La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
LA INSTITUCION SOCIAL DEL TURISMO VISTA DESDE LA ANTROPOLOGÍA
Bibiana Cala Matiz
bibicala@hotmail.com
Con esta ponencia quiero resaltar la pertinencia del estudio antropológico
del turismo y la influencia que ejerce este, como institución social,
sobre la memoria colectiva de los habitantes de una localidad; esto ultimo
abordado desde el estudio de los Relatos Populares.
Al pensar en el turismo como un fenómeno social que ha influido
e influye en muchos de los niveles de la vida de una comunidad, y al ser
este una institución legitimada por la sociedad, se le puede considerar
como una institución social que brinda nuevas opciones importantes
en la construcción del mundo moderno, ya que además de ser
una fuente de ingresos para muchos sectores y una alternativa de vida
para otros, provee elementos tales como la distracción, el descanso
y la diversión que han comenzado a estar directamente relacionados
en el desarrollo social, económico y psicológico de personas,
comunidades e incluso naciones.
La concepción del turismo como institución social, íntimamente
ligada a la identidad de una comunidad, en primera instancia puede parecer
un argumento inexacto, ya que el turismo es comúnmente visto como
un fenómeno puramente económico que aunque afecta a poblaciones
completas no parece, en primera instancia, ser el tema central de una
investigación antropológica; pero cuando tomamos en cuenta
la manera en que este "ha sido capaz de transformar, desestructurar,
o en último término, reorganizar grupos sociales, poblaciones
y culturas de muy diversa índole
" (Santana y Estévez,1996:286)
nos replanteamos el lugar que ocupa el turismo en los estudios sociales.
Sin embargo; ¿Cómo se relacionan con lo anterior los relatos
populares?
Dichos relatos hacen parte de una memoria colectiva, y son un mecanismo
de la gente para almacenar y transmitir sus experiencias y emociones.
Un estudio antropológico de los relatos permitirá encontrar
variaciones en esa memoria, originadas por diversas causas, entre ellas
el turismo. Observando los relatos con atención, podrán
detectarse los efectos, positivos o negativos, que el turismo tiene sobre
una determinada comunidad. En el caso que nos concierne, para no ir más
lejos, fue evidente que el turismo jugaba un papel importante en el fortalecimiento
de la identidad de los habitantes de la región estudiada.
El relato popular es una forma de narrar experiencias de vida de manera
informal y cuando algo está afectando la vida de una persona o
una comunidad es en las actitudes cotidianas donde podemos buscar la influencia
que está ejerciendo. La memoria colectiva de un grupo tiene múltiples
manifestaciones ya sea en forma de documento, monumentos, tradiciones,
mitos o relatos; en ella se plasman los deseos, las inquietudes y las
expectativas de una comunidad y por ello encontré en los relatos
populares una herramienta para buscar elementos que me permitieron analizar
la influencia que ejerce el turismo en la construcción o reconstrucción
de la memoria colectiva de dos localidades.
Los dos municipios escogidos para la investigación fueron Zipaquirá
y Nemocón, ubicados en el departamento de Cundinamarca, Colombia;
de ellos llamaron mi atención dos de sus atractivos turísticos:
uno es el Turistren, un tren de pasajeros utilizado para transportar a
los turistas, a través de "hermosos paisajes", "al
pasado bucólico de nuestros abuelos". Este comenzó
a funcionar como tal a partir del momento en que se acabaron Ferrocarriles
Nacionales y se licitaron algunas vías. El consorcio Turistren
limitada ganó la licitación y están manejando esto
hace siete años; actualmente el Tren Turístico de la Sabana
hace recorridos por Bogotá, Zipaquirá, Nemocón, Cajicá,
La Caro, y Facatativa .
