 1er Congreso Virtual de Turismo Cultural
1er Congreso Virtual de Turismo Cultural
									
								LA INSTITUCION SOCIAL DEL TURISMO VISTA DESDE LA ANTROPOLOGÍA
Bibiana Cala Matiz
              bibicala@hotmail.com
Con esta ponencia quiero resaltar la pertinencia del estudio antropológico 
              del turismo y la influencia que ejerce este, como institución 
              social, sobre la memoria colectiva de los habitantes de una localidad; 
              esto ultimo abordado desde el estudio de los Relatos Populares.
              Al pensar en el turismo como un fenómeno social que ha influido 
              e influye en muchos de los niveles de la vida de una comunidad, 
              y al ser este una institución legitimada por la sociedad, 
              se le puede considerar como una institución social que brinda 
              nuevas opciones importantes en la construcción del mundo 
              moderno, ya que además de ser una fuente de ingresos para 
              muchos sectores y una alternativa de vida para otros, provee elementos 
              tales como la distracción, el descanso y la diversión 
              que han comenzado a estar directamente relacionados en el desarrollo 
              social, económico y psicológico de personas, comunidades 
              e incluso naciones.
              La concepción del turismo como institución social, 
              íntimamente ligada a la identidad de una comunidad, en primera 
              instancia puede parecer un argumento inexacto, ya que el turismo 
              es comúnmente visto como un fenómeno puramente económico 
              que aunque afecta a poblaciones completas no parece, en primera 
              instancia, ser el tema central de una investigación antropológica; 
              pero cuando tomamos en cuenta la manera en que este "ha sido 
              capaz de transformar, desestructurar, o en último término, 
              reorganizar grupos sociales, poblaciones y culturas de muy diversa 
              índole
" (Santana y Estévez,1996:286) nos 
              replanteamos el lugar que ocupa el turismo en los estudios sociales. 
              Sin embargo; ¿Cómo se relacionan con lo anterior los 
              relatos populares?
              Dichos relatos hacen parte de una memoria colectiva, y son un mecanismo 
              de la gente para almacenar y transmitir sus experiencias y emociones. 
              Un estudio antropológico de los relatos permitirá 
              encontrar variaciones en esa memoria, originadas por diversas causas, 
              entre ellas el turismo. Observando los relatos con atención, 
              podrán detectarse los efectos, positivos o negativos, que 
              el turismo tiene sobre una determinada comunidad. En el caso que 
              nos concierne, para no ir más lejos, fue evidente que el 
              turismo jugaba un papel importante en el fortalecimiento de la identidad 
              de los habitantes de la región estudiada. 
              El relato popular es una forma de narrar experiencias de vida de 
              manera informal y cuando algo está afectando la vida de una 
              persona o una comunidad es en las actitudes cotidianas donde podemos 
              buscar la influencia que está ejerciendo. La memoria colectiva 
              de un grupo tiene múltiples manifestaciones ya sea en forma 
              de documento, monumentos, tradiciones, mitos o relatos; en ella 
              se plasman los deseos, las inquietudes y las expectativas de una 
              comunidad y por ello encontré en los relatos populares una 
              herramienta para buscar elementos que me permitieron analizar la 
              influencia que ejerce el turismo en la construcción o reconstrucción 
              de la memoria colectiva de dos localidades.
              Los dos municipios escogidos para la investigación fueron 
              Zipaquirá y Nemocón, ubicados en el departamento de 
              Cundinamarca, Colombia; de ellos llamaron mi atención dos 
              de sus atractivos turísticos: uno es el Turistren, un tren 
              de pasajeros utilizado para transportar a los turistas, a través 
              de "hermosos paisajes", "al pasado bucólico 
              de nuestros abuelos". Este comenzó a funcionar como 
              tal a partir del momento en que se acabaron Ferrocarriles Nacionales 
              y se licitaron algunas vías. El consorcio Turistren limitada 
              ganó la licitación y están manejando esto hace 
              siete años; actualmente el Tren Turístico de la Sabana 
              hace recorridos por Bogotá, Zipaquirá, Nemocón, 
              Cajicá, La Caro, y Facatativa .
