Investigadores y Redes de comunicación electrónicas.
Estrategias culturales y de conocimiento que implican las nuevas tecnologías comunicacionales en los investigadores, docentes y estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Trabajo Final de Grado
Carrera Ciencias Antropológicas
Directora de tesis: Lic. María Rosa Neufeld
Alumna: Claudia Maria Cóceres
2. @. Los cambios culturales vistos desde el análisis de las innovaciones tecnológicas.
2. 1. Cultura y nuevas tecnologías comunicacionales. La sociedad virtual y la academia:
2. 2. @ Conceptos utilizados para el análisis.
2. 2. 1. El entorno del ciberespacio.
2. 2. 2. Las relaciones en el ciberespacio
2. 2. 3. Resignificaciones en el ciberespacio
[ INDICE ] [ CAPITULO 1 ] [ CAPITULO 3] [ CAPITULO 4] [ ANEXOS ] [ BIBLIOGRAFIA ]
2. @. Los cambios culturales vistos desde el análisis de las innovaciones tecnológicas.
2. 1. Cultura y nuevas tecnologías comunicacionales. La sociedad virtual y la academia:
Dentro de la antropología la incorporación de las nuevas tecnologías comunicacionales ha generado un fenómeno con "propias especificidades, que la han convertido en un tema de gran interés para los académicos interesados en indagar las características que tendrá la nueva sociedad que se está gestando en medio de la crisis de la sociedad industrial. Dos indicadores de este creciente interés son la aparición de disciplinas académicas dedicadas a su estudio, como la flamante ciberantropología, reconocida como disciplina académica en 1992, y la multiplicación de eventos académicos dedicados a discutir su naturaleza, de los cuales los más importantes son los Congresos Mundiales sobre el Ciberespacio, el quinto de los cuales se realizó en Madrid en junio de 1996, y las implicaciones que tendrá su expansión sobre los distintos órdenes de lo social". (Manrique Nelson, 1997).
En 1992, en la conferencia anual de la American Anthropological Association se afianzan los conceptos de cibercultura y ciberespacio y se define la ‘cyborg anthropology’ como el estudio etnográfico de las relaciones entre los humanos y las máquinas en este final de siglo XX, en el que las nuevas tecnologías sirven como agentes de producción social y cultural.
En Current Anthropology, Arturo Escobar (1994) recoge estas preocupaciones y formula un estado de la cuestión sobre los estudios de la cibercultura tanto en relación a la biotecnología como a la tecnología de la información y la computación. Escobar cita diversos estudios sobre la relación entre el hombre y máquina, la creación de identidades y valores.
Adentrarme en esta cultura en transformación me llevó a retomar los conceptos de Geertz acerca de que la cultura es una “urdimbre de significación y donde el análisis de la misma es una ciencia en busca de significaciones” (Geertz, 1987). Será entonces que reconozco conceptos de Clifford Geertz (1987) en mi análisis dado que: “la descripción densa es microscópica y también interpretativa, en tanto intenta rescatar lo ‘dicho’ de ocasiones perecederas para fijarlos en términos duraderos”.
Geertz también plantea que “Esto implica una contextualización desde las acciones sociales, la percepción aguda del detalle, el énfasis en los pequeños detalles. La descripción densa recorre lenta y minuciosamente el contexto poniendo de manifiesto una especificidad compleja, una circunstancialidad. Microscópica quiere decir, pues, prestar atención a la fina red de relaciones que los contextos revelan para dirigir una atenta y aguda mirada a ellos”.
Si bien esta forma de definir la cultura se amplió incidiendo en ella también la producción científica acerca del tema. Tomemos en cuenta lo que expresa Manrique (1997): “Se vienen multiplicando, también, los ensayos y las tesis académicas dedicadas al análisis de la sociedad virtual. Sus temas son tan variados como el estudio etnográfico de las comunidades virtuales -los hackers, los cultores de los juegos de rol en línea (muds), los cyberpunks, etc.- las nuevas identidades sociales que vienen emergiendo en el mundo virtual, y la forma cómo se plantean viejos temas de la dinámica social real en la sociedad virtual, como, por ejemplo, las percepciones y las interacciones entre raza, etnía y género, o la relaciones entre la economía, las comunicaciones y el poder”.
La tarea de una descripción densa es clara: “perseguir estructuras de significación que, desde luego, aparecen muchas veces irregulares, no explícitas, extrañas unas a otras; que el investigador debe conectar de alguna manera. Interpretar es, además captar la variedad de significados y hacerlos accesibles situándose en el punto de vista de los actores” (Velasco y Rada, 1997).
Coincido en que la interpretación es el resultado de un trabajo de interacción social del investigador con los sujetos de estudio y es reflejo también de una interacción dada desde un flujo de acción social. Dicho flujo de la acción articula las formas culturales, en donde su descripción es parte de la interpretación de las acciones sociales. “Además dicha descripción densa consiste en inscribir el discurso social, en grabarlo, en registrarlo” (Velasco y Rada, 1997) apuntando a desentrañar estructuras de significación.
