LA PROCESION DEL SILENCIO EN QUERETARO.
UN CASO ESPECIFICO

POR EVANGELINA TRUEBA ARAMBURU
ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA (ENAH)

CAPITULO  SIETE

EL SENTIDO MAGICO DE LA PROCESION DEL SILENCIO

El hombre en todos los aspectos de la vida se comunica por medio de símbolos[25] y realiza toda una serie de rituales.

Estos rituales expresan sentimientos que van desde los más positivos hasta los más negativos como por ejemplo el sufrimiento. Hay pocas tradiciones religiosas en las que no se afirme enérgicamente la proposición de que la vida hiere, lastima; el problema del sufrimiento no es el de evitar el sufrimiento, sino de cómo sufrir, de cómo hacer de un dolor físico, de una pérdida personal, de una derrota o de la impotente contemplación de la agonía  de otra persona.

Por medio de la religión se aseguran  estados anímicos que se representan en símbolos y rituales.

Lo que le permite a los seres humanos que profesan una religión dar una respuesta a todos esos vacíos existenciales propios de la modernidad y el progreso; y la capacidad de entender el mundo cotidiano.

De este modo, los símbolos religiosos conforman un todo ordenado muy bien estructurado y reglamentado dentro del ritual.

Esto es, que el desorden que impone la propia vida cotidiana es regulado por la religiosidad popular; las fiestas que organiza la iglesia católica en conjunto con la comunidad para establecer un orden.

Lo sagrado, lo mágico[26], se purifica y se ve a sí mismo como un ser sobrenatural que no pertenece por lo menos durante la caminata al mundo real y cotidiano de quiénes lo observan de fuera.

Por medio de la expresión simbólica del ritual, los manifestantes tienen acceso a ascender a otro nivel superior.

Es un mártir, un ser que desea ser glorificado por Su sacrificio voluntario, expiar sus culpas, se trata de un proceso de renovación espiritual.

El funcionamiento de la procesión del silencio es un tipo de proceso dialéctico que comprende una vivencia sucesiva de lo alto y de lo bajo, de la igualdad y la desigualdad; el paso de un status inferior a otro superior se efectúa a través de otro inexistente.

Se presentan dos modelos de interacción humana que justifica el análisis en esta celebración popular y religiosa donde se intenta entender a los grupos sociales participantes en función y estructura.

El primero es el que presenta a la sociedad como un sistema estructurado, diferenciado, y a menudo jerárquico, de posiciones político-jurídico-económicas,  con múltiples criterios de evaluación.

El segundo es el de la sociedad en cuanto comunidad, o incluso comunión, sin estructuras o rudimentariamente estructurada y relativamente indiferenciada, de individuos iguales, llamadas communitas.

Las communitas son esos pequeños estratos de la sociedad civil que participan, dentro de un sector determinado con creencias, costumbres y tradiciones muy arraigadas que se manifiestan por los símbolos que se agrupan en niveles de status; sistemas estructurados como formas de entender lo sagrado con múltiples dimensiones de organización.

Las communitas pertenecen al ahora, mientras que la estructura se halla enraizada en el pasado y se proyecta al futuro a través del lenguaje y la costumbre.

Por otra parte, los poderes místicos y morales que se representan en el ritual intentan enfocar el bienestar cultural de la sociedad global.

Es una defensa de los valores religiosos y culturales que proyecta en sus múltiples facetas; la procesión del silencio en Querétaro ante los inevitables procesos de cambio en la entidad.

Con la creciente especialización de la sociedad, los procesos de globalización de ésta y de la cultura; las marcadas diferencias sociales de los grupos humanos tenemos estados definidos de cultura y sociedad que se transforma en instituciones de poder político-cultural y social; llamadas liminalidad.

Situaciones y roles liminalidades: se corresponden en casi todas partes con propiedades mágicas y religiosas.