              La otra atracción turística reconocida en esta región 
              es La Catedral de Sal en Zipaquirá, conocida como "una 
              de las maravillas del mundo", a nivel internacional. Esta obra 
              es la remodelación de una antigua catedral de sal, ubicada 
              a 500 metros de actual. En 1990 se inician las obras de la nueva 
              catedral, de 8500 mt2 de área bajo la superficie, la cual, 
              a través de recorridos y naves subterráneas, transporta 
              al visitante a un mundo de sal, genialidad arquitectónica 
              y religión .
              Aunque son los dos atractivos más reconocidos, los municipios 
              presentan otras características, como su importancia en la 
              historia del país al formar parte del emporio de la sal en 
              Colombia desde épocas prehispánicas y también 
              por ser cuna de algunos personajes reconocidos de la vida política 
              e intelectual del país. Por ello y por los relatos populares 
              que se tejen alrededor de esta realidad social surgió en 
              mi el interés en estas dos localidades, las cuales presentan 
              un turismo incipiente que está comenzando a influir en la 
              vida de los habitantes afectando así la reconstrucción 
              de la memoria compartida por ellos.
              A lo largo de una temporada de seis meses, estuve viajando, en tren 
              y en autobús a Nemocón y Zipaquirá. En un principio 
              mediante grupos de discusión conversé con algunos 
              miembros de la comunidad. Estas charlas dirigidas fueron grabadas 
              y filmadas para realizar un vídeo documental con la información 
              recogida; sin embargo, fue más adelante, mediante charlas 
              informales como logré el mejor acercamiento a las personas, 
              ya que aunque con estas últimas no obtuviera los relatos 
              populares que buscaba, comencé a involucrarme más 
              en la vida diaria de los municipios y sus habitantes.
              La memoria colectiva y los relatos populares
              Aquí la noción de relato popular se asemeja a lo que 
              los autores Middleton y Edwards llaman memoria popular, es decir 
              a las "representaciones orales de hechos pasados, tradiciones, 
              costumbres y prácticas sociales" (Middleton y Edwards, 
              1992:19). Sin embargo, aquí no sólo se aplica para 
              las representaciones orales, debido a que actualmente mucha de la 
              memoria compartida por un grupo es consignada por escrito, algunas 
              veces para que no se olvide, otras para transmitirla a más 
              personas y en algunas ocasiones como respuesta a demandas de una 
              nueva realidad social y/o económica como es el caso del turismo. 
              
              Los relatos populares no se pueden analizar como algo aislado dentro 
              de un grupo, es necesario abarcar un escenario más amplio, 
              como el de la memoria colectiva, que nos ayude a entender su origen 
              y su desarrollo. Sin embargo, al involucrarnos con el aspecto de 
              la memoria, nada es fácil, y a pesar de los múltiples 
              estudios que se han realizado al respecto, el concepto de memoria 
              colectiva carece de una definición clara, ya que "cubre 
              un abanico de fenómenos relacionados con las situaciones 
              en las que se da la memoria, el proceso por el que ocurre y los 
              contenidos de lo que se recuerda" (Billig, 1992:77). Para no 
              detenernos en este punto, podemos caracterizar a la memoria colectiva 
              como la que es compartida por una colectividad, la cual incide sobre 
              las actitudes y creencias sociales, de la que surge algún 
              tipo de elemento conmemorativo que la transmita, y por medio de 
              la cual se identifiquen las personas que la comparten como pertenecientes 
              a un grupo y finalmente, aquella que de alguna manera confiera un 
              carácter normativo (Blanco, 1997).
              Dentro de este contexto fue construido el término relato 
              popular para definir aquellas historias compartidas por un grupo 
              o comunidad, las cuales, sin ser pura fantasía o realidad, 
              surgen como un mecanismo para transmitir de manera informal la historia 
              de dicha comunidad. Al decir informal me refiero a que no se limita 
              al dato histórico puro y que en la narración han influido 
              la persona que lo relata o escribe y el contexto social en el cual 
              ésta se desenvuelve. Los relatos populares también 
              pueden ser transmitidos de forma oral o escrita, pero a diferencia 
              de la memoria colectiva este termino se refiere a aquellas historias 
              que remiten solamente a una parte de lo que es recordado por los 
              miembros de una comunidad. La memoria colectiva, por el contrario, 
              es un termino que se refiere a todo lo que es recordado y compartido 
              por los miembros de un grupo.
