La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
Rehabilitación y reutilización del patrimonio industrial del pueblo-fábrica Barker-Villa Cacique para el turismo cultural.
Lic. Guillermina Fernández
UNCPBA. Instituto Superior del Sudeste
Lic. Aldo Guzmán Ramos
Instituto Superior del Sudeste.
I) INTRODUCCIÓN:
La evolución que marcan las diferentes fases del proceso de ocupación de un lugar, y las relaciones sociales gestadas en él, pone de manifiesto los cambios generados en el modo de ser y hacer. Así las épocas se distinguen unas de otras, y en cada momento es necesario captar los objetos y relaciones nuevas de un sistema y dar valor a aquellas que perduran.
En tal sentido es fundamental que nuestra sociedad comience a valorizar, entre otras cosas, la herencia vinculada a la producción industrial. Para esto es necesario elaborar un programa de desarrollo orientado a la recuperación y refuncionalización de un sistema de objetos a partir de diferentes modelos, entre ellos un modelo turístico cultural-industrial.
La presente ponencia tiene como objetivo diagnosticar las posibilidades de desarrollar un programa de turismo cultural a partir del patrimonio industrial existente en la localidad de Villa Cacique-Barker, en el partido de Benito Juárez (sudeste de la Provincia de Buenos Aires).
Estas villas obreras tuvieron un periodo de gran auge en las décadas de los '60 y '70 a partir del extraordinario crecimiento de la industria cementera (Loma Negra-Barker). No obstante, a partir de los '80 se inició una etapa regresiva producto de un fuerte descenso de la producción de la fábrica, que fue convirtiéndose en una instalación obsoleta técnicamente hasta que en el 2001 cerro completamente sus puertas.
Frente a esta situación, la comunidad y las autoridades municipales han "imaginado" algunas estrategias, pero sin lograr implementar un verdadero plan de desarrollo que sustituya el modelo implantado por la fábrica.
II) EL PATRIMONIO COMO IDENTIDAD DE LA SOCIEDAD.
El patrimonio histórico-cultural de un país, región o ciudad está constituido por todos aquellos elementos y manifestaciones tangibles o intangibles producidas por las sociedades, resultado de un proceso histórico en donde la reproducción de las ideas y del material se constituyen en factores que identifican y diferencian a ese país o región.
El Patrimonio, relacionado con la herencia, es un concepto que alude a la historia, que se enlaza con la esencia misma de la cultura y es asumido directamente por los grupos locales. El Patrimonio es la síntesis de los valores identitarios de una sociedad que los reconoce como propios. Ello implica un proceso de reconocimiento intergeneracional de unos elementos (desde el territorio a la ruina) como parte del bagaje cultural, y su vinculación a un sentimiento de grupo (Santana, A: 2003). En ese instante el bien concreto estará a salvo, aunque sea momentáneamente, y si bien su conservación no estará garantizada, al menos la sociedad sentirá como propia su destrucción y pérdida, por lo que se sentirá más involucrada
Ahora bien, un concepto moderno de patrimonio cultural incluye no solo los monumentos y manifestaciones del pasado (sitios y objetos arqueológicos, arquitectura colonial e histórica, documentos y obras de arte), sino también lo que se llama patrimonio vivo; las diversas manifestaciones de la cultura popular (indígena, regional, popular, urbana), las poblaciones o comunidades tradicionales, las lenguas indígenas, las artesanías y artes populares, la indumentaria, los conocimientos, valores, costumbres y tradiciones, características de un grupo o cultura. Este último constituye el patrimonio intelectual: es decir, las creaciones de la mente, como la literatura, las teorías científicas y filosóficas, la religión, los ritos y la música, así como los patrones de comportamiento y la cultura que se expresa en las técnicas, la historia oral, la música y la danza. Es posible conservar trazas materiales de este patrimonio en los escritos, las partituras musicales, las imágenes fotográficas o las bases de datos informáticas, pero no resulta tan fácil cuando se trata, por ejemplo, de un espectáculo o de la evolución histórica de un determinado estilo de representación o de interpretación.
Teniendo en cuenta esto, una entidad arqueológica, unos conocimientos no funcionales, un proceso productivo en desuso, etc., antes de su activación patrimonial son sólo piedras, artefactos y recuerdos. Después serán patrimonio institucional de un pueblo. Más tarde, con la divulgación y la vinculación histórica, patrimonio público. Luego, con su entrada en el mercado, podría ser patrimonio turístico.
