La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales
PATRIMONIO CULTURAL Y TURISMO
ARQ. ROQUE MANUEL GOMEZ
La complementación entre patrimonio cultural y turismo,
dada la intima relación que guardan entre si, parece ser
tan obvia que no ofrece ya discusión alguna.
Casualmente, si algo ha caracterizado a estos últimos tiempos,
es precisamente la utilización al máximo del caudal
de sus recursos y la incorporación del patrimonio cultural
a esos objetivos; que lejos de mermar su significación, puramente
cultural, la acrecenta y difunde.
A su vez, las políticas de conservación y administración
del patrimonio cultural tienden a considerar las posibilidades de
utilización de elementos y ámbitos del pasado con
nuevas actividades según sean las necesidades sentidas por
la comunidad contemporánea, sin que ello supongan una desvalorización
de lo significativo de ese patrimonio.
Este concepto quedó ya claramente explicitado en 1.964 cuando
en la carta Internacional de Venecia sobre la conservación
y restauración apuntaba "...La conservación de
los monumentos se beneficia siempre con la dedicación de
estos a una función útil a la sociedad: esta dedicación
es pues deseable pero no puede ni debe alterar la disposición
o decoro de los edificios. Dentro de estos límites se deben
concebir y autorizar todos los arreglos exigidos por la evolución
de los usos y las costumbres..." (carta de Venecia 1.964)
Se parte del supuesto de que el patrimonio de interés arqueológico,
histórico o artístico, constituyen también
recursos económicos - turísticos al igual que las
riquezas naturales del país, por lo tanto, susceptibles de
ser "usados", de ser transformados en elementos de progreso,
representando entonces un potencial valor económico digno
de considerarse, con lo cual las medidas conducentes a su preservación
y adecuada utilización ya no solo guardan relación
con los planes de desarrollo, sino que forman o deben formar parte
de los mismos. (Normas de Quito 1.973) No nos olvidemos que el turista,
al tener mayor experiencia en viajes, tiende a solicitar un turismo
alternativo "especializado o temático" y otorgar
cada vez más valor al patrimonio, tanto en los recursos culturales
como el entorno como marco general.
También han ido adquiriendo importancia las manifestaciones
culturales de las clases populares, tales como cerámicas
tejidos, música de origen étnico, costumbres de campesinos
y obreros, gastronomías típicos, etc. Con lo cual
podemos comprobar que en general, el concepto actual del patrimonio
tiende a ser más dinámico que en épocas pasadas,
creando oportunidades para que cada generación encuentre
respuestas a sus necesidades.
En el caso del Noroeste, dada la importancia del patrimonio cultural
habrá que considerar o tener en cuenta al Patrimonio Cultural
tangible e intangible, esto es: todas aquellas manifestaciones culturales
como las obras de arte, de arqueología, artesanía
imaginería, edificios, barrios, pueblos, ciudades, para los
primeros, y costumbres tradiciones, lengua, creencias, los derechos
fundamentales del ser humano y los sistemas de valores para las
segundas, ambos fuertemente unidos e inseparables, que se sustentan
íntimamente. El patrimonio tangible colabora en crear y mantener
la identidad; Se comparta como un referente que fortalece la memoria,
la cual, a su ves es parte del patrimonio intangible. Asimismo la
memoria es la que proyecta vida al patrimonio tangible y hace que
este último sea cuidado y conservado. Un monumento o cualquier
patrimonio tangible, sin memoria, es un patrimonio vacío,
sin alma, sin contenido y como consecuencia olvidado y descuidado.
A su vez, debe reconocerse que el patrimonio cultural se encuentra
estrechamente conectado con el patrimonio natural por que no se
puede concebir a aquel desvinculado de su entorno, de su medio,
a tal punto que en la actualidad se incluye una nueva categoría
como son los "paisajes culturales" tan complejos como
enriquecedores. Dentro ellos se han incluido los "paisajes
deliberadamente definidos" como los parques y jardines; los
"paisajes esencialmente cambiantes" como los cultivos
(de los cuales tenemos excelentes ejemplos como las cosechas de
los pimientos, alfalfa, y trigo en el Valle Calchaquí, y
los de caña de azúcar o tabaco en los Valles de Lerma
y de Siancas y los "paisajes asociativos" es decir aquellos
que no habiendo sido modificados por el hombre tienen una connotación
cultural como el volcán Llulliallaco o el Qehuar. Más
aún, a principio de este siglo, me animo a decir que hasta
la existencia del patrimonio natural tiene algo o mucho de cultural,
por que hoy, en buena parte, su conservación o destrucción
se debe a una voluntad, a una decisión humana, a un acto
cultural.