Fue importante considerar que desde 1995 los estudios “se dirigieron a investigar las comunidades electrónicas, la interacción de los diseñadores y los usuarios y las comunidades que surgen de esa interacción desde donde surgen nuevas identidades y los vecinos electrónicos que viven en la misma región y comunidades físicas y virtuales”. (Buxó y Rey, 1998).
Estudiar las contradicciones entre la aldea real, (donde los sujetos en relación no están mediados por medios electrónicos) y la aldea virtual que implica me permitió establecer coincidencias y diferencias entre las mismas. Derivando así cuestionamientos acerca del papel de la cultura en la construcción de estas nuevas formas de accionar de las tecnologías comunicacionales vistas como procesos culturales.
Para describir estos procesos culturales fue necesario identificar sus dimensiones culturales sumando también elementos analíticos específicos desde la comunicación social. Estas relaciones reflejan muchos de los espacios de análisis de la interacción cultural que esta cibercultura construye.
Para definir cultura desde esta temática rescaté, dentro de la amplia definición de cultura, sus relaciones con la definición de cibercultura. Si tomamos tres aspectos generales de la definición de cultura, estos son: “1) universalismo: todos los hombres tienen culturas como común carácter humano, 2) las organizaciones: todas las culturas poseen coherencia y estructura, desde las pautas universales comunes a todos los modos de vida, hasta los modelos peculiares de una época o lugar específicos y 3) se reconoce la capacidad creadora del hombre: cada cultura es un producto colectivo del esfuerzo, el sentimiento y el pensamiento humanos” (Neufeld, 1995).
Entonces definí cibercultura a partir de la construcción realizada por Ricard Faura i Homedes quien plantea el término como una colección de culturas y productos culturales que existen y han sido posibles gracias a Internet.
La cibercultura, al igual que todas las culturas, es extensa y amplia y está en constante estado de flujo, a la vez que “expresa una mutación fundamental de la esencia misma de la cultura”. “La universalidad (en dicha cultura) se construye sobre la indeterminación de un sentido global por interconexión... Se produce una reorganización y metamorfosis constante. Mutación cultural vinculada a un cambio en el sistema de comunicación” (Levy, Pierre en Faura, 1998).
Faura define a la cibercultura, como parte de una construcción ideológica que ha influido de manera decisiva en crear una imagen del ciberespacio la mayoría de las veces negativa y muy disuasiva para las personas más alejadas a su realidad. Lo ideológico es concebido en este caso como la producción simbólica de los medios masivos de información y comunicación, sumado a la temática que aporta Internet y el mundo de la informática. Esto fue “acarreado por la tecnología, dando lugar a un nuevo escenario, un acontecimiento nuevo e irresistible en la elaboración de la cultura y el día a día del hombre bajo el signo de la tecnología; creando un universo paralelo creado por las computadoras y las líneas de comunicación con el mundo”. (Faura i Homedes, 1998)
2. 2. @ Conceptos utilizados para el análisis.
2. 2. 1. El entorno del ciberespacio.
A continuación describo los conceptos de análisis que guiaron mi trabajo conceptual.
En Antropología del ciberespacio se rescata la definición sobre globalización o Mundialización de Anthony Giddens, para quien el término se podría definir “como la intensificación de las relaciones sociales a todo el mundo por las que se enlazan lugares lejanos de tal forma que los acontecimientos locales están configurados por acontecimientos que pasan a muchos kilómetros de distancia o al contrario. Este es un proceso dialéctico ya que estos acontecimientos locales pueden moverse en dirección inversa a las distantes relaciones que les dieron forma” (en Faura, 1998).
Fue McLuhan quien inició las primeras definiciones cercanas a la globalización planteándola como la “Aldea global”. “Ahora todos vivimos en este mundo irracional, instantáneo, inmediato. Yo nombré que esto era un ideal, que yo estaba imaginando una situación ideal. En realidad, una aldea no es una cosa ideal, porque la gente sabe demasiado sobre los demás. No hay privacidad, no hay identidad. En la Aldea Global eléctrica la gente sabe demasiado y ya no hay un lugar donde esconderse” (McLuhan 1962). Hay que reconocer que esta concepción de Aldea Global (que plantea que todos saben demasiado de los demás) tiene sus contradicciones desde las acciones, discursos y realidades de los sujetos: si la “gente sabe demasiado” hay que profundizar que sabe y de que. Me planteo además si esta información en el mundo global es valorada como una mercancía de consumo nada más o da posibilidades a otras significaciones.
Destaco la diferenciación que realiza Faura i Homedes entre universalidad y totalización, cuando plantea que “universalidad da cabida a todo tipo de diversidad opuesta a la totalización que es uniformadora y homogeneizadora y rechaza cualquier diferencia por pequeña que esta sea” (Faura, Antropología del ciberespacio.1998).
Adelanto aquí que reconocí que estas cuestiones desde las percepciones de los sujetos cuando me planteaban la importancia de estar en Internet, al respecto me decía el arqueólogo mexicano Arturo Montero “es importante estar en Internet, si no tienes tu página allí, no existes”. Estas afirmaciones reiteradas me señalaron la importancia que mis entrevistados le dan a estas tecnologías. Mientras tanto busqué las relaciones acerca de las consecuencias que implican los usos de esta herramienta, por ejemplo, desde la visión de utopía salvadora que tiene Nicholas Negroponte sobre las nuevas tecnologías, que no toma en cuenta las contradicciones de la incorporación de las nuevas tecnologías depositando en ellas expectativas de igualdad social.
