Manejo Sustentable de Recursos Naturales y Culturales por parte de una Comunidad Maya de Yucatán. El Caso de Yaxunáh.

Por Elias M. Alcocer Puerto

El Turismo Ecológico y Cultural como una Actividad Potencialmente Realizable en la Yaxunáh, Yucatán. México.

(Este articulo esta basado en una parte de la Tesis sustentada por el Antrop. Elias Alcocer Puerto.      Universidad Autónoma de Yucatán. México. Junio del 2001).

El turismo se puede entender como un fenómeno en el que el ser humano se traslada por su propia voluntad de un lugar de estancia permanente a uno de tipo temporal, siendo esto un fenómeno estrictamente social y solo es factible dentro de la sociedad constituida u organizada, ya que no podría considerarse turista a aquel individuo que se desplazara junto con su mismo espacio vital entendido como "el ámbito geográficos donde la persona se desenvuelve socialmente y obtiene, en forma permanente, los medios económicos que le permiten subsistir". Es decir, no hay que confundir la migración, ya sea temporal o permanente con el turismo (Juárez, et al., 1996:2).

 

La industria turística aprovecha este fenómeno y lo comercializa, procurando de alguna forma proveer servicios para los turistas. Ésta nació a partir del abaratamiento de los transportes, principalmente con el transporte masivo por medio del avión comercial con más de 100 plazas, lo que permitió ahorros en dinero y tiempo del transporte, aumentando y facilitando el traslado de personas de un lugar distante a otro. También el avance en las comunicaciones como la televisión, el vídeo y demás adelantos tecnológicos permitieron promocionar y mostrar los diferentes atractivos que se dan en diversas partes del mundo (Honey, 1999:8).

En el caso de México, la publicidad de las zonas turísticas comenzó concretamente en el año de 1961 con la creación del Consejo Nacional de Turismo. Éste fue creado como una junta consultiva que se dedicó a identificar y promocionar los atractivos de México a gran escala y a nivel internacional, destacando las playas, zonas arqueológicas, y demás atractivos; y fue tanto su éxito que para 1974 se crea el Fondo Nacional para el Desarrollo Turístico-FONATUR, que es el que actualmente se dedica a la promoción de los destinos turísticos del país.

Los atractivos naturales, la tradición histórica y cultural, y su ubicación geográfica hacen que México cuente con un gran potencial, sin embargo el turismo exige el desarrollo de vías de acceso a las zonas de atracción turística y de facilidades que permitan la permanencia de más días del visitante en el lugar. La construcción de infraestructura para tal fin, inevitablemente transforma el aspecto físico del lugar, y si no es debidamente planificado puede llegar a afectar la calidad del medio ambiente natural, y hasta podría deteriorar la calidad de vida de los mismos habitantes.

Probablemente estos riesgos no estaban contemplados cuando se inició el turismo masivo en México, o quizás a los promotores no les interesaba considerarlo. Se planteaba básicamente como la actividad que iba a solucionar los problemas de la zona, pero desafortunadamente en la actualidad se nota que quizás los que menos se han beneficiado son los ciudadanos comunes.

La industria turística está presente principalmente en aquellos lugares en donde existen playas, zonas arqueológicas, lugares de belleza escénica o de importancia religiosa, y es ahí en donde se ha estado estimulando un desarrollo económico, ya que se generan empleos relacionados con los servicios prestados a los turistas. En varias de las regiones turísticas del país también se ha propiciado la generación de empleos relacionados con el abastecimientos de servicios básicos que incluyen alcantarillado, pavimentación, drenaje, construcción de letrinas o fosas sépticas, suministro de energía eléctrica para servicios, agua potable, plantas de tratamiento de aguas, vías de acceso y medios de comunicación tales como teléfono, correos, etc. Otro rubro sería el de la construcción de carreteras, aeropuertos, vías férreas, puertos marítimos. También está la construcción de hoteles de todo tipo, instalaciones y accesorios, prestación de servicios turísticos de carácter hotelero, restaurantero, agencias de viajes, guías de turistas, comercios especializados y transportación turística. Otras de las fuentes de empleo residen en las actividades agropecuarias, industrias proveedoras de aparatos electrónicos, línea blanca, utensilios de cocina, cristalería, comestibles y textiles, entre otros.

