¿Qué significa "culturalmente apropiado" respecto a programas de prevención del VIH/SIDA?
Estudio entre los indígenas urbanos de Calgary, Alberta, Canadá.
Por: Isabel Laura Romero Vivas
M.A. en Antropología Social
Universidad de Calgary
isabel99@yahoo.com
Introducción
Este trabajo es resultado de una investigación cualitativa para mi tesis de maestría en Antropología Social. El tema fue cómo el VIH/SIDA se traduce a un contexto histórico y social específico: la población indígena urbana de Calgary, Alberta, Canadá. El análisis enfatiza la importancia de la historia y la cultura en el desarrollo de programas de prevención del virus, y es un ejemplo de cómo una cuestión de salud está íntimamente relacionada al desarrollo histórico y social de un grupo.
Investigaciones y agencias de servicios sociales en todo el mundo enfatizan la necesidad de desarrollar programas "culturalmente apropiados" para las poblaciones a las que están dirigidos. Aunque el término es usado constantemente, rara vez se explica su significado por lo que uno de los objetivos de la tesis fue analizar lo que tal término significa para este caso concreto. A través de estas líneas presentaré algunos de los hallazgos de la tesis sobre el tema.
Metodología
La tesis abarca cinco perspectivas en torno al VIH/SIDA, dentro del mencionado contexto histórico social:
1. El discurso biomédico en torno al VIH/SIDA.
2. Las experiencias de la gente viviendo con el VIH/SIDA.
3. El contexto político, en cuanto a la relación entre indígenas y no indígenas y entre las distintas agencias de servicios sociales.
4. El VIH/SIDA desde la perspectiva indígena, acorde a las enseñanzas de los ancianos y la visión indígena de la salud. Esta sección incluye un apartado de casos concretos sobre programas de prevención que siguen el modelo indígena.
5. Las agencias de servicios sociales.
El estudio es de tipo cualitativo, basado en el método etnográfico. La información recopilada proviene de tres tipos de fuentes:
- Información de primera mano: veintitrés entrevistas, diecisiete de ellas grabadas y seis de manera informal, con un total de diecisiete participantes. Once de ellos son indígenas, una persona mestiza (Métis) y cinco no indígenas. Tres trabajan en el campo de la salud, seis son miembros de agencias de servicios sociales, cuatro ancianos indígenas y el resto (cuatro personas) no especificaron su ocupación. Adicionalmente, incluyo mis propias observaciones e información recopilada durante congresos, seminarios y eventos relacionados al tema, así como por mi participación como voluntaria en el Grupo de Trabajo Indígena sobre VIH/SIDA en Calgary de Octubre 2000 a Septiembre 2002.
- Información secundaria. Revisión bibliográfica sobre el tema en bibliotecas, Internet, folletos de organizaciones, reportes gubernamentales y testimonios de gente viviendo con el virus.
- Otras fuentes, tales como videos y los programas del canal canadiense Red Televisiva de los Grupos Indígenas (APTN - Aboriginal Peoples Televisión Network).
Todos los nombres de los participantes en el proyecto son ficticios, elegidos por ellos mismos en la mayoría de los casos. La gente fue invitada a participar individualmente, fuera de su relación con agencias de servicios sociales y comités. También elaboré un póster invitando a gente indígena viviendo con el virus a participar en el proyecto. La invitación fue colocada en varias agencias sociales y en la clínica que atiende todos los casos de VIH/SIDA en Calgary y el sur de Alberta. Sin embargo, la respuesta fue casi nula, a lo que atribuyo varias razones. Una es que la gente indígena tiene muchísima desconfianza en las instituciones de salud y agencias no-indígenas, así como un gran temor a que se divulgue su estado clínico y ser estigmatizados por ese motivo. Otro motivo no menos importante es que la gente afectada por el VIH/SIDA tiene asuntos mucho más urgentes que participar en una investigación que no ofrece beneficios inmediatos. La participación de APHA's (Aboriginal Persons living with HIV/AIDS - Personas indígenas viviendo con el VIH/SIDA) es posible a través de agencias que los atienden. Aunque inicialmente participé como voluntaria de Feather of Hope (Pluma de Esperanza), una agencia indígena para la prevención del VIH/SIDA, esta agencia cerró sus puertas antes de que pudiera iniciar mi investigación, complicando mi acceso a los participantes. Este hecho me colocó en una situación similar a los clientes de la agencia, que tienen que buscar nuevos apoyos, contactos, etc. cada que una agencia cierra. El daño a la confianza que la gente tiene en las agencias es rotunda, por lo que cada vez hay mayor apatía y desinterés en los programas de prevención.
