Especial NAyA 2003 (version en linea del cdrom)

SITIO DON PANCHO
EVIDENCIA DE UN ACCIDENTE MARÍTIMO BRITÁNICO DEL SIGLO XVIII

Roberto Enrique Galindo Domínguez[1]

Jorge Manuel Herrera Tovar[2]

“Don Pancho” es un sitio arqueológico marítimo en Cayo Triángulos en la Bahía de Campeche, que fue localizado durante los trabajos realizados por el “Proyecto de Investigación de la Flota de la Nueva España de 1630-1631 e Inventario de Recursos Culturales Sumergidos en el Golfo de México”, que lleva a cabo la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Restos materiales de la popa sugieren que el sitio es un naufragio, pero esto aún no está comprobado. Entre la evidencia náutica hay artillería inglesa de la segunda mitad del siglo XVIII y una colección de lingotes de plomo muy similar a los del tipo small pig. Aunque el sitio fue localizado mediante inspección visual, se realizó un trabajo de sensoramiento remoto para determinar la delimitación magnética. Un análisis de este accidente marítimo es presentado, así como una investigación histórica que lo relaciona con la actividad náutica británica en el área.

“Don Pancho” is a maritime archaeological site at the Triángulos Keys in the Bay of Campeche, located by the “New Spain´s 1630-1631 Fleet  Research Project and Submerged Cultural Resources Inventory in the Gulf of Mexico”, undertaken by the Vicedirectorate on Underwater Archaeology of the National Institute of Anthropology and History. Material evidence of the stern of the ship leads to the impression that the site is a wreck but this is not yet conclusive. Among the diverse nautical evidence is civil pattern british artillery from the second half of the XVIII century and an impressive collection of lead ingots, very similar to the “small pig” style. Although located by visual inspection, intrasite remote sensing was done during the field season after discovery to determine its magnetic delimitation. Analysis  of this maritime casualty is presented, as well as historical research relating the site to british nautical activities in the area.

DESCRIPCIÓN

Al sitio se le nombró Don Pancho en honor al guía local. Fue localizado en 1997 DC mediante remolque: está ubicado en la Sonda de Campeche al suroeste del Cayo Triángulos Sur, abarca un área aproximada de 28 m x 35 m, está entre los 2.20 m y 4.30 m de profundidad. El fondo se caracteriza por tener formaciones coralinas y zonas arenosas en donde se forman huecos entre el arrecife.

Está compuesto por diversos objetos pertenecientes a una embarcación que pudieron haber sido tirados o perdidos como consecuencia de un suceso de naufragio. Los materiales de los artefactos observados son: hierro, piedra, plomo y vidrio.

Se localizaron y registraron tres anclas, dos cañones, 40 lingotes de plomo, 22 balas de plomo, un mango de cubierto de plomo, piedras de lastre, fragmentos diversos de aparejos, plomo y vidrio que eran visibles sobre el lecho marino. Además se realizó un trabajo de magnetometría al interior del sitio mediante el cual se localizaron dos herrajes hembras de timón, balas de hierro y un escandallo.

De los artefactos localizados se extrajeron los 40 lingotes de plomo, el escandallo, 22 balas de plomo, dos fragmentos de plomo, el mango de cubierto,  y una bala de cañón, ya que estos estaban muy visibles y corrían el riesgo de ser saqueados.

Las anclas son de hierro, se encontraron separadas unas de otras en diferentes direcciones y profundidades tanto sobre el arrecife, como en el fondo arenoso, dos miden aproximadamente 3.25 m de largo y tienen 2 m de palma a palma, la otra mide 2.55 m de largo y 1.40 m entre las palmas,  en las tres las palmas son triangulares, el hecho de estar cubiertas por coral hace muy difícil la observación de los detalles relevantes. También se aprecian 2 fragmentos de arganeo.

En cuanto a la artillería, los dos cañones son cortos, miden alrededor de 1.55 m de largo, yacen sobre el lecho marino, están cubiertos por concreción excepto en  la parte que está en contacto con la arena, son de hierro y están muy cercanos uno del otro (50 cm aproximadamente). En una de las piezas se registraron varias marcas que han permitido acceder a una cantidad significativa de información mediante la cual ya se ha podido establecer la temporalidad del sitio y aproximarse a la filiación cultural del mismo, aunque este último aspecto aún no puede afirmarse con completa certeza por los motivos que se explican más adelante. Con la ayuda del Dr. Donald Keith los dibujos a gran detalle que se obtuvieron del cañón fueron enviados a Suiza, a Rudi Roth, experto y reconocida autoridad en artillería. Su opinión y datos han sido de considerable utilidad.