La otra atracción turística reconocida en esta región
es La Catedral de Sal en Zipaquirá, conocida como "una de
las maravillas del mundo", a nivel internacional. Esta obra es la
remodelación de una antigua catedral de sal, ubicada a 500 metros
de actual. En 1990 se inician las obras de la nueva catedral, de 8500
mt2 de área bajo la superficie, la cual, a través de recorridos
y naves subterráneas, transporta al visitante a un mundo de sal,
genialidad arquitectónica y religión .
Aunque son los dos atractivos más reconocidos, los municipios presentan
otras características, como su importancia en la historia del país
al formar parte del emporio de la sal en Colombia desde épocas
prehispánicas y también por ser cuna de algunos personajes
reconocidos de la vida política e intelectual del país.
Por ello y por los relatos populares que se tejen alrededor de esta realidad
social surgió en mi el interés en estas dos localidades,
las cuales presentan un turismo incipiente que está comenzando
a influir en la vida de los habitantes afectando así la reconstrucción
de la memoria compartida por ellos.
A lo largo de una temporada de seis meses, estuve viajando, en tren y
en autobús a Nemocón y Zipaquirá. En un principio
mediante grupos de discusión conversé con algunos miembros
de la comunidad. Estas charlas dirigidas fueron grabadas y filmadas para
realizar un vídeo documental con la información recogida;
sin embargo, fue más adelante, mediante charlas informales como
logré el mejor acercamiento a las personas, ya que aunque con estas
últimas no obtuviera los relatos populares que buscaba, comencé
a involucrarme más en la vida diaria de los municipios y sus habitantes.
La memoria colectiva y los relatos populares
Aquí la noción de relato popular se asemeja a lo que los
autores Middleton y Edwards llaman memoria popular, es decir a las "representaciones
orales de hechos pasados, tradiciones, costumbres y prácticas sociales"
(Middleton y Edwards, 1992:19). Sin embargo, aquí no sólo
se aplica para las representaciones orales, debido a que actualmente mucha
de la memoria compartida por un grupo es consignada por escrito, algunas
veces para que no se olvide, otras para transmitirla a más personas
y en algunas ocasiones como respuesta a demandas de una nueva realidad
social y/o económica como es el caso del turismo.
Los relatos populares no se pueden analizar como algo aislado dentro de
un grupo, es necesario abarcar un escenario más amplio, como el
de la memoria colectiva, que nos ayude a entender su origen y su desarrollo.
Sin embargo, al involucrarnos con el aspecto de la memoria, nada es fácil,
y a pesar de los múltiples estudios que se han realizado al respecto,
el concepto de memoria colectiva carece de una definición clara,
ya que "cubre un abanico de fenómenos relacionados con las
situaciones en las que se da la memoria, el proceso por el que ocurre
y los contenidos de lo que se recuerda" (Billig, 1992:77). Para no
detenernos en este punto, podemos caracterizar a la memoria colectiva
como la que es compartida por una colectividad, la cual incide sobre las
actitudes y creencias sociales, de la que surge algún tipo de elemento
conmemorativo que la transmita, y por medio de la cual se identifiquen
las personas que la comparten como pertenecientes a un grupo y finalmente,
aquella que de alguna manera confiera un carácter normativo (Blanco,
1997).
Dentro de este contexto fue construido el término relato popular
para definir aquellas historias compartidas por un grupo o comunidad,
las cuales, sin ser pura fantasía o realidad, surgen como un mecanismo
para transmitir de manera informal la historia de dicha comunidad. Al
decir informal me refiero a que no se limita al dato histórico
puro y que en la narración han influido la persona que lo relata
o escribe y el contexto social en el cual ésta se desenvuelve.
Los relatos populares también pueden ser transmitidos de forma
oral o escrita, pero a diferencia de la memoria colectiva este termino
se refiere a aquellas historias que remiten solamente a una parte de lo
que es recordado por los miembros de una comunidad. La memoria colectiva,
por el contrario, es un termino que se refiere a todo lo que es recordado
y compartido por los miembros de un grupo.