Pero lo que casi nunca sale en las estadísticas o en los informes de resultados, es realmente el estado en que las personas tienen que sobrevivir al trabajar en los lugares turísticos. Aunque reciben salarios engañosamente altos, éstos se les van en los servicios caros, sufren condiciones a veces infrahumanas de vida, una alta concentración de problemas sociales, incluyendo el alcoholismo, drogadicción, bandalismo, prostitución, desintegración familiar, y en el caso de las etnias, la pérdida de su integridad como grupo cultural. El ambiente natural también puede sufrir efectos tales como la contaminación o la sobre explotación de sus recursos.

Esta situación no sólo se ha dado en los principales sitios turísticos de México, se está dando en muchas otras partes del mundo. El ecoturismo ha sido una propuesta para tratar de resolver algunos de estos problemas. Actualmente no se debe hablar de turismo sin ligarlo con el bienestar de la sociedad y con la sustentabilidad, Este último aspecto implica expandir la oferta de bienes y servicios a todos y no solo a una minoría, y en la medida de lo posible hacerlo sin deteriorar más el entorno. La conciencia de la población local hacia su propio patrimonio también ha aumentado en forma significativa. Las políticas para lograr un desarrollo turístico sostenible que satisfaga las exigencias no sólo de los empresarios sino también de la comunidad, son una exigencia actual que se está tomando muy en serio.

El turismo ecológico o ecoturismo es un tema que puede recibir tratamiento desde muy diferentes perspectivas que van desde las estrictamente científicas, como la ecología, la sociología o la antropología, hasta una visión comercial, relacionada principalmente con el desarrollo turístico y sus actividades complementarias. En la Conferencia Mundial de Turismo, celebrada en Manila, Filipinas en 1980, 107 países llegaron a la conclusión de que "la satisfacción de las actividades turísticas no deben constituir amenazas para los intereses sociales y económicos de las poblaciones de las regiones turísticas, ni para el medio ambiente, especialmente para los recursos naturales, atracción especial del turismo". El término de ecoturismo integra dos áreas de la actividad humana de inmensa extensión e importancia actual: la ecología y el turismo (Juárez, et al.,  op. cit:17).

Por un lado, la ecología es una disciplina científica que estudia las relaciones entre las diversas especies de seres vivos y su medio ambiente, incluyendo sus diversos flujos de energía y materia. Irrumpe en el siglo XX como una revolución disciplinaria científica, cuya vigencia ha penetrado, evidentemente, hasta el último rincón de la conciencia humana, convirtiéndose en la base del movimiento conservacionista, una lucha innegable y de gran prioridad en todo el mundo. Por otro lado, el turismo es una actividad socioeconómica de mucha importancia en la economía mundial, ya que se presenta como una oportunidad de obtener recursos económicos con el envío y la recepción de visitantes que demandan servicios en general.

En pocas palabras, el ecoturismo consiste en la realización de un turismo enfocado a viajar hacia las áreas naturales con el propósito de entender la cultura de las comunidades que viven ahí, así como la historia natural del ambiente, cuidando de no alterar la integridad del ecosistemas y produciendo oportunidades económicas que hagan de la conservación de los recursos naturales un beneficio para los pobladores locales (Honey, 1999:21).

El denominador ecoturismo vende y lo hace muy bien, y es por esto que múltiples países, empresas u organizaciones se escudan en esta terminología, misma que emplean para vender sus destinos, pero muchos realmente no se preocupan por la conservación de los recursos, tanto culturales como naturales, que son los que atraen al ecoturista. Piensan que porque los tienen los pueden explotar, y explotarlos hasta que no hayan más. Otro error en que se cae es el de centrar la actividad turística o ecoturística como el eje de desarrollo nacional o regional, ya que por diferentes circunstancias puede ser amenazada, ya sea por los desastres naturales, la competencia, el deterioro ambiental y social entre otros factores.

