ARTE Y RELIGIÓN PREHISTÓRICA

SIGNIFICADO DE ALGUNAS OBRAS DE ARTE CON VÍCTIMAS: REFLEJO DE MITOS Y DE RITOS DE RELIGIONES MISTÉRICAS AGRÍCOLAS

Francisca Martín-Cano Abreu

 

RESUMEN

En el presente trabajo exponemos nuestra investigación sobre el significado de algunas obras de arte encontradas en diferentes continentes, con víctimas humanas. Defendemos reflejarían mitos de las religiones agrícolas y no asesinatos reales. Servirían de modelos simbólicos para las ceremonias sagradas de siembra, en las que se hacían representaciones dramáticas y se conmemoraba el sacrificio arquetípico Divino.

La reactualización simbólica de los sucesos míticos, hacían que por transportabilidad mágica, se produjera la Fertilidad del grano. En Mesoamérica, en principio, el sacrificio de las cabezas escultóricas, que se enterraban en campos de cultivo, bastaba para hacer germinar el grano. Más tarde surgieron rituales reales de sacrificios humanos. Unos mágicos de finalidad agraria que extendían la metáfora de identificación entre el sacrificado y la semilla. Y otros rituales no mágicos para otros fines, en donde el sacrificio humano pagaba a la Divinidad el favor que se le solicitaba.

SIMILITUD DE TEMAS EN OBRAS DE ARTE ARCAICAS EN DIFERENTES REGIONES

Cualquier investigador del arte prehistórico es consciente de las amplias similitudes existentes en los motivos hallados en restos arqueológicos de todos los continentes, así como en obras de arte de diferentes circunstancias históricas. Y así se encuentran con que un mismo tema ha sido tratado en manifestaciones artísticas con diferentes estilos y en diferentes medios: pinturas, esculturas, grabados, relieves, glifos, geoglifos,...

En algunos casos es fácil descubrir la causa de las similitudes, ya que las culturas que las realizaron, emplazadas en un mismo territorio, aunque bajo distintas administraciones, nos indican que las tradiciones de la cultura autora de las representación artística, sería heredera, en principio, de las creencias de las que les precedieron. Y al plasmarlas en obras de arte religiosas, las adaptaron a los rasgos estilísticos de la cultura evolucionada o a los nuevos materiales.

Mientras que las similitudes encontradas en obras de arte, de culturas y regiones muy alejadas entre sí, podrían deberse a que las ideas que les dieron origen, serían llevadas por pueblos emigrantes o de conquistadores, que llevaron consigo sus tradiciones. O se podrían deber al flujo de ideas debido a los contactos comerciales. Ideas que se fusionarían con las creencias religiosas de la cultura autóctona y cuyos habitantes terminaron por compartir las de la región origen de las influencias.

Pero en otros casos, no existen ninguna evidencia de esos supuestos. Y no se pueden interpretar las semejanzas de motivos o de temáticas artísticas a la interacción, influencia, contacto, conquista, evolución, comercio o el control de una cultura origen, sobre un ámbito geográfico alejadísimo, en el espacio o en el tiempo.

Y para estos casos, nuestra hipótesis parte de la premisa de que, la generalización de semejanzas artísticas y míticas existentes en muchas civilizaciones, incluso en las alejadísimas entre sí, sin que hayan existido contactos entre las mismas, pondría de manifiesto que tienen su origen en el Paleolítico.

Pensamos que las tradiciones religiosas de todo el universo, parten de la creencia en la analogía fundamental establecida entre la Naturaleza y la mujer. Simplemente al observar la Naturaleza desde la premisa de que es un organismo vivo femenino, surgieron todas las metáforas. Éstas partían de la identificación de la madre-bebé con la Madre Naturaleza-planta alimenticia: al igual que crece el feto dentro del vientre femenino lleno de líquido y tras nueve meses de embarazo la mujer da a luz un nuevo "fruto", nuestros ancestros creían que crecía la vegetación en las profundidades del suelo húmedo donde hundía sus raíces / en el Útero del cuerpo de la Madre Tierra / de la Madre Naturaleza, y tras algunos meses la planta daba frutos.

Sólo con que en principio un movimiento migratorio colonizador transportase consigo tal saber metafórico, heredero de la más remota Prehistoria, llegaron a similares representaciones colectivas, acorde a las tradiciones míticas del resto del mundo.

Defiende nuestro mismo punto de vista Ortega, que declara en (2002): "No creemos que haya habido una religión universal, pero sí una visión y explicación primitiva del mundo relativamente uniforme y, por tanto, símbolos mágico-religiosos universales. Muchos especialistas se han ocupado de ellos. Así, Mircea Eliade, V. Propp o, en España, José María Blázquez. Símbolos como las aguas, las piedras o los árboles, parecen haber sido elaborados y tratados de forma semejante en distintas culturas, y tener en todas ellas el mismo significado y funciones, y por ello merecen el título de universales."

Y aporta su cita de E. Hartland: "En consecuencia, por diversos que puedan parecer a primera vista los resultados que se encuentran entre los cultos europeos y los salvajes hotentotes, los filosóficos hindúes y los indios norteamericanos, examinados de cerca presentan unos rasgos absolutamente idénticos".

Por lo que es muy probable que las semejanzas encontradas en temas míticos y motivos religiosos, tratados de manera reiterativa y coincidente en áreas externas muy alejadas entre sí y con diferentes sistemas, se deba a que las creencias religiosas de muchos pueblos, se fundamentan en los conocimientos enraizadas en sus conciencias desde el Paleolítico. Luego como resultado de la evolución humana y dado que la transformación de las estructuras económicas y sociales, pasa en muchas culturas por las mismas fases y acorde con las mismas, se fue desarrollando de manera similar la mitología y el arte.

Así que no tiene nada de extraño que culturas alejadas y sin contactos entre sí, pudieron haber desarrollado e inventado, de forma independiente, motivos y temas religiosos similares, por renovación de las creencias heredadas de la Prehistoria.

ESCENAS ARTÍSTICAS DIRIGIDOS A LA DIVINIDAD, REPRESENTAN MITOS

Manifiesta Westhein (1988, 101-102): "... la Tierra, el Sol y todas las demás creaciones de la naturaleza, montañas, ríos, nubes, etc., son manifestaciones de ciertos seres, espíritus o dioses, que moran en ellos..." Y dado que nuestros ancestros creían (y al igual hoy se sigue creyendo) que mediante ciertas experiencias mágicas, se podría intervenir para que esos Espíritus o Dioses satisfacieran sus necesidades, inventaron diferentes medios para reclutar la ayuda Divina: las ceremonias mágicas a manera de happening: danzas, sacrificios, ofrendas y otros ritos, y las representaciones artísticas simbólicas, para indicar a la Divinidad sus peticiones: fue la primera estrategia inventada del animismo con las que se creía obligarían a actuar a la Divinidad.

