
141.0 |
---- |
141.0 |
Embera de Dabeiba (Colombia, 1995) |
143.8 |
---- |
143.8 |
Embera de Murindó (Colombia, 1995) |
147.8 |
---- |
147.8 |
Las poblaciones mencionadas en la Tabla 8, existieron o existen en espacios y tiempos en los que aspectos genéticos y culturales influyeron o influyen en el desarrollo normal de los individuos (en este caso la talla), en el que también participan las condiciones del medio: dieta, nutrición, factores socioeconómicos y culturales (Stinson en Tabares,1995; Rebato et al,1998, Rosique y Rebato,1995,1996, Harrison et al,1988), reflejando la estatura una mezcla de influencias hereditarias y ambientales (Harrison et al), variando de acuerdo al grupo humano y permitiendo que se desarrollen corporalmente, alcanzando tallas determinadas.
Al comparar la estatura promedio obtenida para Obando (Cultura Quimbaya Tardío) con la de otras poblaciones prehispánicas y contemporáneas, se observa una tendencia secular negativa en la estatura, entendiendo ésta como el incremento de la estatura que se presenta en una población cada diez años, la cual puede incrementarse en 2.5 cm durante la adolescencia y disminuir un centímetro por década durante el crecimiento en el adulto (Harrison et al), tendiendo a aumentar con el tiempo. Este proceso secular es positivo en sociedades industrializas, donde las condiciones de vida son muy similares entre clases sociales (Rosique et al,1996), lo que lleva a no presentar diferencias en las estaturas obtenidas. Si partimos de la hipótesis de que a mejor estado socioeconómico y mayor desarrollo tecnológico y cultural la estatura va a aumentar gradualmente, y si la extrapolamos para aplicarla en poblaciones del tercer mundo -especialmente en poblaciones prehispánicas como la de Obando (Cultura Quimbaya Tardío)-, la tendencia secular de la estatura sería negativa, lo cual se hace evidente en la obtenida estatura obtenida para individuos masculinos y femeninos de las dos tumbas, las cuales presentan una diferencia temporal de casi 200 años donde el incremento en la estatura mínimo, presentando una tendencia secular negativa. Si observamos las estaturas alcanzadas para los individuos de las otras poblaciones prehispánicas e indígenas contemporáneas (Tabla 8), se observa la misma situación, presentado estaturas bajas; infiriendo que para estas poblaciones el incremento en la estatura ha sido negativo, lo que llevaría a plantear que se pudo presentar una estabilidad general en las condiciones de vida, en el medio ambiente y en el acceso a recursos alimenticios.
Además, se debe tener en cuenta que las condiciones ambientales, sociales e históricas han variado de acuerdo a cada población, las cuales presentaron o presentan desarrollos tecnológicos y culturales particulares. Al comparar las poblaciones indígenas con grupos humanos del primer mundo que presentan un desarrollo y un avance tecnológico y cultural que permiten que las condiciones de vida se manifiesten a través del incremento de la estatura, se evidencia un incremento en ésta para sociedades industrializadas y no para grupos indígenas prehispánicos, pudiendo ser la estatura una estrategia adaptativa a las condiciones del medio y su cultura, permitiendo la sobreviviencia, lo que se manifiesta conservando estaturas similares a lo largo del tiempo.
Teniendo en cuenta lo anterior y la alta presencia de hipoplasia en el esmalte dental, los individuos durante la niñez se vieron afectados posiblemente por algún tipo de estrés nutricional y/o patológico que afectó la formación normal del esmalte de los dientes, marcándose por medio de las hipoplasias en el esmalte, evento que al parecer no alteró el desarrollo normal del esqueleto y la estatura final obtenida por la población.
Forma de las tumbas
Al comparar la forma de las tumbas se observa un patrón general, el cual corresponde a tumbas con pozo y cámara, presentándose variaciones en el tamaño, orientación y profundidad, contando con la presencia de otra cámara o nicho.