Es así como el recuerdo y el olvido no son algo puramente interno
a la persona sino que en ellos también influye la acción
social. De esta manera "las formas en que hablamos sobre nuestras
experiencias sirven, primordialmente, no para representar la naturaleza
de dichas experiencias en si mismas, sino para representarlas de tal forma
que constituyan y mantengan una u otra modalidad de orden social"
(Shotter, 1992: 139-140). Así mismo, los relatos populares como
construcciones sociales, están también influidos por esta
selectividad de la memoria.
Dicha selectividad está basada en la perspectiva desde la cual
cada persona vive el turismo. El local, el turista, la empresa turística;
cada uno recuerda o valora lo que debe recordarse y trasmitirse, respondiendo
a un interés personal el cual a su vez hace parte del interés
institucional. De esta manera el guía turístico transmite
la historia del lugar, el local quiere que el visitante recuerde su municipio
con algo que lo caracterice, y el turista, no siempre en busca de cultura
o historia, desea descansar, distraerse y llevar algún recuerdo
que legitime su visita. Así, este proceso se genera por la continua
contradicción de voces autoritarias que tienen distintas interpretaciones
de alguna historia.
En Nemocón existen algunas leyendas que han sido recordadas por
varias generaciones pero que actualmente sólo se conservan en la
memoria de unos pocos ancianos; por tal motivo el historiador Luis Antonio
Orjuela, quiso rescatarlas en su libro para que se dieran a conocer dentro
y fuera del municipio, y para que se les enseñaran a los niños
en los colegios de Nemocón. Estas leyendas "Son las narraciones
de hechos fantásticos, creados por la imaginación de nuestras
gentes en épocas en que, la falta de alumbrado público,
el silencio y la soledad de las noches, las frecuentes libaciones con
la tradicional chicha, las reuniones diarias en la taberna y en los sitios
de trabajo, daban lugar no solo a las frecuentes riñas y pendencias,
sino también al intercambio de cuentos, chistes, decires populares,
chismes familiares, que fueron tomando cuerpo y adentrándose en
el alma colectiva" (Orjuela, 1999: 125). Actualmente estos escenarios
han cambiado pero los habitantes construyen y reconstruyen a diario una
memoria colectiva, igualmente basada en sus cuentos, chistes y chismes,
hoy afectados por un nuevo orden social dentro del cual se encuentra la
institución social del turismo. De esta forma, es ahora en el colegio,
en la guíanza turística, en el almacén de artesanías,
por la curiosidad del visitante, en la tienda y en el parque, donde se
edifica y se recupera día a día la memoria colectiva en
estas dos comunidades. De igual manera los medios por los cuales se difunde
esta memoria se han transformado por las demandas de un mundo en constante
desarrollo; hoy no es sólo la tradición oral la encargada
de propagar los relatos o la historia de una comunidad, sino son también
los libros, la radio, la televisión e Internet, algunas de las
nuevas estrategias de difusión.
Estas nuevas estrategias han sido utilizadas para atraer visitantes a
estas dos localidades y una vez aquí el turista se encuentra con
diferentes relatos. Cuando se llega al Museo de la Sal en Nemocón
la guía narra la historia de un indígena muisca que soñó,
mientras yacía debajo de un árbol, cómo unos hombres
blancos se acercaban para robar sus riquezas; este sueño les permitió
esconder a tiempo sus tesoros y prepararse para la llegada de los españoles.
En Zipaquirá se cuenta la historia de una señora que en
el año de 1928 fue testigo cuando el Sagrado Rostro, del cuadro
del mismo nombre que se encontraba en la capilla de Los Dolores, abría
los ojos; la historia se extendió con rapidez y la capilla se convirtió
en centro de romería al cual personas de diferentes lugares se
acercaban a pedir milagros. De esta manera se observa cómo los
relatos populares hacen parte de la vida diaria de los pobladores de estos
dos municipio. Sin embargo, como veremos más adelante, estos son
afectados por los intereses del relator y el contexto en el que se narran.