En síntesis, es importante seguir ciertos criterios para el desarrollo del ecoturismo, mismos que podrían radicar en la responsabilidad del uso y manejo del atractivo y los recursos con que se cuentan. También se debe ser respetuoso de los modos de producción y forma de vida de las comunidades o lugares que son visitados. Se debe ser honesto al presentar el producto que se ofrece en sus condiciones más auténticas, y ofrecer al visitante una imagen del lugar apegada a la realidad. Debe brindarle al turista información antes, durante y después del viaje, permitiéndole así adquirir nuevos conocimientos que podría valorar por mucho tiempo. Debe ser interactivo, en vivo, e incluir un contacto personal con las culturas y los ambientes naturales, y debe ser democrático, en donde los beneficios se dividan en forma más equitativa, incluyendo a aquellas comunidades que durante muchos años han cuidado esos recursos, tanto naturales como culturales.

            En el caso específico de Yaxunáh, más de la mitad de los representantes de las familias encuestadas manifestaron no entender bien lo que significa el turismo, aunque el término como tal lo han escuchado y saber distinguir quien es un turista; el resto de los encuestados lo definen asociado o relacionado con los extranjeros que vistan las ruinas o simplemente con los "gabachos" (sic) [1] . Es de llamar la atención que solamente una persona de la comunidad señaló que entiende el término ecoturismo y lo relaciona con el cuidado de los recursos naturales. Curiosamente, el 76 por ciento de los responsables de familia (varones) manifestaron que por lo menos una vez en su vida han trabajado en alguna actividad relacionada directa o indirectamente con el turismo fuera de la comunidad, pero muy pocas veces han tratado directamente a los turistas ya que trabajan como albañiles haciendo hoteles y palapas (sic) en la costa del caribe, o limpiando los cuartos de hoteles, o cocinando. Muy pocas veces han interactuado con ellos en el plano laboral.

Por lo que han oído o visto varios de los pobladores en otros lugares turísticos, dicen estar interesados en que esas actividades se pudieran organizar y realizar en Yaxunáh, y así poder trabajar en su mismo poblado sin necesidad de viajar a otros lugares para conseguir trabajo. Lo ven como una gran oportunidad de conseguir medios económicos para subsistir. Según comentarios recabados, una buena parte de la gente de Yaxunáh, ve a las ruinas, el cenote (depósitos naturales de agua dulce) y el "sak bej" (caminos construidos en tiempos prehispánicos por los mayas) como cosas que pueden traer visitantes, pero hasta la fecha no han sido aprovechados de una manera adecuada. Varias personas, principalmente los jóvenes, opinaron de que deberían de incrementarse las oportunidades para poder aprender a ser guía de turistas y practicar el inglés. Una buena parte de la gente está consiente de que para implementar alguna actividad turística en el poblado, primero necesitarán planearla entre los interesados y la asamblea del pueblo, con el fin de organizar ciertos servicios para los visitantes, por ejemplo, la venta de artesanías, alimentos, hospedaje y paseos por los lugares de interés dentro del ejido, entre otras actividades. Desafortunadamente, parece que todavía muy pocos están dispuestos a encabezar este tipo de iniciativas, ya que temen lo largo o cansado que podrían ser algunos tramites, además de las responsabilidades que conlleva este tipo de liderazgo [2] .

