La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
"EL TURISMO COMO NOTICIA. ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DEL DISCURSO PERIODÍSTICO EN LA 'COSTA BLANCA' DE ALICANTE, ESPAÑA"
Por Alejandro Mantecón Terán
Becario de Investigación (FPI del MCYT) en el Departamento de Sociología I y Teoría de la Educación de la Universidad de Alicante, España
RESUMEN:
La industria del ocio turístico es la más importante y en torno a ella se manejan infinidad de intereses. En un mundo en el que las estructuras de poder empapan todas las relaciones sociales el poder de definir una situación como real se convierte en un fin en sí mismo muy valioso y el turismo se ha convertido en uno de los temas centrales en la agenda de discusión. El presente trabajo tiene como principal objetivo realizar una aproximación sociológica a las prácticas discursivas sobre el fenómeno turístico (temáticas, tendencias y cambios en la dirección y sentido del discurso en los medios de comunicación). Para ello he investigado el discurso periodístico sobre el turismo en un espacio y un periodo de tiempo concretos: la Costa Blanca de Alicante, España, entre 1978 y 2001.
INVESTIGACIÓN:
1. Breve aproximación socio-histórica a la dinámica turística en España.
Los casi cuarenta años que los españoles vivieron bajo el “régimen autoritario” [1] de Franco[2] pueden dividirse en varias etapas tomando como referencia algunos momentos especialmente significativos. El punto de inflexión más decisivo fue, quizá, el año 1959. A mitad de la década de los cincuenta el modelo autárquico se muestra insostenible y los tecnócratas del Opus Dei pasan a dirigir la gestión económica a la que intentan dar un giro aperturista al mundo occidental (García de Cortázar y González Vesga, 1993: 615-620). El conjunto de medidas tendentes a la modernización económica se articularon en torno al plan de estabilización de 1959. Los efectos que los nuevos cambios en la gestión político-económica provocaron en la sociedad española fueron complejos y de diversa índole y no es este el lugar para esbozar un análisis riguroso. No obstante, resulta importante indicar que los tecnócratas inspiradores del plan de estabilización situaron al turismo como pilar de la modernización económica (Vera Rebollo, 1987: 119-120). De esta manera el turismo se estableció como el principal subvencionador del proceso de desarrollo económico junto a las remesas de los emigrantes y a la inversión extranjera. El turismo se configuró como el sector protagonista de la entrada de divisas. La demanda de turismo es muy elástica con respecto a la renta por lo que el mayor bienestar de los europeos, inmersos en un ciclo de expansión económica, desembocó en un alto consumo de ocio vacacional. Millones de europeos escogieron el litoral mediterráneo español debido a sus bondades climatológicas, los precios bajos y un ambiente sociopolítico que trasmitía seguridad (con independencia de que éste hubiera sido impuesto y fuera garantizado por el autoritarismo franquista). Así, entre 1960 y 1973 las entradas por turismo sumaron cerca de 17 millones de dólares. En ese mismo periodo el déficit de la balanza comercial superó los 21 millones. Los ingresos del turismo supusieron entonces un 80 por ciento del saldo negativo de la balanza comercial (Escudero, 1998: 22).
2. El turismo en la España contemporánea. El caso de la Costa Blanca de Alicante.
Nuestra investigación sociológica sobre el turismo se localiza en el rico y complejo sistema natural y social del Mediterráneo, y particularmente en el Mediterráneo español de la Costa Blanca. Aunque el sentido general de este trabajo fija su atención en ciertos aspectos de la superestructura cultural de los valores y los discursos establecidos no debemos por ello perder ni un momento de vista que, si descendemos un nivel más, hallamos como auténtico escenario del fenómeno turístico los contextos urbanos de las poblaciones costeras. Lugares sacudidos de muchas maneras en los últimos cincuenta años por el turbulento desarrollo turístico.
El prestigioso humanista y científico social francés George Duby, directamente influido por la escuela de los Annales que tanto hizo por impulsar el desarrollo de la investigación transdisciplinar a partir de la Historia, la Antropología y la Sociología, se ha preocupado en varias ocasiones por explorar el mundo mediterráneo. En el prólogo a una obra colectiva sobre el Mediterráneo publicada hace ya algunos años[3] identificó siete procesos sociales que, a su modo de ver, han configurado el paisaje humano del Mare Nostrum desde los tiempos del Imperio Romano hasta convertirlo en el complejo sistema social actual. Duby hace referencia a las invasiones bárbaras en el siglo III, la llegada del Islam en el siglo VII, la expansión medieval, el avance turco, la atlantización de la cultura europea, el impacto de la Ilustración y el Iluminismo y, finalmente, los profundos efectos del turismo desde, sobre todo, los años sesenta del siglo XX.