El turismo como institución social
Las personas olvidamos con frecuencia detalles cruciales y recordamos,
a veces con mucha intensidad, otros que no parecen trascendentales. Entre
dos narraciones del mismo suceso siempre existirán diferencias,
y si comparamos una narración oral y una escrita, habrá
aún más. Dentro de los elementos que afectan la memoria
de la gente, que pueden ser innumerables, se hará énfasis
en el aspecto social, la incidencia de las instituciones sociales en los
recuerdos individuales.
Las instituciones sociales son "aquellos principios reguladores que
organizan la mayoría de las actividades de los individuos de una
sociedad en pautas organizacionales definidas, desde el punto de vista
de algunos de los problemas básicos perennes de cualquier sociedad
o vida social ordenada" (Sills, 1979:85). Así, las instituciones
sociales están conformadas por patrones de comportamiento y relaciones
de estatus/rol dirigidas a satisfacer las necesidades de la sociedad.
(Ligth et al, 1991). Por ejemplo, como el mismo Sills afirma, la familia
es la institución social encargada de regular las relaciones procreativas
y biológicas entre los individuos de una sociedad.
Sin embargo, el surgimiento de instituciones no sólo responde a
las necesidades de la sociedad, sino que las metas de las organizaciones
relacionadas con estas deben articularse con las de los individuos que
se van a ver afectados, y con las de otras instituciones existentes, como
el Estado y/o la familia. Es aquí donde el turismo, aun desde su
faceta puramente económica -generando empleo, creando mercados,
abriendo fuentes de ingreso- se introduce en este contexto articulando
un tipo de normas o patrones de comportamiento basados en roles específicos,
y que responde a una necesidad social: básicamente, brindar a las
personas la posibilidad de aprovechar su tiempo de ocio de múltiples
maneras.
Al responder a una necesidad social, dichas instituciones poseen distintos
mecanismos que afectan la naturaleza del comportamiento individual y colectivo,
y es dentro de este marco que John Shotter, en su artículo La construcción
social del recuerdo y el olvido (1992), menciona la importancia de lo
social en la construcción del discurso, afirmando que los recuerdos
surgen en respuesta a las instituciones sociales. De esta manera, como
argumenta Mary Douglas, el propio orden social es el que constituye una
especie de sistema mnemotécnico que determina la fuerza o la debilidad
que pueda llegar a tener un recuerdo (Douglas, 1996).
Esta influencia es notoria en Zipaquirá y Nemocón, puesto
que a través de sus relatos, se aprecia cómo el turismo
valida algunos aspectos de la cultura para darla a conocer y así
aumentar el atractivo turístico del lugar. En estos dos municipios
la sal ha sido validada como el elemento principal de la identidad de
los locales. Esto se evidencia al hablar con los habitantes acerca del
turismo. Cuando se habla de un tema para dar a conocer la región,
se mencionan principalmente la Catedral de Sal, las salinas y los hornos.
De esta manera a partir de la difusión de su identidad como pueblos
salineros, se brinda la opción al turista de trasladarse a otro
mundo, diferente y único, donde pueden revivir experiencias auténticas
y tradicionales: comer una papa cocida o una carne asada en un horno de
sal tradicional.
Dicha necesidad social que está satisfaciendo el turismo ha sido
ampliamente considerada por la OMT (Organización Mundial del Turismo)
al analizar los efectos socioculturales y los valores espirituales del
turismo, donde se han contemplado aspectos entre ellos, la salud física
y psíquica de los que practican el turismo, como factores de equilibrio
social, el turismo como fuente de empleo, lo que constituye un elemento
positivo en el progreso social, las relaciones internacionales como elemento
importante en la búsqueda de la paz y el equilibrio internacional.