La liminalidad es una fuerza de relación entre los grupos sociales más resistentes cuanto más se acepten y reconocen dentro de la sociedad civil global con ciertos principios, normas y conflictos que contienen expresiones en sí  mismas.

Sin embargo, este tipo de manifestaciones parecen ser elitistas o exclusivistas, por lo que deben mantener ciertas prescripciones, prohibiciones y condiciones.

En los sistemas estructurales estables existen múltiples dimensiones de organización.

Los poderes místicos de estas celebraciones son subyugados al bienestar  de las sociedades cuyo marco político está constituido por el linaje u organización territorial, impuestos por los grupos de poder.

La estructura social es una ordenación de lo que puede darse más de un tipo, con diferencias que se identifican dentro de una institución común y dependiente, y por otro lado las organizaciones civiles y los actores sociales participantes con determinadas necesidades y capacidades que interactúan entre sí para adaptarse a Su espacio vital.

Otros aspectos de la estructura social surgen de las pertenencias a otras clases de grupos permanentes, tales como claves, castas, grupos de edad o posición ocupada dentro de un sistema de parentesco.

Es una ordenación de posiciones o status y casi todos implican la institucionalización y persistencia de los grupos y relaciones.

Las unidades de la estructura social están constituidas por las relaciones entre status y funciones.

La procesión es un sistema de posiciones sociales con una  estructura jerárquica y segmentada; es una relación entre individuos concretos históricos con una idiosincrasia  definida, confrontada entre sí, como un modelo de  sociedad homogénea.

Los penitentes se caracterizan en esta categoría por el manejo de los elementos contenidos; es decir, la vida social del hombre  como un proceso o mejor aún, como una multiplicidad de procesos, en el que el carácter de una determinada fase con la communita ocupa una posición.

A continuación, se hace una relación de la communita, según, Turner[27], define  lo siguiente:

1.Communita existencial o espontánea, es la que bajo la influencia del tiempo, por la necesidad de movilizar y organizar los recursos y ejercer un control social para asegurar la consecución de los fines propuestos, se transforma en sistema social.

2. Communita ideológica, que se aplica a diversos modelos utópicos.

3. Communita normativa, aquella en que se produce una gran simplificación de la estructura social.

4. Communita apocalíptica, sitúa la crisis en el pasado inmediato; asociada  a las catástrofes y crisis divinas.

Es en las communitas donde proliferan de manera espontánea los sentimientos, sobre todo los agradables, mientras que la estructura está llena de dificultades objetivas, han de tomarse decisiones, los gustos han de sacrificarse a los deseos y necesidades del grupo y los obstáculos físicos y sociales deben superarse con un cierto costo personal; están rodeadas por algo mágico, comunica la sensación de un poder ilimitado.

Los grupos que participan en la communita, contiene cada una de las categorizaciones.

El contenido de la procesión del silencio es que son,  tejidos de relaciones sociales, que se definen como communita; debido a la complejidad, se introduce en la jerarquía eclesiástica, haciendo una diferenciación de clase muy marcada.

LA PROCESION Y LAS COMMUNITAS

La communitas es una relación entre individuos que tienen una misma ideología y cultura determinada, que no están segmentados en roles y status sino que se encuentran enfrentados entre sí;  es un modelo de sociedad en la que sus miembros son homogéneos pero no está estructurada y se confrontan identidades.

La organización de la communitas es espontánea e inmediata, en oposición a la estructura en carácter  jurídico-político.

Las relaciones libres  de la communitas desarrollan  una estructura en la que las relaciones son regidas  por la norma, entre personas sociales.

Tanto la communitas normativa como la ideológica se encuentran ya dentro del dominio de la estructura.

La estructura suele tener un carácter pragmático y propio de este mundo, mientras que la communitas es a menudo especulativa y genera imágenes e ideas filosóficas.

En las sociedades complejas industrializadas se encuentran communitas espontáneas; en la procesión del silencio se observa este tipo.