Freud comenta a este propósito en (1977, 106): "La necesidad práctica de someter al mundo debió de participar indudablemente, en estos esfuerzos. Así, pues, no nos sorprende averiguar que el sistema animista aparece acompañado de una serie de indicaciones sobre la forma en que debemos comportarnos para dominar a los hombres, a los animales y las cosas, o mejor dicho, a los espíritus de los hombres, de los animales y de las cosas. Este sistema de indicaciones, conocido con el nombre de hechicería y magia, es considerado por S. Reinach como la estrategia del animismo."

De ahí las similitudes entre mitos, rituales y temas artísticos en diferentes regiones, como declara Büler de pueblos de Oceanía (1963, 77): "... presentan mitos que derivan de ciertas bases comunes como las que se encuentran en el mundo entero, en todas las concepciones mitológicas llevadas a la plástica: al principio hubo una época prehumana con poderes sobrenaturales, es decir, figuras personificadas de la fuerza creadora."

Y al principio del nacimiento de la agricultura, nuestras antepasadas inventoras de la agricultura [lo ratifica Girard en (1978, 730): "Los antropólogos atribuyen, generalmente, el cultivo de las raíces alimentarias a la mujer, que, de recolectora pasó a ser cultivadora."], explicaron cada fenómeno causante de la germinación de las semillas alojadas en el suelo / Matriz del cuerpo de la Diosa Tierra, mediante el Espíritu / la Fuerza Inteligente / la Divinidad que animaba el elemento celeste, responsable de la aparición coincidente de los fenómenos naturales que intervenían en el proceso cíclico, desde que germinaba la semilla hasta que se producía la cosecha de frutos.

Lo confirma Westhein cuando dice en (1988- 100): "Lo que el Cielo estrellado descubría al hombre precortesiano eran indicios, presagios, revelaciones de los planes divinos. Y si la posición de los astros le anunciaba malas cosechas, sequía, hambre, tenía que hacer esfuerzos supremos por reconciliar al dios de la lluvia, a las deidades de la fecundidad o a cualquier otro numen competente en el caso respectivo, para evitar que dejaran de ejercer sus funciones."

De manera que las manifestaciones artísticas a partir de cierto momento evolutivo, representan a las Divinidades de un panteón politeísta, y a cada uno se le adjudicaba el elemento celeste, responsable de la aparición coincidente de diferente función o fenómeno.

Divinidades que podían tener otros representantes vicarios terrenales, como confirma Graulich en (1996, 31): "Los dioses resultaban entidades, pero podían a su vez estar representados sobre la tierra por otras semejanzas, como imágenes, estatuas o personificaciones humanas (reyes, sacerdotes o víctimas de sacrificio)."

Y es verdad, que las más arcaicas representaciones artísticas de "imágenes, estatuas..." tanto en pinturas, como en esculturas, grabados,... representan a las Divinidades. El arte desde el principio de los tiempos ha ido dirigido a la Divinidad. Ha tenido contenido religioso.

De ahí que los mensajes artísticos desde la Prehistoria, hayan sido grabados o pintados en lugares ocultos a la contemplación general: en las paredes oscuras de profundas cuevas, o en la base de apoyo de piedras monumentales, o en el suelo de altas cumbres, o han sido enterradas en campos de cultivo, o acompañan a humanos en sus tumbas, o se encuentran en cualquier otro lugar inaccesible a los humanos.

Ello patentiza que las obras de arte arcaicas, no se realizaban para ser vistas por ojos humanos (ni tampoco para los extraterrestres), sino para ser vista exclusivamente por las Divinidades, que (se creía) se hallaban al frente del mundo y sus complejos fenómenos. Afirma Alcina refiriéndose a los glifos de la Pampa Colorada de Nazca, Perú, en (1982, 182): "... la única deducción lógica puede ser la de que tales glifos se construían para que los contemplasen los mismos dioses o seres sobrenaturales de su mitología."

Es decir, que las obras de arte, portaban mensajes a las Divinidades, con capacidad sobrenatural de verlo todo.

Y dado que en regiones agrícolas los alimentos vegetales dependían de los fenómenos atmosféricos, como las lluvias que fertilizasen las semillas alojadas en los campos, sintieron de vital importancia asegurar su satisfacción. Y era a través de sus ceremonias y obras de arte mágicas, cómo pedían a las Divinidades los fenómenos favorecedores de la agricultura, ya que era lo más importante para los pueblos agrarios.

(En los rituales mágicos arcaicos se realizaban actos análogos, con los que se quería propiciar, por magia imitativa, diferentes fenómenos: por ej. se podía llorar o modelar una esculturilla humana con una vasija de agua para que la Divinidad la volcara desde el cielo, para hacer llover. Se podía dejar el cabello suelto para que las mieses crecieran a su altura. Se podía realizar actos orgiásticos para propiciar la Fertilidad de la Naturaleza. O se hacían actos o manifestaciones artísticas más complejas que encerraban mensajes de gran complejidad metafórica por sustitución o identificación, para propiciar la magia imitativa).

Como dice Westhein, comparando la religiosidad precolombina de México de carácter agrícola, con la de la religión cristiana en (1987- 81): "El magno esfuerzo del mundo cristiano va encaminado a la salvación del alma. El magno esfuerzo del México antiguo se dirige al mantenimiento del orden cósmico. El maíz es el factor principal con que cuenta para lograr su fin;...

Alrededor de la germinación del maíz, fenómeno de alcance cósmico, gira el pensamiento, también el pensamiento religioso, de aquellos pueblos.

Después de los dioses creadores y organizadores del cosmos, el hombre del México antiguo adoraba en primer lugar a las deidades agrarias. Las deificadas fuerzas naturales -el Sol, la Luna, la Tierra, la lluvia, el viento-, casi todas las innumerables divinidades que pueblan su panteón, están en alguna forma relacionadas con el cultivo del maíz."

Así que es normal que los pueblos agrícolas, representasen a sus Divinidades agrarias en sus manifestaciones artísticas y que protagonizasen diversas leyendas, ya que era a su través como se asegurarían la abundante cosecha.