Pero si el patrimonio trasciende más allá de lo puramente
cultural, para transformarse en un potencial recurso económico,
no es menos cierto que por esta misma razón debe se celosamente
protegido para garantizar su continuidad y sustentabilidad.
En ese sentido, Europa debe al turismo, directa o indirectamente,
la salvaguarda de una gran parte de su patrimonio cultural, condenado
de otro modo a su completa e irremediable destrucción.
El problema surge cuando esta utilización se hace a costa
de la desvalorización, pérdida o deterioro del patrimonio
que se "usa" o mejor dicho que se "mal usa".
Ya en 1.963, en la Conferencia de Viajes y Turismo, no solamente
se recomendaba que se diera una alta prioridad a las inversiones
en turismo dentro de los planes nacionales, sino que se hacía
resaltar que "desde el punto de vista turístico, el
patrimonio cultural, histórico y natural de los naciones,
constituye un valor sustancialmente importante" y que en consecuencia,
.."era urgente la adopción de adecuadas medidas dirigidas,
a asegurar la conservación y protección de ese patrimonio
..." (Conferencia de Viajes ..1.963).
A su vez la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones
Unidas de 1.964 recomendaba a las agencias y organismos de financiación,
tanto gubernamental como privadas "...ofrecer asistencia, en
la forma más apropiada, para obras de conservación,
restauración y utilización ventajosa de sitios arqueológicos,
históricos y de belleza natural .." (Naciones Unidas
1.964).
Consecuentemente, las medidas conducentes a su adecuada "utilización"
deben estar incluidas y contempladas en los planes de desarrollo,
pero éticamente planificadas y coordinadas, conjuntamente,
entre los instituciones responsables del turismo y el patrimonio
y no como se plantea comúnmente en la actualidad, en donde
los objetivos se persiguen de manera separada y hasta antagónicos.
Algunas instituciones confunden, a veces, que "hacer turismo"
es solo cuestión de promoción y no de planificación,
en donde la primera de estas es solo una parte y el último
paso de una labor más compleja y profunda que hace del recurso
un importante atractivo.
Esto significa necesariamente, contemplar y evaluar la capacidad
de carga y el umbral de tolerancia que tiene un lugar, sus edificios,
y su patrimonio en general y analizar el impacto positivo o negativo
que puede significar el turismo. Teniendo en cuenta estos aspectos,
habrá que aceptar con responsable resignación que
hay casos en que su utilización debe ser controlada y dosificada
o simplemente negada.
Por ello, debe contemplarse la problemática de la conservación,
teniendo como premisa que si se quiere un turismo permanente y a
perpetuidad, debe velarse por una utilización sustentable
del patrimonio, esto es, lograr también la tutela y la conservación
a perpetuidad. Con esto no solo contribuimos a conservar un recurso
importante para el turismo, sino por que además tenemos el
deber ético y moral de entregar a las generaciones futuras
ese patrimonio que hemos heredado para que lo disfruten de la misma
manera que hoy lo hacemos nosotros.
Esta política exige de una cuidadosa planificación,
de una mejora en su instrumentación, consciente y responsable,
una adaptación para visitas más numerosas pero previendo
y cuidando del impacto que puede ocacionar; garantizando su seguridad,
integridad y dignidad, es decir que no solo debemos cuidar de su
conservación sino. También de su correcta puesta en
valor, con respecto y profesionalidad.
Sin duda la afluencia turística que determina la apropiada
revaluación de un monumento asegura la rápida recuperación
del capital invertido a esos fines y la actividad turística
que se origina como consecuencia de la adecuada presentación
de un monumento, - y que de otra manera determinaría su extinción,-
conlleva a una profunda transformación económica de
la región en la que el mismo se halla ubicado pero, no obstante,
no es menos cierto que a veces, al no hacerse uso racional y equilibrado
de ellos corre también un serio riesgo de perderse, deteriorarse
o desvalorizarse.