Esta modalidad de relación se da también en las liturgias de las iglesias y otras organizaciones religiosas; que se manifiesta mejor en situaciones liminales, como por ejemplo, las fases entre estados en los que predomina el desempeño del rol socioestructural  y,  sobre todo, entre status igual.

La procesión, mediante la utilización ecléctica y sincrética de símbolos y acciones litúrgicas del catolicismo, tratan de establecer una comunicación total entre ellos. Por medio del silencio, se comunican.

La clase de communitas que buscan alcanzar es una experiencia transformadora que vaya hasta la raíz misma del ser de cada persona y encuentre en ella algo profundamente comunal y compartido.

Ahora bien, el éxtasis de la communitas espontánea es visto  como el fin del esfuerzo humano; este estado se considera más como un medio conducente a una participación más plena en la extraordinaria gama de roles estructurales.

En la procesión, como communitas espontánea, proliferan los sentimientos, mientras que la vida está llena de dificultades objetivas, han de tomarse decisiones, los gustos han de sacrificarse a los deseos y necesidades del grupo, y los obstáculos físicos y sociales deben superarse con un cierto coste personal; se está rodeado por algo mágico; desde un punto de vista subjetivo comunica la sensación de un poder ilimitado, pero este poder sin transformar no puede aplicarse directamente a los detalles organizativos de la existencia social y no constituye un sustituto del pensamiento lúcido, ni de la voluntad sostenida.

Y adquiere una expresión simbólica a través de los atributos culturales de la liminalidad, la marginalidad y la  inferioridad estructural son condiciones en las que con frecuencia se generan mitos, símbolos, rituales, sistemas filosóficos y obras de arte.

Se puede apreciare que en la procesión contiene la noción de una ordenación de posiciones o status, y casi todas implican la institucionalización y persistencia de los grupos y relaciones.

La communitas es el estar con los otros integrantes de una multitud, avanza hacia un hacer frente dinámico a los otros.

La communitas surge allí donde no hay estructura social, es concreta, espontánea, inmediata, en oposición a la naturaleza regida por la norma, institucionalizada y abstracta de la estructura social.

Los grupos excluyentes preservan si identidad, se protegen y renuevan la voluntad de mantener las normas en las que se fundamentan los modelos de conducta necesarios para la vida social.

Las situaciones y roles liminales se corresponden con propiedades  mágicas y  religiosas.

En la mayoría, los poderes de los débiles, los atributos permanentes  o transitoriamente sagrados de status o posiciones inferiores; existen múltiples dimensiones de organización dentro de la fiesta religiosa, llamada la procesión del silencio.

Entre las propiedades de la liminalidad y los sistemas de status se tiene una serie de oposiciones o discriminaciones.

El proceso dialéctico de la procesión se muestra en el siguiente cuadro:

LIMINALIDAD

STATUS

Transición

Estado

Totalidad

Parcialidad

Communitas

Estructura

Igualdad

Desigualdad

Anonimato

Sistemas de nomenclatura

Ausencia de propiedad

Propiedad

Ausencia de status

Status

Desnudes o vestimenta uniforme

Distinciones en el vestir

Continencia sexual

Sexualidad

Minimización de las distinciones de sexo

Maximización de las distinciones de sexo

Ausencia de jerarquía

Distinciones de jerarquía

Humildad

Legítimo orgullo de la posición

Despreocupación por la apariencia personal

Cuidado de la apariencia personal

Nínguna distinción basada en la riqueza

Distinciones basadas en la riqueza

Falta de egoísmo

Egoísmo

Obediencia total

Obediencia sólo a las jerarquías superiores

Sagrado

Secular

Instrucción sagrada

Conocimientos técnicos

Silencio

Habla

Suspensión de los derechos y obligaciones de parentesco

Referencia intermitente a poderes místicos

Necedad

Sagacidad

Sencillez

Complejidad

Aceptación del dolor y el sufrimiento

Evitación del dolor y el sufrimiento

Heteronomía

Grado de autonomía

Cuadro comparativo de la liminalidad y el status en la Procesión del Silencio

La communitas es un proceso dialéctico que puede ser relativo; se pasa de ella, al nivel de estructura.