Se trata de un cañón de 6, de patrón civil 4’6’’ de origen inglés. Este tipo de cañón no correspondería a una pieza destinada normalmente a navíos de la armada inglesa sino a un buque mercante. El largo del cañón desde el muñón hacia la boca es demasiado pequeño como para alcanzar la portañola de un navío de guerra inglés. Además, el reducido espesor del metal no resistiría la carga normal de un navío de la armada, y menos aún la práctica naval inglesa de cargar los cañones con la carga normal y además dos balas redondas o un tiro de canastilla, el cual consistía de una especie de caja o paquete repleto de pequeñas balas de plomo (Roth, 1995).. Las marcas que posee la pieza confirman esta procedencia.

El primer refuerzo tiene las marcas referentes al peso según el estilo inglés del momento. Tiene los números 11-2-12 que significan de izquierda a derecha el número de cwt, el cuarto de cwt y libras sencillas. Esta marca se explica de la siguiente manera: en las siglas cwt la “c” significa cien en numeración romana y “wt” es la contracción de weight, la palabra inglesa para “peso”. Por lo tanto, esta contracción hace referencia a “hundredweight” o cien libras de 1.12 libras modernas cada una, por lo cual un cwt equivale a 112 libras actuales. El cuarto de cwt es ¼ de un “hundredweight”, es decir 28 libras actuales. Una libra sencilla equivale a una libra de peso de 1.12 libras modernas. Con esta información es posible estimar el peso del cañón, puesto que 11-2-12 quiere decir: 11 (112 lb) + 2 (28 lb) + 12 (1 lb) = 1300 libras modernas, donde 1 libra = .453 kg, por lo tanto el cañón pesa 588 kg.

Siguiendo con las marcas, cerca del anillo del primer refuerzo hay una letra P coronada. Estos signos hacen referencia al término Crown Proof, que designaba a las pruebas mercantes o civiles. Estas pruebas se realizaban durante la segunda mitad del siglo XVIII en Woolwich, a donde se enviaban todas las piezas de artillería. Si los cañones pasaban las pruebas se les marcaba, ya fuera con una flecha ancha si eran cañones destinados al servicio oficial o bien con la P coronada si eran destinadas al uso civil. No existe mucha documentación referente a las piezas del servicio civil, así como tampoco hay mucha información sobre los fundidores; sin embargo, se sabe que la norma era que trataran de reproducir los patrones de ordenanza naval imperantes en esos momentos. Para cuando se debió fundir este cañón, el patrón imperante sería el Armstrong-Frederick. El número 8 que se encuentra en el segundo refuerzo se refería, a finales del siglo XVIII, a una estación, batería o número de barco (Roth, 1995), aunque no se ha encontrado ninguna referencia que pudiera permitir explicar este número de manera absoluta.

La información que señala el uso de este tipo de cañón en navíos mercantes, y no en naves de la armada británica, quizás indique que pudo en cambio haber pertenecido a la Compañía Inglesa de las Indias Occidentales (East India Company), (Roth, 1995).

Sin embargo, el hecho de que el barco del sitio Don Pancho trajera este cañón entre su armamento no puede ser considerado como prueba fehaciente de que esta embarcación fuera de origen inglés. Por un lado, el tráfico de artillería era algo normal, ya fuera por medios comerciales o por reutilización de piezas de un barco enemigo hecho prisionero. Los motivos por los cuales un buque portaba artillería de diferentes nacionalidades eran numerosos. Está el caso del navío de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales Mauritius, el cual naufragó  en 1609 DC llevando artillería de Holanda, Inglaterra y Portugal (Roth, 1995; Brown, 1997). Por otro lado, entre los siglos XVII y XVIII, Inglaterra y Suecia eran los dos únicos países europeos con capacidad de fundir cañones de hierro colado en número suficiente como para poder exportarlos en grandes cantidades, por lo que la presencia de cañones de estos países en esta época no puede ser un indicador absoluto de la nacionalidad de la embarcación (Brown, 1997: 104).

Respecto a los lingotes de plomo, estos son  semejantes a los hallados en el naufragio del Kennemerland naufragado en 1664 DC en las costas de Stoura Stack, Escocia, que fuera un Dutch East India Man. De estos últimos se ha dicho que su forma facilitaría su manejo debido a que es posible meter las manos por debajo de las orillas para ser cargados desde el piso sin mayores problemas (Price et al., 1980: 7-10).