El proceso de urbanización del Mediterráneo español tiene al menos dos dimensiones que se han visto decisivamente influidas por el desarrollo turístico. La observación de la realidad empírica nos revela el progresivo crecimiento físico (expansivo en la periferia y transformador en los centros urbanos) de zonas que, con el paso del tiempo, se han constituido en ciudades de primera magnitud. Por otro lado, y desde el punto de vista de las significaciones y los discursos sociales, la igualmente progresiva urbanización de las conciencias y los estilos de vida (Berger, 1973) resultado de la constante percepción y asimilación de las imágenes, modelos, en muchos casos simulacros, emitidos por los diferentes medios de comunicación social. Durante la mayor parte de la historia de las civilizaciones las personas han vivido sin apenas percatarse de cambios urbanos profundos. El desarrollo de la técnica moderna ha modificado sustancialmente esta situación. La modernización socioeconómica y urbanística de la Costa Blanca de Alicante y su actual configuración como un nodo relativamente significativo del sistema mediterráneo y mundial responde directa e indirectamente a los efectos manifiestos y latentes del desarrollo turístico. No obstante, si consideramos la proporción y magnitud de los efectos generados por el juego de asignación y redistribución de papeles que produce la “globalización” hemos de percatarnos de que esa posición se enmarca en un contexto de máxima competitividad. Muchos países y regiones del mundo apuestan fuerte por constituir a la industria turística como núcleo duro de su economía y el mercado turístico es ya uno de los más voluminosos del mundo. En España, sin duda, es el más importante al aportar el 12% del Producto Interior Bruto y el 10% del empleo (Aledo, 2002).
La posición clave de esta región en la trama de relaciones del sistema turístico mundial configura la Costa Blanca como un “laboratorio social” de inigualables condiciones y atractivo para la exploración sociológica. Si la configuración del paisaje urbano ha sido determinada de forma decisiva por la dinámica turística ésta ha sido a su vez integrada en la lógica urbanística de los tiempos modernos: “... el urbanismo a la defensiva dejó de legitimarse con la planificación para convertirse en nuevo paisajismo urbano –simbólico y cultural, o sea, escenográfico- [...] Es la espectacularización mediática de la ciudad [...] Pero, aunque cambie la carrocería –antes tecnocrática, hoy escenográfica-, el motor del cambio urbano sigue siendo la especulación inmobiliaria” (Gil Calvo, 2003: 15). Esta lógica urbanística, dirigida por una nueva clase social que se ha etiquetado como “burguesía cementera” (Borja, 2003: 15), se ha entremezclado durante cinco décadas con la propia lógica turística lo que ha dado lugar en muchos casos a, digamos, variados efectos perversos del éxito. Así, entre los diferentes rasgos que han caracterizado el modelo de desarrollo turístico español no resulta demasiado sorprendente que algunos de los más significativos hayan sido el desarrollo espontáneo carente de una adecuada planificación turística y urbanística; la confusión entre desarrollo turístico y desarrollo inmobiliario; la desproporcionada urbanización de espacios geográficos que han producido daños irreparables en ecosistemas que debieron estar correctamente protegidos; la falta de inversión en estructuras y recursos potenciadores de un desarrollo turístico sostenible; o la obsesiva insistencia en un modelo muy poco imaginativo basado casi en exclusividad en las bonanzas climatológicas y la existencia de unas playas apetecibles por los turistas (Mazón, 2001: 98). Con este panorama se han desarrollado en la Costa Blanca de manera paralela dos modelos de desarrollo muy diferenciados. Por un lado, el turismo propio de las grandes ciudades turísticas. Esto es, enclaves urbanos dedicados en cuerpo y alma a la industria del ocio los doce meses del año. Encontramos en Benidorm un caso paradigmático y en el turismo hotelero a la variante turística típica. Por otro lado, hallamos lo que se ha convenido en llamar “turismo residencial”, redefinido por algunos autores como “turismo inmobiliario” (Mazón, 2002 o Aledo, 2002) con el objeto de enfatizar sus vinculaciones con la actividad especulativo-urbanística que constituye el negocio de la construcción y la venta de urbanizaciones. Esta es, por supuesto, la tipología favorita de la “burguesía cementera” (construcción apresurada de pequeñas urbanizaciones que producen beneficios rápidos y seguros), legitimada en muchos casos por la población autóctona incapacitada para prever los perniciosos efectos socioeconómicos, culturales y ecológicos a medio y largo plazo. Estas segundas residencias, generalmente ocupadas por sus propietarios unos días al año, son devoradoras de enormes cantidades de suelo (que acaban por producir modelos de desarrollo tendentes a la saturación) y ocupadas por unos residentes que responden mayoritariamente a un perfil sociológico un tanto particular y que complica el establecimiento y gestión de políticas administrativas para el mantenimiento y buen uso de los servicios y recursos públicos: propietarios, a menudo extranjeros propensos a formar colonias en urbanizaciones que mantienen habitualmente vacías al permanecer la mayor parte del año en otros lugares de España o de otros países, con rentas per cápita mayores que la media de la población autóctona con la que, por cierto, no suelen mantener apenas relaciones de vecindad (Mazón, 2001: 261-273). La irregular lógica estacionaria y migratoria de estos turistas provoca en ocasiones confusiones reales acerca de su verdadero lugar de residencia. Pasado un tiempo acaban por producirse significativos impactos sociodemográficos en las estructuras sociales locales que suelen ir encaminados hacia el envejecimiento de la estructura poblacional al ser la mayoría de estos pseudoturistas personas de una edad avanzada que se sienten tentados a prolongar sus vacaciones de manera definitiva, aunque no permanente, en lugares que creen adecuados para pasar su retiro tras una vida de trabajo. En el subsistema cultural el “choque” motivado por el origen no español, la barrera idiomática, los mayores recursos económicos o el nivel educativo más elevado acaban por generar en algunas ocasiones auténticas comunidades cerradas y casi autosuficientes con una interdependencia intracomunitaria muy intensa y un nivel de interdependencia intercomunitario muy pobre (Casado-Díaz, 1999: 223-225).