El contexto histórico y social
Existe cierta tensión en la relación entre los indígenas en Canadá y el resto de la población, resultado de la colonización y los interminables intentos de asimilación por parte del gobierno. Estas condiciones marcaron mi investigación desde un principio, ya que la tensión está presente también entre indígenas y académicos. En Canadá los grupos indígenas tienen una elevada conciencia política y la aceptación de un proyecto de investigación puede necesitar la aprobación del Consejo Tribal, tardando mucho tiempo y asemejándose a un trámite burocrático. Aunque la situación no está libre de tensiones ni de abusos - ya que hay quienes intentan controlar el acceso a los grupos indígenas con fines personales, económicos o políticos - el objetivo general es recobrar el control indígena sobre el conocimiento que se genera y escribe acerca de ellos, hecho que apoyo totalmente. Dicha situación ofrece a la antropología la oportunidad de escribir textos más acordes a las voces y realidades de los grupos con los que trabajamos y por lo tanto de disminuir la herencia colonizadora de la disciplina.
La exacerbada conciencia política entre los indígenas canadienses se debe a múltiples factores. Uno es la relación entre indígenas y no-indígenas, que comenzó por la firma de los Tratados (Treaties) con la corona inglesa a partir del siglo dieciocho. En los tratados se acordó el acceso de los colonizadores a tierras indígenas a cambio de ciertos beneficios, uno de ellos los servicios de salud, descritos en ese entonces como "baúles de medicina" - medicine chests (DIAND 1968: 26). Desafortunadamente, la diferencia de valores, intenciones y culturas hizo de ese momento histórico la fuente de una serie de malentendidos que siguen hasta nuestros días y que han puesto en desventaja a los grupos indígenas. Para los colonizadores los tratados fueron un medio para despojar a los indígenas de sus tierras y saciar sus deseos de expansión. Para los indígenas los tratados fueron acuerdos de paz y es por eso que fueron sellados con la ceremonia de la pipa de la paz, símbolo de compromiso con el Creador. Para los primeros es un documento que debe leerse letra por letra. Para los segundos un compromiso social y espiritual, y por lo tanto inquebrantable (Treaty 7 Tribal Council 2001: Our Site).
Los tratados añadieron un aspecto legal a la identidad indígena. Todo indígena en Canadá recibe un número de afiliación a determinada banda desde su nacimiento, garantizando su acceso a sus derechos en los Tratados. Existen más de 16 distintas categorías legales para determinar la identidad indígena de una persona (Daniels 1981: 3-4), convirtiéndose en un obstáculo burocrático que deja a mucha gente sin los beneficios a los que tienen derecho. Actualmente los indígenas siguen luchando en tribunales por que el gobierno cumpla los compromisos adquiridos por la corona inglesa. Y el resto de la población (no informados ni interesados en historia indígena) considera que esos tratados deberían ser erradicados y todo mundo debería ser tratado "igual". El problema es que los tratados no se han cumplido realmente. Los indígenas se refieren a ellos como una "promesa rota", que ha tenido graves efectos en su población y que cambió su estatus de autosuficiencia por dependencia en el gobierno, situaciones económicas y políticas desfavorables y dinámicas familiares adversas.