              Es así como el recuerdo y el olvido no son algo puramente 
              interno a la persona sino que en ellos también influye la 
              acción social. De esta manera "las formas en que hablamos 
              sobre nuestras experiencias sirven, primordialmente, no para representar 
              la naturaleza de dichas experiencias en si mismas, sino para representarlas 
              de tal forma que constituyan y mantengan una u otra modalidad de 
              orden social" (Shotter, 1992: 139-140). Así mismo, los 
              relatos populares como construcciones sociales, están también 
              influidos por esta selectividad de la memoria.
              Dicha selectividad está basada en la perspectiva desde la 
              cual cada persona vive el turismo. El local, el turista, la empresa 
              turística; cada uno recuerda o valora lo que debe recordarse 
              y trasmitirse, respondiendo a un interés personal el cual 
              a su vez hace parte del interés institucional. De esta manera 
              el guía turístico transmite la historia del lugar, 
              el local quiere que el visitante recuerde su municipio con algo 
              que lo caracterice, y el turista, no siempre en busca de cultura 
              o historia, desea descansar, distraerse y llevar algún recuerdo 
              que legitime su visita. Así, este proceso se genera por la 
              continua contradicción de voces autoritarias que tienen distintas 
              interpretaciones de alguna historia.
              En Nemocón existen algunas leyendas que han sido recordadas 
              por varias generaciones pero que actualmente sólo se conservan 
              en la memoria de unos pocos ancianos; por tal motivo el historiador 
              Luis Antonio Orjuela, quiso rescatarlas en su libro para que se 
              dieran a conocer dentro y fuera del municipio, y para que se les 
              enseñaran a los niños en los colegios de Nemocón. 
              Estas leyendas "Son las narraciones de hechos fantásticos, 
              creados por la imaginación de nuestras gentes en épocas 
              en que, la falta de alumbrado público, el silencio y la soledad 
              de las noches, las frecuentes libaciones con la tradicional chicha, 
              las reuniones diarias en la taberna y en los sitios de trabajo, 
              daban lugar no solo a las frecuentes riñas y pendencias, 
              sino también al intercambio de cuentos, chistes, decires 
              populares, chismes familiares, que fueron tomando cuerpo y adentrándose 
              en el alma colectiva" (Orjuela, 1999: 125). Actualmente estos 
              escenarios han cambiado pero los habitantes construyen y reconstruyen 
              a diario una memoria colectiva, igualmente basada en sus cuentos, 
              chistes y chismes, hoy afectados por un nuevo orden social dentro 
              del cual se encuentra la institución social del turismo. 
              De esta forma, es ahora en el colegio, en la guíanza turística, 
              en el almacén de artesanías, por la curiosidad del 
              visitante, en la tienda y en el parque, donde se edifica y se recupera 
              día a día la memoria colectiva en estas dos comunidades. 
              De igual manera los medios por los cuales se difunde esta memoria 
              se han transformado por las demandas de un mundo en constante desarrollo; 
              hoy no es sólo la tradición oral la encargada de propagar 
              los relatos o la historia de una comunidad, sino son también 
              los libros, la radio, la televisión e Internet, algunas de 
              las nuevas estrategias de difusión. 
              Estas nuevas estrategias han sido utilizadas para atraer visitantes 
              a estas dos localidades y una vez aquí el turista se encuentra 
              con diferentes relatos. Cuando se llega al Museo de la Sal en Nemocón 
              la guía narra la historia de un indígena muisca que 
              soñó, mientras yacía debajo de un árbol, 
              cómo unos hombres blancos se acercaban para robar sus riquezas; 
              este sueño les permitió esconder a tiempo sus tesoros 
              y prepararse para la llegada de los españoles. En Zipaquirá 
              se cuenta la historia de una señora que en el año 
              de 1928 fue testigo cuando el Sagrado Rostro, del cuadro del mismo 
              nombre que se encontraba en la capilla de Los Dolores, abría 
              los ojos; la historia se extendió con rapidez y la capilla 
              se convirtió en centro de romería al cual personas 
              de diferentes lugares se acercaban a pedir milagros. De esta manera 
              se observa cómo los relatos populares hacen parte de la vida 
              diaria de los pobladores de estos dos municipio. Sin embargo, como 
              veremos más adelante, estos son afectados por los intereses 
              del relator y el contexto en el que se narran.