En la procesión tenemos una communitas en donde no hay reglas aparentes.  Los colores, el anonimato, el silencio, étc; ya que podemos observar una estructura, que implica reglas y normas.

LA LIMINALIDAD

Las características de la liminalidad en la procesión, son la obediencia y  el silencio.

Esta es la depositaria de toda la gama de valores, normas, actitudes, sentimientos y relaciones de la cultura. Sus representantes en los ritos específicos, encarnan la autoridad genérica de la tradición.

La liminalidad implica que no hay un nivel de status.

Los  atributos de la liminalidad son que los grupos no se encuentran ni en un sitio, ni en otro, se expresan por una amplia gama de símbolos en todas aquellas sociedades que ritualizan las transiciones  sociales y culturales.

Los que participan en la procesión, pueden representarse como seres totalmente desposeídos, se ocultan en el anonimato, van descalzos; en señal de humildad, usan vestimentas de un determinado color; en suma nada puede distinguirlos de los demás.

Su conducta suele ser pasiva o sumisa, obediencia a sus instructores y aceptar cualquier castigo que pueda infligírseles, sin la menor queja.

Es como si se viesen reducidos o rebajados hasta una condición uniforme para ser formados de nuevo y dotados con poderes adicionales que les permitan hacer frente a la nueva situación en la vida.

Desaparece la posición de status y se homogeneiza; es una mezcla de lo humilde, de lo sagrado, de la homogeneidad y el compañerismo.

La fase liminalidad del ritual se aprecia frecuentemente en una simplificación, hasta una eliminación, de la estructura social.

Se considera la liminalidad como un tiempo y lugar de alejamiento de los procedimientos  normales de la acción social.

Los más fuertes pasan a ser más débiles, en tanto que los débiles se comportan como si fuesen fuertes.

La liminalidad del fuerte está socialmente sin estructurar o apenas estructurada, la del débil representa una ilusión de superioridad estructural.

El factor de inversión de status está relacionado con la inferioridad estructural permanente, pero puede muy bien ser que los rituales elaboradamente estructurados o las jerarquías ceremoniales representan la liminalidad de grupos secularmente  igualitarios, al margen de la posición en el marco más amplio de la sociedad.

Los miembros de tales grupos proceden con frecuencia de comunidades sociopolíticas formadas por personas de posición social similar, con valores igualitarios comunes y un nivel parecido de consumo económico.

Existen muchos ejemplos de religiones y movimientos ideológicos y éticos fundados por personas de alto status de una posición respetable.

MOVIMIENTOS MILENARISTAS Y RITUALES DE INVERSION DE STATUS

La importancia de la religión está en su capacidad de servir a los demás, como fuente donde los individuos se identifican y se reconocen.

Por medio de la homogeneidad, igualdad, anonimato, ausencia de la propiedad, muchos movimientos ordenan su cosmovisión, es decir, buscan acercarse más al advenimiento del estado perfecto de armonía y comunión que ansían los individuos en la sociedad.

Debido a los procesos de cambios políticos, económicos y sociales en todo el mundo los seres humanos pierden su identidad y se expresan sentimientos de soledad, por la lo que respuesta a estos cambios es los movimientos milenaristas que responden acertadamente a las expectativas de los hombres.

En esa búsqueda de valores y de status estos grupos imponen determinadas reglas, indumentaria uniforme, continencia sexual, reclusión, minimización de las distinciones por razón del sexo, todos son iguales ante Dios, abolición de la jerarquía, humildad, despreocupación por la apariencia personal, falta de egoísmo, obediencia total al profeta o líder, instrucción sagrada, maximización de las actitudes y conducta religiosas en cuanto opuestas a las seculares, suspención de los derechos y obligaciones de parentesco, sencillez en el hablar y en los modales, aceptación del dolor y sufrimiento incluso hasta el punto de sufrir martirio; la liminalidad es ese sentido sagrado y mágico dentro de la religiosidad.

