Especial NAyA 2003 (version en linea del cdrom)

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LAS OFRENDAS DE MONQACHAYOQ-WARI

JORGE LUIS SOTO MAGUINO


RESUMEN

El sitio arqueológico Wari, situado en el departamento de Ayacucho-Perú, cronológicamente corresponde al Horizonte Medio (600 a 1.100 DC), periodo de tiempo caracterizado por el surgimiento, consolidación y posterior expansión de la sociedad Wari, cuya área de influencia se extiende por gran parte del territorio peruano.

Este trabajo presenta los resultados preliminares de las excavaciones arqueológicas realizadas en el sector de Monqachayoq, durante el mes de febrero del presente año, en donde se descubrió un hoyo conteniendo abundante cantidad de vasijas de cerámica, que por sus características lo convierten en un hallazgo especial.

SUMMARY

The archaeological place Wari, located in the department of Ayacucho-Peru, chronologically corresponds to the Half Horizon (600 at 1.100 AD), period of time characterized by the emergence, consolidation and later expansion of the society Wari whose influence area extends for great part of the Peruvian territory.

This work presents the preliminary results of the archaeological excavations carried out in the sector of Monqachayoq, during the month of February of the present year where was discovered a hole containing abundant quantity of ceramic vessels that transform it into a special discovery for its characteristics.

INTRODUCCIÓN

El sitio arqueológico de Wari, descubierto en 1942 por Julio C. Tello, se encuentra a 25 Km, al noreste de la actual cuidad de Ayacucho, siendo sus coordenadas geográficas de 74°11'27'' de longitud oeste y 13°04'03'' de latitud sur. La extensión total del sitio arqueológico, considerando sus 13 sectores, es de aproximadamente 2.000 hectáreas; el cual albergaba una población calculada entre 50.000 a 70.000 habitantes.

El estado Wari surge aproximadamente alrededor del año 600 DC,  como consecuencia de la interrelación producida entre tres sociedades distintas, tanto geográficamente como culturalmente, pero cronológicamente coetáneos, las mismas que viene hacer: Huarpa, Nasca y Tiahuanaco, cada una de ellas con sus propias características particulares.

Antes del surgimiento del estado Wari, en esta parte del Perú, existía un grupo étnico conocido como Huarpa, cuyos poblados se distribuían a lo largo de la cuenca del río Huarpa, encontrándose una mayor concentración en los bajíos de la provincia de Huanta. Los habitantes de estos pueblos eran gentes dedicados fundamentalmente a la actividad agrícola, para lo cual construyeron canales, reservorios y terrazas agrícolas en las laderas de los cerros. Sus asentamientos se situaban en las partes altas de las lomas o en los cerros de poca elevación, mientras que las partes bajas o de ligera pendiente, eran aprovechadas en el cultivo de sus productos. Los conjuntos habitacionales eran por lo general de planta cuadrangular o circular y por lo general al momento de fallecer sus pobladores, eran enterrados al interior de sus habitaciones.

Por otro parte, la sociedad Nasca, se encontraba establecida en la costa sur del Perú (departamento de Ica), y eran más bien gentes dedicadas a la agricultura y a la pesca, por la cercanía del mar. Para poder cultivar sus tierras, construyeron una serie de acueductos subterráneos y reservorios, destinado a transportar o almacenar el agua, ya que como es sabido, en esta zona durante gran parte del año escasea dicho elemento.

Por alguna razón, que aún no ha sido dilucidado en su cabalidad, durante la fases 7 y 8, se produce el abandono de algunos centros poblados y por el contrario en el área de influencia de la sociedad Huarpa, se aprecia manifestaciones iconográficas en la cerámica, vinculadas estrechamente con esta sociedad, los mismos que se conocen como los estilos Ocros, Chakipampa y Pongora, que innegablemente expresa la relación entre los huarpas y los nascas. La característica de estos estilos de cerámica es que tiene una iconografía conformada por motivos marinos y por el empleo de varios colores en su decoración.