En relación a los trabajos teóricos, estos tampoco son homogéneos con respecto al fenómeno de la globalización y a los usos comunicacionales de las nuevas tecnologías. Esto lo leemos en Manuel Castells quien postula que “los flujos no pueden ser flujos puramente abstractos, tienen que aterrizar en territorios, en historias, en culturas... Entonces, si tu tienes una identidad atomizada, que no sabe de donde viene ni a donde va, entonces, pasas a una colección de individuos con una competencia feroz entre ellos y muy poca capacidad de aglutinarse... Una identidad sin red es una trinchera de supervivencia. Una red puramente red, disuelve la sociedad y hace colecciones de individuos”( Manuel Castells, “La ciudad informacional”, 1995). Estas afirmaciones señalan las carencias de los análisis cuando generalizan sin tomar contextos, procesos, relaciones, descartando identidades y cayendo en generalizaciones que no permiten una mejor comprensión del fenómeno.
2. 2. 2. Las relaciones en el ciberespacio:
Para enfocar mi análisis desde las relaciones entre los sujetos, crucé los conceptos que las definen en este nuevo entorno denominado ciberespacio constituido en parte por las llamadas redes electrónicas.
Definiré las relaciones que se dan desde estos nuevos medios, trasladando los elementos de análisis de un texto que tomó de Beattie. Si bien las relaciones sociales son dimensiones complejas a estudiar, estas están relacionadas con la comunicación social de los sujetos y la interpretación que hacen de este proceso. Esto no implica que no se establezcan conexiones con los planos económicos, políticos y educativos que inciden en el fenómeno.
Analizo las relaciones sociales que se establecen el grupo de personas interrelacionadas que participan de un mismo campo profesional y dado por el conocimiento de una disciplina que les es afín: la antropología. Además tienen otro factor común, que es la socialización con respecto al nuevo medio. Dicha socialización consiste no sólo en tener el medio material sino también poseer la información que les permite operar con dicha información. (En realidad también tomé en cuenta a quienes tenían poco o ningún conocimiento al respecto).
Las relaciones entre quienes comparten el código informático para comunicarse vía e-mail (además de las reglas -llamadas netiquet- que regulan los formatos de los correos y ciertas formalidades) se dan en una comprensión de los tiempos de la comunicación en términos de simultaneidad. Además estas relaciones se basan en comprender que los nuevos medios “achican” los espacios dando la sensación de cercanía entre los sujetos.
Si bien las relaciones están enmarcadas desde un entrecruzamiento entre quienes son antropólogos y utilizan estos medios de comunicación, también hay categorías desde la funcionalidad del uso de correo. Por ejemplo: las casillas de correo se definen desde el lugar de pertenencia. Si es de Filosofía y Letras - UBA, la casilla se define como cmc@filo.uba.ar (cmc at –en- filo.uba.ar) determinando en parte mi origen institucional. Las instituciones habilitan las casillas de correo electrónico a estudiantes e investigadores haciendo firmar un compromiso de realizar un uso razonable del mismo.
El INAPL usa las casillas .....@bibapl.edu.ar, en Argentina quienes son científicos utilizan .....@mail.retina.ar, etc. todas denominaciones de casillas que las identifican y determinan el tipo de usuario y su procedencia. No sucede lo mismo cuando las casillas utilizadas son gratuitas tales como Hotmail y Yahoo, que en su denominación señalan que el usuario no tiene casilla institucional o que no quiere o no puede abonar un servicio de correo. También puede suceder que por viajes este usando una casilla de este tipo. Realizo estas indicaciones ya que también hacen a la interacción de las personas a través del correo electrónico, es importante tenerlas en cuenta ya que en cierto modo también las define.
Planteo la perspectiva antropológica de los análisis de las relaciones sociales, destacando, que “la preocupación principal del antropólogo es ‘sonsacar’ los diversos conceptos que la gente tiene sobre las relaciones sociales, relacionando éstas y las pautas de comportamiento institucionalizado, con las que están asociados uno con otros y, además, con otros aspectos sociales de la comunidad que está estudiando” (Beattie, 1975). Mi análisis sobre las relaciones sociales desde la perspectiva de la comunicación cultural-tecnológica, también implicó analizar comportamientos de las instituciones en las cuales están inmersos los antropólogos y establecer correlaciones entre sus conductas en las mismas.
Coincido con Beattie en que “el interés de un antropólogo por las relaciones sociales no consiste en saber hasta que punto traslapan con los (‘hechos’ biológicos) hechos tecnológicos reales (cosa que a menudo no sucede en absoluto), sino en poner de manifiesto su contenido jurídico, ritual, económico o en general social o cultural, y la manera en que se relacionan con otros complejos coexistentes de relaciones sociales en la sociedad estudiada” (Beattie, 1975). Analizo estas relaciones dentro del contexto de los cambios culturales vistos desde los antropólogos inmersos en una sociedad implicada en un proceso de transformación tecnológica.