La Costa Blanca ofrece una variada gama de tipologías. Si Benidorm se nos presenta como un “tipo ideal” de ociurbe turística otros lugares, como Torrevieja, segundo centro turístico de la región, se configura como un caso muy representativo de modelo turístico residencial. En Torrevieja la dinámica turística se ha conjugado “perfectamente” con el mercado inmobiliario hasta producir un modelo urbanísticamente saturado. Desde un punto de vista sociodemográfico los flujos turístico-migratorios originados desde los años setenta del pasado siglo, e intensificados sobre todo a lo largo de la década de los ochenta, han dado lugar a un crecimiento demográfico muy importante en todos los grupos de edad aunque la ratio de crecimiento oscilante en diversos periodos entre el 109 y el 300 por ciento para el grupo de personas de mayor edad se sale de todo parámetro de normalidad. Debe indicarse también que este curioso proceso ha propiciado un importante incremento de la población de entre 26 y 45 años atraída por unas expectativas laborales positivas (Casado-Díaz, 1999: 231-236). La estructura socioeconómica del municipio ha experimentado igualmente cambios muy profundos. En los años sesenta se inició en Torrevieja el proceso de modernización económica (que ha desembocado en la actual “bomba” urbanística) a partir de unas bases productivas insertas en el sector primario que en el caso de este municipio venían simbolizadas por los aprovechamientos salinero y pesquero y por una agricultura de secano dominada por la cosecha del cereal y la vid (Torres Alfosea, 1995: 65). Con todo esto no resulta extraño que algunos estudiosos de este interesante fenómeno social se hayan cuestionado la propia consideración del “turismo inmobiliario” como un tipo de turismo y se hayan decidido a tratarlo como un fenómeno social eminentemente económico propio del mercado inmobiliario (Aledo, 2002).
3. Objetivos específicos de la investigación
El objetivo específico de mi trabajo es el de analizar la temática, tendencias, cambios en la dirección y sentido del discurso que en los medios de comunicación se ha producido sobre el turismo. Se trata, por lo tanto, de analizar las variaciones que se han producido en el discurso periodístico sobre el turismo en un espacio y un periodo de tiempo concretos: la Costa Blanca entre 1978 y 2001.
Antes de continuar conviene mostrar un marco teórico que sirva de referencia para contextualizar la dinámica valorativa de los discursos sobre el turismo:
Conceptualización optimista (años sesenta) Clasifica el turismo en términos de sus partes funcionales, pero sin armonización, tomándolo como industria (fuerte sentido de lo “económico”). |
Conceptualización pesimista (años setenta) Parte de la premisa de que el turismo lleva consigo un modelo cerrado que lo equipara a las formas históricas de colonialismo y dependencia, perpetuando las desigualdades existentes. |
Plataforma de adaptación (años ochenta) Se nutre de las conceptualizaciones anteriores, buscando alternativas de desarrollo turístico basadas en las necesidades y entornos de los anfitriones. Nula creación teórica y respuesta parcial a los impactos. |
Plataforma de conocimiento (años ochenta y noventa) Estudio del turismo como multidisciplina social, aunando gradualmente perspectivas, teorías y técnicas de investigación, ayudando a su definición conceptual. |
Fuente: Santana, 1997: 29.
A partir de la teoría evolutiva sobre el cambio de valoración del fenómeno turístico presentada por Agustín Santana se pueden plantear varias hipótesis de trabajo. No obstante, el carácter exploratorio de este estudio no precisa de la formulación de unas hipótesis concretas. Ello no quiere decir que el objeto de investigación sea difuso. Todo lo contrario. El estudio tiene por objeto analizar la evolución del discurso periodístico alicantino sobre el turismo a lo largo de veinticuatro años (1978-2001), sin embargo, la investigación se plantea sin ningún tipo de presupuesto ni proposición apriorística. A la luz de los datos obtenidos y tomando como marco de referencia el cuadro anterior construiremos un argumento interpretativo que nos servirá como punto de partida para proseguir en el futuro con análisis más profundos en torno a la dinámica del discurso social sobre el turismo.