Este es el caso por ejemplo de los yacimientos arqueológicos,
promocionados al turista sin estar dotados de las condiciones de
control y seguridad que significan a corto plazo, su destrucción
o degradación total, perdiéndose con ello no solo
la posibilidad de su utilización en el futuro, sino también
la posibilidad de desarrollar estudios serios y sistemáticos
de investigación. No es exagerado afirmar que en algunos
casos, el potencial de riquezas destruidas con irresponsables actos
de la mal entendida y peor administrada "explotación
turística" exceden en mucho a los beneficios que para
la economía regional se derivan de las instalaciones y mejoras
que pretenden justificarse.
Luxor por ejemplo vive exclusivamente del turismo, sin embargo,
ante el peligro que corre su patrimonio, por sobrepasar los umbrales
de tolerancia, están actualmente reestudiando la compatibilización
entre conservación y turismo.
Vale la pena acotar que los potentes equipos de sonido y el calor
y la luz arrojada por las lámparas en los espectáculos
masivos de luz y sonido que se ofrecen permanentemente, están
deteriorando los restos pétreos por vibración, dilatación
y foto degradación.
En el museo del Cairo debieron tomarse urgente medidas en las salas
donde se exponían 27 momias, debido al cambio de atmósfera
producido por una sobrecarga de visitantes (se calcula que la respiración
de seis personas durante una hora, elevaban el porcentaje de humedad
en cinco puntos).
Las pinturas de la tumba de la Reina Nefertari, en Egipto se ven
afectadas por la respiración y transpiración de los
visitantes, lo que condujo a la proliferación de hongos y
bacterias, y a pesar de que fueron recientemente restauradas por
la Fundación Getty, si se las quiere conservar, deberán
permanecer cerrados al público. (piensese que son dos millones
de visitantes por año que acuden a Egipto).
Igual situación se ha experimentado en las grutas prehistóricas
de Lascaux las que debieron cerrarse y optar por construir una réplica
exacta a unos Kms de los originales para compatibilizar la conservación
del patrimonio y el turismo. Situaciones parecidas advierte la UNESCO
para Roma, Atenas, Teotihuacán, Cuzco y Macchu Pichu.
En un plano más cercano, nuestro patrimonio afronta también
una serie de consecuencias provocadas por la imprudencia de los
turistas o los responsables de su instrumentación.
Los graneros de La Poma han sufrido un deterioro considerable desde
que se dieron a conocer para su visita. Este deterioro ha sido,
en quince años, mayor que el que sufrieron en 400 a 500 años
que dejaron de usarse.
El Cabildo de Salta, sede del Museo Histórico del Norte que
constituye, sin duda, el mayor referente de la ciudad, es utilizado
como punto de llegada o partida de contingentes turísticos,
los que consciente o inconscientemente dañan las paredes
con sus equipajes, grafitis, etc. amén de la obstaculización
de visuales y generación de monóxido de carbono que
emiten los ómnibus estacionados en su frente por interminable
horas sin que los organismo oficiales interesados en el tema (turismo,
cultura, tránsito etc.) hagan nada por evitarlo. Muchas veces,
el poner límites de visitas o restricciones en los horarios
de museos o sitios por problemas de conservación, acondicionamiento
y limpieza, provocan reacciones negativas y hasta agresivas por
parte de algunos grupos que solo les interesa "usar" de
ellos,. Sin conciencia de perdurabilidad con la mezquina visión
solo presente.
El mismo frente de este monumento es utilizado por distintas instituciones
oficiales para ofrecer espectáculos para los turistas, -
a veces de dudosa calidad- observando diversos daños por
la aglomeración del público. Pero más paradójico
resulta que para ofrecer estos espectáculos se tapa o se
obstaculiza la visual de este patrimonio. Situación parecida
hemos comprobado este año en que se montaron unas estructuras
al inicio de las peatonales, dentro de las actividades para el turismo,
que a su vez obstruían las visuales de las peatonales y los
monumentos como las casas de Leguizamon y Arias Rengel.