Un lingote es el paso intermedio, la transición, entre el proceso de extracción del metal en bruto y la aplicación que se le dará al material en la forma de un artefacto nuevo; o bien es la transición entre un artefacto que por algún motivo se ha decidido fundir (porque se ha estropeado o ha perdido su valor) y un nuevo artículo hecho con este metal o con piezas de éste. En ese sentido, la etapa del metal en la forma de lingotes normalmente es breve y sólo para su transportación como un medio práctico de manipulación.

Los lingotes de plomo a bordo de un barco tal vez tuvieron una doble función. Debido a su peso y a sus formas normalmente regulares, bien pudieron servir como lastre para las bodegas del navío. De esa manera no sólo era transportado sino que cumplía una función necesaria, abaratando así el costo de su transporte, ya que al emplearse como lastre se podía ahorrar en el costo total de la piedra u otros materiales empleados para este fin.

El tráfico de plomo entre los países sajones queda ilustrado mediante la colección de lingotes procedentes de naufragios que se exhibe en el Museo Británico. La mayor parte del plomo de dichos lingotes procede de minas británicas, así se tratara de navíos de origen inglés o de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales o VOC (Verenigde Oostindische Compaigne). Tal es el caso de los lingotes del navío de la VOC Campen, hundido en Needles, en las costas de la isla de Wright en 1627 DC y del Hollandia, perdido en 1743 DC en las costas de Sicilia. En ambos casos, el plomo transportado procedía de las minas de Derbyshire, las cuales, junto a las minas del sur de Yorkshire, dominaron la producción internacional de plomo al menos durante la última parte el siglo XVIII (Craddock y Hook, 1997: 145-146).

Un factor más de las piezas que podría seguir indicando una filiación al Reino Unido es el hecho de que desde el siglo XVII las formas de los lingotes tuvieron ciertas características según su origen. Así, los lingotes ingleses normalmente presentan un perfil que se asemeja a una lancha o bote, los españoles son más bien rectangulares y los franceses tienen forma de “salmón”. Nuestros lingotes se caracterizan por presentar una cara plana y un perfil convexo similar a los de origen ingles. Durante el siglo XVII en Inglaterra eran comunes los lingotes llamados “great pig” (gran lingote) que pesaban alrededor de 140 kilos, mientras que los pequeños “small pig” o “piece” se emplearon hasta bien entrado el siglo XVIII. y tenían un peso de aproximadamente 70 kg. (Price et al.: 1980: 25). Los detectados en el sitio Don Pancho tienen un peso promedio de 64.75 kg, siendo esto un argumento más para pensar que esta carga pudo haber sido de origen británico. Su largo va de los 43 a los 69 cm.

El análisis a profundidad de la distribución de los lingotes al interior del sitio podrá proporcionar elementos para generar ideas sobre el proceso de deposición de los materiales. Resulta interesante el hecho de que no se detectó ninguna evidencia de restos de madera bajo el conjunto de piezas de plomo, situación que hubiera sido esperable, si una parte del casco hubiera quedado sepultada bajo ellos, significando que el casco se habría quebrado en partes y que al menos la sección que soportaba el peso de los lingotes habría quedado en esa área del sitio. Sin embargo, hay que señalar que no se hizo una excavación exhaustiva sino que sólo se recuperaron los lingotes a la vista.

En 23 de las piezas se observan marcas. En 19 se puede apreciar un orificio, en el resto aun no se puede determinar su  presencia. Tanto las marcas como los orificios se encuentran en la cara superior o plana de las piezas. Debido a que la profundidad de las marcas sobre los lingotes es muy variable algunas son apenas visibles aun sin la concreción, esta diferencia en la profundidad de las marcas puede deberse a que  Algunos lingotes fueron marcados inmediatamente después de ser hechos, otras marcas pudieron ser hechas en el lingote cuando este ya estaba casi solidificado, tal vez otras fueron impuestas mucho tiempo después o no fueron hechas con la misma fuerza o instrumento que las más profundas.

Esto nos lleva a pensar en preguntas como ¿Fueron las marcas impuestas sobre las piezas por el fundidor para distinguir pesos, calidades o el destino al que serían enviadas? ¿Fueron puestas por un intermediario, para llevar un control del cargamento que ingresaba en el barco? ¿Fueron puestas a petición del comprador? También podría darse el caso de que las marcas fueran una combinación de las posibilidades recién mencionadas. Será importante tratar de relacionar las marcas con información histórica y archivística.