La forma rectangular del pozo es similar para todas las tumbas; en cuanto a la orientación presentan diferencias en relación con la temporalidad de éstas. Para la más temprana, tumba 4 (780+/-110 d.C) presenta una orientación norte - sur, a diferencia de la tumba 3 (980+/-50 d.C) donde la orientación cambia a este - oeste; y para las más tardías: tumbas 1, 2 y 5 (1070+/-60 d.C hasta 1.220+/-70 d.C) presentan una orientación noroeste - sureste. De otro lado, el largo y ancho del pozo es muy similar para todas las tumbas, largo que va desde los 210 cm hasta los 250 cm y ancho desde los 105 cm hasta 150 cm. a diferencia de la tumba 2 cuyo largo y ancho es mucho mayor que para el resto de las tumbas. En cuanto a la profundidad las medidas varían, siendo el pozo de la tumba 2 el más profundo, alcanzando los 642 cm. (Ver tabla 1)
Las cámaras presentan diferencias entre las tumbas, como el número presente para cada una de éstas. Las tumbas 4 y 5 presentan dos cámaras a diferencias de las otras que solamente presentan una. Se evidencian dos tipos de formas, siendo más frecuente la rectangular (tumbas 1, 2 y 5) y de forma elíptica para las cámaras de las tumbas 3 y 4. La orientación de la cámara varia de acuerdo a la tumba, lo que se puede relacionar con la cronología, presentando las tumbas más tempranas una orientación norte -sur (tumbas 3, 4 y 5) y las más tardías (tumbas 3 y 4) una orientación este – oeste; para la otra cámara de las tumbas 2 y 5 es noroeste - sureste y para la tumba 4 noreste - suroeste. El largo, ancho, profundidad y altura de la cámara varia de acuerdo a las tumbas, siendo la cámara de la tumba 2 la que presenta mayores dimensiones, seguida de la tumba 5.
De otro lado, solo dos tumbas evidencian la presencia de nicho, correspondiendo a las tumbas 4 y 5; para la primera se evidencia dos: uno de forma elíptica y el otro en medialuna con orientación oeste, para la tumba 5 solo se evidencia un nicho, el cual presenta forma rectangular y cuya orientación es norte - sur. (Ver tabla 1).
La mayor parte de la cultura material se encontró distribuida en la cámara de la tumba, compuesta por restos cerámicos, líticos y metales. La cerámica estuvo comprendida por ollas, ollas -cuencos, cuencos, copas, platos, cántaros, botellones, volantes de huso y monteros; siendo las ollas, las copas y los volantes de huso los que se encontraron en mayor cantidad, principalmente en la tumba 2 -la que presentó mayor cantidad de elementos cerámicos-. Además, se encontraron fragmentos líticos como manos de moler, morteros; en cuanto a objetos orfebres fue poco el material referenciado, encontrando elementos de tumbaga, cobre y oro en forma de narigueras (ver tabla 9).
Tabla 9. Cultura material asociada a las tumbas 1, 2, 3, 4 y 5 en Obando
TUMBA |
CERÁMICA |
METAL |
|||||||||
Ollas |
Ollas- cuenco |
Cuenco |
Copas |
Platos |
Cantaros |
Botellones |
Volantes de huso |
Montero |
Figuras Antropomorfas |
||
1 1.080+/-60 d.C |
14 |
0 |
4 |
4 |
0 |
4 |
0 |
10 |
0 |
0 |
3 |
2 1.220+/-70 d.C |
327 |
16 |
10 |
120 |
14 |
24 |
44 |
177 |
0 |
0 |
27 |
3 980+/-110 d.C |
26 |
1 |
5 |
9 |
5 |
0 |
1 |
4 |
2 |
1 |
0 |
4 780+/-50 d.C |
16 |
6 |
9 |
48 |
7 |
1 |
8 |
21 |
0 |
1 |
11 |
5 1.070+/-60 d.C |
29 |
15 |
8 |
9 |
8 |
2 |
4 |
80 |
0 |
0 |
21 |
Cabe resaltar que para todas las tumbas, el ajuar funerario estuvo distribuido en la cámara de las mismas, principalmente hacia las paredes, a diferencia de la tumba 3, cuya cultura material se encontró en el pozo de la tumba y en la cámara uno. Los materiales culturales se encontraron asociados a restos óseos humanos.