Por otra parte, en el aspecto espiritual, la OMT ha considerado que dentro
de la práctica del turismo son fundamentales "la plena realización
de la persona humana, una contribución creciente a la educación,
la igualdad de destinos de los pueblos, la liberación del hombre
respetando su identidad y su dignidad y la afirmación de la originalidad
de las culturas y el respeto del patrimonio moral de los pueblos"
(Montaner, 1996:71). Si bien la idea anterior ilustra el alcance que el
turismo tiene en la vida y la concepción de las personas, el concepto
de que lleve a una realización espiritual, o contribuya a alcanzar
un estadio de igualdad utópico es quizá algo exagerado.
El turismo brinda la oportunidad de hacer visitas espirituales a La Meca,
Jerusalén o el Tíbet, sí, pero, independientemente
de lo superficial que este turismo religioso pueda llegar a ser, por cada
excursión 'espiritual' el mismo turismo da la oportunidad de actividades
que contradicen las ideas morales de estas peregrinaciones: playa nudistas
en el Mediterráneo, resorts para solteros y swingers en Jamaica,
prostitución con el beneplácito del gobierno en Amsterdam.
Y ya que los turistas son usualmente el blanco de criminales locales,
-y aún de terroristas, como fue el caso de los infortunados visitantes
al Valle de los Reyes, que perecieron en un atentado hace varios años,
precisamente por ser extranjeros- el turismo es una fuente potencial de
discordia tanto como de unión.
Aun así, estas consideraciones por parte de la OMT están
directamente relacionadas con muchas de los intereses sociales del Estado
(claro ejemplo de institución social). Es así como un turismo
bien instituido trae bienestar económico a la población
receptora y además exalta y fortalece la identidad a nivel local
y regional mediante las campañas turísticas de mercadeo;
ambas consecuencias del interés del Estado.
Sin ir muy lejos podemos ver la campaña que inició la anterior
Alcaldía de Bogotá (capital de Colombia), tendiente a mejorar
la imagen de la ciudad, para demostrar que es digna de ser visitada, y
además para que el sentimiento de pertenencia de sus habitantes
haga que la quieran y la cuiden. De esta manera, se espera que los bogotanos
nos identifiquemos como personas afortunadas por estar "2600 metros
más cerca de las estrellas".
Para dejar un poco más clara la definición de turismo como
institución social es pues, necesario mirar de cerca sus efectos
en la vida cotidiana de las personas. Por lo dicho en un comienzo, es
claro que el turismo está directamente relacionado con la vida
económica de los agentes involucrados, pero también toca
el aspecto social y psicológico de las personas, ya que el descanso
y la distracción son elementos importantes en la vida moderna.
Actualmente no es sólo el turismo el que llega a una población
sino que también es buscado, debido a que representa una buena
oportunidad económica. Cuando una zona comienza a ser visitada
frecuentemente por turistas el primer cambio que se presenta es el incremento
en los servicios ofrecidos: restaurantes, hoteles, tiendas de recuerdos,
entre otros. Por otro lado está la población que no es directamente
afectada por la nueva industria, la cual de todas maneras tendrá
que adaptar su ritmo de vida a las nuevas condiciones, acostumbrándose
a la presencia de un gran número de personas foráneas.