Sólo cuando el lingote esta libre de la concreción se pueden apreciar todas sus características reales. Cuando todas las piezas estén limpias tal vez sea posible agrupar los lingotes en diferentes categorías por marcas, peso, formas, dimensiones, acabados y las posibles combinaciones de estas. Con esa información, y con el plano de distribución de las piezas en el sitio, se podría tratar de responder a las siguientes preguntas: ¿existe alguna relación entre los grupos observados y su distribución como conjunto en el sitio?, de ser así ¿podría esto traducirse como una manera particular de ordenarlos en la bodega del barco y entender que incluso desde que fueron introducidos al navío fueron distribuidos de acuerdo a esas agrupaciones? O de lo contrario, de no detectarse relación evidente, quizá podría pensarse que sencillamente fueron ordenados de la manera más práctica que encontraron los estibadores de acuerdo a su forma.

La mayoría de los lingotes son de forma ovalada, pero también hay rectangulares, irregulares y algunos que semejan la forma de una botella. Una vez que se tengan registradas las formas exactas de las piezas podrá determinarse si algunas se fundieron en los mismos moldes  -reparando en el hecho de que las diferencias en la cantidad de metal vertido en un molde podrían traducirse en diferencias importantes en el perfil de la cara superior del lingote-, podría creerse que aquellos que coincidan fueron producidos en los mismos moldes, lo que anularía la posibilidad del proceso de vertido del plomo fundido sobre huecos en camas de arena, o al menos abriría la posibilidad de una combinación de ambas técnicas.

Debido a la importancia que representan las marcas, las formas y en general todas las características de estas piezas, se decidió que 35 de los lingotes serán limpiados en su totalidad y sólo en cinco se realizara una limpieza selectiva, en estos casos a las piezas sólo se les retirara la concreción de su cara plana esto con el objetivo de conservar la concreción en la cara inferior, para fines didácticos.

La limpieza de estas piezas se esta realizado bajo la supervisión de la P.R. Zinna Rudman, se les están  aplicado procesos químicos y mecánicos, se han utilizado ácido clorhídrico y sal disódica disueltos en agua en diferentes proporciones.

También se están llevando a cabo diversos análisis tanto físicos como químicos en  pequeños fragmentos extraídos de 7 lingotes. Estos análisis los esta realizando el Dr. José Luis Ruvalcaba Sil del Departamento de Física Experimental del Instituto de Física de la UNAM.  Las técnicas que se están empleando son: Emisión de Rayos X Inducida por partículas (PIXE), Fluorescencia Secundaria Inducida por irradiación de Iones (XRF-PIXE), Microscopía Electrónica de Barrido (SEM) y Radiografía Gamma. Los objetivos de dichos estudios son poder determinar la composición actual de la aleación de los lingotes, Con este dato podremos determinar la procedencia europea o americana del material. También podremos profundizar en aspectos relacionados a su manufactura, condiciones de deterioro y estado de conservación. (Ruvalcaba,1996.) De igual forma serán analizados los otros artefactos de plomo que tenemos, con esto esperamos determinar si existe alguna relación entre el plomo de que están hechos y saber si algunos fueron hechos a partir de los lingotes.

INTERPRETACIÓN

En un principio cuando en este sitio sólo se habían detectado piezas pesadas como las anclas, los cañones y los lingotes, la posibilidad de que hubiera ocurrido un naufragio era débil, y era más factible pensar en un encallamiento, ya que cuando sucedía este tipo de evento los artefactos antes mencionados eran tirados para aligerar la carga (quizá lo más viejo) y así salir del problema. La presencia de los fragmentos de aparejos representaba una muy pequeña evidencia para pensar en un naufragio, más aun cuando estos se localizaron  más alejados del resto de los materiales, lo que deja abierta la posibilidad de que fueran producto  de la contaminación de otro barco hundido a barlovento del cayo.

Al encontrar los dos herrajes hembras de timón la posibilidad de estar ante un naufragio aumento considerablemente ya que estas piezas iban sujetas al codaste que era parte de la popa y para que se desprendieran de la embarcación se tendría que romper primero la patilla y después el codaste, esto aparte de generar la perdida del timón derivaría también en el debilitamiento de la popa y tal vez la destrucción de la misma, lo que casi puede asegurar el naufragio del navío. No haber localizado hasta el momento los herrajes machos, sugiere que éstos pudieron haber permanecido asidos al timón y perderse si es que el timón se desprendió por completo del codaste y fue arrastrado por la corriente. Esta posibilidad no puede tomarse como absoluta, ya que también podrían estar en el sitio y localizarse al momento de excavar el mismo.