No es menos sorprendente el artículo en la ordenanza de preservación
de casco histórico, que permite a los hoteles, exederse en
altura, justificando su interés en el turismo. Resultando
la paradoja que estos hoteles destruyen el equilibrio del paisaje
urbano que constituía el atractivo turístico por lo
que hacía necesario la construcción de hoteles...Que
decir del daño que ocasionan las ordenanzas de excepción
bajo insostenibles pretextos que aprueban permanentemente en el
Consejo Deliberante para el casco histórico... y podría
seguir dando ejemplos...
No es menor el riesgo que corre el patrimonio intangible, acaso,
por su constitución, el más frágil de todos
al modificar sus costumbres, hábitos sistema de valores en
relación o por influencia del turismo, peor aún, cuando
en aras del turismo, se falsifican , desnaturaliza o se sacan de
contexto a este patrimonio, o se traspasan las barreras del respeto
a la individualidad de las personas, a la intimidad y los derechos
fundamentales que tiene todo ser humano en otros casos la puesta
en valor y la promoción de ciertos ámbitos o espacios
urbanos atraido como consecuencia el desalojo simple y llano de
su s dueños naturales por que comenzaron a sentirse extraños
en sus propios lugares o tergiversar sus comportamientos humanos
para transformarse en meros espetáculos falsos, frios y sin
sentimientos trayendo como conse cuencia la vanalización
de las costumbres. Y la pérdida de sus identidades.
Una reflexión más profunda acerca de las culturas
ha permitido comprender que no todas se expresaban a través
de grandes realizaciones materiales y que gran parte del patrimonio
cultural de la humanidad es intangible por que reside en el espíritu
mismo de las culturas y su pérdida conlleva a la pérdida
de aquellas.
Pero quien es el responsable del deterioro del patrimonio cultural?
es lógico culpar al turista? pues debo afirmar que la responsabilidad
es de todos, de los turistas, de los políticos, de los empresarios,
de los técnicos y profesionales y la comunidad toda, cada
uno desde perspectiva e intereses distintos pero trabajando conjunta
y coordinadamente. De nada serviría una tarea de concientización
al turista si las instituciones interesadas no realizan un buen
trabajo de planificación. Inclusive, puede haber un buen
trabajo de planificación pero fracasaría si no se
ha contemplado el impacto que pueden producir a corto, mediano y
largo plazo y analizándolo desde distintos enfoques (económico,
social, paisajistico, psicológico patrimonial). Peor aún
si no se han definido conjuntamente con los técnicos y profesionales
los perfiles y objetivos claros para evitar las contradicciones
y reducir al mínimo los errores que atentan a la conservación
del patrimonio y bienestar y satisfacción de turistas y residentes
sin perder la calidad de vida.
Que pasaría con el patrimonio cultural si el empresario,
en su afán de lograr mayores ganancias hiciera uso indiscriminado
de ellos saturando los umbrales de tolerancia, ? De que serviría
un buen trabajo de planificación si los políticos,
en su afán electoralista degradan los espacios urbanos y
aún los naturales con pegatinas de afiches y pinturas, tirando
por tierra cualquier tarea de preservación? Por último
si se cuidaran todos los detalles, pero es la comunidad la que no
tiene conciencia del valor de su patrimonio y los beneficios que
pueden obtenerse desde su aprovechamiento turístico. Sería
posible hablar de un uso turístico sustentable? Aqui voy
hacer una acotación: Es fundamental que en primera instancia
sea la comunidad quien desarrolle una conciencia y una identidad
con el patrimonio. Si no hay una formación, un sentido y
un cultivo de pertenencia, difícilmente se podrá contar
con ellos. En ese sentido la identidad es una construcción
diaria, donde participa la escuela, la familia el contexto, los
espejos sociales. Es decir que el patrimonio tiene que ser reconocido
por todos los niveles de la comunidad y sobre todo, valorado, lo
cual se logra a través de políticas económicas
culturales y ambientales junto con las inversiones específicas
en determinadas áreas. Y solo después de ello, podremos
o estaremos en condiciones de compartirlo con los turistas en un
desarrollo sostenible, teniendo en cuenta que el valor financiero
no es necesariamente el más importante, por cuanto también
interesa el valor social o representativo de un determinado recurso
turístico. Con ello no significa que deba producirse menos
o no utilizar el patrimonio como recurso turístico, sino
hacerlo en forma diferente, razonable. Y respetuosa; única
posibilidad de sustentabilidad.