A partir del contacto y la colonización, los indígenas y la población no-indígena se convirtieron en competidores por recursos, originando conflictos y fricciones. El desarrollo de imágenes negativas sobre los indígenas reforzó los esfuerzos de colonización y asimilación y ayudó a justificar el despojarlos de sus recursos. La imagen que se empezó a difundir sobre los indígenas y que se mantiene hasta nuestros días fue la de "eternos quejumbrosos, siempre pidiendo más". Pero no sólo hubo esfuerzos intencionales por desacreditar a los indígenas, sino que también las diferencias culturales jugaron un papel importante en la construcción de prejuicios y estereotipos. Un ejemplo es la caza, que desde el punto de vista europeo era una actividad de ocio, un gusto de las clases nobles, mientras que en el contexto indígena era una actividad de subsistencia (Farell Racette 2001: 154). La imagen del indígena como un individuo flojo y ocioso derivó en muchos casos de la dificultad por parte de los europeos de entender un modo de vida distinto. En el presente, este problema continua y los prejuicios y el racismo hacia los indígenas es uno de los mayores obstáculos que enfrentan. En el caso de la salud el racismo tiene graves consecuencias, comenzando con una falta de auto-estima que favorece actitudes auto-destructivas, tales como alcoholismo y abuso de drogas. Mucha gente indígena no se siente bienvenida ni que es tratada con respeto cuando acude a clínicas y hospitales, al grado que prefieren no ir, privándose del servicio. En un nivel más amplio, estos prejuicios han aislado a los indígenas del resto de la población, obstaculizando su asociación con otros grupos y por lo tanto frenando su desarrollo económico y su auto-determinación política, haciéndolos cada vez más dependientes del gobierno.
Las escuelas residenciales son otro ejemplo de políticas de asimilación que han dañado fuertemente la salud de los indígenas, sus dinámicas familiares y sociales, su visión de la sexualidad, etc. Esta política fue implantada por el gobierno con ayuda de la Iglesia Católica (Furniss 1992: 16). Los niños indígenas fueron separados de sus padres (sin consentimiento de éstos) para ser llevados a tales internados. En las escuelas residenciales se prohibía a los niños indígenas hablar su lengua, realizar ceremonias, ver a sus familiares, jugar o convivir con niños del sexo opuesto, etc. con el fin de ser educados en una cultura no-indígena; el objetivo es que dejaran de ser indígenas. Abusos de tipo sexual, físico y emocional han sido constantemente denunciados por sobrevivientes a estos internados. Los efectos de tales medidas han afectado profundamente a más de tres generaciones de indígenas, contribuyendo a la falta de auto-estima, desconocimiento de la propia lengua, dinámicas familiares inadecuadas, alcoholismo, abuso sexual, suicidio, altas tasas de desempleo, etc. Todos estos factores incrementan las posibilidades de que una persona participe en actividades de riesgo de infección del VIH/SIDA. Esto aunado a condiciones sociales y económicas desfavorables es la causa por la que los indígenas están cinco veces más propensos a contraer el virus que una persona no-indígena en Canadá (Health Canada 2002).
El modelo biomédico del VIH/SIDA
Tanto el Virus de Inmunodeficiencia Humana, como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se originaron fuera de la cultura indígena. Existen múltiples teorías de su origen y a la fecha no se ha desarrollado la cura. Aquellos afectados por el virus declaran que los efectos secundarios del tratamiento son peores que la enfermedad. La epidemia crece a pasos alarmantes, habiéndose reportado 40 millones de personas viviendo con el virus al final del 2001 (UNAIDS - Estimados Globales 2001 - Sitio de Internet). En el caso de los indígenas de Canadá, el número de casos es de 2740, de los cuales 54% se han infectado por uso intravenoso de drogas (Health Canada 2002: 5). La Clínica del Sur de Alberta en Calgary reportó en septiembre 2001, 150 pacientes indígenas de un total de 1621, o 9.3 por ciento en el tiempo total de operaciones de la clínica. La clínica atiende 95 pacientes indígenas activos (no finados o trasladados a otra clínica) de una población total de 743. Es decir, los indígenas representan el 13 por ciento (Nathon - Entrevista Septiembre 2001).
Una tendencia global ha sido considerar el VIH/SIDA como una enfermedad del "otro": el homosexual, aquel que se inyecta drogas, los infieles, los promiscuos, los africanos, o en el caso de los indígenas canadienses un problema del "hombre blanco". Como consecuencia de esta negación y falta de información existe un fuerte rechazo a aquellos que padecen la enfermedad, sus familias y la gente que los atiende. El querer ver el VIH/SIDA como un problema ajeno es una estrategia que responde al miedo y al querer evitar el peligro. Sin embargo, en la realidad sólo lleva a la falta de información, por lo que el riesgo de infección y transmisión de la enfermedad se hace más grave.