De una escena pintada en un recién descubierto mural maya en las ruinas de San Bartolo de Guatemala, datada en el año 100 dne Dibujo 1, leemos en una noticia publicada por la CNN (2002): "En lo que se puede ver de la pintura, Saturno (arqueólogo William Saturno) dijo que había una figura central masculina que parecía ser el dios maya del maíz, que lleva un taparrabos y un fabuloso pendiente. Detrás de él hay dos mujeres con el pecho al descubierto.

Saturno dijo que parecía describir una narración mitológica bien documentada en la que el dios resucita y es revestido por las doncellas."

Y es lógico que al igual que en este mural maya, en regiones con religiones mistéricas agrícolas, expresasen en sus manifestaciones artísticas las aventuras de sus Divinidades que codificaban las etapas por las que pasaba la agricultura, desde que se enterraba la semilla (paredro,-a moría), germinaba la vegetación y florecía gracias a las lluvias (paredro,-a resucitaba tras ser llorado,-a por la Madre Divina) y nacía como fruto (la Diosa Madre daba a luz a su bebé) de los mitos agrícolas de su mitología agrícola.

VÍCTIMA HUMANA O DIVINA EN OBRAS DE ARTE DE RELIGIONES AGRÍCOLAS: SE ASIMILA EL SER DECAPITADO / CORTADO A PEDAZOS / MUERTO, CON LA SEMILLA, MODELO PARA REPRESENTACIONES DRAMÁTICAS

Al igual que se representaba en el anterior mural maya al Dios resucitado, en otras obras de arte se representaba cuando moría simbólicamente. La muerte de la Divinidad, metafóricamente rememoraban su sacrificio arquetípico, que aseguraba el proceso cíclico de la Fertilidad de las semillas, en plantas alimenticias.

Muchos estudiosos interpretan algunas de las escenas artísticas arcaicas en las que un ser humano moría a manos de otro ser humano, como reflejo de "asesinatos" u actos violentos, interpretación a nuestro entender estereotipada e inexacta.

Nosotros defendemos que las más arcaicas representaciones artísticas en las que aparecen víctimas del sacrificio de seres antropomorfos: con flechas clavadas o caídos en el suelo muertos, o decapitadas por otros seres humanos, tendrían carácter metafórico y no serían representación de un asesinato real.

En las escenas simbólicas que ilustramos en Dibujo 2, 3, 4, 5 y 6, legadas por culturas de América del Norte, del Sur y de la cuenca del Mediterráneo, el ser humano que muere, se identificaría con la personificación Divina de la semilla que se entierra y muere antes de germinar / antes de resucitar. Y estarían reflejando mitos de la mitología agraria y con las que tratarían de propiciar mágicamente los fenómenos benéficos para la agricultura, en relación a la plantación de las semillas.

En el grabado en disco de concha de la cultura de Mississippi, América del norte del año 1200 al 1500 dne, Dibujo 2, se observa un decapitador con cuchillo ritual y cabeza de una víctima, asociada a la semilla que se entierra para germinar. Fue usado como pectoral por los habitantes de la zona de los Grandes Bosques, en la fase la cultura matriarcal de Mississippi / Misisipí. Se considera que la influencia mexicana es notoria (Barbier: 1997, 18).


Y efectivamente debe ser así, puesto que se conoce una cerámica anterior, de América central, del período Mochica Temprano (desarrollada entre los años 200 adne y 1000 dne) encontrada es Dos Cabezas, México con idéntico tema. Es descrita por Castillo y Donovan (2002): "Una pieza de la que se presume procede de estos entierros esta modelada en forma de un decapitador llevando en una mano un tumi (cuchillo ceremonial) y en la otra la cabeza decapitada de un ser humano".

Grabado en una estela de piedra de la cultura azteca (1325 -1519 dne) de México, Dibujo 3, se ilustra un decapitador con cuchillo ritual y cabeza decapitada de una víctima, asociada a la semilla que se entierra para germinar. Aunque según Westheim es: "... el numen de la fecundidad tallando la efigie del joven dios del maíz, representación simbólica de la resurrección de este último."

En este caso no sabríamos decir si el intérprete es el que ha forzado el lenguaje metafórico, al decir que el protagonista está esculpiendo una cabeza, y modifica el sentido que pensamos sería que decapita a un humano. O es el autor el que plasmó el mito con sentido cambiado. O somos nosotros los que no vemos la identificación exacta de: esculpir una cabeza, com una metáfora o ritual agrícola (aunque más adelante damos otra interpretación admisible). Pero una cosa dice claramente Westheim: la cabeza que tiene en sus manos el protagonista del relieve, se asocia con el maíz y el Dios que lo personifica.

Otro decapitador con cuchillo ritual y cabeza decapitada de una víctima, asociada a la semilla que se entierra para germinar, se puede contemplar en la escultura de piedra volcánica de la región de Guapiles de Costa Rica, del año 800 al 1200 dne Dibujo 4.

En los dibujos 5 y 6 se representa la figura de la Diosa Sena, pasando con su carro encima de una víctima muerta, su Hija la Diosa Galia, asociada a la semilla que se entierra para germinar. Están grabadas en monedas galas: una de los Vénetos y otra de los Redones de Aulerques, fechadas en el I milenio adne. Dramatizan metafóricamente la historia de la agricultura: la Diosa Sena recorre los campos llorando (lluvias) tras la muerte de Galia (semilla enterrada y muerta), ambas figuras simbólicas de la religión agraria.

La simbología exacta de estas obras de arte en la que aparecen víctimas humanas, según nuestra concepción, sería: una Divinidad decapita o mata a otra Divinidad, asociándose el Ser Divino que se decapita / que se muere, a la semilla (de maíz o de otro fruto) o a la mazorca de maíz (o a la espiga del cereal) que se desgrana / se desmembra, antes de enterrarse para promover su germinación.

Y que se concretizaba en el mito metafórico que narraba la muerte del Ser Divino (que podía ser de cualquier género: masculino o femenino), que personificaba la semilla y que tras morir resucitaba.

En principio, estas escenas servirían de modelos para las ceremonias mágicas a realizar, en relación con la plantación de la semilla, en donde se representaba de forma teatral el mito religioso, para propiciar mágicamente la lluvia causante de la germinación, tras la siembra de la semilla.