Las estructuras funerarias presentan diferencias en la forma, orientación y tamaño, las cuales al parecer variaron con el tiempo; siendo las tumbas más tempranas, de pozo rectangular, con una cámara principal y una secundaria; además algunas evidencian la presencia de nichos. Para las tumbas que presentan dos cámaras, una tiene la misma orientación, siendo similar para todas las tumbas. Las tumbas más tardías (tumbas 2 y 1), no presentan los elementos que se observan para las tumbas más tempranas (nicho y cámara secundaria), variando considerablemente en sus dimensiones.
La mayor parte de la cultura material se encontró distribuida en las cámaras de las tumbas, asociada a los restos óseos humanos desarticulados encontrados en el mismo nivel de enterramiento. Por la ubicación y dispersión de los restos materiales no fue posible asociarlos con determinados individuos. La distribución dispersa de la cultura material al interior de la cámara y al no presentarse en una parte específica de la tumba en relación con los restos óseos, permite inferir que la población no presentaba una diferencia social de rangos (vertical), correspondiendo posiblemente a una población con diferencias de acuerdo al sexo, edad y ocupación en la cual todos presentan el mismo nivel jerárquico (horizontal). De otro lado, la escasa presencia de objetos orfebres se hace evidente, lo que para algunos no estaría manifestando diferencias al interior de la estructura física y por lo tanto social (Uribe,1994 y Boada,1988).
Datos arqueozoológicos y arqueobotánicos.
Para las 5 tumbas y tres trincheras hechas durante la excavación, se recuperaron restos de semillas y animales, los cuales fueron analizados por Germán Peña (análisis arqueobotánico) y Gaspar Morcote (análisis arqueozoológico) en (Rodríguez.C.A,1996). Se identificaron plantas como fríjol (Papilionaceae Phaseolus sp.), semilla encontrada en la trinchera 1; maíz (Gramineae Zea mays) en el relleno de la cámara y el pozo de las tumbas 2 y 4 y en las trincheras 1 y 1A; cerezo (Rosaceae Prunus sp) en las tumbas 2, 4 y en las trincheras 1 A , 1 A2 y 2; yarumo (Cecropiaceae Cecropia sp) en la tumba 2 y algodón (Malvaceae Gossypium sp) en la tumba 1 (ver tabla 10).
Tabla 10. Restos de semillas encontradas en las diferentes tumbas y trincheras en Obando
Restos de plantas |
TUMBA |
TRINCHERA |
|||||||
1 1.080+/-60 d.C |
2 1.220+/-70 d.C |
3 980+/- 50 d.C |
4 780+/-110 d.C |
5 1.070+/-60 d.C |
1 |
1 A |
1 A2 |
2 |
|
Rosaceae Prunus sp (Cerezo) |
X |
X |
X |
X |
X |
||||
Cecropiaceae Cecropia sp (Yarumo) |
X |
||||||||
Papilionaceae Phaseolus sp (frijol) |
X |
||||||||
Gramineae Zea mays (Maíz) |
X |
X |
X |
X |
|||||
Malvaceae Gossypium sp (Algodón) |
X |
Se observa la ausencia de restos de semillas de cerezo, yarumo y maíz para algunas de las tumbas (3 y 5) y el mayor número de éstas estaban presentes en la tumba 2, lo cual se relaciona con el tamaño y fecha cronológica de la misma.
Se identificaron restos óseos de diferentes animales, siendo las piezas dentales de perro (Cannis familiaris), presentes en mayor cantidad, principalmente en las tumbas 2, 4 y 5. Además se identificó ñeque (Dasyprocta sp) en las tumbas 1, 2 y 5; cafuche (Tayassu sp) en la tumba 2; venado (Odoceileus virginianos) en la tumba 5 y tres clase de caracoles pulmonados (Strophoceilus sp, Isomería sp y Indostoma sp) presentes en las tumbas 2 y 5. (Ver Tabla 11).
Tabla 11. Restos de animales encontrados en las diferentes tumbas en Obando.