El VIH/SIDA es una enfermedad y un discurso global que se traduce en contextos y culturas locales. Sin embargo, las relaciones asimétricas de poder a nivel global o entre distintos grupos de una misma sociedad hacen que se favorezca el modelo biomédico de la salud, ignorando los sistemas médicos tradicionales. El modelo biomédico se enfoca principalmente en los aspectos físicos de la enfermedad.[i] En el caso de los indígenas de Calgary, el modelo aborigen de salud incluye cuatro puntos fundamentales: el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu,[ii] por lo que el modelo biomédico es útil pero no suficiente.
Aunado a esto, la falta de confianza en instituciones de gobierno y en general la tensión existente con la población no indígena obstaculiza que los indígenas hagan uso de servicios y programas orientados a la población en general (RPM Planning Associates Limited 1994: 11). Algunos indígenas se quejan de los "programas de blancos, diseñados y orientados por blancos" (ídem), donde las especificidades de la cultura indígena no se toman en cuenta.
"La gente indígena no va a usar los servicios no-indígenas. Los indígenas mueren en su casa, sufren sin los servicios debido a muchas cosas, ya sea que no confían en la gente, no se sienten a gusto, no sienten que están recibiendo el servicio adecuado. No se les atiende muy bien por gente llena de estereotipos, gente que en sí misma lleva muchos prejuicios. Parte de culpa la tienen los periódicos. La (mala) representación sigue y sigue. Todos estos círculos viciosos en los que la gente está atrapada" (Fine Shield Woman - Entrevista Agosto 2001).
Un ejemplo que se repite una y otra vez es la importancia de los recuentos orales entre los indígenas versus el mayor énfasis en información escrita de la cultura euro-canadiense. Aún cuando esta diferencia cultural se menciona en prácticamente todos los reportes e investigaciones sobre el tema, la información se sigue difundiendo de manera escrita o en sesiones tipo conferencia universitaria. Los modelos indígenas promueven una alta participación en los talleres, "Haces que la gente participe lo más posible, no es una conferencia, sino que la clave es la participación" (Mary Raven's Eye - Entrevista Noviembre 2001).
El problema subyacente a todas estas situaciones es que el modelo biomédico se trata de imponer sobre el modelo de medicina indígena, y se mantiene el control euro-canadiense sobre los indígenas, en vez de permitirles tomar sus propias decisiones.
Las agencias de servicios sociales: retos y oportunidades
Existen diversos programas y agencias en Calgary y en Canadá que tratan de seguir un modelo indígena y por lo tanto ofrecer un servicio "culturalmente apropiado". Estas agencias tienen un gran reto ante sí: por un lado funcionan con fondos del gobierno y por lo tanto tienen que seguir el modelo "occidental" de planeación, implementación y evaluación para seguir funcionando. Al mismo tiempo, tratan de ser compatibles con la cultura indígena, utilizando recursos y medios aborígenes para la elaboración de sus programas. La constante presión burocrática que ejercen los patrocinadores hace que poco a poco las agencias se vayan alejando del modelo indígena y favorezcan más el modelo "occidental" con el fin de no desaparecer y seguir funcionando.
Existen múltiples ejemplos de cómo la estructura burocrática de las agencias las aleja de la cultura indígena y por lo tanto de los clientes a los que se supone deben servir. Un ejemplo es el papel de los ancianos en los programas sociales. Para la cultura indígena los ancianos son altamente valorados, ya que son poseedores de la tradición y el conocimiento adquiridos durante años. En la cultura occidental, fuertemente influenciada por los valores del capitalismo, los ancianos son miembros improductivos de la sociedad, llegando a verse muchas veces como "una carga". Las agencias indígenas que incluyen ancianos como asesores de sus programas tienen que "justificar" ante los patrocinadores la utilidad de estas personas, es decir tienen que mediar entre ambas culturas. En algunos casos se acepta su participación pero no se destinan fondos para los ancianos, ya que no entran en ninguna de las categorías de asesores o consejeros establecidas por el modelo occidental: trabajadores sociales, psicólogos, etc. En otros casos los fondos están disponibles, pero son vistos desde una perspectiva capitalista, transformando el papel de estos ancianos en "un trabajo más", donde tienen que cubrir horas de oficina como cualquier otro empleado, llenar reportes, destinar un tiempo limitado a cada persona que atienden, etc. En palabras de Waldram (1997) la cultura se corporatiza y lo que sucede muchas veces es que los ancianos acaban frustrados con el papeleo que impide su trabajo real, al grado que muchos de ellos renuncian y la gente se queda sin el apoyo espiritual y moral que los ancianos representan (p. 144).