En las ceremonias dramáticas de las religiones mistéricas agrícolas, se conmemoraba el duelo por la muerte del paredro Divino. En ellas se escenificaba de forma simbólica la muerte de la imagen vegetal o humana. Su entierro con lamentaciones de plañideras. La posterior resurrección gracias a los lloros y los bailes y cantes de himnos religiosos. Y todo al son de instrumentos musicales, que producían mágicamente las tormentas que acompañaban a la lluvia. Además realizaban otros rituales orgiásticos. Y bastaba la representación plástica alegórica o la dramatización ritual del mito en la fiesta de Misterio -con la muerte de la imagen vegetal o de la imagen artística humana-, para que ellos creyeran en la eficacia de su poder mágico: gracias a ello las semillas germinarían. Por ejemplo en alguna región: "... sólo se sacrificaba la efigie de Adonis o se lo mataba con la forma de «jardines de Adonis»: tiestos con plantas que dejaban secar y arrojaban al mar." (Husain: 1997, 81).

En el caso de las escenas reflejadas en monedas galas, sabemos que existían ceremonias sagradas mágicas que las reproducían: se recorrían en procesión los campos recién sembrados en équidos y en carros, llevando varas enramadas que se mojaban en agua con el que rociaban las praderas, para propiciar la lluvia que haría germinar a las semillas enterradas.

En el caso americano no sabemos exactamente para qué ceremonia estaban sirviendo de modelos estas escenas de decapitación. Pero una explicación plausible podría ser la de servir de modelos para las ceremonias en las que se enterraban en campos de cultivo cabezas de esculturitas tras la siembra, para propiciar mágicamente la germinación de los campos. Siendo las cabezas escultóricas, imágenes simbólicas representativas de la Divinidad que personificaba la semilla y de la que el mito narraba que moría decapitada / cortada a trozos, antes de resucitar.

Daría respaldo histórico a nuestra deducción el hecho de que en América aparezcan muchas cabezas escultóricas en los campos de cultivo, en donde los expertos afirman que se enterraban para propiciar la cosecha. Como señala Spranz (1986, 30): "Innumerables cabecitas de figurillas de barro, utilizadas posiblemente como ofrendas mortuorias o como símbolos de fertilidad, fueron descubiertas durante las excavaciones efectuadas por obras públicas o bien al remover los campesinos actuales la tierra con la reja del arado."

Así que en Mesoamérica, la decapitación de esculturas sería el acto simbólico de la decapitación de la Divinidad que personificaba la semilla, para reclamar la intervención Divina y propiciar mágicamente la germinación de la semilla y la abundancia de cosecha.

Tal hecho confirmaría que bastaba la decapitación simbólica de la escultura o de la representación artística de la Divinidad que personificaba la semilla, para propiciar la resurrección / germinación de las otras semillas. No hacía falta ningún asesinato de un ser humano real, para conseguir el fin de propiciar la Fertilidad de los campos de cultivo.

Y esta explicación daría sentido al hecho de que el protagonista del relieve azteca de nuestro Dibujo 3, esté tallando una escultura simbólica de una cabeza humana (no que esté decapitando a nadie), para conseguir igual fin. Y que además corroboraría toda nuestra argumentación. Bastaba con el sacrificio simbólico (mediante la decapitación de una escultura, o la representación artística de una decapitación, o la representación de la talla de una cabeza decapitada) de una víctima, para asegurar la eternidad del proceso de la vida. O como Moyers expone, citando a Campbell, en (1991, 20): "La planta moría, y era enterrada, y su semilla volvía a nacer. A Campbell le fascinaba el modo en que este símbolo era retomado por las grandes religiones del mundo como la revelación de la verdad eterna: que la vida proviene de la muerte o, en sus palabras, «del sacrificio, la bienaventuranza»."

Y congruentemente con este ritual de decapitación de esculturas de culturas de Mesoamérica, se sabe que en regiones del Mediterráneo se practicaba similar rito de sacrifico simbólico en ritos de Fertilidad de cosecha. Lo confirman los hallazgos arqueológicos, que constatan que decapitaban deliberadamente las esculturas. Posiblemente la cabeza sería enterrada en campos de cultivos al igual que en América, para propiciar la germinación de las semillas, aunque dada la penuria de datos arqueológicos al respecto, no nos sea posible confirmarlo.

Y de ahí las abundantes esculturitas con un agujero donde se insertaba la cabeza, que era retirada en ciertas ceremonias agrícolas (existen en Yugoslavia, Bulgaria, Hungría, Rumania, Grecia, Francia, Anatolia,...), además de cabezas de esculturas sueltas y los cuerpos de esculturitas decapitados voluntariamente.

Son ejemplos varias esculturas de figuras decapitadas Dibujo 7, fabricadas con un agujero donde se insertaba la cabeza mediante clavija, que eran retirados en ciertas ceremonias agrícolas y sustituidos por espigas, halladas en el Templo de Hagiar Kim, Malta (isla en Mediterráneo) del IIIer milenio adne: "En la parte superior pueden observarse unos orificios que permitían sujetar la cabeza, que, según Gómez-Tabanera, sería sustituida por un simulacro de espigas o mieses, convirtiéndola en una imagen agraria en una fertility's goddess, en concretas fiestas estacionales." Delporte en (1982, 234).

VÍCTIMAS HUMANAS O DIVINAS EN MITOS DE RELIGIONES AGRÍCOLAS

Asimismo existen sorprendentes coincidencias en mitos religiosos de muerte y resurrección de Seres Divinos de regiones muy alejadas entre sí, como saben los estudiosos de mitologías y religiones de todo el universo. Al respecto manifiesta Campbell en (1993, 31): "... los temas fundamentales de la mitología han sido constantes y universales..." Por tanto no extraña encontrar obras de arte similares que los reflejan.

Así que podría deducirse que estas figuras de decapitadores, tanto de Norteamérica como de Mesoamérica, que le cortan la cabeza a otro Ser Divino, podría estar representando un mito similar al de la cultura azteca, que narra que el Dios Huitzilopochtli decapitó, a causa de sus infidelidades, a su hermana-esposa la Diosa Coyolxauhqui "Adornada de Frutos de Palma" [del náhuatl coyolli = determinada fruta de palma, según Cela (1969, 156)]. Es decir que Huitzilopochtli decapitó a Coyolxauhqui / desmembró el fruto para sembrar las semillas (personificadas por la Diosa. Y ese mito estaría reflejado en la gran piedra circular hallada enterrada bajo la pirámide gemela de Tenochtitlán, donde está en relieve la Diosa desmembrada).

E igual asociación metafórica con la semilla existirían en diversos mitos de muerte y resurrección de otras regiones con religiones agrícolas, a pesar de las variaciones. En estos mitos se narra la muerte de ciertos protagonistas, asimilados a la semilla en tiempo de siembra, cuya muerte y resurrección dramatizaba la historia de la agricultura. Posteriormente una Diosa Salvadora lloraba o bajaba al averno donde el Ser era retenido y lo resucitaba. En las diferentes variaciones del mito, las lágrimas o la bajada de la Diosa al mundo subterráneo, equivalían a las lluvias que fertilizaban la tierra / las lluvias penetraba en el suelo, producían la resurrección del paredro / hacía a la semilla germinar en vegetación.