A continuación retomo conceptos que dan forma a las definiciones sobre las relaciones entre los sujetos usuarios de las nuevas tecnologías comunicacionales.
Faura i Homedes señala las relaciones que existen entre el mundo concreto de la vida cotidiana y las que se producen en el ciberespacio(mediadas por la tecnología comunicacional), al afirmar que “en el ciberespacio, los individuos se ven agrupados por intereses comunes o temáticas, concertándose alrededor de fórums o grupos de discusión, sin tener en cuenta cualquier otro condicionante social, siempre que estos no se antepongan a los intereses del grupo en cuestión” (Faura, 1998).
Estas cuestiones aparecieron en forma no muy explicita, pero están siempre presentes en las relaciones que se estaban/están construyendo.
Para acercarme a estas categorías tomé el informe público que el RAND hizo en noviembre de 1995. El RAND es una institución con gran influencia en el proceso de diseño de la red. De allí surgieron los primeros informes en la década del sesenta sobre la posibilidad de la creación de sistemas de distribución que dieron lugar al ARPANET (1). El RAND “es una de las instituciones con un peso específico en la creación y desarrollo posterior de la red Internet y se ha interesado de manera activa en la repercusión que a nivel social tiene y tendrá en futuro la creación que ellos contribuyeron a engendrar” (Faura i Homedes).
Este informe se llama Universal Access to E-mail escrito por el RAND y su diagnóstico fue el siguiente.
1.”El acceso y uso de los ordenadores están en relación directa con altos niveles de educación y de ingresos.
2. Las diferencias basadas en educación e ingresos entre los blancos por un lado y los negros e hispanos se amplían con el tiempo.
3. Las redes ciudadanas son una vía positiva para entender el acceso a la red de estas poblaciones excluidas, dado que aumentan su comunicación, el acceso a la información, reestructuran sus organizaciones, ayudan a difundir los servicios del gobierno y a aumentar la participación política.
4. Las claves para el éxito de estas redes son, facilitar el acceso, la formación, y la asistencia técnica a los grupos participantes.
5. El correo electrónico es la puerta de entrada a la participación en las redes comunitarias. Esta aplicación, junto con las conferencias y las charlas (chat rooms) son los servicios más utilizados. Como conclusión destaca: “Si este informe demuestra alguna cosa es la importancia de la comunicación persona a persona y de grupo a grupo en la denominada Infraestructura Nacional de la Información (INI)”, también destaca el papel de estas redes como una “social technology”. (Traducción en Faura Homedes).
Posteriormente estas conclusiones me permitieron observar cómo en el trabajo de campo, se organizaron dichas relaciones sociales con determinados objetivos, extendiéndose las mismas a través de una interacción de vía redes electrónicas. Pero hay que señalar el contexto en el que surgen estas conclusiones dado que estas tecnologías estaban dirigidas a un sector, el más capacitado y con un mayor poder adquisitivo dado que las tecnologías eran de un excesivo costo y que no estaban al alcance de todos.
El informe RAND da pautas de un análisis que tomó como parte de un proceso de la utilización de estos medios, que me permitieron identificar generalizaciones iniciales y así compararlas con los conceptos de mi trabajo.
Los puntos 1 y 2 plantean parte de un diagnóstico que está relacionado con el contexto social que tomo como supuestos, que pueden desarticular si se tiene en cuenta que muchas veces los accesos no están en una relación tan directa. Esto se puede analizar dado que los sujetos trabajan en instituciones públicas o empresas en las cuales les permiten comunicarse sin gasto alguno de su parte. También debemos considerar que los programas de computación han dio adquiriendo una modalidad más amigable- accesible no exigiendo una alta capacitación permitiendo que muchas personas accedan a armar su página en Internet. El punto 3 se plantea como un supuesto demasiado afirmativo diciendo que “Las redes ciudadanas son una vía positiva para entender el acceso a la red de estas poblaciones excluidas, dado que aumentan su comunicación, el acceso a la información, reestructuran sus organizaciones, ayudan a difundir los servicios del gobierno y a aumentar la participación política” y que se traslada mecánicamente y no considera contextos socio-culturales, dejando de lado las problemáticas comunicacionales y el modo en que las organizaciones se transforman. Además desde el punto 4 no se considera la necesidad de un diagnóstico previo de cómo se comunican las instituciones o como informan estas sociedades. Tampoco habla de tratar de establecer que sus resultados no son inmediatos y que sus consecuencias deben ser evaluadas para que se genere ese proceso. Si bien estas conclusiones hechas por el RAND deben verse como supuestos ya que presuponen postulaciones sobre los usos tecnológicos además de “influir en las reacciones de aquellos a quienes se las comunican” (Gouldner, 1993).