Así, los elementos que constituyen el patrimonio histórico-cultural son testigos de la forma en que una sociedad o cultura se relacionan con su ambiente. (Casasola, L. 1990). Forman parte del sistema de objetos y relaciones que se configuraron en otro momento, y adquieren valor para el conjunto de la sociedad actual, que se vincula a ellos de otra manera. Entonces el patrimonio cultural se constituye por una porción del ambiente transformado incluyendo formas de organización social, relaciones entre los diversos sectores de la sociedad y de las instituciones sociales. Por otro lado cada sociedad rescata el pasado de manera diferente, seleccionando de éste ciertos bienes y testimonios los cuales están dotados de significado, y son resignificados nuevamente
El patrimonio, por lo tanto, es el producto de un proceso histórico, dinámico, una categoría que se va conformando a partir de la interacción de agentes y diferentes situaciones, que obligan a obtener una mirada a largo plazo, tanto en la concepción como en el uso de los recursos.
Finalmente, la información es un componente esencial del patrimonio: implica saber cómo, cuándo y por quién ha sido utilizado enriquece nuestra comprensión del contexto humano del que procede. En ocasiones, la transmisión de este tipo de información es tan importante como la del propio objeto al que se refiere, y de esta se obtienen elementos claves para su puesta en valor.
Hablar de patrimonio es considerar a la cultura resultante de la interacción de la sociedad con el ambiente, en donde se incluye el conocimiento, las aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad. Estas manifestaciones y elementos son un reflejo de la respuesta que el hombre da a los problemas concretos de su existencia y su relación con el entorno; esto es lo que lo hace válido para el desarrollo sustentable.
Considerando lo expresado, en este trabajo abordaremos dentro del patrimonio en general, el patrimonio industrial. En un esquema amplio podemos incluir dentro de este tipo de patrimonio a los inmuebles, (zonas de producción, de vivienda, etc.), los muebles (maquinaria, herramienta, los archivos, etc.) y a esto pueden agregarse los modos de vida de los trabajadores, el know how de los procesos productivos, etc.
III) EJEMPLOS DE REHABILITACIÓN Y REUTILIZACIÓN DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL.
A lo largo del tiempo algunos lugares han encontrado en su herencia industrial elementos patrimoniales que se han valorado en el mercado, desde el punto de vista arquitectónico, museístico o recreativo. Ya en Estados Unidos y Gran Bretaña, desde finales de los '70, existen iniciativas para poner en valor algunas instalaciones industriales. Entre las más tempranas se encuentra la puesta en valor del núcleo manufacturero textil de Lowell, en Massachussets, desde 1977, al que siguieron otras diversas. El interés de las realizaciones norteamericanas explica que hayan sido tomadas como modelo en Europa; para tener una idea de su atractivo e impacto económico bastará con señalar que entre septiembre de 1983 y diciembre de 1987 las fundiciones de Birmingham, Alabama, recibieron unos 275.000 visitantes (Capel. H. 1996)
Algunos, de estos proyectos se incluyen dentro de los movimientos de dinamización territorial que en las últimas décadas proponen que es posible observar que los recursos del turismo, el ocio, la promoción cultural, natural y de cualquier tipo de atractivo con un cierto interés, integran una potencial estrategia de futuro en algunas áreas del interior. “...Se contemplan estos recursos como una alternativa para un nuevo modelo de desarrollo local que ayude a superar un periodo de recesión económica, demográfica y social, consecuencia de la desaparición o el declive irreversible de las actividades productivas tradicionales, y de su no- sustitución por otras en breve”. (Llurdes i Coit, 1995).
Esto se ha visto favorecido por cambios dentro del turismo, y que se reflejan entre otras cosas, por la transformación del perfil del turista, por efectos del incremento de los niveles culturales, educativos y las mejores condiciones de vida. Cambios en las formas de concebir el tiempo libre, de revalorizar otros lugares, menos masificados y especiales. Esto ha significado que en la competencia para atraer este nuevo tipo de turismo alternativo se diseñen propuestas nuevas e imaginativas, en sitios no tradicionales y con valor histórico-cultural, o natural
Algunos países desarrollados, caracterizados por poseer un turismo tradicional intentan atraer a este nuevo tipo de turistas interesados en otras alternativas, debiendo establecer otros medios de gestión dirigidos al mantenimiento y en algunos casos a la restauración de antiguas estructuras fabriles, por ejemplo. Esto es un serio problema, especialmente en los países en vías de desarrollo, puesto que es restringido el acceso a recursos destinados a este tipo de actividades y también reducida o inexistente la jurisprudencia referida al resguardo del patrimonio industrial.