Es en la procesión del silencio donde se aspira a tener cierto status para lograr así, la liberación de los pecados, éste se refiere a ascender a un nivel divino que permite la inversión del ritual.

Los rituales de inversión[28] son  pasar de un status inferior a otro, se debe descender primero al peldaño más bajo para  llegar al otro nivel.

De este modo, los miembros de una comunidad religiosa ascienden de un status inferior de manera simbólica a un status superior por lo menos dentro del grupo al que pertenecen[29].

Se mencionan otro tipo de rituales:

Ritos de instalación en cargo, los ritos relativos al acceso a un estado superior alcanzado, ya se trate de un cargo político o del ingreso en un club muy selecto o una sociedad muy secreta. Estos ritos  pueden ser individuales o colectivos.

Ritos de crisis vitales, son aquellos en que el sujeto, o sujetos del ritual pasan  desde una ubicación placentaria fija en el útero de la madre, a su muerte e instalación definitiva en el ataúd, con el encierro final en una sepultura como organismo muerto.

Este proceso presenta una serie de momentos críticos de transición que todas las sociedades ritualizan y señalan públicamente con ceremonias apropiadas para inculcar la importancia del individuo y del grupo entre los miembros vivos de la comunidad, humilla y nivela al aspirante a un status estructural superior.

 Las humillaciones que sufren los candidatos en los ritos de elevación de status, sino que, además, es buen ejemplo del poder de los inferiores estructurales en los ritos de inversión de status en un ciclo de rituales políticos como rasgos característicos de nuestra sociedad.

El factor de inversión de status está relacionado con la inferioridad estructural permanente, pero puede muy bien ser que los rituales elaboradamente estructurados o las jerarquías ceremoniales representen la liminidad de grupos secularmente igualitarios, al margen de su posición en el marco más amplio de la sociedad.

Los símbolos de liminidad indicadores de la invisibilidad estructural de los novicios sometidos a los rituales de crisis vitales: como por ejemplo, son marginados de las esferas de la vida diaria, cómo son disfrazados con colorantes o máscaras, o cómo se les vuelve inaudibles por medio de reglas de silencio; son "igualados" y "despojados" de todas las distinciones seculares de status y de los derechos sobre la propiedad.

Los ritos de crisis vitales y los rituales de instalación en cargos son casi siempre ritos de elevación de status, los ritos cíclicos y los ritos de crisis de grupo pueden ser en ocasiones ritos de inversión de status.

Los penitentes para poder participar en el evento del Viernes Santo se recluyen en templo de la Cruz durante tres días para purificarse y hacerse humildes, por ello se usan capuchas para mantener el anonimato y es preciso humillarse para de este modo llegar de un nivel inferior a uno superior dentro de la estructura social simbólica.

Podemos ubicar además a los rituales de crisis vitales, en donde para llegar a un determinado estado es necesario terminar un nivel anterior.

El anonimato que mantienen en la conmemoración; los penitentes se expresan muy bien en los rituales de cargo porque el acceso a los grupos que participan y que organizan tal fiesta religiosa es muy cerrado y no cualquiera puede acceder a ciertos círculos como los "Caballeros de Colón" o "Las Damas Isabelinas".

Es cierto que quien quiera puede ser penitente siempre y cuando cumpla con los requisitos establecidos, pero para llegar a tener un título como los anteriores las reglas son muy restringidas y estrictas, por ejemplo, todo aquel que quiera ser un "Caballero de Colón", para empezar tiene que tener cierto grado de parentesco con alguno de los miembros.

El trabajo de investigación relaciona mucho de estos elementos que el ritual mantiene; la inversión de status, la liminalidad, y se integra por medio de communitas.


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