Restos de animales |
TUMBA |
||||
1 1.080+/ 60 d.C |
2 1.220+/-70 d.C |
3 980+/- 50 d.C |
4 780+/-110 d.C |
5 1.070+/-60 d.C |
|
Dasyprocta sp (Ñeque) |
X |
X |
X |
||
Cannis familiaris (Perro) |
X |
X |
X |
||
Tayassu sp (Cafuche) |
X |
||||
Odocoileus virginianos (Venado) |
X |
||||
Strophocheilus sp (Caracol Pulmonado) |
X |
||||
Isomeria sp (caracol pulmonado) |
X |
||||
Incidostoma sp (caracol pulmonado) |
X |
X |
Los restos arqueobotánicos y arqueozoológicos evidencian una dieta mixta, la cual era posiblemente balanceaba con el consumo de productos vegetales (maíz, fríjol, cerezo) y con proteína animal (venado, cafuche, ñeque, caracol pulmonado).
DISCUSIÓN
Partiendo de una visión biocultural se pretendió abordar la dieta como un marcador de diferenciación social y ver por medio de ésta, los mismos niveles de diferencias que se manifiestan en otros aspectos de las prácticas funerarias, para lo cual se abordo diferentes variables: demográficas, patológicas, dietarias - nutricionales y arqueológicas de la población encontrada en el cementerio prehispánico de Obando (Cultura Quimbaya Tardío).
Los resultados permiten observar que a nivel paleodemográfico los individuos más susceptibles a morir o en riesgo fue el grupo de los adultos jóvenes entre los 20 – 24 y los 15-19 años de edad, correspondiendo al 47.6 % de la población total; los individuos entre los 20-24 años presentaron mayor probabilidad de morir (qx) de 0.644, con una esperanza de vida que no superaba los 7 años, cuya mortalidad puede estar asociada con prácticas culturales específicas como trabajo u ocupación, acceso y consumo de recursos alimenticios y adecuación al ambiente, condiciones que permitieron que estos fueran los más vulnerables a morir. De otro lado, se registró una baja mortalidad infantil para la primera y segunda infancia (0-4 y 5-9 años), obteniendo como promedio 7.7% y 12.6 % respectivamente; porcentaje bajo en relación con la población total identificada para todas las tumbas (103 individuos) si se tiene en cuenta que para las poblaciones prehispánicas y actuales, ésta es la época en la cual los individuos presentan mayores posibilidades de muerte, como consecuencia de problemas infecciosos, deficiencias nutricionales y cambios medioambientales, lo que conlleva a un incremento de la mortalidad infantil. La mínima representatividad de infantes se puede explicar por: procesos tafonómicos normales que se presentaron durante el tiempo de enterramiento, llevando a la degradación o perdida total de las estructuras óseas; otra causa pudo ser la existencia de ritos diferenciales de enterramiento en función de la edad del individuo, lo cual es poco probable puesto que se encontraron individuos inmaduros en las diferentes tumbas, y por último, que la ubicación espacial de las tumbas se produjera en un lugar diferente al sitio de enterramiento en el cual se recuperaron los restos óseos.
La poca representatividad de infantes en la muestra ósea y el número mínimo de individuos identificados para cada una de las tumbas, permitió que las esperanzas de vida al nacer fueran diferenciadas de acuerdo a la tumba y el tipo de análisis realizado, obteniendo como promedio una esperanza de vida de 20 años a partir de las piezas dentales, esta última comparable con la obtenida para otras poblaciones prehispánicas del sur occidente colombiano.