Confirma el paralelismo metafórico las palabras de Hawkes y Woolley (1977, 286): "El ritmo estacional fue relacionado con el enterramiento de la muerta semilla y su renacimiento en el verde tallo..."... "Al desarrollarse esto, la antigua diosa-madre vio su importancia disputada por un hijo, una divinidad masculina, cuya pérdida tenía ella que llorar, pero que podía obtener en ella su propia resurrección."

Existe un mito de decapitación de un Ser Divino en Oceanía, que incluso explicita que de la cabeza decapitada surge un árbol frutal, lo que corrobora nuestra deducción. Así un mito polinésico narra que el compañero / paredro de la Diosa Hina, fue muerto a manos de los seres humanos (semilla muere), y la Diosa plantó la cabeza de su amante, que se convirtió en cocotero (paredro resucita / vegetación florece). Es similar al mito de aborígenes de la isla Mangaia / Mangeia, para quienes fue la cabeza decapitada y enterrada de la Diosa Anguila, la que dio origen al primer cocotero. En otro mito de Hawai, la Diosa Hi'iaka es la Salvadora que descendió al averno para salvar a su amante / paredro Lohiau asesinado y retenido por su Hermana la Diosa Pelé .

En el mito de la religión Mistérica agrícola egipcia, es Osiris el que muere cortado en catorce pedazos (espiga es desmembrada), por los celos de Seth, esposo de la infiel Neftis. Y es Isis, esposa-hermana de Osiris la que lo llora desconsoladamente y lo devuelve a la vida con sus lágrimas, que hace aumentar el caudal del Nilo y producir la inundación, que riega las tierras de labor (paredro resucita / vegetación florece).

Los intérpretes del mito egipcio saben que la muerte y resurrección de Osiris, cuenta metafóricamente la historia de la agricultura, al igual que la muerte de Coyolxauhqui cuenta similar alegoría (aunque los intérpretes americanos no hayan visto la relación, o al menos nosotros no hayamos accedido a la fuente que la explicita). De las fiestas en honor de Isis y Osiris, leemos en la Enciclopedia U., Tomo 40 (1991, 860): "A pesar de la pompa con que en los tiempos posteriores los sacerdotes rodearon la adoración de Osiris, la concepción del dios como el grano de trigo aparece clara en la festividad de su muerte y resurrección celebrada primero en el mes de Khoiak y después en el mes de Athyr. Tal festividad estaba esencialmente dedicada a la siembra,É"

Y añaden: "Isis, suponían, lloraba á (sic) su esposo-hermano que acababa de morir como mueren las espigas, y fué (sic) una de sus lágrimas, caída del cielo, la que hizo desbordar el Nilo y ocasionaba la inundación anual. Algunos meses después los campesinos enterraban el grano con los mismos ritos observados al enterrar los muertos. ¿Colocar la semilla en la tierra es algo diferente que enterrar á (sic) Osiris, el alma de los granos?"

En la mitología de la religión Mistérica de Siria, es Baal el que muere (como semilla) a manos de EL / Elkunirsa a causa de su esposa infiel Asertu y es devuelto a la vida por la esposa-hermana del asesinado: Isthar.

En otra región se narra que Mot es el que asesina a Baal (semilla muere) porque obstaculizaba sus relaciones con su Hermana Anat. La Diosa Anat descuartizó a Mot (desmembró la espiga de cereal) sobre un terreno de cultivo y tras derramar abundantes lágrimas como Madre Llorona (lluvias) resucitó a Baal y a Mot.

En otra versión se considera que la Diosa Anat descendió valientemente al interior de la Tierra / a los infiernos (de interior) para rescatar el cadáver de su esposo-hermano Baal de la muerte. Y gracias a su poder lo resucitó.

En otro mito asiático era la Diosa Ishtar la que bajó al inframundo en busca del cazador Dumuzi-Tammuz muerto, su "paredro o compañero masculino" y diversos intérpretes que los han analizado, saben perfectamente que está narrando la historia de la agricultura. En palabras de Mayr en (1986, 66): "Su mítica bajada al inframundo y el lamento de Ishtar por el dios muriente, simboliza en la mitología matriarcal-naturalista la muerte de la vegetación. Pero liberada (sic) por Ishtar, Tammuz resucita con el renacer de la vegetación, deviniendo así el precursor de los dioses resucitados en el Oriente próximo: así del sirio-fenicio Adonis (amante de Afrodita en Grecia) y del dios de la primavera frigio Atis, amante de la diosa Cibeles. Tammuz encuentra paralelos en el egipcio Osiris y en el germánico Baldur." La Diosa Ishtar con su poder consigue liberarse y con el envío de las Aguas Fuente de la Vida, resucita a su esposo Tammuz (germina la semillas) y vuelve de nuevo la normalidad. Continúa Donovan (1988, 18): "Entonces las plantas germinaron y florecieron de nuevo, y los animales y los hombres empezaron a reproducirse. Esta es la versión más antigua de que se tiene constancia de la leyenda de la muerte y del renacer de la tierra y de la época de apareamiento de los animales."...

"Muchas religiones antiguas poseen alguna leyenda sobre la resurrección, en la que se vence a la muerte por el amor..."

Otros mitos que narran la misma historia agrícola es la de Hipólito que muere (como semilla), tras ser acusado por la infiel Diosa Fedra. Posteriormente la Diosa Artemisa lo resucitó.

E igual historia agrícola narra el mito tártaro: "el personaje femenino llamado Kubaiko descendió a los infiernos, donde estaba la cabeza decapitada de su hermano (semilla muere), y volvió a la tierra con ella y también con el agua de la vida que el dios del infierno le dio para resucitarlo." En palabras de Ortega (2002).

EVOLUCIÓN DE LOS RITOS MÁGICOS: SACRIFICIO DE PERSONAS ELEGIDAS O DE PRISIONEROS DE GUERRA PARA PROPICIAR LA COSECHA O PARA OTROS FINES

A partir de cierto momento, en los ritos de cosecha de las religiones mistéricas agrarias, ya no bastaba el sacrificio ritual y simbólico de la representación artística de la Divinidad del Maíz (o que personificaba la semilla de otro cereal o de otro fruto) o la dramatización ritual del mito. Y empezaron a realizarse sacrificios reales de humanos.