El turismo como institución social
              Las personas olvidamos con frecuencia detalles cruciales y recordamos, 
              a veces con mucha intensidad, otros que no parecen trascendentales. 
              Entre dos narraciones del mismo suceso siempre existirán 
              diferencias, y si comparamos una narración oral y una escrita, 
              habrá aún más. Dentro de los elementos que 
              afectan la memoria de la gente, que pueden ser innumerables, se 
              hará énfasis en el aspecto social, la incidencia de 
              las instituciones sociales en los recuerdos individuales.
              Las instituciones sociales son "aquellos principios reguladores 
              que organizan la mayoría de las actividades de los individuos 
              de una sociedad en pautas organizacionales definidas, desde el punto 
              de vista de algunos de los problemas básicos perennes de 
              cualquier sociedad o vida social ordenada" (Sills, 1979:85). 
              Así, las instituciones sociales están conformadas 
              por patrones de comportamiento y relaciones de estatus/rol dirigidas 
              a satisfacer las necesidades de la sociedad. (Ligth et al, 1991). 
              Por ejemplo, como el mismo Sills afirma, la familia es la institución 
              social encargada de regular las relaciones procreativas y biológicas 
              entre los individuos de una sociedad.
              Sin embargo, el surgimiento de instituciones no sólo responde 
              a las necesidades de la sociedad, sino que las metas de las organizaciones 
              relacionadas con estas deben articularse con las de los individuos 
              que se van a ver afectados, y con las de otras instituciones existentes, 
              como el Estado y/o la familia. Es aquí donde el turismo, 
              aun desde su faceta puramente económica -generando empleo, 
              creando mercados, abriendo fuentes de ingreso- se introduce en este 
              contexto articulando un tipo de normas o patrones de comportamiento 
              basados en roles específicos, y que responde a una necesidad 
              social: básicamente, brindar a las personas la posibilidad 
              de aprovechar su tiempo de ocio de múltiples maneras.
              Al responder a una necesidad social, dichas instituciones poseen 
              distintos mecanismos que afectan la naturaleza del comportamiento 
              individual y colectivo, y es dentro de este marco que John Shotter, 
              en su artículo La construcción social del recuerdo 
              y el olvido (1992), menciona la importancia de lo social en la construcción 
              del discurso, afirmando que los recuerdos surgen en respuesta a 
              las instituciones sociales. De esta manera, como argumenta Mary 
              Douglas, el propio orden social es el que constituye una especie 
              de sistema mnemotécnico que determina la fuerza o la debilidad 
              que pueda llegar a tener un recuerdo (Douglas, 1996).
              Esta influencia es notoria en Zipaquirá y Nemocón, 
              puesto que a través de sus relatos, se aprecia cómo 
              el turismo valida algunos aspectos de la cultura para darla a conocer 
              y así aumentar el atractivo turístico del lugar. En 
              estos dos municipios la sal ha sido validada como el elemento principal 
              de la identidad de los locales. Esto se evidencia al hablar con 
              los habitantes acerca del turismo. Cuando se habla de un tema para 
              dar a conocer la región, se mencionan principalmente la Catedral 
              de Sal, las salinas y los hornos. De esta manera a partir de la 
              difusión de su identidad como pueblos salineros, se brinda 
              la opción al turista de trasladarse a otro mundo, diferente 
              y único, donde pueden revivir experiencias auténticas 
              y tradicionales: comer una papa cocida o una carne asada en un horno 
              de sal tradicional.
              Dicha necesidad social que está satisfaciendo el turismo 
              ha sido ampliamente considerada por la OMT (Organización 
              Mundial del Turismo) al analizar los efectos socioculturales y los 
              valores espirituales del turismo, donde se han contemplado aspectos 
              entre ellos, la salud física y psíquica de los que 
              practican el turismo, como factores de equilibrio social, el turismo 
              como fuente de empleo, lo que constituye un elemento positivo en 
              el progreso social, las relaciones internacionales como elemento 
              importante en la búsqueda de la paz y el equilibrio internacional. 