4. Metodología: explicación y justificación
La selección de la metodología queda justificada por ser la más idónea para lograr la consecución de los objetivos específicos señalados.
La investigación sociológica de los discursos sociales se realiza a partir de la formalización de los mismos en textos susceptibles de ser examinados en profundidad. El análisis de los datos textuales puede llevarse a cabo desde una perspectiva cuantitativa o cualitativa. Aunque la bibliografía especializada no muestra unanimidad al respecto existe un cierto acuerdo entre los sociólogos estudiosos del tema en englobar dentro de la expresión “análisis de contenido” todo análisis textual que tiene como fin la obtención de inferencias acerca de la realidad social. Si bien, es habitual reservar el término “análisis de contenido” para hacer referencia al tradicional análisis cuantitativo de los textos y dedicar el concepto de “análisis del discurso” para denominar las más recientes técnicas de análisis cualitativo que, no obstante, beben directamente de la antigua y rica fuente de conocimiento de la Retórica, la Teoría Narrativa, el Psicoanálisis y la Lingüística. Aunque en la práctica, y por requerimiento práctico del estudio, el investigador puede combinar elementos de los modelos cuantitativo y cualitativo podemos identificar en el siguiente cuadro algunos rasgos distintivos:
Análisis de datos textuales |
||
Cuantitativo (Análisis de contenido) |
Cualitativo (Análisis de discurso) |
|
Método |
||
Objeto |
Contenido manifiesto |
Contenido latente |
Lógica |
Hipotético-deductiva |
Inductiva |
Hipótesis |
Confirmatoria, significación estadística |
Guía de indagación |
Relación Significante- Significado |
Único, denotación |
Múltiple, negociado. Connotación |
Volumen de datos |
Grande |
Mediano, pequeño |
Proceso |
||
Muestreo |
Probabilístico |
Intencional o de conveniencia |
Unidades |
Todas tienen el mismo valor. Descomposición en diferentes niveles de unidades |
Todo el texto |
Sistema de clasificación |
Casillas (previo al análisis) |
Montones (simultáneo al análisis) |
Codificación |
Valor numérico de una variable |
Fragmentos que tratan un mismo tópico |
Resultados |
||
Objetivo |
Descripción |
Interpretación |
Fiabilidad y validez |
Pruebas estadísticas |
Fiabilidad: variabilidad de discursos y consistencia. Validez: interpretación correcta |
Reproductividad |
Alta |
Baja |
Fuente: Penalva, 1999: 120.
El análisis de contenido es una técnica cuantitativa de investigación social que se utiliza para estudiar de manera indirecta una sociedad a partir del examen de los textos que ésta produce y su uso más frecuente tiene que ver desde su inicio con el análisis de los llamados “medios de comunicación de masas” (redefinidos hoy como “medios de comunicación social”).
Llega el momento de realizar la selección de los textos. La fuente de datos elegida en este caso es la prensa escrita y, en particular, un periódico representativo y con reconocida tradición en la sociedad alicantina (al ser, con mucho, líder consolidado en ventas): el diario Información. Una vez comprobada la disponibilidad y el soporte del material textual de trabajo procedo a definir el marco muestral. Así, las unidades de muestreo están formadas por el conjunto de periódicos editados entre el 1 de enero de 1978 y el 31 de diciembre de 2001, y las unidades de análisis son el conjunto de noticias referentes al turismo recogidas en los periódicos que formen la muestra. La muestra recogida y su ficha técnica aparecen en el siguiente cuadro:
Cálculo de muestras con poblaciones finitas:
N = 8760
p = q = 0,5 K2 . N . p . q
e = 0,04 n =
N de C = 95,5 % e2 (N-1) + K2 . p . q
K = 2
22 . 8760 . 0,5 . 0,5
n = = 583
0,042 (8759) + 22 . 0,5 . 0,5
En el año 2002 la Comunidad Valenciana recibió 4,9 millones de turistas extranjeros
I. Trimestre: 16,33 %
II. Trimestre: 25,51 %
III. Trimestre: 38,77 %
IV. Trimestre: 19,39 %
Fuente: Informe de “Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur): Avance de resultados 2002” elaborado por el Instituto de Estudios Turísticos y publicado en su página web en Enero de 2003 (pág. 32).
Seguidamente se llevó a cabo una afijación proporcional por años y trimestres y, a continuación, un muestreo probabilístico sistemático para cada trimestre generalizado para los 24 años.