Y sabemos que fue una evolución, porque se levantaron voces contra las prácticas sangrientas religiosas, por parte de antiguas sacerdotisas, en cuyas manos habías estado la religión. Lo corrobora el hecho de que mientras estuvo en manos femeninas, los ritos arcaicos femeninos fueron calificados de orgiásticos, pero no de cruentos. Como dice Husain (1997, 139): "En ocasiones se afirma que los sacerdotes inventaron los sacrificios y los tabúes menstruales para evitar el empleo de sangre femenina en rituales que en otra época recaían en las sacerdotisas." Y también evidencia la crítica a los sacrificios humanos el hecho de que se produjeron muchas excisiones religiosas por parte de rebeldes sacerdotisas, cuando sus regiones fueron invadidas por otros pueblos que les impusieron cultos más sangrientos. Al intentar doblegarlas para que participasen en los cultos, algunas prefirieron emigrar junto a sus partidarios. De ahí que en la época de las grandes invasiones patriarcales, se produjera a la par emigraciones femeninas en busca de otros territorios en los que practicar sus antiguas creencias pacíficas.

Y a partir de la revolución patriarcal, que tuvo lugar en todo el universo y en cada región se produjo en diferente fecha, al pasar el dominio del ejercicio del sacerdocio de manos femeninas a manos masculinas, surgieron nuevas versiones deformadas, deducidas de las obras de artes con víctimas simbólicas; nuevas historias reinventadas de los originales mitos; así como nuevos ritos basados en interpretaciones reales de sacrificios humanos.

Las nuevas versiones se deberían bien a que los intérpretes varones, al apropiarse de la religión con doctrina secreta en manos de sacerdotisas, que informaban sólo a sus iniciadas, no accedieron al patrimonio cultural de su saber milenario. O bien porque los nuevos intérpretes obviaran el valor metafórico de los mitos y de las obras de artes con víctimas simbólicas y decidieran construir una religión violenta, de acuerdo a sus intereses.

De ahí que a medida que las civilizaciones patriarcales fueron aumentando su poder, extendieran sus postulados y sistemas religiosos sobre otros pueblos de forma violenta. A la par que se modificaba la sociedad, se dejaba de disfrutar de libertades individuales y aparecía la esclavitud y subordinación humanas y la guerra.

Y como otra manera más de legitimar su autoridad, recurrieron y se apoyaron cada vez más en sus cultos de víctimas humanas en las ceremonias agrícolas, dando valor real a los sacrificios para asegurar la Fertilidad del grano. Como dice Westheim de culturas americanas (1987, 85 - 86): "El pensamiento mágico de los pueblos mesoamericanos no puede representarse la germinación del grano de maíz, el crecimiento de la planta y la formación de la mazorca como un proceso natural que, para llevarse a cabo, únicamente requiere que el grano se introduzca en el suelo.... La doncella que representa a Tlazoltéoltl es sacrificada. Gracias a este acto simbólico no faltará el maíz en el año siguiente."

Los sacrificios humanos realizados por muchas culturas fueron de dos tipos: de personas elegidas pertenecientes a la cultura que realizaba el sacrificio, y de prisioneros de guerra, cuyos cuerpos además eran cortados a pedazos y repartidos entre los fieles para ser comidos, que muestran además otros fines. Al respecto dice Potts y Ruiz (2002): "Tanto el canibalismo de individuos (puede que de tribus enemigas) como los sacrificios constituían hechos cruciales en todas las sociedades megalíticas y dan que pensar en que la agresión era considerada necesaria para poder garantizar la continuidad de la existencia, y que en todo ello formaban parte las ceremonias religiosas."

a - Sacrificio de personas elegidas para propiciar la cosecha

Algunos rituales con sacrificios de humanos con finalidad agrícola, eran de personas elegidas de la misma cultura que celebraba los sacrificios. En estos rituales se evidencia que en principio era una ofrenda que se realizaba en honor de una Divinidad agrícola para propiciarla. Y para ello se elegían las personas más selectas de su sociedad, siendo el sacrificio humano una metáfora que extendía la analogía de la semilla que se enterraba, al ser humano de la élite que se sacrificaba. Con el sacrifico humano, se intentaba asegurar mágicamente la eternidad del proceso de la vida agrícola: que de la muerte, surgiera la vida.

Por ejemplo en Sumeria, en la obra de teatro que se montaba en la festividad anual en honor de la Diosa Inanna y su paredro Dumuzi (semilla), que según el mito moría antes de la primanera: "... el rey o un sustituto era sacrificado en la representación de este mito." Husain (1997, 40) (el rey era el representante del paredro de la Diosa).

También en Hampshire, Irlanda se han encontrado cuerpos decapitados de varones enterrados en hoyos de almacenajes de granos, víctimas sacrificales en honor de la Diosa Danann / Dana / Danu / Donu / Don / Dôn / Ana / Anu / Annan / Anna de la Fertilidad.

En América se sacrificaban 200 niños para implorar buena cosecha a la Diosa Madre de los nahoas y aztecas: Centeotl / Cinteotl / Tsinteotl / Tzinteotl "Diosa del Maíz" [de centli / zentli = grano, maíz (Enciclopedia U., Tomo 62, 1988, 245)], (algunos autores la presenta de sexo masculino pero Robelo afirma en 1982, 72 que es Diosa), Diosa de la Agricultura, de la Fertilidad, "Diosa de los Orígenes" (Fontán, 1998, 371). Era llamada también Tonacayohea "La Madre que Sustenta" (de Tona = Madre, Enciclopedia U., Tomo 12, 1988, 1086).

Y esa nueva orientación es la que debió dar nacimiento al ritual del juego de pelota como ceremonia religiosa agrícola en Mesoamérica: los perdedores eran sacrificados por los ganadores con la decapitación para propiciar la cosecha. Se evidencia que tenían la finalidad de propiciar la Fertilidad de la cosecha, porque así se explicita en una escena esculpida en el relieve de la Gran Cancha en Chichén Itzá Dibujo 8: del cuerpo decapitado de un perdedor surge un árbol lleno de flores y frutos. Junto a él, el vencedor del juego de pelota con el cuchillo ritual en una mano y la cabeza que acaba de cortarle en la otra.