ORIENTACIÓN DEL POSIBLE PECIO

A pesar de que lo trabajado hasta ahora en este sitio ha sido sólo con base en los materiales detectados en superficie, y tomando en cuenta que para obtener una idea más clara del proceso de naufragio y la deposición de los materiales habría que realizar estudios más profundos tanto in situ como en gabinete, nos atrevemos a sugerir que hay elementos que comienzan a indicar la orientación del pecio.

Existe un área donde se encontraron materiales que definitivamente pertenecen a la parte de la popa, tal como los herrajes del codaste, y algunos objetos de uso cotidiano a bordo que podían encontrarse en diversos lugares del navío, pero cuyo lugar de almacenamiento también podía ser la popa. Tal es el caso del escandallo encontrado, a cuyo cargo estaría el piloto de la nave o alguno de los oficiales. Normalmente, los instrumentos de navegación y otros artículos de uso muy especializado estaban reservados a los oficiales, por lo cual su lugar usual de almacenamiento era en las cabinas de éstos. Dichos camarotes estaban en la popa, apartados de los dormitorios de la marinería general y de lugares de libre acceso para toda la tripulación.

Una situación similar se presentó en la década de 1970 DC para determinar la orientación de los restos del Dartmouth, navío de quinta categoría que naufragó en 1690 DC en el Reino Unido. En ese sitio, la orientación del buque fue precisada gracias al análisis espacial realizado de acuerdo a las diferentes categorías de artefactos encontrados en el sitio (Martin, 1997: 2).

De igual manera, los artículos de mayor peso, como cañones y lingotes, se han detectado  en el sitio Don Pancho un tanto alejados de los artefactos de popa, por lo que quizás están representando una porción de los contenidos que se encontrarían en la parte media del navío. Para realizar una determinación más precisa respecto a la ubicación de los restos hallados en este sitio con relación a la estructura del barco, se requiere de un trabajo de prospección más profundo que implique un número mayor de jornadas in situ, además de la elaboración de un plano de registros magnéticos mediante un detector de metales.

BIBLIOGRAFÍA

Brown, Ruth, Rhynas

1997 “Arms and armour from wrecks: an introduction”, en: Mark Redknap

   (Ed.) Artefacts from wrecks. Dated assemblages from the late Middle Ages to   the Industrial Revolution, Oxbow Books, Exeter, Gran Bretaña, pp. 101-109.

Craddock, Paul T., y Duncan R. Hook

1997 “The   British   Museum    Collection   of   metal  ingots  from  dated wrecks”,      en Mark Redknap (Ed.) Artefacts from wrecks. Dated assemblages from the late Middle Ages to the Industrial Revolution, Oxbow Books, Exeter, Gran Bretaña. pp. 143-154.

Martin, Colin J.M.

1997 “Ships as integrated artefacts: the archaeological potential”, en: Mark Redknap (Ed.)   Artefacts from wrecks. Dated assemblages from the late Middle Ages to the Industrial    Revolution, Exeter, Gran Bretaña, Oxbow Books. pp. 101-109.

Price, Richard, Keith Muckelroy y Lynn Willies

1980 “The Kennemerland site. A report on the lead ingots” en: International Journal of Nautical Archaeology and Underwater Exploration,

  Dorset, Gran Bretaña. Nautical Archaeology Society-Academic Press. Vol. 9,     No. 1.pp. 7-25.

Roth, Rudy

1995 “The reporting of ordnance: the guns of the Mauritius, a casebook study”, en : Bound, M. (Ed.), The Archaeology of ships of war. International Maritime   Archaeology Series, Oxford, Inglaterra, Universidad de Oxford. Vol. 1 pp. 120-129.

Ruvalcaba Sil José Luis.

   1996 Estudios Arqueométricos mediante las Técnicas PIXE y RBS Instituto de Física,

  México, UNAM.


NOTAS

[1] Instituto Nacional de Antropología e Historia. Subdirección de Arqueología Subacuática, Seminario #8, Centro Histórico, México D.F., C.P. 06060, e-mail: elbogavante@yahoo.com

[2] Escuela Nacional de Antropología e Historia, Periferico Sur y Zapote s/n Col. Isidro Fabela, México D.F., e-mail sanjorgeyeldragon@yahoo.com


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