Estas mismas tensiones burocráticas o estructurales minan el entusiasmo de voluntarios y de la gente viviendo con el virus que ofrece apoyar programas de las agencias.
"Tenía cuatro citas al día. Dependiendo de la gente, algunas veces veía cinco personas al día ¡y eso es mucho! Dos antes del descanso de mediodía y dos después, y luego me quedaba a trabajar toda la tarde... Salía de la oficina sintiéndome muy pesada, aun cuando las mujeres (clientes) hayan llegado a una solución o resolución que las hiciera sentir bien. Pero algunas veces el escuchar todo eso (problemas) se convirtió en parte de mí. Tuve muchos problemas para "limpiarme" de todo eso. Yo creo que estoy muy cansada de ese tipo de trabajo porque nunca aprendí a protegerme. No que necesitara protección de alguien, sino sólo ser capaz de protegerme a mi misma y no tomar la energía y emociones de otras personas" (Alexia Standen - Entrevista Junio 2001).
La gente viviendo con el VIH/SIDA es un elemento fundamental para las agencias. El efecto de las palabras compartidas por gente viviendo con el virus sobre la audiencia es muy fuerte, y su presencia ayuda a crear confianza entre clientes y agencias. El trabajar en una agencia brinda algunos beneficios a la gente afectada por el VIH/SIDA, como acceso a recursos, oportunidad de servir a su comunidad, una red de relaciones que aceptan su estado médico, etc. Sin embargo, también llegan a adquirir una carga de trabajo considerable y no siempre se reconoce su trabajo. Un ejemplo es las becas que se otorgan para asistir a los congresos internacionales sobre VIH/SIDA. Muchas veces los empleados de las agencias obtienen más becas que la gente viviendo con el VIH/SIDA, quienes donan su trabajo de manera voluntaria para dichas agencias. Desafortunadamente, hay casos extremos en que las agencias viven de la gente con el VIH/SIDA no por/para ellos.
En general la burocracia y el énfasis en el modelo occidental hacen que las agencias no-indígenas se mantengan más tiempo funcionando, ya que están mejor capacitadas para cumplir los requisitos de llenar reportes, evaluaciones, tener buenas relaciones públicas, etc. etc. Son muchos los casos en que las agencias se preocupan más del papeleo para garantizar su apoyo económico que del trabajo en sí y la población a la que sirven. En palabras de una participante de "hablar, pero no de caminar".[iii]
Otro reto que tienen las agencias es la gran diversidad cultural de los grupos indígenas. Algunos de los grupos indígenas presentes en Calgary son los Blackfoot, Cree, Métis, Dene, etc. Cada uno de estos grupos tiene creencias particulares sobre la salud, el cuerpo humano, la enfermedad, la muerte, el duelo, etc. Sin embargo, también comparten elementos en común, como el énfasis en la oralidad, la importancia de la espiritualidad y su relación con la cultura, las consecuencias de la colonización y las escuelas residenciales, la movilidad entre ciudades y reservaciones y su lucha por alcanzar la auto-suficiencia política y económica. Por lo tanto es posible elaborar programas que sean más cercanos a la cultura indígena y que presenten menos contrastes que un programa para no-indígenas.
Uno de los lastres de la colonización es el hecho de que la gente indígena haya perdido control sobre sus propios asuntos y de que constantemente se quiera imponer otra cultura sobre la propia. Uno de los medios para recobrar el control sobre sus propios asuntos es el que los indígenas estén involucrados en la solución de sus problemas sociales. Su participación es necesaria en el desarrollo de programas destinados a ellos, desde la etapa de planeación, implementación y evaluación y siguiendo los valores de la cultura indígena.