En términos generales, podría decirse que la gente no tiene muy claro lo que es la actividad turística en general, aunque ha participado indirectamente de alguna manera en ella. Se nota una clara tendencia valorativa a lo que tienen de atractivo en su ejido, y consideran que eso puede atraer a visitantes. Lo que no es del todo claro, es la relativa homogeneidad de ideas de los pobladores acerca de que el turismo es la actividad que los va a sacar "a todos" de sus apuros económicos, con el probable peligro de descontento y división en el pueblo cuando se comiencen, si es que en realidad se hecha a andar en el futuro un proyecto turístico, a ver pequeños frutos que quizás al principio solo beneficien a unos cuantos. La mayor parte del pueblo dice que quiere, de alguna forma, mejorar su calidad de vida, y por la forma en la que la gente se expresa sobre el potencial turístico del poblado, parecería que tuvieran cierta tendencia ha centrar sus esfuerzos y esperanzas en esta probable futura actividad económica [3] , por lo que también podría presentarse un problema por esto en el futuro.

Algunas de sus aspiraciones futuras radican en poder poner en marcha un proyecto turístico para Yaxunáh, de donde puedan tener beneficios económicos, ya sea con las entradas a la zona arqueológica [4] , como custodios oficiales, organizando paseos por la misma, y vendiendo productos tales como comidas, artesanías y hasta hospedaje; todo esto con una visión cercana de lo que está sucediendo hoy día en la comunidad vecina de Piste localizada a19 kilómetros al norte de Yaxunáh, y a un kilómetro de Chichén Itzá. Para algunas de las personas de Yaxunáh, el desarrollo turístico de Pisté es sinónimo de prosperidad, pero para una gran parte es también como una advertencia de lo que no deben hacer, ya que observan problemas como discriminación, y explotación hacia ellos como campesinos por parte de los dueños de tiendas, principalmente; además notan mendicidad y algunos otros problemas de tipo social y cultural.

Ciertamente ven como un ejemplo lo que sucede en Pisté, ya que sus características son similares a las de Yaxunáh, y parece que como grupo están comenzando a tomar conciencia de que dentro del desarrollo económico y social del lugar se cometieron varios errores, mismos de que podrían ellos mismos sufrir si no se encuentra alguna manera de prevenirlos en Yaxunáh. Cabe mencionar que entre los errores cometidos en Pisté, según se desprende de observaciones y comentarios recogidos en el trabajo de campo de 1997 a 1998 por la zona, fue la injusta distribución de los beneficios del turismo que llega a Chichén Itzá, y la pérdida de valores y tradiciones de la gente local que trata al turismo. Otro de los errores mencionados es que no se incluyeron a muchos de los mismos ejidatarios de Pisté y los de los alrededores en este desarrollo turístico, y solo los contemplaron como mano de obra para construir y mantener los servicios turísticos en el lugar.

Por otro lado, en Yaxunáh las únicas instalaciones que han sido mencionadas como destinadas para la actividad turística son las del "campamento" que es un terreno de una hectárea al este del poblado y que cuenta con tres habitaciones, una bodega, una cocina y un comedor amplio, dos letrinas y dos regaderas, además de contar con energía eléctrica y un depósito para el agua. Las instalaciones se encuentran en buenas condiciones, aunque necesitan de constante mantenimiento ya que los materiales empleados en su construcción son troncos y palmas de guano (Sabal yapa). Este conjunto habitacional fue donado en el mes de mayo de 1997 a la comunidad por el grupo de arqueólogos norteamericanos que trabajaron por varios años en la zona arqueológica [5] .

            Otra área, aunque no está enfocada del todo hacia el turismo, es el museo comunitario, cuya función es la de incrementar entre la gente de la comunidad su arraigo a sus costumbres y tradiciones. Adicionalmente se plantea que el museo comunitario serviría para difundir la historia de la comunidad, enfocándose hacia todos aquellos que deseen conocer más sobre la historia de Yaxunáh, ya sean turistas, estudiosos o los mismos pobladores.