De esta manera se mejora la economía al generar más empleo
y crear espacios para el nacimiento de nuevas industrias y negocios familiares,
pero además se comienza a sentir un cambio en la vida cultural
de la población. Como una forma de atraer más visitantes,
se promocionan actividades culturales que además de representar
y dar a conocer la cultura local a los turistas, refuerzan su identidad
ya que en estas actividades lo que se enseña son aquellas tradiciones,
personajes y lugares que hacen de la población algo diferente y
único. De la mano surgen museos, casas de cultura y otras instituciones
encargadas de promover y crear actividades culturales. En Zipaquirá
y Nemocón, por ejemplo, hay grandes monumentos conmemorando a los
próceres de la independencia, en el segundo semestre del año
hacen celebraciones en memoria de ellos a las cuales son invitados personajes
de todo el país e incluso del exterior. En 1999 Zipaquirá
aprovechó las festividades del 12 de octubre para hacer el lanzamiento
del nuevo plan de desarrollo turístico pensado desde la Alcaldía
y la Casa de la Cultura. De otro lado, comienza a surgir como atractivo
turístico el asado en los hornos de sal de antaño que han
sido conservados sólo por algunos restaurantes. Así, algo
que antiguamente era la herramienta principal de un modo de producción
que, en palabras de los mismos locales, dejaba un rastro de hollín
y ceniza por todo el municipio, es ahora un atractivo que representa la
identidad salinera de la región. Es hoy que estas características
se recuerdan con nostalgia y cambian la concepción misma que tienen
las personas de su región. Además, como veremos más
adelante, influye en lo que la gente recuerda u olvida, modificando de
esta manera la memoria colectiva de un grupo o comunidad.
Sin embargo, el turismo no siempre afecta de manera positiva a la región;
por ejemplo, debido a la actual situación del país muchas
personas se han quedado sin empleo y se movilizan buscando nuevas oportunidades;
y una región con un turismo incipiente, la cual es visitada frecuentemente
por turistas y donde lentamente surgen nuevas oportunidades económicas,
se convierte en un escenario atractivo para muchos, inclusive para la
población indigente. Este problema fue detectado por la misma población,
la cual argumenta que la afecta no sólo a ella sino también
a los visitantes:
" Zipaquirá es indiferente al turista, tenemos problemas y
es que hay muchos niños que piden limosna, hay muchos niños
que los domingos cuando los turistas llegan a la plaza, se van a los carros
a pedir. Claro que eso ya se está tratando de quitar. Entonces
el turista se queja también, la asociación de turismo se
quejaba sobre eso
"
Teniendo en cuenta que una institución social crea pautas de conducta
definidas, basadas en relaciones de estatus/rol, que responden a una necesidad
básica de la sociedad, el turismo como institución ha definido
patrones de comportamiento basados en las relaciones entre anfitriones
y visitantes, las cuales responden a la necesidad de brindar los espacios
y servicios necesarios para el aprovechamiento del tiempo de ocio, lo
que a su vez está afectando el aspecto social, económico
y psicológico de las personas.
Además de las actividades ya mencionadas, el turismo, en algunas
zonas donde es una industria mucho más fuerte y grande, que en
Nemocón y Zipaquirá, incide en otros aspectos de la vida
de la población receptora. Por ejemplo, en Hawaii existe un centro
llamado El Centro de Cultura Polinesia, donde aquellos que efectúan
los shows para los turistas son estudiantes de una universidad que ofrece
becas a personas de las diferentes islas de la Polinesia; así mientras
tienen la oportunidad de estudiar dan a conocer parte de su cultura al
mundo. Aquí vemos nuevamente al turismo actuando como un ente social
debido a que es parte activa de la vida diaria de muchas comunidades,
hasta llegar a ser algo natural y rutinario.
La identidad de una Región
Los habitantes de Nemocón y Zipaquirá se identifican entre
ellos como pertenecientes a la región salinera de mayor importancia
en la historia nacional desde épocas prehispánicas; además,
de allí han surgido presidentes de la República y grandes
líderes para la nación. Aunque la catedral de sal de Zipaquirá
es el principal atractivo de esta región, sus habitantes recuerdan
con nostalgia la época en que los indígenas, antiguos habitantes
de estas tierras, eran los grandes productores de sal del país,
aquella en la que existían los hornos y todas las actividades sociales
que giraban en torno a éstos; ahora transmiten dicha nostalgia
al turista y le ofrecen la oportunidad de revivir esta experiencia. Dicha
nostalgia idealiza las pasadas "identidades" en forma de herencia
y muestra el afán de las personas por no perder su identidad que
ya parece muy frágil. Al ser la identidad un juego de diferencia
y exclusión y no algo natural a las sociedades humanas, es necesario
marcar constantemente las distinciones para impedir que esta continúe
disipándose. El turismo es un escenario donde entra en juego un
nueva dimensión de relación por medio de la cual es posible
marcar de una manera más clara tales singularidades. De esta manera,
los habitantes de los municipios, en términos de Abram et al (1997),
encuentran una expresión de su identidad en prácticas características
de su región, convirtiendo a los turistas en la audiencia ante
quienes presentan estas actividades.