              Por otra parte, en el aspecto espiritual, la OMT ha considerado 
              que dentro de la práctica del turismo son fundamentales "la 
              plena realización de la persona humana, una contribución 
              creciente a la educación, la igualdad de destinos de los 
              pueblos, la liberación del hombre respetando su identidad 
              y su dignidad y la afirmación de la originalidad de las culturas 
              y el respeto del patrimonio moral de los pueblos" (Montaner, 
              1996:71). Si bien la idea anterior ilustra el alcance que el turismo 
              tiene en la vida y la concepción de las personas, el concepto 
              de que lleve a una realización espiritual, o contribuya a 
              alcanzar un estadio de igualdad utópico es quizá algo 
              exagerado. El turismo brinda la oportunidad de hacer visitas espirituales 
              a La Meca, Jerusalén o el Tíbet, sí, pero, 
              independientemente de lo superficial que este turismo religioso 
              pueda llegar a ser, por cada excursión 'espiritual' el mismo 
              turismo da la oportunidad de actividades que contradicen las ideas 
              morales de estas peregrinaciones: playa nudistas en el Mediterráneo, 
              resorts para solteros y swingers en Jamaica, prostitución 
              con el beneplácito del gobierno en Amsterdam. Y ya que los 
              turistas son usualmente el blanco de criminales locales, -y aún 
              de terroristas, como fue el caso de los infortunados visitantes 
              al Valle de los Reyes, que perecieron en un atentado hace varios 
              años, precisamente por ser extranjeros- el turismo es una 
              fuente potencial de discordia tanto como de unión.
              Aun así, estas consideraciones por parte de la OMT están 
              directamente relacionadas con muchas de los intereses sociales del 
              Estado (claro ejemplo de institución social). Es así 
              como un turismo bien instituido trae bienestar económico 
              a la población receptora y además exalta y fortalece 
              la identidad a nivel local y regional mediante las campañas 
              turísticas de mercadeo; ambas consecuencias del interés 
              del Estado.
              Sin ir muy lejos podemos ver la campaña que inició 
              la anterior Alcaldía de Bogotá (capital de Colombia), 
              tendiente a mejorar la imagen de la ciudad, para demostrar que es 
              digna de ser visitada, y además para que el sentimiento de 
              pertenencia de sus habitantes haga que la quieran y la cuiden. De 
              esta manera, se espera que los bogotanos nos identifiquemos como 
              personas afortunadas por estar "2600 metros más cerca 
              de las estrellas".
              Para dejar un poco más clara la definición de turismo 
              como institución social es pues, necesario mirar de cerca 
              sus efectos en la vida cotidiana de las personas. Por lo dicho en 
              un comienzo, es claro que el turismo está directamente relacionado 
              con la vida económica de los agentes involucrados, pero también 
              toca el aspecto social y psicológico de las personas, ya 
              que el descanso y la distracción son elementos importantes 
              en la vida moderna.
              Actualmente no es sólo el turismo el que llega a una población 
              sino que también es buscado, debido a que representa una 
              buena oportunidad económica. Cuando una zona comienza a ser 
              visitada frecuentemente por turistas el primer cambio que se presenta 
              es el incremento en los servicios ofrecidos: restaurantes, hoteles, 
              tiendas de recuerdos, entre otros. Por otro lado está la 
              población que no es directamente afectada por la nueva industria, 
              la cual de todas maneras tendrá que adaptar su ritmo de vida 
              a las nuevas condiciones, acostumbrándose a la presencia 
              de un gran número de personas foráneas.
              De esta manera se mejora la economía al generar más 
              empleo y crear espacios para el nacimiento de nuevas industrias 
              y negocios familiares, pero además se comienza a sentir un 
              cambio en la vida cultural de la población. Como una forma 
              de atraer más visitantes, se promocionan actividades culturales 
              que además de representar y dar a conocer la cultura local 
              a los turistas, refuerzan su identidad ya que en estas actividades 
              lo que se enseña son aquellas tradiciones, personajes y lugares 
              que hacen de la población algo diferente y único. 
              De la mano surgen museos, casas de cultura y otras instituciones 
              encargadas de promover y crear actividades culturales. En Zipaquirá 
              y Nemocón, por ejemplo, hay grandes monumentos conmemorando 
              a los próceres de la independencia, en el segundo semestre 
              del año hacen celebraciones en memoria de ellos a las cuales 
              son invitados personajes de todo el país e incluso del exterior. 