Por el momento no existe en Calgary una agencia indígena enfocada a la prevención del VIH/SIDA, por lo que otras agencias no-indígenas han tratado de cubrir esta necesidad. Tales esfuerzos son justificados generalmente en términos de "derechos humanos", "compromiso ético", etc. Aún cuando tal argumento es válido, en la práctica la mayoría de estas agencias no cuentan con las bases necesarias para ofrecer un servicio adecuado. El motivo no sólo es porque se enfocan en el modelo biomédico y en los valores de la cultura "occidental", sino también porque repiten dinámicas que se ha demostrado son ineficientes, como el hecho de que los indígenas no hacen uso de servicios orientados y planeados por "blancos", ya que no se sienten bienvenidos ni respetados, como se menciona en múltiples reportes.
Las agencias no-indígenas pretenden ser acordes a la cultura indígena mediante el uso de elementos superficiales, tales como colocar una pluma de águila en la puerta, o poner un póster de la Rueda Medicinal (Medicine Wheel)[iv], utilizar algún término indígena como "Dos espíritus" (Two-Spirited)[v], invitar a un anciano a hacer una oración antes de iniciar las juntas, etc. Todos estos elementos se presentan separados de su contexto indígena original y por lo tanto no tienen ninguna eficacia, son sólo una fachada. Un modelo de salud indígena y una cultura indígena no pueden ser simplificados en un póster y en el uso vanal de términos. La cultura es un conjunto de concepciones mentales, prácticas, actitudes y símbolos de un grupo determinado y su complejidad no puede limitarse a una receta que todo mundo pueda seguir. Por supuesto es posible que grupos de otras culturas aprendan y se comuniquen entre sí, pero el proceso es mucho más profundo y complejo que una lista de íconos para adornar la oficina y folletos de una agencia.
El problema se agrava por el hecho de que las agencias "de blancos" tienen la habilidad de presentar su trabajo en términos apropiados para la cultura occidental y por lo tanto que impresionen a sus patrocinadores: reportes para el gobierno, presencia en boletines o en los medios masivos de comunicación, sitios de Internet, campañas publicitarias, etc. Por estos medios, las agencias no-indígenas adornan sus actividades al grado de hacer parecer que en efecto están cubriendo una necesidad. Y por tal motivo impiden el surgimiento de agencias indígenas que podrían realizar un trabajo más consistente en términos culturales, además de que representar fuentes de empleo para los indígenas, todo ello contribuyendo a sus esfuerzos de auto-determinación.
Las agencias sociales indígenas y su rol de "intérpretes culturales"
En un contexto urbano, una agencia indígena de servicios representa mucho más que el simple servicio al que está destinada, por lo que su importancia es aún mayor. Las agencias son puntos de vinculación entre la cultura indígena y la no-indígena en varios niveles. Uno es como mencioné anteriormente entre la cultura occidental - representada por el sistema biomédico y el gobierno - y la cultura indígena. La información referente al VIH/SIDA requiere de una constante actualización y por lo tanto del acceso a fuentes electrónicas y escritas actuales. Las agencias se encargan de presentar tal información en términos accesibles y acorde a la cultura de la población a la que sirven.
En el caso de los indígenas de Canadá las distintas categorías legales complican el conocimiento de los indígenas sobre sus derechos y como acceder a ellos. Las agencias indígenas pueden ofrecer ayuda en simplificar la información biomédica y legal para sus clientes.
Otro rol relevante de una agencia indígena es la vinculación entre los indígenas viviendo en la ciudad y aquellos que permanecen en las reservaciones, al igual que entre los servicios de salud en la ciudad y los de las reservaciones. En muchas reservaciones existe un silencio aún mayor sobre el VIH/SIDA, por lo que los vínculos con agencias en la ciudad ofrece a la población canales de atención que protegen la identidad de aquellos viviendo con el virus y/o sus familias. En muchos casos las agencias son también un nexo entre los indígenas viviendo con el virus y sus familias, los servidores de la salud, el gobierno, etc.
Las agencias indígenas tienen también la posibilidad de ofrecer un lugar donde los indígenas urbanos pueden re-aprender y practicar su cultura y su espiritualidad y donde sentirse bienvenidos, sin peligro de ser prejuiciados.
En todos estos casos, el rol de una agencia de prevención del VIH/SIDA trasciende las fronteras del enfoque biomédico. Su servicio es de orden social, político y cultural. Las agencias son además fuente de empleo para los indígenas y por lo tanto es recomendable que sean ellos quienes controlen estos recursos. La colaboración de no-indígenas es posible y deseable, siempre y cuando sean los indígenas quienes decidan cual será la participación de los no-indígenas y hasta que grado.