Pero debe considerarse válida esta opción si se tienen en cuenta los potenciales peligros de destrucción, desaparición o abandono, que se relaciona con vestigios industriales del siglo XIX que se enfrentan actualmente a la dinámica de las explotaciones mineras.
Incluso, desde hace ya algunos años se analiza la posibilidad de que el turismo pueda convertirse en un motor de desarrollo en áreas económicamente deprimidas y la forma en que se pueden adecuar las instalaciones inactivas, tanto desde el punto de vista ingenieril como urbanístico, con una nueva funcionalidad didáctica y cultural en el marco de un proyecto turístico. En dicho marco el turismo industrial ha tenido un crecimiento muy importante en los países europeos, en los últimos años y está relacionado no sólo con la implementación de recorridos a los circuitos industriales antiguos, sino también a los complejos industriales actuales. Estas experiencias han sido denominadas como turismo alternativo junto a otras modalidades como el ecoturismo, el agroturismo, el turismo de aventura, etc.
Pero la implementación de una propuesta de estas características no se produce sin obstáculos. Se necesita desde luego una buena disposición de las empresas y entidades municipales, cuestión esta que presenta en la mayoría de los casos situaciones conflictivas y puja de intereses que pueden hacer fracasar las gestiones. Por ejemplo, la visita a establecimientos que están en actividad, podría ocasionar problemas y molestias en los procesos de producción, o en ocasiones las instalaciones no están preparadas para ser recorridas por visitantes. Por otro lado, también es necesario pensar como hacerlos atractivos para el turista, dado que por si solos carecen de valor.
IV) EL TURISMO Y EL PATRIMONIO INDUSTRIAL-MINERO.
Pese a los ejemplos señalados, el desarrollo de actividades turísticas relacionadas con la historia y la actividad industrial de ciertas áreas, es escaso y de tratamiento muy reciente a nivel mundial, más aún cuando se trata de su puesta en práctica.
Desde hace ya algunos años se discute la posibilidad de revitalizar ciudades en crisis mediante el desarrollo del turismo y en especial cómo podrían convertirse las instalaciones industriales obsoletas a los usos turísticos. En Escocia, por ejemplo, se han valorado las antiguas industrias del hierro en Dunaskin, Ayrshire, investigando la promoción de la herencia industrial regional para el desarrollo económico. Ahora bien, esto no solo se ha vinculado a sectores industriales, abandonados o antiguos, "... desde mediados de los años '80 no solo los establecimientos industriales antiguos, sino las grandes instalaciones industriales y los establecimientos científicos se convierten en objeto de atención y visita. En Alemania estas visitas gozan de una gran popularidad. Una reciente guía relaciona un total de 100 instalaciones y museos especialmente interesantes desde el punto de vista científico-técnico. En esa relación aparecen museos científico-técnicos especializados (de la navegación, agrarios, de la radio, óptico, de la fotografía, del automóvil, del ferrocarril, de la artesanía, de dirigibles, de motocicletas, de la electricidad...), puentes de diversas épocas, faros, puertos, astilleros, estaciones de ferrocarril, líneas ferroviarias de distintas épocas, ascensores de montaña de principios de siglo, canales, esclusas, refinerías y otras instalaciones petrolíferas, molinos de vientos, diques secos, industrias textiles, forjas y herrerías, presas, teatros especialmente interesantes por sus estructuras escenográficas, grandes excavadoras, instalaciones aeroespaciales, campos de antenas parabólicas, estaciones de seguimiento de satélites, aeropuertos, acueductos, edificios equipados con energía solar, centros de investigación física, instalaciones de producción de energía a partir de procesos biológicos, centros de control de tráfico, fábricas de vidrio, instalaciones para el abastecimiento de agua potable, estaciones de tratamiento de basuras y de aguas residuales, campos de experimentación con biomasa". (Capel, H. 1996)
Si bien estas experiencias tienen, en muchas ocasiones, un fin de tipo educativo, no puede negarse el atractivo potencial de las instalaciones industriales de todo tipo que permiten incorporar distintos procesos históricos de desarrollo, la evolución de las formas laborales, los cambios socioeconómicos presentes en determinada microsociedad por efectos de la urbanización fabril y las nuevas tecnologías, y otros elementos que pueden vincularse a segmentos de mercado no directamente asociados a un turismo educativo. El patrimonio industrial y técnico podría constituir una oferta competitiva con otros de carácter tradicional, complementando dicha oferta y contribuyendo a aumentar los atractivos turísticos regionales, con la potencial repercusión sobre el desarrollo económico local. Procesos que se articulan con maquinarias, hornos, plantas extractivas del pasado y del presente y sus respectivas unidades habitacionales, todos elementos que sin ninguna duda transformaron a los actores sociales, su cultura y el territorio mismo, y que tienen un potencial para ser "recreados" y convertidos en atractivos turísticos o recreativos.