En la población existe una preocupación por revivir esta
identidad; sin embargo, parte de esa preocupación emerge de la
necesidad de dar a conocer más el municipio para atraer más
visitantes. Aquí, como mencioné anteriormente, el turismo
crea los espacios para que surjan nuevos intereses al interior de la población
que responden a intereses de la institución social:
Investigador: qué hace falta para dar a conocer más a
Zipaquirá a nivel turístico?
José Emilio Arias: por parte de los habitantes crear un sentimiento
de pertenencia por Zipaquirá; lo que pasa es que Zipaquirá
ya no es de los zipaquireños.
Blanca Sierra de Bejarano: aquí ha llegado mucha gente de afuera.
Tocaría ese sentido de pertenencia, para mi es eso.
José Emilio: uno como zipaquireño reclama lo de Zipaquirá;
pero también ha llegado gente buena pero lo que pasa es que no
conocen Zipaquirá.
Blanca: hay que hacer conocer a la gente su propio pueblo; la gente vive
en lo suyo y no se preocupa por saber la historia de donde vive .
En el contexto del turismo la gente representa su identidad en términos
de costumbres folclóricas y practicas tales como la música,
la danza y la cocina entre otras; de esta manera los habitantes de una
comunidad afirman la autoridad de su conocimiento local evocando una identidad.
De este modo, los locales que actúan pueden sentir que están
representando una parte esencial de su cultura y los turistas que los
observan lo ven como la posición de la cultura bajo la amenaza
de la modernidad, atribuyendo términos como exótico y diferente
(Abram et al, 1997).
De esta manera la empresa turística involucra a los locales y sus
negocios en un discurso que gira alrededor de la nostalgia por el pasado,
generando a su vez una identidad entre ellos. Así los locales al
estar interesados en los beneficios del turismo, transmiten esta idea
de la añoranza, pensada desde la empresa turística, y rescatan
o reinventan relatos que cumplan esta finalidad, por ejemplo, en el Museo
de la Sal de Nemocón, se hace referencia al pasado indígena
de la región, logrando ubicar a la población en una marco
que la identifique con un pasado común, así "El museo
nos cuenta la historia de cómo la tribu muisca ingresó a
América por el estrecho de Bering, luego a Colombia por Panamá
descendieron por el río Magdalena y habitaron las partes montañosas,
primero llegaron aquí a Nemocón y luego a Zipaquirá"
. Este relato es considerado como parte del espíritu del nemoqueño
y cómo uno de sus habitantes lo afirma "
eso es un mito
que se llegó a ser conciencia en las gentes y lo llevaron a la
realidad
nuestros cuentos y leyendas son mitos que se les pusieron
alguna realidad
" .
Conclusiones
Recapitulando, el turismo puede ser analizado desde una perspectiva antropológica
debido a la magnitud de las transformaciones que ha sido capaz de generar
en grupos sociales completos llegando a reorganizar e incluso desestructurar
el orden social de poblaciones y culturas de todo tipo. Dentro de este
marco, la antropología ahora concebida como un área de investigación
que no sólo se ocupa del estudio de culturas específicas,
sino de los temas-problemas presentes en las mismas, ha ampliado su panorama
investigativo.