Conclusiones
Un programa de prevención del VIH/SIDA debe de tomar en cuenta el contexto social, histórico y cultural de la población al que está dirigido. Igualmente, debe de analizar las relaciones de poder entre los distintos grupos involucrados. La prevención del VIH/SIDA implica entre otras cosas fortalecer la auto-estima y la capacidad de decisión de una persona, lo que lo/la llevará a evitar actividades de riesgo o tomar precauciones en medida de lo posible.
Esta capacidad de decisión individual está íntimamente ligada a la capacidad de decisión como grupos o como sociedades. Fortalecer los mecanismos de uno u otro favorece ambas partes. Un modelo de prevención "culturalmente apropiado" debe de tomar en cuenta estos factores sociales e históricos, presentar la información de la manera más accesible, respetuosa y entendible para quien la recibe y no perpetuar dinámicas de control sobre grupos de la sociedad.
Referencias
Daniels, Harry W.
1981 Native People and The Constitution of Canada. The Report of the Metis and Non-Status Indian Constituional Review Comisión. The Native Council of Canada. 99 pp.
DIAND (Department of Indian Affairs and Northern Development
1968 Report of the Indian Act Consultation Meeting. Edmonton, Alberta. December 12 and 13.
Farrell Racette
2001 "Sex, Fear, Women, Travel and Work: Five triggers of Eurocentric Negativity". En: Pushing the Margins, Native and Northern Studies. Edited by Jill Oakes, Rick Riewe, Marlyn Benett and Brenda Chisholm. Winnipeg, Manitoba: Native Studies Press: 144-159.
Furniss, Elizabeth
1992 Victims of Benevolence. The dark legacy of the Williams Lake Residential School. Vancouver, B.C.: Arsenal Pulp Press. 142 pp.
Health Canada
2002 HIV/AIDS Among Aboriginal Persons in Canada: A Continuous Concern. Health Canada. Population and Public Health Branch (PPHB). HIV/AIDS Epi Update. Centre for Infectious Disease Prevention and Control. Disponible en Internet:
http://www.hc-sc.gc.ca/pphb-dgspsp/publicat/epiu-aepi/hiv-vih/aborig_e.html
Treaty 7 Tribal Council
2001 Treaty 7 Tribal Council. Disponible en Internet:
UNAIDS. Joint United Nations Program on HIV/AIDS
2002 Reporte de Estimados Globales de la epidemia HIV/AIDS 2002
http://www.unaids.org/barcelona/presskit/barcelona%20report/contents_html.html
Waldram, James B.
1997 The Way of the Pipe. Aboriginal Spirituality and Symbolic Healing in Canadian Prisons. Ontario Canada: Broadview Press. 233 pp.
Entrevistas
Alexia Standen Junio 2001 Calgary, Alberta, Canadá
Fine Shield Woman Agosto 2001 Calgary, Alberta, Canadá
Nathon Septiembre 2001 Calgary, Alberta, Canadá
Mary Raven's Eye Noviembre 2001 Calgary, Alberta, Canadá
[i] VIH - Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Existen tres medios básicos por los que una persona se puede infectar con el VIH: 1. Actividad sexual sin protección (uso de condón, entre otras medidas). 2. Uso de agujas (compartir jeringas que pueden estar infectadas para inyectar drogas, insulina, hacer tatuajes, etc.). 3. Una mujer VIH positivo puede transmitir el virus al feto en el útero, durante el nacimiento o al amamantar al bebé.
[ii] Una explicación más detallada de el sistema medico indígena se deja pendiente para otro trabajo.
[iii] Las palabras originales de esta participante son "to do the talk, but not the walk".
[iv] Existen formaciones arqueológicas en forma de un circulo de cuyo centro salen diversos rayos. Estas formaciones se llaman Ruedas Medicinales (Medicine Wheel). En un ámbito conceptual, este modelo se aplica a distintos aspectos de la cosmología indígena. En el caso de la salud el círculo se divide en cuatro cuadrantes, cada uno para los aspectos primordiales de la persona: mente, cuerpo, emociones y espíritu.
[v] Este término se usa actualmente para referirse a indígenas homosexuales, hombres o mujeres.
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