              En 1999 Zipaquirá aprovechó las festividades del 12 
              de octubre para hacer el lanzamiento del nuevo plan de desarrollo 
              turístico pensado desde la Alcaldía y la Casa de la 
              Cultura. De otro lado, comienza a surgir como atractivo turístico 
              el asado en los hornos de sal de antaño que han sido conservados 
              sólo por algunos restaurantes. Así, algo que antiguamente 
              era la herramienta principal de un modo de producción que, 
              en palabras de los mismos locales, dejaba un rastro de hollín 
              y ceniza por todo el municipio, es ahora un atractivo que representa 
              la identidad salinera de la región. Es hoy que estas características 
              se recuerdan con nostalgia y cambian la concepción misma 
              que tienen las personas de su región. Además, como 
              veremos más adelante, influye en lo que la gente recuerda 
              u olvida, modificando de esta manera la memoria colectiva de un 
              grupo o comunidad.
              Sin embargo, el turismo no siempre afecta de manera positiva a la 
              región; por ejemplo, debido a la actual situación 
              del país muchas personas se han quedado sin empleo y se movilizan 
              buscando nuevas oportunidades; y una región con un turismo 
              incipiente, la cual es visitada frecuentemente por turistas y donde 
              lentamente surgen nuevas oportunidades económicas, se convierte 
              en un escenario atractivo para muchos, inclusive para la población 
              indigente. Este problema fue detectado por la misma población, 
              la cual argumenta que la afecta no sólo a ella sino también 
              a los visitantes: 
              " Zipaquirá es indiferente al turista, tenemos problemas 
              y es que hay muchos niños que piden limosna, hay muchos niños 
              que los domingos cuando los turistas llegan a la plaza, se van a 
              los carros a pedir. Claro que eso ya se está tratando de 
              quitar. Entonces el turista se queja también, la asociación 
              de turismo se quejaba sobre eso
" 
              Teniendo en cuenta que una institución social crea pautas 
              de conducta definidas, basadas en relaciones de estatus/rol, que 
              responden a una necesidad básica de la sociedad, el turismo 
              como institución ha definido patrones de comportamiento basados 
              en las relaciones entre anfitriones y visitantes, las cuales responden 
              a la necesidad de brindar los espacios y servicios necesarios para 
              el aprovechamiento del tiempo de ocio, lo que a su vez está 
              afectando el aspecto social, económico y psicológico 
              de las personas.
              Además de las actividades ya mencionadas, el turismo, en 
              algunas zonas donde es una industria mucho más fuerte y grande, 
              que en Nemocón y Zipaquirá, incide en otros aspectos 
              de la vida de la población receptora. Por ejemplo, en Hawaii 
              existe un centro llamado El Centro de Cultura Polinesia, donde aquellos 
              que efectúan los shows para los turistas son estudiantes 
              de una universidad que ofrece becas a personas de las diferentes 
              islas de la Polinesia; así mientras tienen la oportunidad 
              de estudiar dan a conocer parte de su cultura al mundo. Aquí 
              vemos nuevamente al turismo actuando como un ente social debido 
              a que es parte activa de la vida diaria de muchas comunidades, hasta 
              llegar a ser algo natural y rutinario.
              La identidad de una Región
              Los habitantes de Nemocón y Zipaquirá se identifican 
              entre ellos como pertenecientes a la región salinera de mayor 
              importancia en la historia nacional desde épocas prehispánicas; 
              además, de allí han surgido presidentes de la República 
              y grandes líderes para la nación. Aunque la catedral 
              de sal de Zipaquirá es el principal atractivo de esta región, 
              sus habitantes recuerdan con nostalgia la época en que los 
              indígenas, antiguos habitantes de estas tierras, eran los 
              grandes productores de sal del país, aquella en la que existían 
              los hornos y todas las actividades sociales que giraban en torno 
              a éstos; ahora transmiten dicha nostalgia al turista y le 
              ofrecen la oportunidad de revivir esta experiencia. Dicha nostalgia 
              idealiza las pasadas "identidades" en forma de herencia 
              y muestra el afán de las personas por no perder su identidad 
              que ya parece muy frágil. Al ser la identidad un juego de 
              diferencia y exclusión y no algo natural a las sociedades 
              humanas, es necesario marcar constantemente las distinciones para 
              impedir que esta continúe disipándose. El turismo 
              es un escenario donde entra en juego un nueva dimensión de 
              relación por medio de la cual es posible marcar de una manera 
              más clara tales singularidades. De esta manera, los habitantes 
              de los municipios, en términos de Abram et al (1997), encuentran 
              una expresión de su identidad en prácticas características 
              de su región, convirtiendo a los turistas en la audiencia 
              ante quienes presentan estas actividades.