Esto se refiere a adoptar mejoras prácticas de evaluación
y de conservación y hacer inversiones no tradicionales, a
investigar constantemente las variables de índole físico
natural y cultural dado el cambio que experimenta los patrones de
valoración del patrimonio.
La divulgación de los logros de las investigaciones, a todo
los niveles de la comunidad, es significativa para que quienes participen
en la gestión del patrimonio puedan llegar a entender que
es lo que se pierde en cuanto a la calidad ambiental en pro de un
desarrollo planificado y también a que desarrollo estaríamos
renunciando si el ambiente se mantuviera sin modificar.
Generalmente, el desarrollo sostenible se relaciona "con términos
económicos y técnico - ecológico. La perspectiva
sociológica actual, incluye además, el componente
social, reconociendo el papel determinante que tienen los actores
sociales y sus instituciones en muchos proyectos, políticas
e inversiones para llevar a cabo el desarrollo que debe ir junto
con el concepto de armonia.
La sustentabilidad por lo tanto, debe ser "construida socialmente",
entre todos, a través de mecanismos sociales y económicos
que posibiliten la consulta pública y la participación,
pero esa participación debe ser responsable; con objetivos
claros y metas precisas. De este modo se tomarán en cuenta
los componentes económicos, ecológicos y sociales
simultáneamente.
Para lograr estas tareas se conocen y manejan los conceptos de la
acción social o participación comunitaria, como también
se denomina. Resultan importantes por lo tanto las relaciones humanas,
las formas de organización, las atribuciones de las instituciones
u organismos que representan a la comunidad, las motivaciones y
satisfacciones de la población, los valores conductuales
entre personas y en la relación con los recursos naturales
y culturales y por sobretodo una ética en el accionar.
Muchos factores contribuyen a mermar las reservas de los bienes
culturales, excesiva exposición a la luz, el polvo la humedad,
los cambios bruscos de temperatura, lluvia acida, robo, daño
intencional, deterioro por sobrecarga de visitas, mal uso, etc.
pero también es preciso reconocer que parte de la razón
fundamental de la pérdida progresiva y a veces acelerada
de esta potencial riqueza, radica en la inexistencia de una política
oficial coherente, continua, razonable y responsable, capaz de imprimir
eficacia práctica a las medidas proteccionistas vigentes
y el promover la revaluación del patrimonio cultural en función
del interés público y para beneficio económico
de la comunidad. Más aún, no existe un órgano
legal bién instrumentado que legisle y proteja el patrimonio
y su uso racional, compatible con el turismo ya que estamos convencidos
que el turismo no es nocivo; lo que perjudica en todo caso es el
mal manejo del turismo.
En ese sentido, en estos críticos momentos de globalización
en que la Argentina se halla comprometida en el gran empeño
progresista que implica la explotación exhaustiva de sus
recursos culturales y la transformación progresiva de sus
estructuras económicas - sociales, los problemas relacionados
con la defensa, conservación y utilización de patrimonio,
adquieren excepcional importancia y actualidad, surgiendo como prioridad
absoluta la necesidad de conciliar las exigencias del desarrollo
turístico con la salvaguarda razonable de patrimonio que
se utiliza haciéndose necesario una planificación
turística racional y ética, tanto a nivel local como
Nacional.
"Es posible - decía el informe Weiss, presentado a la
comisión cultural y científica del Consejo de Europa
en 1.963 - equipar a un país sin desfigurarlo, de preparar
y servir el porvenir sin destruir el pasado...". Acaso, analizando
ejemplos ya vividos en otros países, habría que tomar
conciencia para que alguna vez no tengamos que repetir parafraseando
la reflexión que precedió a la revolución Francesa:
¡Turismo, cuantos crímenes se hacen en tu nombre !.
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