Por otro lado, y desde un punto de vista económico, la puesta en valor además de generar empleos directos e indirectos, mantiene una dinámica productiva que permite el mantenimiento edilicio de las plantas, así como el fortalecimiento de la imagen de la empresa en ciertos sectores. Esto revisado en contexto mayor puede significar la recuperación de espacios abandonados por la industria, incluso a partir del cambio del uso del espacio y su resignificación, permitiendo, mediante la actividad turística, plantear la recuperación de áreas donde la perdida de actividades productivas (por agotamiento de los recursos naturales en algunos casos y por efectos de políticas económicas globales a partir de los ’80, en otros) han dejado de proveer recursos, dando origen a la conformación de pueblos fantasmas. Manifestación de infraestructuras y construcciones representadas por unidades habitacionales o comunidades de fábrica luego del abandono de unidades productivas como los antiguos hornos caleros de las primeras décadas del siglo XX, y que formaron parte de una lógica territorial diferente.
Así desde estas construcciones manifestadas como una pesada herencia, de aparente escaso valor se puede proyectar. Con el "pasado industrial, es posible realizar emprendimientos cuyos objetivos deben ser culturales, haciendo accesible al público un patrimonio industrial de enorme potencial, sensibilizando a los visitantes con la diversidad y riqueza de la actividad industrial y los problemas medioambientales que las empresas extractivas han generado. También educativos, dirigidos sobre todo a los niveles primarios y secundarios, despertando el interés de los jóvenes por las múltiples facetas de la ciencia, la tecnología y los procesos de cambio que dieron como resultado un sistema industrial y minero de enorme capacidad productiva" (Paz, C. y Visvequi, R., 2001).
Llevar a cabo esto no es tarea fácil, y es necesario destacar que existen situaciones o elementos que impiden en ocasiones acercar los bienes industriales, como elementos patrimoniales. Dietrich Soyez (citado en Capel, H. 1996) señala que las principales barreras que se presentan son:
Cognitivas: como la idea de que la industria no es un bien cultural, no tiene valores estéticos, no es interesante, o que la visita a ese tipo de instalaciones no es elegante.
Económicas: los dueños de las instalaciones obsoletas pueden pensar que es más rentable vender la maquinaria como chatarra, o enajenar el terreno, o dedicar el edificio a otras ocupaciones; hay también dificultades para el cambio de funciones, y es elevado el coste de la restauración.
Legales o administrativas: derivadas de las competencias poco claras sobre las actuaciones a realizar; o físicas, relacionadas con la lejanía de algunas instalaciones respecto a las rutas turísticas tradicionales, e incluso con relación a potenciales accidentes.
Al respecto, es necesario considerar esto particularmente pensando que, no solo es importante recuperar el patrimonio industrial, también es posible incluir el espacio, porque como expresa Lecours (1999) “... si el territorio es el soporte fundamental de la industrialización, hay que comprender al territorio para comprender la industrialización. En la interpretación y la puesta en valor del patrimonio industrial se debe tener en cuenta asimismo, el contexto espacial y temporal más amplio posible, intentando mostrar luego el contexto global donde han funcionado y funcionan distintas empresas".