Estos presupuestos del RAND “tienen una carga de significados adicionales que derivan, en parte de los supuestos básicos subyacentes de los oyentes o causar una penosa disonancia” (Gouldner). Esos hablan de la postura frente a las prácticas sociales desde una generalización, un enfoque limitado y desde un contexto especifico. Gouldner dice al respecto que “los supuestos básicos subyacentes que los acompañan varían según las culturas o subculturas en que son aprendidos o utilizados. Sugerir que operan de manera muy semejante a los estereotipos y prejuicios raciales implican un conjunto de supuestos firmes y especificables: a) hay una predisposición a creer en la existencia de ciertos atributos que serán manifestados por todos los miembros del ámbito, la cual b) se adquiere mucho antes de haber tenido experiencia personal con nada que se le parezca a una verdadera muestra de los miembros del ámbito e incluso antes de haber tenido ninguna y sin embargo c) genera los más intensos sentimientos hacia ellos y no es fácil de conmover o modificar, aunque las experiencias originadas en tales contactos discrepen de los supuestos” No todos están insertos en comunidades que discriminan entre blancos y negros, esto habla de un determinado contexto social y los estereotipos que sustentan. También tengamos en cuenta que están predeterminando el uso de los ordenadores en relación directa solo con una clase social establecida, sin analizar posibles contradicciones dentro de la misma.
En contraposición rescato a Faura i Homedes quien apunta al uso social del ciberespacio y destaca el papel de las redes como una “Social Technology”; estas consideraciones me sirvieron como ejes de reflexión para mi tarea de análisis.
Pero el mismo RAND realiza recomendaciones para superar sus problemas, estas son:
1. “Es básico que el correo electrónico sea un servicio fundamental de la INI (Infraestructura Nacional de la Información) Es importante reducir la separación creciente en el acceso a los servicios de información básica, en particular, el acceso a los servicios desde el hogar. Las intervenciones políticas tienen que dar prioridad a la extensión del acceso desde el hogar.
2. Provisión de servicios comunitarios y actividades on-line deberían ser apoyadas activamente.
3. No hay barreras de técnicas fundamentales a la provisión de acceso universal a los servicios de correo electrónico.
4. El diseño de un servicio de correo electrónico universal debería seguir directrices de la “red abierta de transmisión de datos”, cuyo modelo es la red Internet.
5. Cualquier provisión de correo electrónico universal requerirá financiación pública bien procedente de un impuesto general a la industria o bien de los ingresos generales. Estos subsidios estarán dirigidos focalizadamente para llegar a los usuarios que de otra manera no se suscribirían.”
En términos generales estas recomendaciones están reflejando claves importantes para realzar el uso social del ciberespacio de las redes considerando cuestiones materiales, políticas y sociales para ese propósito.
Artur Serra i Leandro Navarro las define: “Las redes ciudadanas, a diferencia de ser un simple medio de comunicación, como son las radios locales o las televisiones locales, son un espacio para asociarse, son un lugar social. Por esto hablamos de la ‘sociedad de la información’ y no hablamos de la sociedad de la telefonía o de la televisión. Su diseño da lugar a una tecnología social, cosa que no ocurría con las anteriores tecnologías de la comunicación. La comunidad creó la red. Y la red crea comunidad. Arpanet era la red de Arpa y su evolución ha creado un sinfín de nuevas asociaciones en red”. (Faura, 1998)
Estas redes tienen como características: ser gratuitas al usuario, estar dedicadas al desarrollo de recursos de información local y a proporcionar información a la mayor cantidad de personas, según lo definió Tom Gurunder en el año 1993.
A continuación enumeraré algunos de los estudios realizados sobre el tema del ciberespacio.
Esta información se encuentra en el sitio de un Grupo de Pesquisa sobre la Ciberantropología de la Universidad de Santa Catarina-Brasil, hecho importante dado que se instituye desde América Latina en 1998., mientras que la mayoría de los trabajos se encuentran en inglés.
El sitio es http:/www.cfh.ufsc.br/~ciber/ant5203/index.html
Algunos de las temáticas abordadas son:
Sociabilidad en el ciberespacio.
Proyectos:
-Estudio de cooperación científica entre las listas electrónicas de discusión. (realizado)
-Aspectos simbólicos y sociabilidad en ambiente “Palace”(en curso)
-Estudios de comunidades virtuales (en preparación).
-Una seducción en comunidades (en preparación).
Metodología de investigación en Internet:
Proyectos:
-Métodos etnográficos aplicados al ciberespacio (en curso).
-Técnicas cuali-cuantitativas de investigación en comunidades virtuales. (en curso)
- Adaptación cultural de interfaces (en preparación).
-Ciberespacio como escenario para las ciencias sociales.
Este Grupo también se propone “partir de la problemática relacionada con los delineamientos de objetos etnográficos, este trabajo pretende introducir en la discusión teórica relativa a una antropología de las manifestaciones culturales al interior del ciberespacio (Ciberantropologia) en una distinción analítica entre plataformas y ambientes de sociabilidad virtual”. Además investiga sobre la “Etnografía en ambientes de sociabilidad virtual multimedia. En este paper discuto algunas cuestiones al respecto de una antropología de Performance en ambientes de sociabilidad virtual multimedial, a partir del caso Palace” (este caso se encuentra en el sitio).