Por otro lado, la sociedad Tiahuanaco se encuentra ubicado en el altiplano del Titicaca (entre la frontera del Perú y Bolivia). La actividad económica básica de esta sociedad evidentemente fue la agricultura y la ganadería, para cuyo fin construyeron una serie de infraestructuras que incrementaron notablemente la producción, como son las construcciones de canales, cochas, diques y camellones o campos elevados; del mismo modo se dedicaron a la crianza y pastoreo de camélidos. A parte de estas actividades económicas, también practicaron el trabajo en piedras (andesita), elaborando esculturas, en algunos casos de grandes dimensiones, como tallas monolíticas donde plasmaban representaciones de sus divinidades (seres antropomorfos), cabezas clavas y personajes legendarios.

Un aspecto fundamental, que permite explicar la presencia de la influencia Tiahuanaco en esta área, vendría hacer la práctica del “control vertical de pisos ecológicos”, que implicaba la movilización de grupos humanos y el establecimiento de poblaciones en diferentes altitudes, con la finalidad de aprovisionarse de productos que no se encontraban en su lugar de origen. Es posible que mediante esta practica se haya establecido un cierto grado de interrelación entre los habitantes de Tiahuanaco y Huarpa, cuyos indicios tempranos de su presencia se encuentra en el sitio arqueológico de Conchopata, en donde se ha encontrado vasijas en donde se aprecia la representación del Dios de los báculos semejante al de la Portada del Sol, así como también de representaciones de personajes (al parecer guerreros) parado sobre un balsa. Por esta razón la influencia de la sociedad Tiahuanaco se expresa en un primer momento relacionado al aspecto ideológico, como justificación de algún tipo de dominio (establecimiento de colonias), escultura lítica y tejidos.

Por lo tanto, son estas relaciones de intercambio las que condujo a la formación y desarrollo del estado Wari, el cual implicó un acelerado crecimiento de sus aldeas y luego de sus ciudades, así como del perfeccionamiento de su manufactura fundamentalmente relacionado a la actividad artesanal, en sus diferentes vertientes y la emergencia y consolidación de un sector de la población dominante, encargada de administrar y dirigir la sociedad en su conjunto, convirtiendo al estado Wari en un ente monolítico y centralizador, expandiéndose por gran parte del territorio peruano, cuyos límites abarca por el norte hasta lod departamentos de Cajamarca y Lambayeque y por el sur a Cuzco y Arequipa, aunque en la actualidad se han encontrado evidencias en los departamentos ubicados más al sur como es Moquegua (cerro Baúl).

La ciudad capital de Wari fue un centro administrativo, económico, político, militar y religioso, a partir del cual se organizó y administró los diversos recursos de su territorio. Para poder satisfacer esta necesidad social, la ciudad tuvo que adecuarse a su realidad, para lo cual se implementó y construyo una serie de conjuntos habitacionales de grandes dimensiones conocidos como sectores o barrios, destinados a cumplir funciones específicas, vinculadas con las diferentes actividades socioeconómicas y políticas, que regían la actividad social, económica, religiosa, política y militar.

Para cumplir con dicho fin, la capital del estado en un primer momento y luego los centros administrativos distribuidos a lo largo del territorio peruano, debieron de ser construidos de manera planificada y orientada a un fin específico. Tal es así, que en Wari se ha identificado un total de 13 sectores (Foto N° 1), en los que destacan Vegachayoq Moqo o Templo Mayor, de carácter administrativo-religioso; Monqachayoq, en donde existen galerías subterráneas vinculadas a actividades ceremoniales; Cheqo Huasi, estructuras funerarias; Uchpa qoto y Robles Moqo, producción de cerámica; Turquesayoq, producción de artesanía en turquesa y Capillapata, canchones abiertos.

 

Por lo general, los sectores se encuentran, delimitados o cercados por murallas de grandes dimensiones, en cuyo interior se encuentran un conjunto de recintos, todos ellos construidos mediante el empleo de piedra, ya sea canteada, lajas o de campo, de acuerdo a la importancia o jerarquía del sector, unidos con mortero de barro. De igual modo, también existe un conjunto de áreas destinadas al servicio de los habitantes como son: calles, pasadizos, canales de distribución de agua y evacuación, espacios abiertos (plazas) y otras zonas de intercambio de productos.

Por estas características, la mayoría de los investigadores coinciden en señalar al sitio arqueológico de Wari como el centro donde se desarrolló con mayor evidencia el concepto urbanístico, que implicó la distribución de la población por sectores relacionados a la actividad productiva, administrativa, política. Religioso y militar.