              En la población existe una preocupación por revivir 
              esta identidad; sin embargo, parte de esa preocupación emerge 
              de la necesidad de dar a conocer más el municipio para atraer 
              más visitantes. Aquí, como mencioné anteriormente, 
              el turismo crea los espacios para que surjan nuevos intereses al 
              interior de la población que responden a intereses de la 
              institución social:
              Investigador: qué hace falta para dar a conocer más 
              a Zipaquirá a nivel turístico?
              José Emilio Arias: por parte de los habitantes crear un sentimiento 
              de pertenencia por Zipaquirá; lo que pasa es que Zipaquirá 
              ya no es de los zipaquireños.
              Blanca Sierra de Bejarano: aquí ha llegado mucha gente de 
              afuera. Tocaría ese sentido de pertenencia, para mi es eso.
              José Emilio: uno como zipaquireño reclama lo de Zipaquirá; 
              pero también ha llegado gente buena pero lo que pasa es que 
              no conocen Zipaquirá.
              Blanca: hay que hacer conocer a la gente su propio pueblo; la gente 
              vive en lo suyo y no se preocupa por saber la historia de donde 
              vive . 
              En el contexto del turismo la gente representa su identidad en términos 
              de costumbres folclóricas y practicas tales como la música, 
              la danza y la cocina entre otras; de esta manera los habitantes 
              de una comunidad afirman la autoridad de su conocimiento local evocando 
              una identidad. De este modo, los locales que actúan pueden 
              sentir que están representando una parte esencial de su cultura 
              y los turistas que los observan lo ven como la posición de 
              la cultura bajo la amenaza de la modernidad, atribuyendo términos 
              como exótico y diferente (Abram et al, 1997).
              De esta manera la empresa turística involucra a los locales 
              y sus negocios en un discurso que gira alrededor de la nostalgia 
              por el pasado, generando a su vez una identidad entre ellos. Así 
              los locales al estar interesados en los beneficios del turismo, 
              transmiten esta idea de la añoranza, pensada desde la empresa 
              turística, y rescatan o reinventan relatos que cumplan esta 
              finalidad, por ejemplo, en el Museo de la Sal de Nemocón, 
              se hace referencia al pasado indígena de la región, 
              logrando ubicar a la población en una marco que la identifique 
              con un pasado común, así "El museo nos cuenta 
              la historia de cómo la tribu muisca ingresó a América 
              por el estrecho de Bering, luego a Colombia por Panamá descendieron 
              por el río Magdalena y habitaron las partes montañosas, 
              primero llegaron aquí a Nemocón y luego a Zipaquirá" 
              . Este relato es considerado como parte del espíritu del 
              nemoqueño y cómo uno de sus habitantes lo afirma "
eso 
              es un mito que se llegó a ser conciencia en las gentes y 
              lo llevaron a la realidad
nuestros cuentos y leyendas son mitos 
              que se les pusieron alguna realidad
" . 
              Conclusiones
              Recapitulando, el turismo puede ser analizado desde una perspectiva 
              antropológica debido a la magnitud de las transformaciones 
              que ha sido capaz de generar en grupos sociales completos llegando 
              a reorganizar e incluso desestructurar el orden social de poblaciones 
              y culturas de todo tipo. Dentro de este marco, la antropología 
              ahora concebida como un área de investigación que 
              no sólo se ocupa del estudio de culturas específicas, 
              sino de los temas-problemas presentes en las mismas, ha ampliado 
              su panorama investigativo.