El siguiente paso es establecer un sistema de categorías que permita operativizar en alguna medida las ideas planteadas. Tenemos que tener en cuenta que este estudio no responde a un modelo de análisis cuantitativo puro por lo que las categorías que se establecen tienen un carácter muy abierto y flexible. Hemos de considerar que este hecho no provoca una pérdida de rigor científico. El objetivo es elaborar un esquema de trabajo cuya rigidez no dificulte la correcta interpretación y procesamiento de los datos textuales que se analizan. De este modo podemos identificar a partir de los objetivos planteados dos variables fundamentales en torno a las cuales ha de revelarse la estructura del discurso. Son el contexto temporal y la valoración del fenómeno turístico. Un esquema del sistema de categorías (indispensable para llevar a cabo la codificación) podría ser el siguiente:
Argumento
Tiempo Valoración
Fase teórica Año Positiva Neutra Crítica
Económica Cultural Ecológica Política Urbanística Recursos
y publicitaria y calidad
El nivel de medición que se aplica a las variables es el nominal. Así, nuestro primer propósito es únicamente clasificar, a partir de la presencia o ausencia de una categoría, una temática y la valoración de la misma.
La última etapa es el análisis. En el Análisis de Contenido existe cierto acuerdo en reconocer cinco procedimientos o “subtipos” de análisis (Penalva, 2002: 31-42). Son el análisis temático, el análisis de la expresión, el análisis de la evaluación, el análisis de la asociación y el análisis comparativo. Resulta comprensible que en la mayoría de las ocasiones el investigador no se limite a aplicar un único método sino que, con el objeto de enriquecer la interpretación de los datos, es habitual que se incluya en el análisis elementos de varios de los tipos. Aquí aplicaremos el análisis temático en tanto en cuanto nos interesamos por reconocer la frecuencia de aparición de los distintos asuntos. Se trata, en definitiva, de contabilizar las unidades que han sido clasificadas en cada una de las categorías. También incluiremos aspectos del análisis de evaluación ya que buscamos reconocer en alguna medida la dirección de la actitud (positiva, negativa, neutra) del discurso periodístico. Así mismo llevaremos a cabo un análisis de asociación para identificar la presencia compartida de dos temas en una misma unidad. Finalmente presentaremos un análisis comparativo de carácter temporal lo que nos posibilitará iniciar una discusión en torno a la posible existencia de tendencias discursivas.
5. Análisis
Cuando manifestamos una opinión o exponemos un argumento, además de constatar semánticamente la existencia de una realidad (“definición de la situación”), contribuimos en la construcción de esa realidad (dimensión pragmática). Hoy reconocemos en los medios de comunicación de masas (o medios de comunicación social) a uno de los principales agentes que configuran la cultura personal de la ciudadanía y en el turismo a uno de los fenómenos más representativos (cuantitativa y cualitativamente) de las sociedades contemporáneas al incluir de diversas maneras a más de la cuarta parte de la población mundial. El discurso periodístico sobre el turismo en la Costa Blanca entre 1978 y 2001 presenta una serie de rasgos generales y particulares que nos permiten avanzar alguna conclusión importante y plantearnos nuevas preguntas.
En primer lugar, observamos que los conceptos de “turismo” y “desarrollo turístico” se confunden y entremezclan constantemente lo que produce en la totalidad del discurso una pauta metonímica reflejada en la continua aparición, más o menos manifiesta, de la sinécdoque (el todo es sustituido por la parte o la parte por el todo), figura retórica que aparece habitualmente sin que el emisor sea muy consciente de su utilización. No obstante la falta de intencionalidad manifiesta por parte del periodista no implica que los lectores de las noticias sean capaces de distinguir las dimensiones y componentes de un proceso tan complejo como el turístico, y más aún cuando desde los propios medios de comunicación se genera mayor confusión al “envolver” la realidad mediante diferentes significantes que hacen referencia a un mismo significado (lo que da lugar a la existencia de “correferencias”, esto es, la sustitución de una palabra por otra u otras que expresan o aluden al mismo concepto que aquella), y a la inversa, distintos significados que se asocian a un mismo significante en momentos y espacios no excesivamente distanciados (en ocasiones en un mismo periódico). De este modo, las interpretaciones del turismo como una industria, un proceso social consistente en el movimiento vacacional y transitorio de una parte de la población, un reclamo publicitario, una institución política, un cuerpo de conocimientos y estudios o un agente de desarrollo social se superponen y entremezclan constantemente en el discurso periodístico, pero en forma de noticias autónomas que no ofrecen un sentido de unidad ni aluden a la multidimensionalidad del fenómeno turístico. En este sentido hemos de considerar que la utilización de significantes diferentes para hacer referencia a un mismo significado no equivale a nombrar una misma realidad con distintas palabras, sino que con palabras diferentes se construyen también realidades diferentes.