También se discutió desde una línea de investigación la presentación del trabajo en la mesa redonda “Nuevos paradigmas: Etnografía del ciberespacio” del ciclo X de Estudios sobre Imaginario-Imaginario y cibercultura, Recife(en prensa). Notas sobre Etnografía virtuales. Haciendo antropología en el ciberespacio. Trabajo presentado en el 50 Reunión anual de SBPC, Natal/RN, 1998, en forma de panel. Transcribo aquí el desarrollo de los trabajos de Mario Guimaraes donde fueron expuestos y algunos de los objetivos “Su desarrollo consistirá en una discusión metodologica de mi disertación. Una Cibercultura y el surgimineto de las nuevas formas de sociabilidad de trabajo presentado en la mesa de “Nuevos mapas culturales: Cyber espacio y tecnologia de la virtualidad", na II Reunión de Antropologia del Mercosur, Piriápolis, Uruguai, de 11 a 14 de novembro de 1997.
Estos son antecedentes de trabajos que están realizando los antropólogos brasileros, los cuales me permitieron considerar algunas pautas más sobre el fenómeno social de Internet.
En un plano general sobre estudios de Internet, entrevisté al antropólogo Pablo G. Rodríguez de la Universidad Nacional de La Plata, quien inició estudios a nivel del doctorado sobre los hackers en Internet.
Consultado sobre los estudios que se desarrollan en el tema de las nuevas tecnologías, puntualizó que “están los estudios de marketing, que tratan de contabilizar los tipos de sitios más visitados, el comportamiento del internauta como consumidor para saber qué venderle y cómo, los estudios sobre comunicación mediatizada por computadora (CMC) que son estudio de discurso, de lingüística, sobre la naturaleza del hipertexto, etc. y los estudios de personalidad o de identidad o comunicación, que exploran la interacción social en canales de chats y MUD´s, viendo cómo se puede asumir una identidad diferente (por ejemplo pretender que se es de otro sexo). También están los estudios que intentan mapear el ciberespacio (mapas de conectividad, estructura de vínculos dentro de un sitio y entre sitios, etc.)”. La coincidencia con este investigador en la temática de las nuevas tecnologías y sus usos en las ciencias sociales (si bien el lo trabaja desde el plano discursivo cuanti-cualitativo y a mi me preocupa desde el plano más comunicacional-político) hizo que estuviéramos en constante contacto ya sea personal o vía correo electrónico para intercambiar posturas sobre el tema. Pablo G. Rodríguez ya publicaba sus trabajos sobre la utilización de nuevas tecnologías para los métodos cualitativos en el V Congreso de Antropología Social en La Plata en 1997. En ese mismo año asistimos al Taller sobre nuevas tecnologías organizadas por FLACSO donde expuse el trabajo de NAyA. Fueron importantes estos eventos ya que dieron lugar a compartir experiencias sobre como se planteaban los cambios sociales desde instituciones importantes.
Pablo Rodríguez participó también del I Congreso Virtual NAyA y del foro de discusión sobre globalización, fue interesante el intercambio de opiniones que llevó adelante con una antropóloga española. Esa discusión puso en duda mi supuesto de que en España se estaba llevando un cambio generalizado con respecto a las nuevas tecnologías. Los prejuicios explicitados de la antropóloga Elisa (participante del foro de Globalización en el I Congreso Virtual de Antropología –NAyA-1998) sobre el avance de transformación en el área informática en relación a la interacción cara a cara como más efectiva que la mediada por computadora, me remitió a otros ya vistos entre los antropólogos argentinos que demostraban poca profundidad sobre el tema y experiencia en dichas interacciones.
Doy cuenta de estos encuentros porque marcan en el tiempo los cambios y planteos que generaba Internet en el ámbito de las ciencias sociales. Fueron notables las peripecias que tuvimos que pasar en el VI Congreso de Antropología Social 2000 en Mar del Plata cuando intentamos ubicar nuestros trabajos sobre tecnologías en mesas pertinentes. No existían mesas en las que se discutieran sobre medios de comunicación, la globalización ni las Nuevas Tecnologías. Podría decirse en términos generales que la disposición de los contenidos nos pautaba acerca de las cuestiones, que preocupaban a los antropólogos en la época de la globalización. Pablo Rodríguez presentó sus trabajos en la mesa de Antropología Urbana y yo en Procesos Contemporáneos, porque aún la ciberantropología no llegaba a nuestra antropología.
Para fines del 2000 y ante la convocatoria del Cuarto Congreso de Antropología en Chile sugerí que enviáramos una propuesta de simposio sobre nuevas tecnologías. En Chile la aceptaron y coordinamos así el simposio de “Antropología, Sociedad y Nuevas Tecnologías” en donde pudimos analizar el punto en que nos encontrábamos en nuestros trabajos, y que debemos profundizar dentro de la disciplina en relación al tema de las Nuevas tecnologías.
Mientras tanto en lo que constituye el estudio de las redes es tan relevante su importancia que han surgido centros o instituciones a nivel mundial con el objetivo de dinamizar el movimiento de las redes ciudadanas.
Se destacan el Centre for Civic Networking de Massachussets dedicado a la formación de lo que se llama Civic Network. El Morin Institute, institución que se dedica al apoyo del desarrollo de lo que denomina PAN o Public Access Networks. También la Asociation for Progressive Communications, ha creado una red informática global que se dedica a apoyar organizaciones no gubernamentales y a ciudadanos que trabajan por un cambio medioambiental y social (En Faura i Homedes, 1998). Esto demuestra la importancia que está teniendo la investigación sobre las redes organizadas a partir de las nuevas tecnologías comunicacionales, ya que se crearon centros especiales para esto.