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA

Monqachayoq,  viene hacer uno de los sectores más representativos de la ciudad de Wari, situado entre el sector de Vegachayoq Moqo y Moraduchayoq, el mismo que se encuentra delimitado por una muralla, en donde destaca la presencia de galerías subterráneas (pasajes), con restos de enlucido y pintado de color blanco, cuyo techo está conformado por grandes bloques de  piedras talladas, en donde se hallan respiraderos de forma circular a cada cierta distancia, situados en el lado este de las galerías.

Asociado a las galerías, en 1977-78 un equipo de investigadores dirigido por Abelardo Sandoval y José Cahuas, ubicó un conjunto de recintos de planta rectangular, que por los vestigios hallados en su interior (cerámica fina, monolito y utensilios domésticos), se puede relacionar a funciones ceremoniales y de vivienda.

Nuestra intervención arqueológica se centralizó al interior del recinto sur, el mismo que se encontraba parcialmente excavado, en donde ubicamos tres hoyos, dentro de un pasaje de 2,80 m, de ancho formado por dos muros delgados, 30 cm, de ancho (Foto N° 2), cuyos paramentos internos se encontraban con un revoque de barro, que en algunas partes tenia un espesor 4,5 cm, sobre el cual existía restos de pintura de color blanco. Ambos muros secundarios tienen una orientación paralela a los muros principales, distanciados en aproximadamente 1 m.

Estratigrafía y asociación

Durante los trabajos de remoción se llego a identificar un total de 06 depósitos culturales (Foto N° 3), y que viene hacer los siguientes:

Nivel 1 (Tierra superficial).-

 Está compuesto por tierra de color beige de consistencia semi-compacta y por piedras de diferentes tamaños, cuyo espesor en la parte oeste alcanza a 94 cm, mientras que al este es apenas de 4 cm. Durante el proceso de excavación se ha encontrado fragmentos de cerámica y restos óseos en mínima cantidad, asociados a algunos objetos contemporáneos como clavos, chapas de botellas y plásticos, elementos estos, que confirman su reciente acumulación, como consecuencia de los trabajos de excavación durante las temporadas de 1977-78).

Nivel 2 (Tierra grumosa).-

Está conformado por tierra grumosa, de coloración marrón claro de consistencia semi-compacta y por algunas piedras de variados tamaños y formas, el cual se distribuye por toda el área de excavación,  presentando una ligera pendiente de este a oeste,  donde se profundiza. El espesor del depósito  varía entre 18 a  68 cm, y se encuentra asociado fragmentos de cerámica y algunos restos óseos, fundamentalmente de camélidos.

Nivel 3 (Relleno Arqueológico).-

Compuesto por abundante piedras de diferentes formas y tamaños, algunos de ellos trabajados (tallados), y por tierra suelta de color beige, los mismos que se encuentran asociados a fragmentos de cerámica, por lo general de carácter utilitario; restos óseos humanos dispersos, correspondiente a cráneos y extremidades de diferentes individuos, y a restos óseos de camélidos. El depósito se encuentra distribuido fundamentalmente al interior del recinto, cuyo espesor promedio es de 110 cm, aunque en la parte oeste, (junto al muro principal), se profundiza a más de 180 cm.

Por las características particulares del depósito, cuyos elementos más resaltantes (piedras), no presentan ningún orden o alineamiento, sino más bien se encuentran superpuestos de manera desordenada presentando agujeros entre ellos, por no haber sido cubierto por la tierra; así como por la presencia de resto óseos humanos desarticulados físicamente entre sí, indicaría que este depósito ha sido acumulado a manera de un relleno en un lapso de tiempo relativamente corto y que el material, provendría de un área donde existía alguna estructura arquitectónica, el cual debió haber sido desmantelada, asociado a entierros.

Nivel 4 (Tierra compacta).-

Al final del Relleno Arqueológico se aprecia la cabecera de dos muros secundarios dentro del recinto, formando una especie de pasaje, en cuyo interior se encuentra distribuida una tierra de consistencia muy compacta de color beige con inclusiones de diatomita, con un espesor que varía de 12 a 30 cm. La superficie del depósito mantiene una cierta horizontalidad.