              De esta manera se debe mirar al turismo como un fenómeno 
              social donde los desplazamientos, los viajes y el ingreso discrecional 
              (libre; que no se usa para necesidades básicas), sean considerados 
              como un elemento más de la vida social, económica 
              y psicológica de los actores involucrados para así 
              plantear su estudio desde una perspectiva interdisciplinar.
              Al pensar el turismo como un fenómeno social que ha influido 
              e influye en muchos de los niveles de la vida de una comunidad, 
              y al ser este una institución legitimada por la sociedad, 
              se le puede considerar como una institución social que brinda 
              nuevas opciones importantes en la construcción del mundo 
              moderno, ya que además de ser una fuente de ingresos para 
              muchos sectores y una alternativa de vida para otros, provee elementos 
              tales como la distracción, el descanso y la diversión 
              que han comenzado a estar directamente relacionados en el desarrollo 
              social, económico y psicológico de personas, comunidades 
              e incluso naciones.
              Un claro ejemplo de lo dicho anteriormente fue analizado en la tercera 
              parte, donde se conjugan el turismo y la identidad de un pueblo. 
              En esta pudimos observar como el contexto del turismo hace que la 
              gente represente su identidad ante personas foráneas, lo 
              cual permite que los habitantes de una comunidad afirmen la autoridad 
              de su conocimiento local adquiriendo una identidad. De esta manera 
              los locales sienten que están representando una parte esencial 
              de su cultura y los turistas perciben dichas representaciones como 
              una cultura tradicional, diferente o exótica amenazada por 
              la modernidad. 
              La identidad que busca privilegiar el local está basada en 
              la sal, situación que se hace evidente durante las charlas 
              informales con ellos. A mi parecer esto se debe principalmente a 
              que es la característica que el turismo ha resaltado a través 
              de la Catedral de Sal y el Turistrén que ofrece transportar 
              al turista al mundo de los abuelos, donde además del viaje 
              en tren existían deliciosos piquetes en hornos de sal, que 
              no persisten hoy salvo como atracción turística.
              Podría pensarse que la identidad salinera de la región 
              es fuerte no por el turismo sino más bien porque esta lo 
              había sido en tiempos prehispánicos, situación 
              ilustrada en los documentos históricos; una especie de regreso 
              a los orígenes. Esto, sin embargo, no se ha visto en otras 
              características, igualmente documentadas. Por ejemplo, en 
              el libro de Guzmán (1994), Con nombre propio: Monografía 
              Anecdótica de Zipaquirá, se mencionan otros aspectos, 
              muy llamativos además, como el denominar a Zipaquirá 
              'la tierra de los apodos'. Por no haber sido valorados por el turismo, 
              la divulgación de esos detalles es muy poco frecuente entre 
              los locales.
              Así, los relatos son pertinentes dentro de este contexto 
              porque juegan un papel importante dentro del comportamiento narrativo, 
              que se caracteriza por la función social que cumplen al hacer 
              parte de la comunicación de una información hecha 
              por los miembros de una comunidad que remite a un acontecimiento 
              que es el motivo de dicho relato, donde interviene también 
              el lenguaje que es un producto social. Esta capacidad que tiene 
              el ser humano para la interacción y la comunicación 
              es el pilar para la construcción de lo social.
              Por otro lado, los Relatos Populares, como representaciones sociales 
              de hechos pasados, remiten a distintas prácticas por la manera 
              en que a través de ellos es percibido e interpretado un acontecimiento 
              por parte de sus relatores. De esta manera se convierten en representaciones 
              sociales de una realidad vivida a diario por los habitantes de una 
              comunidad y por lo tanto permiten ver si una institución 
              social está afectando dicha cotidianidad. Lo anterior adquiere 
              sentido cuando, retomando a Mary Douglas, tenemos en cuenta que 
              el propio orden social y las instituciones que lo estructuran y 
              perpetúan, son las que moldean y dan la trascendencia a lo 
              que se recuerda u olvida, determinado así la fuerza o la 
              debilidad que pueda llegar a tener un recuerdo en un momento dado.
              Estudiar la memoria Colectiva de una comunidad nos permite conocer 
              más a fondo lo que se piensa y se siente al interior de ésta 
              respecto a los diferentes aspectos que tocan la vida de los pobladores. 
              De esta forma a partir de narraciones hechas por los mismos habitantes 
              se puede observar qué está afectándolos y de 
              qué manera.
              
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