Esta reconstrucción Paleodemográfica permitió describir las características poblacionales de la muestra, permitiendo abordar los aspectos patológicos de la población de Obando. Procesos de salud - enfermedad influenciadas por factores ambientales, escogencia y distribución de recursos alimenticios y por las prácticas socioculturales que permitieron el desarrollo y manifestación de la enfermedad. Los individuos jóvenes fueron quienes presentaron mayor riesgo a desarrollar enfermedades, siendo el grupo más susceptible a morir. Individuos que durante la infancia se vieron expuestos a una deficiencia dietaria y por lo tanto nutricional que altero el desarrollo normal del organismo, repercutiendo considerablemente en la formación del esmalte de los dientes, dando paso a la hipoplasia del esmalte. Este fenómeno se registro en un 49.51% de la población total, manifestándose principalmente en los dientes anteriores (caninos e incisivos) y en casos mínimos en premolares y molares. Para determinar en que tiempo se presento la deficiencia dietaria el diente se dividió en tres zonas, cuyo desarrollo esta directamente relacionado con la época en que se formó el esmalte de los dientes, siendo la edad más temprana (tercio distal de la corona) la época en que los infantes son menos susceptibles a problemas infecciosos y nutricionales; la edad más tardía de formación del esmalte de la corona (tercio proximal) es el periodo en el que los infantes son más vulnerables a presentar este tipo de problemas como consecuencia del cambio en la dieta, dando paso a deficiencias nutricionales y/o infecciosas que afectan la formación del esmalte.
La hipoplasia del esmalte se registró principalmente en dientes anteriores (caninos e incisivos), siendo probablemente el resultado de un estrés metabólico como consecuencia de deficiencias nutricionales o debido a un estrés epidemiológico, por lo tanto con una gran influencia del factor alimentario (dieta) inducida por prácticas culturales de la población, registrándose la patología en uno o varios dientes de un mismo individuo, evento que se presentó en un momento específico de la vida afectando la formación del esmalte de los dientes; este evento se manifestó en la mayor parte de los individuos en la misma época de desarrollo fisiológico (ontogenia) y en diferentes tiempos cronológicos, que de acuerdo a la ubicación de la hipoplasia en el esmalte de los dientes (tercio distal de la corona), la deficiencia debió darse en la época posterior al destete, en la cual los infantes son más susceptibles a presentar problemas nutricionales y/o infecciosos al no contar con los beneficios de la leche materna y como consecuencia de la implementación de la nueva dieta determinada por las prácticas socioculturales que no fue lo suficientemente rica en nutrientes, dando paso a un desarrollo anormal del sistema dental. De igual manera, cabría preguntarse si esta situación se presentó como causa de una mala asimilación de los alimentos suministrados a los infantes, que por su complejidad no podían ser asimilados en su gran mayoría como consecuencia del temprano desarrollo ontológico, lo que pudo impedir la asimilación de los nutrientes esenciales, dando paso a la formación hipoplasia en el esmalte de los dientes.
La mayoría de los individuos que presentaron hipoplasia del esmalte como respuesta a una posible deficiencia nutricional, lograron sobrevivir y superar esta etapa crítica, situación que posiblemente se presentó como resultado de la escogencia cultural asociado con la adquisición y distribución de los recursos alimentarios, condiciones medioambientales, entre otros aspectos que dieron paso a un desfavoreciendo en el acceso a recursos alimenticios para los infantes (3 y 5 años de edad), lo que permite plantear que la hipoplasia sea el resultado de un acceso diferencial de recursos alimenticios presentes por grupos de edad más no de sexo (diferenciación horizontal), evento corto pero traumático que se presentó en un mismo tiempo de desarrollo ontegénico. Esta situación es comparable con grupos indígenas actuales –Awa, Embera y Páez-, donde se presenta una escogencia alimenticia por grupos de edad, mediada y determinada por las prácticas socioculturales de la población, siendo los menos favorecidos los infantes, que a causa de esta situación se ven afectados por deficiencias nutricionales y/o patológicas, repercutiendo en el desarrollo normal del individuo, manifestándose con la presencia de hipoplasia en el esmalte y con el retardo estatural (Tabares,2001).
La hipoplasia del esmalte se fue incrementando con el tiempo, siendo la época más tardía (Tumba 2,. 1.220+/-50 d.C) donde se evidencia una mayor incidencia de esta patología, situación que podría estar directamente relacionada con el aumento de la población, disminución en el acceso a los recursos y distribución por grupos de edad, desmejora en las condiciones de vida y saneamiento, condiciones medioambientales, entre otros factores que en interrelación permiten que los individuos de este grupo humano –neonatos- fueran los más vulnerables a adquirir deficiencias nutricionales y enfermedades infecciosas, especialmente en la época posterior al destete; ya que estos se están adaptando a una nueva dieta, siendo más susceptibles en el desarrollo normal del organismo, especialmente del sistema dental.