Asociado al depósito se encuentran fragmentos de cerámica, mayoritariamente de carácter utilitario y restos óseos fundamentalmente de camélidos en poca cantidad, así como de tres hoyos que se inician casi al final del depósito, de forma un tanto circular, cavados sobre una tierra amarillenta para lo cual se tuvo que romper un piso. Estos hoyos se encuentran cubiertos por tierra suelta, a una profundidad promedio en relación a la superficie de 2,37 m. El primer hoyo, materia de estudio en el presente artículo, se encuentra ubicado junto al muro este, cuyas dimensiones es de 78 x 84 cm; el segundo de mayor tamaño se encuentra situado en la parte central del ambiente, siendo sus dimensiones de 104 x 110 cm, el cual al momento de hallarse se encontraba cubierto por varias piedras de tamaño grande y mediano asociado a tierra suelta y por último, el tercer hoyo, de menor tamaño, se encuentra situado cerca al muro oeste, junto al perfil sur, cuyas dimensiones es de 56 x 64 cm.

Nivel 5 (Tierra oscura).-

Está conformado por una tierra de color oscura de consistencia semi-compacta a compacta, producto de la abundante presencia de pequeñas partículas de carbón, por lo que se encontraría asociado a una zona de combustión, cuyo espesor varia entre 4 a 22 cm. Durante el proceso de excavación, se recuperó abundante cantidad de restos óseos fundamentalmente de camélidos, algunos de ellos calcinados, así como de fragmentos de cerámica de uso utilitario, pequeñas cuentas de turquesa, restos de un cráneo de un ave y pequeños restos de tejidos quemados. Cabe aclarar que este depósito no se distribuye de manera homogénea por todo el pasaje, sino mas bien se encuentra concentrado al sur oeste del mismo.

Nivel 6 (Piso 1).-

Consiste en un piso de diatomita, de superficie horizontal, cuyo espesor promedio es de 5 cm. Cabe señalar que en la elaboración de los hoyos, los habitantes de esa época tuvieron que romper el piso, por lo que su presencia estaría vinculada con el inicio de la realización de las prácticas ceremoniales.

Ofrendas.-

Como ya señalamos las ofrendas provienen del hoyo 1, de una forma ligeramente circular, cuyas dimensiones es de 78 x 84 cm, y una altura de 140 cm, el mismo que se encuentra conectado al segundo hoyo por medio de un ducto de 76 cm, de ancho por 69 cm, de alto.

A una profundidad de 45 cm, en relación a la superficie del hoyo, empezaron aparecer las primeras vasijas, colocadas de manera horizontal (de costado), asociados a cuatro piedras medianas (Foto N° 3). Una vez retirado estos objetos arqueológicos, debajo de ellos, se observo más vasijas parcialmente cubiertas por tierra suelta, por lo que se tuvo que retirar en un total de 8 sub-niveles.

Los objetos recuperadas del hoyo suman un total de 368 vasijas integras y algunos fragmentos, que muy posiblemente correspondan a otros recipientes; además de estos elementos también se han encontrado cinco “tupus” o prendedores de metal, de 5 cm, de largo, colocados uno detrás de otro, envueltos por un tejido llano, el cual al momento de hallarse se encontraba bastante deteriorado.

Por lo general, todas las vasijas son de carácter domestico (Estilo Huamanga),  colocados de manera superpuesta una sobre otro, la mayoría de costado o ligeramente inclinados, y en menor proporción apoyados sobre su base o boca abajo.

Cabe señalar que las vasijas recuperadas solamente se encuentran en dos tamaños, pequeños y miniaturas, mas no así  de mayor dimensión, por lo que se puede dividir en dos grupos: vasijas pequeñas y vasijas en miniatura. La primera de ellas se distribuye de manera homogénea por todo el hoyo, mientras que las segundas se encuentran concentradas en la parte sur oeste del hoyo (Foto 5-6).