Como avanzábamos, una de las identificaciones más habituales, aunque bastante solapada al mostrarse la mayoría de las veces implícito el segundo de los términos, es la que se produce entre turismo y desarrollo turístico. A pesar de que en los medios de comunicación existen confusiones similares, es el caso entre “ciencia” y “desarrollo científico” o “cultura” y “desarrollo cultural” no es habitual que este fenómeno sociolingüístico se de con tanta insistencia. El modelo de desarrollo turístico que se muestra tiene también unas características determinadas. Así, se aprecia con bastante claridad la identificación mayoritaria del turismo con la economía, de tal forma que si bien el turismo no se muestra como fenómeno perfectamente definido sí que queda patente la importancia superior de la dimensión económica del mismo. En el Gráfico 1 observamos la mayoritaria asociación del turismo con aspectos propiamente económicos. Normalmente este tipo de noticia hace referencia a los ingresos generados por la industria turística, a periodos de recesión económica motivados por una disminución en la llegada de turistas o a la creación y destrucción de puestos de trabajo. También se ha incluido en este cluster aquellas noticias que hacen referencia a iniciativas mercadotécnicas y publicitarias vinculadas directamente con la “tipificación” del turismo como un agente de desarrollo preferentemente económico.
Advertimos que los grupos cuantitativamente parejos de noticias políticas, culturales y referentes a recursos y calidad reúnen el 40% de las noticias. Las noticias de temática política suelen describir actividades de promoción y gestión institucional del turismo así como otras en las que el turismo es presentado como un tema que, ya sea por uno u otro motivo, da lugar a un debate o conflicto entre diversas fuerzas políticas. En el grupo de noticias en las que aparece una vinculación clara entre turismo y cultura se incluyen aquellas reseñas en las que se ponen de manifiesto actividades de investigación, divulgativas y académicas para conocer mejor el fenómeno turístico y también noticias en las que se representan cuestiones como el intercambio cultural o la construcción de estereotipos (estas últimas muy poco frecuentes). En el conjunto de noticias en las que se relaciona al turismo con los recursos se agrupan aquellas crónicas en las que se trata el tema de la calidad, las infraestructuras y el capital humano. Finalmente, en los dos grupos menores, ecología y urbanismo, se tratan las noticias referentes a las relaciones entre turismo y medio ambiente por un lado, y a las que se vinculan de alguna manera al turismo con el mercado inmobiliario y la planificación urbana por otro.
En el Gráfico 2 observamos la evolución temática, en valores absolutos, de la aparición de los distintos grupos de noticias y es posible empezar a observar algunas cuestiones interesantes que se desarrollan a continuación. Encontramos en primer lugar que las noticias económicas siguen una distribución temporal mucho más constante que el grupo del resto de noticias. El Gráfico 3 nos permite observar que el peso de las noticias económicas sobre el total de noticias se ha mantenido habitualmente entre 40 y el 60 por ciento sin haberse producido cambios demasiado bruscos. Sin embargo, si afinamos un poco más podemos percatarnos de ciertas tendencias y carácter cíclico que dibujan una imagen de W invertida. De la misma manera, si diéramos la vuelta al gráfico y nos fijáramos exclusivamente en las noticias no económicas la W sería casi perfecta. Una imagen de la distribución de esas noticias, en valores absolutos, podemos encontrarla en el Gráfico 7. Sería necesario realizar un análisis de series temporales e investigar el discurso periodístico de las décadas de los sesenta y setenta para conocer mejor los motivos y la existencia o inexistencia de ciclos, no obstante si ceñimos la interpretación al periodo estudiado se nos muestran evidentes algunas cuestiones. Al ser las noticias económicas las más importantes, al menos en términos cuantitativos, hemos decidido profundizar más en su dinámica discursiva por lo que es al hilo del Gráfico 4 a partir del cual el análisis se lleva a cabo con una mayor profundidad.
Si leemos el gráfico superior y lo ponemos en comparación con el Gráfico 3 encontramos que en el periodo 1978-1986 crece progresivamente el peso de las noticias económicas y lo hace al tiempo que el sentido del discurso es eminentemente positivo. Esto corresponde en la “realidad objetiva” con una época de expansión económica del sector turístico. La investigación prueba que en periodos de crecimiento económico no sólo desaparece casi totalmente cualquier tipo de crítica al modelo de desarrollo turístico existente sino que la aparición de temáticas diferentes a la económica, independientemente de que su sentido sea positivo, neutro o negativo, también se ve muy reducida. El discurso toma así una dirección económica monotemática y un sentido soberanamente optimista en el que el grueso de las noticias gira en torno a acontecimientos como la asistencia a ferias europeas y la publicación de resultados macroeconómicos positivos. Solamente la perenne incertidumbre sobre el abastecimiento del agua (sobre todo en la ciudad de Benidorm) aparece como nota negativa de carácter marginal en el núcleo del discurso. La carga de subjetividad inherente a este discurso dio lugar a la constitución de un simulacro de realidad sobre el turismo que no se desvaneció hasta que la realidad objetiva y empírica no se reveló absolutamente crítica.