Las condiciones de vida, la dieta y la nutrición mejoraron al poco tiempo de presentarse el desarrollo de la Hipoplasia del esmalte, permitiendo que se contrarrestara la situación de carencia y lograran por medio del consumo de productos alimenticios un desarrollo físico normal, lo que permitió alcanzar tallas comparables con las de otras poblaciones prehispánicas e indígenas contemporáneas, donde, el dimorfismo sexual entre los sexos para la población de Obando podría estar manifestando que el acceso diferencial de recursos alimenticios presente durante la infancia, fue solo restringido por grupos de edad más no de sexo, ya que esta difiere un poco entre masculinos y femeninos, presentándose un dimorfismo sexual marcado, comparable con el que se evidencia en la estatura de otras poblaciones prehispánicas.
Se tomó la talla como un indicador de estado nutricional y por lo tanto dietario, reconstruyéndola a partir de fragmentos de huesos largos (fémur), obteniendo estaturas promedios de 166.52+/- 5.1 cm y 152.43+/-5.4cm para masculinos y femeninos respectivamente, alcanzando tallas normales comparables con las obtenidas para otras poblaciones prehispánicas. Al alcanzar estaturas normales -que no lograron incrementarse en el tiempo- y si se relaciona con la hipoplasia del esmalte, se puede plantear que el factor que incidió en ésta, no alteró el desarrollo normal del esqueleto, manifestándose por medio de una baja estatura, como respuesta adaptativa a las condiciones temporales adversas.
Al comparar las tallas reconstruidas de la población de Obando, no se observa una diferencia significativa entre estas a pesar de que las diferencia cronológica entre las tumbas es casi de 200 años, situación que lleva a plantear una tendencia secular negativa en el aumento de la estatura para esta población. Esta tendencia se hace evidente a lo largo del tiempo (pasado y presente) cuando se comparan los promedios obtenidos para Obando con las estaturas de otras poblaciones prehispánicas e indígenas contemporáneos, cuyas estaturas no evidencian incrementos, lo cual permite plantear una tendencia secular negativa en el incremento de la estatura, esta situación permite inferir que el incremento en la estatura ha sido negativo, como consecuencia de una posible estabilidad en las condiciones de vida, en el medio ambiente y en el acceso a recursos alimenticios que permitió que los individuos se desarrollaran, mantuvieran y sobrevivieran conservando estaturas similares que no implicaran un desequilibrio en su desarrollo biocultural, siendo el no incremento de la estatura una estrategia adaptativa a las condiciones del medio, el organismo y la cultura.
Los datos arqueológicos permitieron observar un patrón de construcción similar entre las tumbas –tumbas de pozo con cámara-, construcción que vario de acuerdo a la temporalidad de estas, presentando diferencias significativas en la orientación, tamaño y profundidad; presentándose además elementos característicos como los entierros múltiples y la presencia de gran cantidad de cultura material, especialmente de objetos cerámicos y en menor cantidad elementos líticos y orfebres. En las cámaras de las tumbas no se evidenció una disposición particular de los restos óseos, caracterizándose por la distribución de estos hacia las paredes de la cámara al igual que la cultura material, está última en relación con los restos óseos no evidencian diferencias entre los individuos. Solo se presentó un caso donde un individuo adulto femenino, entre los 20-24 años manifestó un desgaste considerable en la corona de los dientes y una coloración diferencial al resto de los individuos; el esqueleto estaba articulado, casi completo, en posición extendida boca abajo (Rodríguez,1996), ubicado al sur - este de la cámara y apartado del resto de los individuos y de la cultura material. Según J.V. Rodríguez (1996 en Rodríguez, C.A. 1996), a partir de estudios etnográficos plantea que los restos óseos de la mujer corresponden a una "posible chaman", cuya disposición en la tumba puede estar relacionado con la ocupación que tuvo en vida, diferenciado principalmente por trabajo u ocupación que por diferencia de rango.