CUADRO N° 1

Condición de vasija

Tamaño de vasija

Total

Pequeño

Miniatura

Abierto

7

114

121

Cerrado

194

45

239

Cuchara

 

4

4

Total

201

163

364

Vasijas pequeñas.- Se encuentran en número de 201, en donde predominan las cerradas, integrado fundamentalmente por botellas y cántaros y en mínima cantidad por ollas y “teteras”,  de base plana o cónica, cuerpo globular y de gollete compuesto o simple; cuyos tamaños varían entre 13 cm, de alto por 8 cm, de ancho y 9 cm, de alto por 6 cm, de ancho, Algunas de las vasijas (en número de 34), se encuentran sellados con “diatomita”, para lo cual, dicho elemento previamente ha sido molida y preparado a manera de argamasa, para posteriormente sellar la boca de la vasija a manera de un tapón, que en algunos casos se encuentra rebasando el borde, prolongándose hasta parte del cuello o gollete, lo que  indicaría que al momento de ser depositados estas vasijas contenían algún líquido, ya que aun se conserva un residuo sólido de coloración negruzca. Del mismo modo, se ha recuperado considerable cantidad de estos tapones, indicios que demuestran que la totalidad de las vasijas cerradas debieron haber sido selladas.

Por lo general, la mayoría estas vasijas se encuentran decoradas con diseños geométricos y algunos tienen representaciones de pulpos, semejante a los diseños que se encuentran en la cerámica Chakipampa, pero menos logrado.

Vasijas miniaturas.- Está compuesto por 163 especímenes, en donde predominan las vasijas abiertas conformado por: plato, cuenco, tazón de base trípode, vaso, taza, cazuela y una especie de “sombrero”, y en menor proporción por cántaro cara gollete, olla con base trípode  y cucharas, cuyo tamaños varían entre 2 a 3,5 cm, y en algunos casos las vasijas abiertas de mayor tamaño contenían en su interior a otras vasija de menor tamaño.

Estas miniaturas, que en realidad son imitaciones de las vasijas de tamaño normal, han sido elaborados con sumo cuidado, no descuidando los detalles más mínimos, como por ejemplo en los cántaro de cara gollete, donde se aprecia las facciones del rostro igual al de las vasijas de tamaño normal, así como en la ubicación y forma de los asideros, base trípode, o en la decoración, este último caso mayormente se da en los cuencos, donde existe representaciones de diseños geométrico.

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

De acuerdo a las evidencias arqueológicas, podemos plantear que una vez cavado el hoyo 1 y consecuentemente los otros hoyo, se realizó una ritual que incluyó la quema de tejidos, partes seccionadas de camélidos y aves, así como de objetos suntuarios (cuentas de turquesas), paralelo a este acto de quemado, se procedió a colocar las vasijas dentro del hoyo, los mismo que debieron contener preparados líquidos ya que la mayoría, por no decir la totalidad de las vasijas cerradas de tamaño mediano, tenían un sello que cubría todo el borde de la vasija. Una vez depositado las ofrendas y culminado el acto ritual, se procedió a cubrir el área con una tierra muy compacta, sobre el cual se depositó un relleno.

La presencia de las ofrendas, que indudablemente esta vinculado a las últimos momentos de ocupación del sector de Monqachayoq, está relacionado a prácticas rituales o ceremoniales, costumbres estas practicadas en algunos poblados durante el Horizonte Medio, cuyos vestigios se han registrado en los sitios arqueológicos de Conchopata (Isbell y Anita Cook, 1987), Ayapata (Ravines, 1968), Maymi (Anders, 1990), con la diferencia que en estos lugares, los objetos por lo general corresponden a vasijas finas y de grandes dimensiones (urnas), rotas exprofesamente en el lugar.

Como hipótesis de trabajo planteamos que las ofrendas provenientes del hoyo 1, sea parte del ajuar funerario de un personaje importante de la sociedad Wari, que en este caso podría tratarse de un adolescente de sexo femenino, debido a la presencia de vasijas en miniatura; o por el contrario vendría a ser parte de un conjunto de ofrendas, brindadas a alguna divinidad en especial, ofrendas que muy bien pudo haber sido ofrecido por ceramistas o el poblador común, debido a las características intrínsecas de las vasijas, que manifiesta un estatus social ordinario.

AGRADECIMIENTOS

Al  Instituto Nacional de Cultura de Ayacucho, por la iniciativa de realizar trabajos de excavación arqueológica y por el financiamiento económico.

A Raúl Mancilla Mantilla y Miriam Gil Sicha, por su colaboración y apoyo desinteresado.

NOTA:

Arqlo. JORGE LUIS SOTO MAGUINO

Centro de Investigación Regional “Felipe Guamán Poma de Ayala”

e-mail: maguino66@hotmail.com

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