En tal sentido Guerrero, M. (1994) sostiene "el sistema de fábrica con villa obrera se caracteriza por representar un sistema de poder particular, en el que la dominación que la fábrica ejerce sobre los grupos obreros, no solo deriva de la propiedad de los medios de producción, de la propiedad de las viviendas, sino también invade la esfera de la reproducción de los obreros y sus familias, donde pauta comportamientos, incorpora valores e instaura prácticas diferenciadoras entre el personal de la planta y el resto de la población. Incluso también se estableció una diferenciación entre el mismo personal de la planta (personal jerarquizado vs. trabajadores menos calificados)". Por lo tanto las comunidades de fábrica o villas mineras, guardan una estrecha relación con las lógicas sectoriales que les dieron origen y que hoy desaparecidas, las desestructuran al borde de hacerlas desaparecer. Son espacios enclaves, donde la "gran empresa" gesto desde la infraestructura hasta las redes sociales, y en donde las "calles y las puertas de entrada y salida, miran hacia la planta industrial". Ese significado es parte de su identidad, donde pueden asociarse elementos del patrimonio tangible e intangible que van mas allá de un perímetro industrial.
V) PUEBLO-FÁBRICA DE BARKER-VILLA CACIQUE:
PATRIMONIO INDUSTRIAL Y POTENCIAL TURÍSTICO.
V.a) Antecedentes históricos del poblado.
Ubicadas en una depresión tectónica del sistema serrano de Tandilia (formación sedimentaria), en el partido de Benito Juárez en el Sudeste de la Provincia de Buenos Aires, a 60 Km de la ciudad de Tandil y a casi 400 Km de Buenos Aires; las comunidades de Barker y Villa Cacique (principalmente la última), son un ejemplo perfecto de un pueblo-fábrica, villa minera, comunidad de fábrica, nacida ex-novo por razones estrictamente industriales y, además, ajenas a la dinámica económica de la zona en la que se enclava. Y como típico pueblo-fábrica ha sufrido una tiránica dependencia respecto a la actividad industrial que la originó. Por esta razón, la actividad económica de las empresas, sus planes de expansión o sus crisis, marcan directamente toda la vida ciudadana. Lo que se constata perfectamente al comprobar que las construcciones fabriles y las construcciones urbanas han evolucionado en paralelo. Narrar la historia de Barker y Villa Cacique es describir la evolución económica de la fábrica.
V.b) La Calera: Inicios industriales de la zona.
A fines del siglo XIX se instaló en la zona una fábrica de cal. Esta, perteneciente a la familia Vannoni, producía cal con un horno, el cual primeramente utilizaba como fuente energética leña y posteriormente carbón mineral.
La materia prima se extraía de una cantera aledaña a la fabrica. El principal destino de lo producido era Bueno Aires y Tandil.
Para el transporte del producto se contaba en principio simplemente con carretas y más tarde, en 1908, con el ferrocarril, logrando así una comunicación más fluida.
V.c) La fábrica y el surgimiento de la villa minera.
A mediados del siglo XX se localiza cerca de La Calera, la fabrica de cemento Loma Negra, funcionando al principio con un solo horno (1955/56).
En este periodo la población aún era escasa y parte fue incorporada como personal de la planta (alrededor de 45 personas).
Las primeras viviendas vinculadas a la planta fueron construidas por la empresa en 1954 y se destinaron al personal jerárquico.
A partir de la instalación del segundo horno en 1961, el requerimiento de mano de obra creció; por esta razón comenzaron a llegar trabajadores de distintos puntos del país (Santiago del Estero, Catamarca, etc.) e incluso de países limítrofes (Bolivia, Chile, etc.) sumando de esta manera 2000 empleados.
Al tiempo que la fábrica crecía, también generaba un crecimiento urbano importante, que podía observarse en la construcción de nuevos barrios e incluso de un centro comercial, que si bien los negocios, estaban en manos de concesionarios, tenían una fuerte relación con la empresa, que ejercía una especie de paternalismo sobre toda la población.
Todo esto generó una comunidad de fabrica o pueblo-industrial, pues la empresa fijo la fuerza de trabajo, construyó las viviendas de sus empleados, creó la infraestructura de servicios y todos aquellos elementos necesarios para la vida humana, como por ejemplo, el club social y deportivo, el balneario con canchas para la práctica de distintos deportes, piletas, fogones, etc.