La dieta es una de los elementos que forman parte de ese complejo sistema que involucra al ser humano, ésta es determinada y determina el ambiente, la natalidad y mortalidad, los procesos de salud enfermedad y las practicas socioculturales, que siendo un proceso consciente o inconsciente por los individuos que forman parte del colectivo humano va a manifestar el orden estructural de la población en particular, el cual puede variar de acuerdo al desarrollo biocultural específico de cada población, logrando hacer o no evidente diversidad, distinción, semejanzas y otro tipo de representaciones que se establezcan entre individuos de un mismo grupo social, manifestándose en otro tipo de variables que evidencias diferencias sociales horizontal, vertical o de otra índole
En este caso en particular, la dieta se manifiesta por medio de una alteración como consecuencia de un posible acceso diferencial de recursos alimenticios por grupos de edad, evidenciándose en la presencia e incidencia de la hipoplasia del esmalte de los dientes, la cual se presentó en el periodo posterior al destete, afectando a un número considerable de individuos durante la infancia, quienes al poco tiempo superaron este periodo critico, alcanzando edades adultas y tallas comparables con las de otras poblaciones. Los individuos durante la edad adulta fueron los más susceptibles a presentar problemas patológicos que afectaron su estado de salud–enfermedad, presentando una mayor mortalidad, lo cual puede estar directamente relacionado con trabajo u ocupación, ya que está era la época más productiva y directa o indirectamente los aspectos alimentarios pudieron influir, presentando un riesgo mayor a morir. Estos aspectos: natalidad- mortalidad, salud- enfermedad y prácticas sociocultural, en relación con la dieta no presentan elementos que evidencien diferencias sociales de rango, y las representaciones culturales al interior de las prácticas funerarias realizadas por esta población, no manifiestan diferencias en relación con la distribución de la cultura material, lítica y orfebre al interior de las tumbas que indique distinción entre los individuos; estos elementos culturales no permiten plantear diferencias estructurales de rango y de acuerdo al individuo encontrado al interior de la tumba 2 posiblemente se presentaba una distinción entre estos por trabajo u ocupación, enmarcada dentro de un orden donde no se evidencian diferencias estructurales jerarquizadas sino igualitarias, dando paso a una diferenciación horizontal de acuerdo a grupos de edad y ocupación.
La dieta por lo tanto puede ser un marcador de diferenciación social, ya sea en una dimensión horizontal, vertical o de otro tipo, la cual puede tener niveles similares de significación manifestados por medio de la cultura material; en este caso específico es un indicador de diferenciación social enmarcada dentro de un nivel horizontal, donde no hay diferencias estructurales de rango entre los integrantes de la población. Además, se suma el hecho que este grupo humano forma parte de la tradición cultural Quimbaya Tardío, la cual contaba con una forma de organización cacical, presentando diferentes grados dentro de la etapa de transición a la sociedad clasista inicial (Rodríguez,1994,131); es decir, todavía no existían ordenes sociales diferenciados por clases o rangos.
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AGRADECIMIENTOS
Agradezco a todas las personas que con sus aportes contribuyeron al desarrollo de este trabajo, principalmente a Rosa Elizabeth Tabares, quien dirigió el desarrollo de este trabajo; William Andrés Martínez, Claudia Liliana Astaiza, Carlos David Rodríguez, Ernesto León Rodríguez, Carlos Julián Idrobo y demás integrantes del grupo de Investigaciones ANTROPOS; Fernando Carvajal, antropólogo Universidad del Cauca; William Romero, antropólogo Universidad Nacional de Colombia; Cristóbal Gnecco, docente Universidad del Cauca; Hugo Portela Guarín, docente Universidad del Cauca; Carlos A. Rodríguez, docente Universidad del Valle, quien facilitó la muestra ósea de Obando; Cruz Marina Torres, docente Universidad del Cauca e integrante del Laboratorio de Organometálica del Departamento de Química; Nancy Cabezas de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Cauca; a la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Cauca quien financió el desarrollo de este trabajo y al Museo de Historia Natural de la Universidad del Cauca.
٭ Universidad del Cauca. Vicerrectoria de Investigaciones. Grupo de Investigaciones Antropos,
E-mail. osperafa@ucauca.edu.co. Calle 3ª No 25-34 Popayán (Colombia)
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