En junio de 2001 se publica en Clarín.com que “Los objetivos de investigar los impactos sociales, la Universidad de Oxford pretende analizar estos cambios y ha invertido grandes sumas para ello ya que consideran de suma importancia las transformaciones que producen. La prestigiosa Universidad de Oxford está armando el primer instituto interdisciplinario del mundo dedicado a Internet y dependiente de una universidad. El Oxford Internet Institute (OII) realizará investigaciones y recomendará políticas acerca de los efectos de la Red en la sociedad. Tendrá además el objetivo de poner a Oxford, a Gran Bretaña y a Europa en el centro de los debates acerca de cómo podría y debería desarrollarse Internet.
Funcionará en el Colegio Balliol y dependerá de la División de Ciencias Sociales de la Universidad. Contará con un presupuesto inicial de 21,3 millones de dólares. Dos tercios de esa suma fueron donados por la Fundación Shirley, y el resto proviene del Consejo de Fondos para la Educación Superior en Inglaterra (HEFCE) mantenido por el Departamento para la Educación y el Empleo de Gran Bretaña. No obstante, los fondos serán aumentados para expandir las actividades.”
Observamos entonces que ya se desarrollan investigaciones en centros especializados, que estudiarán los usos sociales de la tecnología desde perspectivas más integrales que las de aislar las transformaciones técnicas y cuantitativas. A diferencia de nuestras instituciones, dichos centros cuentan con los recursos económicos para realizarlos como parte de investigaciones académicas.
2. 2. 3. Resignificaciones en el ciberespacio:
Las generalizaciones sobre el uso utópico sobre la incorporación de las nuevas tecnologías, me fueron útiles para establecer comparaciones ante las resignificaciones de lecturas o acciones por parte de los antropólogos.
De estas consideré las contradicciones entre las generalizaciones y las lecturas de los sujetos, teniendo en cuenta los contextos, tanto desde su utilización conceptual como desde su práctica cotidiana. Las significaciones las busqué en torno al uso de esta herramienta, acerca de las implicancias de la circulación de la información, y cómo los códigos son incorporados y resignificados. A partir de esta búsqueda pude profundizar sobre otras dimensiones del uso de las tecnologías.
¿Que uso hacen los antropólogos de estas tecnologías? No como meros consumidores de horas-lecturas en Internet o de correo electrónico, sino considerados como productores, a partir de la información que buscan y producen. Desde nuestras lecturas con quienes profundizamos la reflexión sobre el proceso de producción de conocimiento y la circulación de la información. Esto abrió consideraciones críticas implícitas en este trabajo, las cuales están relacionadas con el planteo de Internet como fuente de información. Este uso exige un cambio de relaciones sociales, que surge del valor que se le otorga al conocimiento por parte de las instituciones, ahora con el agregado de las nuevas tecnologías de la información.
Las herramientas no determinan usos, sino que los sujetos tienen las posibilidades que sus contextos y necesidades les plantean; esto se fundamenta en que las incorporaciones no son iguales ni mecánicas, sino que exigen un análisis diferente para cada caso.
Michel Certau señala en “Les cultures populaires” (Paris, 1979) que no existe una imposición directa y pasiva, y la compara con “la situación de las etnias indígenas colonizadas (que) se nos presenta en este caso como agrietada desde dentro de un equívoco. Sumisos y hasta condescendientes, estos indios transformaban las leyes impuestas, las liturgias y las representaciones occidentales importadas de España, en otra cosa. Por ejemplo veneraban subrepticiamente en la iglesia católica al antiguo Espíritu sagrado del lugar, haciendo de esta iglesia algo totalmente diferente de lo que el conquistador creía obtener. Estos indios subvertían los ritos, las leyes, las representaciones impuestas porque las consumían, es decir, porque las utilizaban con fines y en función de referencias ajenas al sistema social y político del que, por otra parte, no podían escapar. Seguían siendo otros en el interior del mismo orden que los asimilaban exteriormente, se les escapaban sin abandonarlo”.
Siguiendo con este razonamiento acerca de la complejidad de los usos sociales no ya desde la homogeneización, sino que busqué desde las resignificaciones otros posibles usos que le dan los sujetos. Entonces mis preguntas fueron: ¿Cuál es la utilización que los sujetos le dan a estas nuevas herramientas? ¿Qué se construye sobre estas tecnologías que nacieron con códigos lógicos específicos de la informática? ¿Cómo los investigadores de las ciencias sociales se apropian de estas?
Coincido con Michel Certau cuando señala que sólo con “el análisis del contenido y del lenguaje no basta para decirnos realmente qué hacen los dueños de los medios de producción cultural”, entiendo que hay que realizan amplias consideraciones al respecto. Para definir resignificación busqué relaciones que Turner, Terence 1991 plantea en “Representando, resistiendo, repensando: Transformaciones históricas de la cultura kayapo y conciencia antropológica”, entiendo que las resignificaciones en este contexto implica un proceso que desarrollan los sujetos como protagonistas de acciones y lecturas socio-culturales. Estas muestran las posibilidades de los sujetos para llevar a cabo diversas transformaciones y donde las herramientas tecnológicas son un medio de poder alrededor del cual se construyen otras relaciones significativas.