Observamos que es en el año 1988 cuando se produce un cambio de tendencia notable. La industria turística de la Costa Blanca sufrió entre 1989 y 1993 una grave recesión motivada por la interacción de una relación bastante compleja de factores estructurales y coyunturales (Mazón; Aledo y Carrera, 1994: 6). En el año 1988 los medios de comunicación se hicieron eco de las previsiones negativas y aunque a partir de 1993 la industria turística volvió iniciar una tendencia positiva lo cierto es que el discurso económico-optimista no vuelve a producirse con la misma contundencia que en la época anterior: la aparición de temáticas no económicas deja de ser marginal y llega a superar el 60% del total de noticias en el trienio 1999-2001. Asimismo, la dirección del discurso económico deja de tener un único sentido por lo que la positividad, la neutralidad y la negatividad se entremezclan de manera no uniforme. Sin duda, la etapa más crítica es la que comprende el trienio 1988-1990, momento en el que el porcentaje de noticias negativas es mayor. El discurso científico, perfectamente esbozado en la obra citada de los profesores Tomás Mazón, Antonio Aledo y Lorenzo Carrera, identifica una red de dieciocho factores fundamentales de la crisis (doce estructurales y seis coyunturales). En contraposición, el discurso periodístico más crítico enmarca los motivos principales de la crisis en las deficiencias de la estructura interna de la oferta española, tres factores estructurales (malos sistemas de comunicación, precarios sistemas de servicio y calidad hotelera y cierto deterioro medioambiental) y uno coyuntural (la inflación de precios), al tiempo que niega responsabilidades a la coyuntura económica europea a la que sí que reconoce un papel importante en las crisis turísticas de los años setenta.
La recuperación del discurso positivo en 1992, cuando aún se permanecía en una situación de crisis, viene motivada por la masiva aparición en la prensa de noticias en las que se insiste por definir como positiva y real una situación, o realidad objetiva, que continúa siendo negativa a la vez que se hace referencia a una cantidad importante de propuestas orientadas a la reestructuración del sector turístico, con independencia de que éstas se llevaran finalmente a cabo. Podemos hacer un esfuerzo de síntesis y ordenarlas en siete grupos sustanciales: mejora de las comunicaciones, gestión racional del consumo de agua, protección del medioambiente, mejora de la calidad de los servicios, potenciación de la formación profesional, coordinación de políticas urbanísticas municipales y restricción de licencias de construcción en lugares inapropiados. En lo referente a estos dos últimos puntos resulta particularmente interesante que el sector de la construcción y el mercado inmobiliario, con toda seguridad el más íntimamente ligado a la industria turística y el que más se favorece económicamente de su desarrollo, aparezca como un tema marginal en el discurso periodístico (no en sí mismo pero sí como tema directamente vinculado al turismo) al reunir solamente al 4% de las noticias (el más bajo junto a la temática ecológica y medioambiental). Un análisis de asociación específico para el discurso económico puede realizarse a partir de la lectura del Gráfico 5 en el que volvemos a observar la posición secundaria del urbanismo y la ecología.
La dinámica de aparición de las noticias no económicas ya ha sido comentada al considerarlas en su conjunto como un único grupo. Realizar una interpretación desagregada de la evolución de las mismas resulta bastante complicado y una aproximación más conveniente debería llevarse a cabo desde una perspectiva cualitativa de análisis del discurso que va más allá de los objetivos de este trabajo. En este sentido me limito a presentar aquí el titular de una noticia aparecida el 30 de julio de 2001 que carece de representatividad estadística pero que sí posee representatividad tipológica y que resulta
bastante ilustrativa de un discurso latente y marginal muy rico: “El Consell supedita la protección de parajes al interés turístico”. Si bien, la riqueza temática se ha incrementado tras la crisis de 1989-1993, el discurso no ha dejado de girar en torno a la preponderancia de un modelo de desarrollo turístico en el que la mayor parte de los subsistemas sociales están supeditados a las exigencias y necesidades de expansión del subsistema económico. En este caso economía, ecología y política se entremezclan de una manera muy particular para ofrecernos una fotografía típica del momento discursivo actual.
Por lo que se refiere a las noticias de matiz político indicamos que el perceptible incremento que en éstas se produce a partir del periodo de crisis tiene como principales motivos, aparte del crecimiento normal de noticias en las que se alude a iniciativas institucionales para renovar la gestión del turismo, el aumento de un nuevo grupo de noticias (cuantitativamente pequeño pero inexistente en la década de los ochenta) en las que el turismo es presentado como un asunto central en el debate entre los distintos partidos políticos.
Para finalizar el análisis podemos retomar el esquema evolutivo de etapas teóricas elaborado por Agustín Santana y aventurarnos a realizar un esbozo de cuadro estructural cuya representación podría ser la siguiente:
Conceptualización optimista |
Conceptualización pesimista |
Plataforma de adaptación |
||||||
-1978 a 1986. -Discurso monotemático positivo económico. -Muy integrado. -Fuerte sentido de lo económico sin referencia a otros subsistemas sociales intensamente ligados al fenómeno turístico.