Otra obra de arte que refleja el mismo ritual sagrado de decapitación se ilustra en la estela de piedra hallada en el yacimiento de Santa Lucía Dibujo 9, de la civilización de Cotzumalhuapa, Guatemala, datada en el Clásico medio (período comprendido entre los años: 0 - 650 dne). Según Coe, Snow y Benson (1992,132) se halla grabada: "un sacerdote vestido de jugador de pelota, sostiene una cabeza humana en una mano y en la otra el cuchillo sacrificial".

b - Sacrificio de prisioneros de guerra: de la comida simbólica del cuerpo de la Divinidad al canibalismo

En otras ocasiones se realizaba el sacrificio de guerreros y de prisioneros de guerra. Así en México, en honor del Dios Huitzilopochtli se inmolaban centenares de víctimas en ciertas fiestas, dado que: "... se creía que requería sangre y corazones humanos para alimentarse. Las víctimas de los sacrificios que se le ofrecían incluían prisioneros de guerra y guerreros que hubieran muerto en batalla" según Gutiérrez (1998).

También en otras regiones se sacrificaban prisioneros, que posteriormente eran comidos. Dice Quintana de los habitantes de la isla de Santo Domingo de Las Antillas (2002): "... lo cierto es que tanto taínos como caribes practicaban el sacrificio de seres humanos, los descuartizaban y los comían... La mayoría, si no todos, de los descuartizamientos de guerreros españoles por parte de los indios taínos y caribes, así como los descuartizamientos de guerreros caribes por parte de lo indios caribes hay que interpretarlos en el contexto religioso y no militar."

Nosotros pensamos que en principio el mito del sacrificio humano, estaría fundamentado en los ritos para propiciar la cosecha, pero el hecho de que se inmolasen prisioneros de guerra, además de guerreros propios muertos en batalla y que encima se comiesen (canibalismo), está evidenciando además que el ritual surgió por cuestiones económicas e intereses de Estado de origen nutritivo, una instrumentalización ideológica del poder para justificar la guerra y el afán expansionista, que la religión favorecía.

Cuando las políticas de los Estados consideraron conveniente hacer uso de las guerras para lograr los objetivos expansionistas y así obtener campos fértiles para prever la escasez de alimentos vegetales en tiempos futuros, los dirigentes usaron la justificación religiosa para adoctrinar al pueblo de que era legítimo la guerra continua con otros pueblos, ya que no debieron encontrar otra justificación (enemigos de los que defenderse), para imponerlos, ni otra solución menos costosa. A la vez convencieron a sus súbditos de que la captura de prisioneros era imprescindible, bajo el amparo de justificaciones religiosas por un lado: asegurar la cosecha como víctimas de sacrificio a la Divinidad, y por otro: para comerlos porque así iban a adquirir sus "características excepcionales." Comida además que aportaba proteínas en regiones con carencias proteicas de animales herbívoros.

Lo que pondría de manifiesto que el ritual sagrado de sacrificio y canibalismo de prisioneros, surgió por intereses de Estado cuando disminuyeron los recursos alimenticios a causas de calamidades y/o aumentaron las necesiadades de la población. Por supuesto que podrían pervivir tales prácticas por inercia, después de desaparecer los problemas nutritivos del momento en que fueron implementadas, y que habría creado resistentes argumentos explicativos para no erradicarlos.

Entre los argumentos en los que se podrían basar para justificar el canibalismo humano, están los rituales que les dieron origen, existentes en las mitologías anteriores. Por un lado los rituales en los que 1) se comía de forma simbólica el cuerpo de la Divinidad. Esta práctica tenía lugar en fiestas tras la recolección, en las que se comía las primicias de los frutos llegados a la madurez, con el que se daba las gracias a la Divinidad responsable de los frutos de la recolección, para que asegurase de forma mágica la prosperidad futura y 2) la interpretación literal del rito que conmemoraba el sacrificio arquetípico de la Divinidad que personificaba la semilla y que se conmemoraba en fiestas de siembra.

1) Sabemos que en los rituales de recolección, en fiestas de cosechas de "Acción de Gracias" de numerosas religiones de todos los continentes, se comía pan como cuerpo de una Divinidad que se cortaba a trozos y se repartía entre los fieles.

Así se sabe del ritual realizado por los aztecas dos veces al año, en mayo y en diciembre, que comían solemnemente la imagen realizada con masa de harina, que representaba a Huitzilopochtli. [Aunque en diversas fuentes se considere que es un Dios solar, su representación "en haces sagrados" (Miller: 1999, 206) y con masa de harina, evidencia que era una Divinidad vegetal de cuyo fruto cereal se elaboraba la harina con el que se hacía el pan: su cuerpo Divino. Al igual que su Hermana Coyolxauhqui, considerada Diosa de la luna, también era una Diosa que personificaba otra fruta]. Otros americanos comían la figura realizada con la planta amaranto y harina de maíz que representaba a la Diosa Iztaccihuatl. De forma similar los griegos comían en ritos sagrados, panes o tortas de cereales, como cuerpo Divino: los "maniae" panes de Aricia en honor de la Diosa Mania, el pan talisio en honor de la Diosa Talía, la torta selena en honor de la Diosa Selene, la galaxia, torta de cebada cocida con leche, en honor de Galatea "Diosa de Leche". Y en Roma se comía algo similar en la fiesta Nefrason en honor de Mithra.

Y tales ritos de comer pan como cuerpo de la Divinidad, es similar al rito de la Eucaristía cristiana, en la que Jesús se come como pan de cereal, una metáfora heredera de la Prehistoria que Divinizó el alimento (Zimmermann, 2001). Está de acuerdo con nuestra deducción, Quintana, que añade: "Los taínos y caribes pensaban que al comer la carne de un héroe o un semidios acquirirían (sic) las características excepcionales del sacrificado. Su intención era la de comulgar (como hacen los cristianos actualmente) y no la de linchar."

Y la comida simbólica del cuerpo de la Divinidad en forma de pan de cereal que se cortaba a trozos, que se practicaba en fiestas tras la recolección, se convierte en religiones practicadas en circunstancias nutritivas escasas -lo que hace a sus dirigentes ser más prácticos y cínicos-, en comida de prisioneros de guerra u otras víctimas humanas cortada a trozos.

2) Respecto al sacrificio en diversas religiones leemos en Quintana: "El sacrificio humano ha sido práctica en la mayoría de las religiones, sobre todo en las religones (sic) indioamericanas. Incluso la religión cristiana se fundamenta en el sacrificio de un ser especial, el hijo de Dios."