            En la actualidad la afluencia de turistas a Yaxunáh parece ser baja, ya que durante el tiempo de estancia en el lugar se registró la llegada de dos a cinco automóviles con visitantes por semana en promedio, quienes con toda intención llegaron para visitar las ruinas arqueológicas; en muchas ocasiones recorrían ellos solos la zona arqueológica, mientras que en algunos casos eran guiados por las personas que se encontraban en el lugar o que al ver que llegaban los visitantes, los seguían y ofrecían sus servicios. Se observó que la guía que proporcionaban era muy elemental, ya que sólo mencionaban algunos datos suficientes para conocer una pequeña parte de la historia del lugar, y a cambio de esto recibían propinas que iban de los $20.00 a los $100.00 pesos por guía en promedio. Este tipo de guía turística es en la actualidad la única actividad directamente relacionada con el servicio al turista por parte de la gente de Yaxunáh [6] .

            Ciertamente parece existir un potencial turístico con lo que ya se tiene en Yaxunáh, ya que cuenta con cenotes, flora, fauna y la zona arqueológica con el "sak bej" de 100 kilómetros de largo que la comunicaba con la ciudad prehispánica de Cobá, actualmente en el estado de Quintana Roo, entre otros atractivos. También hay que tomar en cuenta las instalaciones rústicas del "campamento", y el gran interés de varios jóvenes por aprender más sobre la historia de Yaxunáh, que les ayudaría a conocerse mejor así mismos, y poder orientar mejor a los visitantes. Esto podría representar un primer acercamiento con el estilo de turismo de aventura o con el turismo de tipo cultural, en el que los visitantes se adentran a conocer a una comunidad sin la necesidad de grandes comodidades, y deseosos de aprender acerca de la vida en las comunidades. Se ha estado pensando por parte de la gente, autoridades locales y algunas instancias externas, de que las instalaciones del campamento podrían servir como lugar de alojamiento rústico. Este tipo de turismo podría abrir las puertas a un flujo de visitantes más constante y adecuado a la capacidad de los servicios que podría prestar la comunidad (sobre el ecoturismo cultural, véase Faust, 1991a y 1991b).

            Según comentarios de investigadores y personal de las oficinas del INAH en Mérida, existe la probabilidad de que la zona arqueológica de Yaxunáh se abra al público oficialmente dentro de algunos pocos años, pero mientras, se podría practicar un turismo de baja escala donde estuvieran involucrados directamente los guías locales. En este sentido, los atractivos culturales y ecológicos serían un eje de captación de visitantes, y podría decirse que durante esta primera etapa de quizás unos tres o cinco años, previa a la apertura de la zona arqueológica, se debería trabajar también en el fortalecimiento de la cultura y en particular de las tradiciones locales de la gente del poblado, sin descuidar la conservación del entorno y la capacitación a los guías locales, y a todas aquellas personas que se llegaran a involucrar en el trabajo ligado al turismo, entre otros preparativos.

BIBLIOGRAFÍA.-

Honey, Martha. (1999). Ecoturismo and Sustainable Development. Who Owns Paradise?. Washington, D.C: Island Press.

Juarez González, Verónica; Xitlalli Padilla Campos; Leticia Velasco Espinosa, y Adolfo Gutiérrez Márquez. (1996). Ecoturismo. México: Comisión Nacional del Deporte; Secretaría de Educación Pública.

Faust, Betty B. (1991a). Guidelines for Culturally Appropriate Ecoturism Development in the Maya Area. In Jon A. Kusler (Comp.), Ecoturism and Resource Conservation. A Collection of Papers. (Vol.1, pp. 222-223. United States of America: Omnipress.

Faust, Betty B. (1991b). Guidelines for Maya Participation in Ecoturism Planning. In Jon A. Kusler (Comp.), Ecoturism and Resource Conservation. A Collection of Papers. (Vol.1, pp. 224-226. United States of America: Omnipress.



[1] Forma en la que llaman a los extranjeros.

[2] Información recabada durante el trabajo de campo en mayo de 1998.

[3] Como es el caso actual de la sobre producción de artesanías en madera en Yaxunáh.

[4] Cosa que es poco probable por las regulaciones ya existentes en todas las zonas arqueológicas del país.

[5] Información recopilada en el trabajo de campo en noviembre de 1997.

[6] Información recopilada en el trabajo de campo en abril de 1998.


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