A partir de la década de 1980 se produce un importante cambio en la relación fábrica-sociedad. Se comienza el paso de un sistema de producción fordista hacia uno neofordista. Así se apunta a una mayor flexibilidad laboral y se comienzan a adoptar tecnologías modernas (informatización de ciertos procesos, mecanización de tareas, como la carga y descarga de material, etc.)que no serían suficientes, ya que con el paso de tiempo, la tecnología aplicada a los procesos productivo de la planta resultaron "obsoletos".
Los cambios técnicos y organizacionales y la grave crisis económica de mediados de la década del ochenta, y que se prolongo en los noventa, provocaron una paulatina reducción del personal (de 1060 empleados en 1974, a 80 al momento del cierre de la misma) y finalmente el cierre de la planta. Además de la perdida de empleo se terminó por desarticular el espacio que se había conformado a mediados de siglo.
V.d) El proceso de producción.
Al principio el proceso de producción de cemento se denominaba por vía húmeda, en el horno entraba para su posterior cocido una mezcla de piedra caliza molida, arcilla y agua. Esto fue así hasta 1969/70 cuando se instala el método denominado por vía seca. Este consiste en la incorporación del polvo seco, mezcla de arcilla, caliza y un agregado, que una vez cocidos permiten la obtención del clinker. Este subproducto pasa por la molienda donde se combina con yeso para conseguir el cemento.
V.e) Reflexiones en cuanto a la situación actual.
Ante la situación actual de la fábrica es importante plantear la necesidad de una estrategia de rescate por la importancia que reviste y poder asegurar su permanencia física a partir de otros usos.
Bajo estos criterios es importante destacar que la existencia del conjunto fabril, hoy patrimonio industrial, tiene diversos valores intrínsecos y extrínsecos que deben de conservarse para ser conocidos por generaciones futuras, así mismo para resolver necesidades actuales de sus habitantes basados en conciencia de identidad y respeto por la historia del lugar.
Por sí sola, la conservación del patrimonio industrial de Barker-Villa Cacique para su utilización turística, es poco viable. Es necesario que la misma se sostenga bajo un sentido de valor y de rentabilidad. Al respecto, la inserción del patrimonio industrial en un plan de desarrollo turístico regional puede ser una alternativa viable y efectiva, no sólo para lograr su conservación sino también a la hora de generar paulatinamente una estrategia de reactivación económica local, beneficiando por igual a los distintos sectores afectados por la reestructuración económica de las empresas industriales.
Este desafío debe superar no solo la visión indiferente de la comunidad respecto de la fábrica en su relación con el turismo, además la necesidad de apertura de la empresa hacia una actividad desconocida y cuestiones de orden legal. Esto se suma la escasa o nula tradición turística del municipio, donde se encuentra la fábrica, y la incertidumbre sobre potenciales inversiones, tanto del sector público como del privado, en el contexto de una crisis socioeconómica generalizada en Argentina.
V.f) Algunos elementos para iniciar un modelo de turismo cultural con base en el patrimonio industrial.
· Involucrar a la empresa como dueña de las instalaciones y a empleados o exempleados a partir de un proyecto concreto.
· Involucrar al municipio para promover este tipo de turismo, e insertarlos dentro de un proyecto general.
· Involucrar a diferentes instituciones, e insertarlos dentro de un proyecto general.
· Realizar un estudio de mercado
· Elaborar un diagnóstico de los elementos de la fábrica que sean potenciales atractivos y elementos patrimoniales y de su relación con las canteras, los hallazgos arqueológicos, las particularidades geológicas de la región, las propias comunidades y el ferrocarril.
· Promoción del destino turístico enfatizando su singularidad en la región.
· Diagnosticar la potencialidad de crear un Centro de Interpretación de la industria cementera, que puede contener un museo que reconstruya la cultura material relacionada a los procesos productivos de la minería y la industria cementera, sin olvidar los modos de vida de sus trabajadores.
VI) CONCLUSIONES:
Por lo expresado podemos decir que los importantes recursos que conforman la historia industrial de Barker-Villa Cacique, pueden convertirse, bajo un coherente y responsable programa de recuperación y conservación del patrimonio industrial y turístico, en una estrategia alternativa de desarrollo económico local y de creación de empleos directos e indirectos. Su realización debe necesariamente inscribirse en el núcleo de las estrategias de reconversión de las bases de la economía regional, especialmente maltratadas por la crisis actual y la caída masiva de las fuentes laborales dependientes de las actividades extractivas.
VII) BIBLIOGRAFIA
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