Pero idéntico fundamento de la muerte de un Ser Divino tienen todas las religiones agrícolas paganas, que se fundamentan en la muerte de sus Divinidades (femeninas o masculinas) (como semilla) y resucitan (como vegetación) para dar de comer a la humanidad: Acavister, Atis, Adonis, Amanus, Aranrhod, Ariadna, Axiokersa, Auxesia, Bhavani / Kali, Basa Grande, Baal, Britomartis, Combabo, Cora, Diarmaid, Dumuzi, Dusura, Earles de Desmond, Eshmund, Europa, Ferefata, Galia, Gugalanna, Hipólito, Ixquic, Libera, Lohiau, Lugna, Lúufri, Melqart, Melcario, Milcrato, Misa, Nigola, Onatag, Orión, Osiris, Pelles, Perséfona, Proserpina, Pwyll, Rod, Robigo, Sabacio, Sandón, Shamin, Tammuz, Telepino, Virbius, Xaratanga,...

Aunque la variante de que el sacrificio de Jesús tuviera existencia real no es compartida por los otros Seres Divinos, cuyos sacrificios fundamentan otras religiones paganas "agrícolas". Los creyentes de los diferentes mitos interpretan que los sacrificios de estos seres sobrenaturales tuvieron lugar en tiempos fabulosos y que se repiten al representarse ritualmente. ¿Algún intérprete actual o del pasado piensa que el Dios del Maíz maya, representado en el Dibujo 1 fue un ser humano real? ¿Alguien se plantea si existió Osiris? ¿O Proserpina? ¿O Tammuz?,...

De forma que el sacrificio simbólico del Ser que personificaba la semilla, se conmemora en fiestas de siembra para que se reactualice la Fertilidad vegetal. En algunos casos el sacrificio Divino consiste en dejar secar los tiestos vegetales que lo representan y en religiones con rituales más crueles, toman la metáfora de que el Ser que muere para dar de comer a la humanidad (asociado a la semilla que se convierte en planta alimenticia), en sentido literal y matan a un ser humano que lo representa para que germine el grano y para que su muerte dé de comer a la humanidad (aporte proteínas).

c - Sacrificios humanos no mágicos para otros fines: pago a la Divinidad por el favor que se le solicita

Cuando se sacrificaba un ser humano para que germinara el grano, aún se conservaba la metáfora mágica: la muerte del humano imitaba la muerte de la semilla. Existía una metáfora animista o biológica. En los actos mágicos de muchos rituales de religiones de tiempos históricos, también conservaban la analogía que vinculaba lo biológico con un elemento del proceso natural que imitaba y pretendía propiciar.

Por ejemplo, existía una vinculación biológica y mágica, entre los cabellos femeninos con el proceso agrícola, en ciertos rituales mexicanos. Al respecto afirma Westheim (1987, 170): "El crecimiento de los cabellos se identificaba con el de la caña del maíz. Durante la fiesta de la siembra del maíz en honor de Xipe Tótec las mujeres bailaban con los cabellos sueltos, para que la planta creciera hasta el tamaño de ellos." Y por ello en la época de siembra del maíz se les prohibía cortarse el pelo, para que por transportabilidad mágica, no dañaran el maíz.

Sin embargo no existe identificación metafórica cuando se sacrificaba un ser humano para otros fines: para que hiciera viento, profetizar, adquirir valentía, o para que la tormenta cesase. Es decir, que el sacrificio humano con finalidad agrícola era "mágico", ya que imitaba el proceso natural, existía metáfora biológica entre el sacrificado que sustituía a la semilla que moría y el proceso que se quería obtener. Y el sacrificado se vinculaba mágicamente con la semilla. Es decir que el sacrifico no pagaba el favor solicitado a la Divinidad, sino que rememoraba el proceso para que se produjese mágicamente.

Mientras que en los rituales con sacrificios humanos para conseguir otros fines, no existe analogía de identificación entre el sacrificado y el proceso que se quiere propiciar. Ya no existe pensamiento mágico que por transportabilidad mágica haga que el fenómeno se realice. Ahora sí que se convierte el sacrifico humano en honor de la Divinidad, en un pago por el favor que se le solicita.

Algunos ejemplos de sacrificios no mágicos: los de Cartago, en donde en cierto momento de su desarrollo histórico, se sacrificaban niños en honor del Dios Ba'al Hammon, para aplacar la tempestad (Carretero, 2000). En Germanía había sacrificadoras teutónicas que acompañaban al ejército y sacrificaban a los prisioneros para profetizar, tras beberse su sangre. En culturas celtas, las sacerdotisas sacrificaban a varones para solicitar a la Divinidad vencer en batalla, como ilustra una escena en relieve del vaso del caldero de plata de Gundestrup, Dibujo 10.

En regiones griegas se sacrificaban doncellas para procurar la salud de los ciudadanos, como lo ejemplifica el sacrificio de la princesa Colofonia, hija de Erecteo y Prasidea de Atenas. (Aunque quizás el sacrificio esté aludiendo a una proceso metafórico de sustitución, ya que la colofonia se extraía por medio del proceso de transformación por el calor / destilación de la trementina o bien se refiere a una de las finalidades del producto: ser quemado). También en Grecia se sacrificaban doncellas para que vinieran los vientos, como muestra el sacrificio de la princesa Ifigenia, hija de Clitemnestra y Agamenón, porque el día que las naves de vela iban a zarpar a Troya desde Aulis en Beocia, había calma absoluta. En regiones de África, como en Benín, ex-Dahomey, las Hacedoras de lluvia del imperio monomotapa (desapareció en el siglo XIX) sacrificaban a varones para hacer llover. Otros humanos eran sacrificados para acompañar a un difunto de alto estatus en la otra vida, de la que son ejemplo los sacrificados hallados en enterramientos de Sumeria (que se hacían en honor tanto de varones como de mujeres poderosas). A la muerte de la reina Puabi / Shub-Ad (alrededor del año 3700 adne / 2350 adn) fueron sacrificados setenta y cuatro personas y el que se supone su esposo: "... el mismo A-bar-gi también parece haber sido muerto ritualmente." según CampbelL en (1994, 31). También en Iberia se realizaban sacrificios a la muerte de un personaje importante (tanto de varones como de mujeres poderosas): ejemplo las doce sacerdotisas asesinadas para acompañar a la reina hallada en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol, cerca de Adra, Granada, datado en el año 3500 adne (Maringer: 1989, 233) y la recientemente encontrada mujer sacrificada a su esposo, encontrada en la tumba principesca de Peal de Becerro, Jaén, España, del siglo VI adne (según deduce Molinos tras analizar las cenizas mezcladas de sus urnas cinerarias, hechos aportados por Santos, 2002). Mientras en La India sólo eran sacrificadas las viudas a la muerte del esposo. Otros sacrificios tenía finalidad desconocida, como los varones de alto estatus sacrificados ritualmente en turberas de Tollund Fen, Dinamarca hace poco más de 2000 años.

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