DESARROLLO ECONÓMICO-TURÍSTICO INCUESTIONABLE |
-1987 a 1990. -Discurso crítico. -Integrado. -Denuncia del discurso tendencioso existente hasta el momento aprovechando la crisis turística española de finales de los 80 y principios de los 90. CRÍTICA DURA AL MODELO TURÍSTICO DESARROLLISTA IMPERANTE
|
-1991 a 2001. -Discurso caótico. -Desintegrado. -Clasifica el turismo en términos de sus partes funcionales, pero sin armonización, tomándolo como industria (la economía continúa en el centro). DISCURSO NO UNIFORME Y DESESTRUCTURADO
|
La no inclusión en el cuadro de la etapa de “Plataforma de conocimiento”, tal y como ésta es considerada en el modelo Agustín Santana, se debe sencillamente a la inexistencia en el discurso periodístico reciente (y mucho menos pasado) de elementos discursivos que puedan sugerirnos una nueva aproximación al turismo como proceso social sistémico que aúne gradualmente perspectivas y enfoques orientados a depurar su definición conceptual.
6. Conclusiones.
La percepción que cada individuo posee de un determinado fenómeno social depende de sus valores personales, intereses privados, educación ..., en fin, depende de su biografía. Pero también de su contexto inmediato, del conjunto de papeles e interacciones que despliega en su particular mundo de la vida cotidiana y, en un contexto más amplio, de las influencias del Lebenswelt en el que está inmerso. El conjunto de acontecimientos y procesos objetivos que ocurren a nuestro alrededor así como el entramado de significaciones y realidades subjetivas interpretadas y producidas por personajes concretos, grupos sociales e instituciones que definen y redefinen constantemente como reales o falsas la totalidad de situaciones que tienen lugar en una sociedad en un momento de la historia específico determinan la imagen y valoración que cada ciudadano conforma de los distintos hechos sociales.
Los medios de comunicación y los periódicos principalmente, al poseer unas características muy particulares, se constituyen como potentes canales trasmisores de cultura, aunque durante la difusión se produce un proceso de codificación, obviamente intencionado, en virtud del cual el conocimiento (fuente crucial para el ejercicio del poder en las sociedades contemporáneas) de la realidad objetiva, y de los matices que la distinguen del universo intersubjetivo, se distribuye en el sistema social reproduciendo una lógica de centros (elites) y periferias (masas) mejor y peor informadas.
Acercarse al estudio del turismo a partir del análisis de los discursos públicos que sobre el mismo se producen constituye una perspectiva muy válida e interesante. En este trabajo hemos tratado de realizar una primera aproximación al análisis del discurso social sobre el turismo, asunto cada vez más importante en la agenda de discusión pública debido a la creciente importancia de este fenómeno social en el mundo actual, y más aún en lugares específicos de ese mundo, a través del análisis del discurso periodístico. La investigación ha tratado de revelar las claves que caracterizan ese discurso en la Costa Blanca a lo largo de veinticuatro años y ha tratado de hacer énfasis en el hecho de que un discurso subjetivo específico, si bien relativamente acreditado como es el periodístico, puede colaborar en la construcción de una imagen muy desvirtuada de una realidad social tan importante como la turística. Nuestro estudio de caso es idóneo porque nos ha permitido observar paso a paso como el discurso establecido sobre una realidad que no se cuestiona puede volverse problemático una vez que se llega a cierto punto en el que la realidad objetiva imposibilita aplicar el modelo interpretativo oficial establecido. Observamos igualmente la dinámica discursiva de una situación de crisis y la posterior reestructuración de la misma al asumir elementos importantes de las dos etapas anteriores lo que da lugar a un discurso periodístico que parece continuar reñido con la vocación por abordar un conocimiento profundo de la realidad objetiva del fenómeno turístico. Cuestión, por otro lado, que no debe extrañarnos ya que al periodismo no se le exige rigurosidad científica, en primer lugar porque no es una ciencia, y en segundo lugar porque los periódicos son peculiares objetos de consumo producidos por empresas privadas que responden a unos intereses ideológicos y económicos muy concretos. Que el lector asuma estas limitaciones es un tema del que no nos ocupamos aquí.
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[1] Tal y como lo identificara Juan J. Linz en 1964 en An Authoritarian Regime: The case of Spain, en E. Allardt y Y. Littunen: Cleavages, Ideologies, and Party Systems (Helsinki: Transactions of the Westermarck Society, pp. 291-341 y traducido al castellano en M. Fraga et alii: “La España de los 70”. Madrid: Moneda y Crédito, 1974. Vol. III, tomo I, pp. 1467-1531) y reafirmara once años más tarde Amando de Miguel en su Sociología del Franquismo. Barcelona: Editorial Euros, 1975.
[2] Desde 1939, año en el que finalizó la Guerra Civil, hasta 1976, año de la muerte de Franco, y 1978, año en el que se instaura la Constitución.
[3] George Duby (Ed.): Els ideals de la Mediterrània dins la cultura europea. Barcelona: Institut Catalá d’Estudis Mediterranis, 1995.
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