En estas apropiaciones se perciben las relaciones que tienen los sujetos entre sí y qué usos les dan al formato informático que le impone las computadoras. Si vemos las prácticas, éstas nos remiten a los sujetos desde un lugar activo en su papel de lectores de una cultura informática y globalizadora que pretende imponerse desde una ideología tecnológica.
Para desarrollar estas apropiaciones por parte de los sujetos retomo a Certau cuando los rescata de su supuesta pasividad frente a los medios: “se supone que los escritores pasan a ser activos creadores y donde se supone que el lector traga pasivamente el tema recibido, recorre la página, sueña, salta frases y retiene lo que le interesa; una palabra o un nombre lo ponen a la deriva, le hace abandonar el suelo escrito para fabricar algo diferente con el texto leído”.
“Al limitar sus recuentos a los objetos de consumo (cultural), las estadísticas no captan nada de la manipulación que se hace de dichos objetos. Hacen el inventario de los productos impuestos a los practicantes, pero lo ignoran todo acerca de las relaciones que se establecen entre los diversos materiales yuxtapuestos: préstamos, collages y astucias que se organizan temporalmente, de acuerdo a procedimientos propios, diferentes elementos seleccionados entre aquellos que son impuestos a todo el mundo” (Certau). Esto fortalece la necesidad de reconocer que la lectura de los objetos culturales no dará cuenta de todo el fenómeno sino que hay que analizar las diversas relaciones que se identifican desde otros planos. La simple enumeración no lleva a comprender todas las expresiones de esa “manipulación” social, ni de los procedimientos. Se debe entonces reconocer las posibles apropiaciones hechas por los sujetos.
Dentro de las apropiaciones a nivel de la información, me preguntaba acerca de esta nueva forma de capital cultural, que no sólo depende del acceso material al medio de información sino que también está ligado a la “nueva manera de presentarse el material cultural” que implica una asimilación-incorporación en el tiempo por parte de la persona.
Estas resignificaciones se construyen desde “campos de interacción” (Bourdieu, Sociología y Cultura, 1990) “concebidos de manera sincrónica, como un espacio de posiciones y diacrónicamente, como un conjunto de trayectorias. Los individuos particulares se sitúan en ciertas posiciones en este espacio social y siguen, en el curso de sus vidas, ciertas trayectorias. Tales posiciones están determinadas en cierta medida por el volumen y la distribución de diversos tipos de recursos o ‘capital’.
El capital cultural es el que se distingue en estas interacciones que incluye el conocimiento, las habilidades y los niveles culturales alcanzados, además del capital simbólico, que incluye el prestigio y el reconocimiento acumulados que se asocian con una persona o posición”.
Los capitales culturales y simbólicos implican resignificaciones en el espacio social, dado que fluyen por las redes y que se dan desde “espacios de juego históricamente construido con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias”. Entonces hay que reconocer las reglas y normas que guían las acciones e interacciones de la vida social implícitas, formales e imprecisas y no están formuladas” (Bourdieu).
En este caso no sólo es identificar las prácticas y su proceso de producción sino también hay que reconocer a los sujetos como socializados dentro de un contexto. Esto se reafirma en Marafiotti (2000) que relaciona a los sujetos que orientan sus prácticas sociales desde sus socializaciones previas, creando campos de acción específicos y un conjunto de posiciones y trayectorias posibles. Estos capitales tomados “como conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se pierden” (Marafioti 200) deben interpretarse desde ese movimiento social que se producen desde las relaciones sociales y nuevas comunicaciones.
Dentro de esos campos las relaciones de poder se establecen por las posibilidades de apropiación, determinando accesos desiguales en parte por el peso de las condiciones sociales de dichas apropiaciones materiales y sociales. Es importante reconocer la dinámica de los grupos y los campos, ya que no están en una relación reduccionista ni determinista, complejizando aún más su funcionamiento y análisis. Dichos campos se redefinen constantemente, ya que las relaciones de los sujetos cambian constantemente, si bien estos tienen pautas de acción socialmente determinadas (habitus) por un capital cultural, lo cual no quita que los sujetos tengan posibilidades de invención ante situaciones nuevas. Entonces el habitus estará dado en relación a las condiciones sociales en las cuales se ha constituido y que lo ha engendrado, no sólo como reglas inmutables sino permitiendo reformulaciones como parte de estrategias basadas en los nuevos intereses de los sujetos. Las condiciones sociales que caracterizan a estos campos están vinculados con el tipo de poder cultural o simbólico, que según Marafiotti, se relaciona con la actividad de producir, transmitir y recibir formas simbólicas. “La actividad simbólica es un aspecto fundamental de la vida social; en parte se vincula a la actividad productiva, la coordinación de los individuos y la coerción. Los individuos están envueltos en forma constante con la comunicación entre unos y otros, y en el intercambio de contenidos informativos y simbólicos, en los cuales se emplean los medios de información y comunicación; y en estos intercambios las relaciones de poder no dejan de presentarse.” (Marafioti)
Buscar en esta seccion :