De esta manera se debe mirar al turismo como un fenómeno social
donde los desplazamientos, los viajes y el ingreso discrecional (libre;
que no se usa para necesidades básicas), sean considerados como
un elemento más de la vida social, económica y psicológica
de los actores involucrados para así plantear su estudio desde
una perspectiva interdisciplinar.
Al pensar el turismo como un fenómeno social que ha influido e
influye en muchos de los niveles de la vida de una comunidad, y al ser
este una institución legitimada por la sociedad, se le puede considerar
como una institución social que brinda nuevas opciones importantes
en la construcción del mundo moderno, ya que además de ser
una fuente de ingresos para muchos sectores y una alternativa de vida
para otros, provee elementos tales como la distracción, el descanso
y la diversión que han comenzado a estar directamente relacionados
en el desarrollo social, económico y psicológico de personas,
comunidades e incluso naciones.
Un claro ejemplo de lo dicho anteriormente fue analizado en la tercera
parte, donde se conjugan el turismo y la identidad de un pueblo. En esta
pudimos observar como el contexto del turismo hace que la gente represente
su identidad ante personas foráneas, lo cual permite que los habitantes
de una comunidad afirmen la autoridad de su conocimiento local adquiriendo
una identidad. De esta manera los locales sienten que están representando
una parte esencial de su cultura y los turistas perciben dichas representaciones
como una cultura tradicional, diferente o exótica amenazada por
la modernidad.
La identidad que busca privilegiar el local está basada en la sal,
situación que se hace evidente durante las charlas informales con
ellos. A mi parecer esto se debe principalmente a que es la característica
que el turismo ha resaltado a través de la Catedral de Sal y el
Turistrén que ofrece transportar al turista al mundo de los abuelos,
donde además del viaje en tren existían deliciosos piquetes
en hornos de sal, que no persisten hoy salvo como atracción turística.
Podría pensarse que la identidad salinera de la región es
fuerte no por el turismo sino más bien porque esta lo había
sido en tiempos prehispánicos, situación ilustrada en los
documentos históricos; una especie de regreso a los orígenes.
Esto, sin embargo, no se ha visto en otras características, igualmente
documentadas. Por ejemplo, en el libro de Guzmán (1994), Con nombre
propio: Monografía Anecdótica de Zipaquirá, se mencionan
otros aspectos, muy llamativos además, como el denominar a Zipaquirá
'la tierra de los apodos'. Por no haber sido valorados por el turismo,
la divulgación de esos detalles es muy poco frecuente entre los
locales.
Así, los relatos son pertinentes dentro de este contexto porque
juegan un papel importante dentro del comportamiento narrativo, que se
caracteriza por la función social que cumplen al hacer parte de
la comunicación de una información hecha por los miembros
de una comunidad que remite a un acontecimiento que es el motivo de dicho
relato, donde interviene también el lenguaje que es un producto
social. Esta capacidad que tiene el ser humano para la interacción
y la comunicación es el pilar para la construcción de lo
social.
Por otro lado, los Relatos Populares, como representaciones sociales de
hechos pasados, remiten a distintas prácticas por la manera en
que a través de ellos es percibido e interpretado un acontecimiento
por parte de sus relatores. De esta manera se convierten en representaciones
sociales de una realidad vivida a diario por los habitantes de una comunidad
y por lo tanto permiten ver si una institución social está
afectando dicha cotidianidad. Lo anterior adquiere sentido cuando, retomando
a Mary Douglas, tenemos en cuenta que el propio orden social y las instituciones
que lo estructuran y perpetúan, son las que moldean y dan la trascendencia
a lo que se recuerda u olvida, determinado así la fuerza o la debilidad
que pueda llegar a tener un recuerdo en un momento dado.
Estudiar la memoria Colectiva de una comunidad nos permite conocer más
a fondo lo que se piensa y se siente al interior de ésta respecto
a los diferentes aspectos que tocan la vida de los pobladores. De esta
forma a partir de narraciones hechas por los mismos habitantes se puede
observar qué está afectándolos y de qué manera.
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